— Niños, ¿alguna vez les he contado la historia de cómo el tío Barney se enamoró?

— Sorprendentemente... no, no creo que la hayamos escuchado — respondió su hija.

— ¿Cómo ocurrió eso?

— Bueno, en el año 2007...

Barney's POV (las frases cortas no, pero cuando vean un buen párrafo en cursiva es Ted contándole la historia a sus hijos)

— ¡¿Lily?! ¿Cuántas veces tengo que demostrarte que puedo conseguir a cualquier, y repito, cualquier chica en este bar — pregunté, alisando mi chaqueta.

— Oh, por favor. No puedes. Tiene que haber al menos una chica que tenga un poco de autoestima.

— Acepto el reto. Escoge a una chica, a cualquiera, y te garantizo que esta noche la llevaré a mi casa — Lily registró la habitación con la vista y luego sonrió.

— Ella — me di la vuelta en el asiento de mi puesto para ver a una chica. No era el tipo de chica de siempre, su cabello castaño se retorcía en un moño desordenado y un par de gafas negras de montura gruesa que se hundían sobre su nariz. Había un libro abierto en la barra frente a ella mientras cuidaba su bebida.

— Objetivo localizado — me levanté y me dirigí a la barra del bar — Hola

— Márchate — respondió ella de inmediato, sin levantar la vista de su libro.

— Solo quería decirte que... te vi desde el otro lado de la habitación, y me di cuenta... — cerró el libro de golpe.

— Escucha, tengo mejores cosas que hacer que escuchar a un imbécil con traje tirándome los tejos en un bar. Un consejo, si quieres ligar con una chica, no te recomiendo llamarla tan fuerte 'objetivo' en una habitación tan pequeña — me quedé allí, sin habla, ella se levantó y se fue al baño. Me di la vuelta, caminando lentamente hacia mi asiento y sentándome.

— Te lo dije — dijo Lily.

— Ninguna chica me había hablado así antes... ¡pero el desafío aún no ha terminado!

— Barney, ella ya dijo que no, deja a esa pobre chica en paz.

— Tengo que completar el reto. ¡Hay que ponernos traje!

— Tú ya tienes un traje puesto — dijo Marshall señalándome.

— ¿Y? Siempre hay una razón para ponerse traje — la pareja se miró, rodando los ojos.

— Verán, Robin y yo acabábamos de romper, así que estaba en mi etapa de ruptura, con mi barba, no preparado para hacer ninguna de las locuras que Barney había planeado... Sin embargo, parecía que no me necesitaba, ya que encontró su propia manera de mantenerse ocupado... y chicos, sí que lo estaba.

Lauren's POV

— Un whisky escocés para la señorita — dijo el barman.

— Yo no he pedido esto.

— Es de parte de ese tipo — me di la vuelta y vi al chico rubio de antes en una mesa con una chica de cabello oscuro y un hombre grande. Puse los ojos en blanco, agarré la bebida y caminé hacia la mesa. Fingió no verme y yo golpeé la bebida en la mesa.

— La próxima vez, lo tiraré en tu traje italiano.

— ¿Sabes de trajes?

— Digamos que tengo mucha experiencia — me alejé, agarrando mi libro y mi bolso y saliendo del McLaren's.

Un poco de información sobre mí:

Soy una estudiante de derecho de una familia de abogados, tengo veinticuatro años, y pensé que allí sería la última vez que vería a Barney Stinson... oh, qué equivocada estaba.

~Tres Días Después~

No pude evitar escuchar la conversación que estaba sucediendo detrás de mí.

— ¿Quiero asegurarme de que te parece bien? ¡Mierda! No me puedo creer que sea ella la que diga eso. Está ganando, ¿verdad?

— Ja ja, no por mucho tiempo. Bueno, discursito. De rodillas. Ted, esta noche voy a conseguirte a alguien mucho más sexy que Robin. Vale, Robin es un diez. Estupendo, te conseguiremos un doce. O, bueno, dos seises. Y sino cuatro treces. O, nos iremos a Staten Island y te conseguiremos doce unos. Ted, muchacho, voy a volver a enseñarte... — me volteé para mirarlos y vi al chico con el que estaba hablando besando a una chica. 

— Amy.

— Ted.

— Barney — dijo torpemente, apoyándose contra la barra del bar.

— Parece que tu amigo no necesita tu ayuda — el chico se dio la vuelta y nuestros ojos se ensancharon al vernos.

— ¡¿Tú?!

— ¡Eres la chica del otro día! La que me devolvió la bebida y la que me llamó imbécil.

— Eres el cerdo asqueroso que se refirió a mí como un "objetivo" — contesté y él se rió.

— Sí, sobre eso... Realmente creo que empezamos con mal pie.

— Oh, ¿eso crees? — pregunté sarcásticamente.

— Sí. Mi amiga me retó a que no podría llevarte a mi casa.

— Por favor, ni te dejaría comer comida del suelo por el que camino, y mucho menos me permitiría ir a tu casa contigo.

— Reto aceptado.

— ¿Qué reto? — pregunté — ¿Quién dijo algo sobre un reto?

— Vale, mi lady. Permíteme hacerte un trato. Cincuenta dólares a que puedo hacer que te enamores de mí.

— ¿Enamorarme de ti? ¿En serio? — me burlé — Bien, ¿y yo que gano con eso?

— Cincuenta dólares y la satisfacción de saber que podrías soportar mis encantos — rodé los ojos.

— Acepto — sacudí su mano.

— ¿Qué tal si empezamos con los nombres? Yo soy...

— Barney. Lo sé — dije interrumpiéndole.

— Entonces, ¿tú cómo te llamas?

— Lauren. Lauren Carson.

— Y así es como empezó todo. Sólo una apuesta tonta entre tu tío Barney y la chica del bar que no quería tener nada que ver con él. Poco sabían en ese momento, que sin embargo, se convertiría en algo mucho más grande que eso.

— Entonces, ¿eso es todo? ¿Quién era esa chica? ¿Cómo se enamoró del tío Barney?

— Espera. Estoy llegando a eso. Al igual que la forma en que conocí a vuestra madre, esta es una larga historia.