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—¿Qué estás haciendo?—Dean preguntó con una mirada fulminante mientras se acercaba a mí fuera de mi casa.

Salí a buscar el correo y sacar la basura. La brisa fresca de la tarde golpeando mi rostro, haciendo que mi cabello caiga sobre mis ojos.

—Más bien qué estás haciendo tu aquí, Dean—. Lo corrijo mientras meto la gran bolsa negra en mi mano izquierda en el bote de basura junto al buzón. —Esta es mi casa después de todo. ¿Esperaste a que saliera?

—¿Sabes lo molesta que está Rory?—Hizo caso omiso de mi comentario. —¿Por qué tuviste que decirle esas cosas?

Cierro de golpe el buzón de correo ante sus palabras. Me giro hacia él, su tono acusador me pone nervioso rápidamente. Dean tenía una manera de hacerle eso a mucha gente. —Esas cosas, de las que estás hablando, que la molestaron tanto, esa es la verdad.

Sacude la cabeza hacia mí mientras da unos pasos más cerca. —¡No, no lo es!— Me dice, su voz elevándose ligeramente. —¡Te conozco desde hace años! ¡Querías ir a Yale!

—Sí, lo hice— estoy de acuerdo con él mientras cruzo las manos frente a mi pecho en una postura protectora. —Pero la gente cambia, y yo me voy a Columbia—le digo desafiante.

—Esto es por Jess, ¿no?— Escupió su nombre como si fuera algún tipo de veneno. —Él no es bueno para nadie en esta ciudad.

Apunto mi dedo a su rostro con una mirada furiosa y camino hacia él. —Será mejor que mires cómo hablas de él—, le advierto.

Se ríe amargamente antes de inclinar la cabeza hacia un lado.—Te apuesto a que plantó esa idea en tu cabeza porque quería que estuvieras en Nueva York con él.

—¡Eres increíble!— exclamo mientras pasaba una mano por mi cabello. —¡Esto no tiene nada que ver contigo! ¡No es como si yo fuera tu novia!

—Tienes razón, no eres mi novia—, comenzó con la mandíbula apretada. —¡Pero Rory sí, y ahora mismo está en casa sintiéndose molesta!

—Oh boo hoo—, digo sarcásticamente con el ceño fruncido. —Ella es una niña grande, Dean. No necesita que le beses los abucheos.

—No, pero cuando haya algo que pueda hacer para evitar que cuestione todo, ¡lo haré!— él grita de vuelta

Mantuve mis brazos abiertos con una sonrisa. —Bueno, no hay nada que puedas hacer ahora—, le digo con los brazos abiertos invitándolo a intentar cualquier cosa. Puedo ser como un Oompa Loompa a su lado, pero no me asustó ni un poco.

—Siempre hay algo que puedes hacer—, dice con aire de suficiencia mientras frunzo el ceño. —No puedes evitar que lo intente.

Me burlo de sus palabras y le envío una mirada fulminante. —¿Qué vas a hacer? ¿Romper mi formulario de aceptación de Columbia y obligarme a ir a Yale solo para que los sentimientos de tu preciosa novia no se vean afectados?— Pregunto sarcásticamente.

—¡Me importa un carajo a que escuela vas!—Grita mientras se arremanga las mangas de su chaqueta de cuero. —¡Puedes ir a Columbia, Yale o la maldita Nueva Zelanda por lo que a mí respecta! ¡Solo arregla las cosas con Rory!

—¡No tengo nada por lo que disculparme!—le grito, dejando que mi ira saque lo mejor de mí. ¿Cómo se atreve a decir que debería ser yo quien se disculpe? —Ella es la que no acepta que tengo un plan diferente al de ella. ¡No puedes tener un plan de una persona para dos personas!

—¿Sabías que ella hizo un álbum de recortes de cómo serían tus dormitorios compartidos?— Él me preguntó. Sus palabras me hicieron sentir un poco mal por lo que le dije a Rory el otro día.—Ella lo planeó todo, siempre me dijo lo divertido que sería.

Rory siempre fue así, debería haberlo visto venir cuando me dijo lo emocionada que estaba de que íbamos a la misma universidad. Pero no iba a darle a Dean la satisfacción. —Pareces olvidar que ella iba a ir a Harvard— respondo con los dientes apretados. —No me viste llorar solo porque íbamos a diferentes escuelas.

—Voy a decir esto una vez más— dice Dean con severidad acercándose unos pasos a mí. —Me importa una mierda a dónde vayas a la escuela. Solo ve y haz las paces con ella. Ella está de regreso en casa preguntándose por qué diablos tú de todas las personas le mentirías por tanto tiempo. Se pregunta qué hizo, si ella era una mal amiga o qué.

Me hizo sentir mal que Rory se estuviera preguntando si había hecho algo para que le mintiera. Ella no podría estar más equivocada. Era solo que no sabía cómo decírselo. Puede que me haya equivocado al gritarle. Pero no me equivoqué por querer vivir mi vida como yo quería. No me disculparé por eso.

—¡Vete al infierno!— Le escupí sin pensar. Sí, mi cerebro no funciona muy bien bajo mucha ira.

—¡Estoy tratando de hacerlo más fácil para ustedes dos!—Gritó de vuelta, la vena en su cuello sobresaliendo. —¿Por qué no vas y...?—El argumento de Dean fue interrumpido por la apertura de la puerta principal.

Ambos volteamos la cabeza para ver a mi madre parada allí con los brazos cruzados. A la mayoría de la gente le resultaba difícil lucir amenazante con los pantalones de pijama de Hello Kitty, pero ella tenía una forma de hacerlo funcionar. Su cabello estaba atado en una cola de caballo mientras miraba a Dean.

—Deberías irte— le advirtió, su voz permaneciendo tranquila mientras lo miraba fijamente. Dean se burló y me envió una última mirada antes de salir por el camino de entrada. Su marco grande se desvanece en el fondo cuanto más se alejaba de la casa.

Me volví hacia mi madre con una sonrisa agradecida. Abrí el buzón y saqué todo el correo que teníamos antes de dirigirme a los brazos abiertos de mi madre.

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—¿Tenemos que ir?— Jess se quejó mientras ambos caminábamos hacia la fiesta. Su brazo rodeó mi hombro mientras yo ponía mi brazo alrededor de su cintura. Mis manos se metieron en los bolsillos de su chaqueta ya que estaban empezando a enfriarse por la noche fresca.

No le había contado a Jess sobre la visita de Dean antes con la esperanza de que no se pelearan. Sabía a ciencia cierta que ninguno de los dos retrocederá. Especialmente Dean cuando se trataba de Rory. Era como si estuviera obsesionado con ella.

—Mira, no me gustan las fiestas más que a ti— le digo honestamente mientras avanzamos por las aceras iluminadas con lámparas.—Pero es el primer concierto de Lane y quiero ser una buena amiga.

—¿Sabes que Rory estará allí, verdad?—Trató de convencerme de que no fuera. —Será todo raro y esas cosas.

Giro la cabeza para mirarlo con un movimiento de cabeza. Me señalo la cara con la mano mientras la desengancho de su cintura. —Cuando ella vea esta cara, espero que le dé un infierno—. Sé que no quise decir eso, pero se sintió bien decirlo.

Jess besó mi cabeza con una sonrisa orgullosa. —Esa es mi chica—, felicitó cuando llegamos frente a la casa. Era un chico llamado el lugar de Kyle. Era la casa familiar habitual que verías en Stars Hollow.

Ambos llegamos temprano para ayudar a darle a Lane algo de ayuda y apoyo moral. Sin duda, Rory ya estaba adentro con Dean. Rory y yo podemos estar en una guerra en miniatura, pero Lane seguía siendo nuestro terreno común. Ella era como Suiza. Mientras subía los escalones del porche, Jess abre la puerta para dejarme entrar primero.

El lugar parecía relativamente vacío ya que la fiesta no comenzaba hasta dentro de una hora. Estaba tan brillante que hizo que mis ojos se entrecerraran por el cambio drástico de la oscuridad exterior.

—¿Algún humano aquí?— Llamé, despertando a través de la casa mientras Jess se arrastraba detrás de mí, mi mano en la suya.

—¡Sigue mi voz!— Escuché a Lane llamar desde algún lugar de lo que debe ser la sala de estar.

Ambos entramos a la sala de estar para ver a la banda de Lane colocando sus instrumentos en una esquina. Lane se sentó en su taburete de batería mientras ajustaba el kit de batería. Zack, Dave y Brian se pararon en fila frente a la batería mientras afinaban sus instrumentos.

—Oye—gritó Lane con un gesto en dirección a Jess ya mí. Dije un pequeño 'hola' en respuesta mientras Jess solo asentía en su dirección.

Miro hacia el extremo izquierdo de la habitación para ver a un niño que reconocí como Kyle y tal vez Liam. Parecía un Liam. Ambos estaban guardando los objetos frágiles en una caja llena de plástico de burbujas. Me acerco a los dos y dejo a Jess recostada en el respaldo de un sofá.

—¿Necesitas ayuda?— Yo ofrezco. Mi mamá siempre me decía que cuando vas a la casa de alguien tienes que ser educado y ofrecer ayuda siempre que puedas.

Kyle dejó lo que parecía una figurita cara en la caja antes de volverse hacia mí. Kyle parecía un Kyle. Llevaba un SnapBack negro al revés y una camiseta gráfica gris. Tenía una nariz demasiado grande con la cara y aparatos ortopédicos que hacían que su labio superior sobresaliera.

—No, todos estamos bien— El me dice. —Escondimos las bolas de nieve y la porcelana, ahora estamos empacando los Hummels". Mientras dice esto, Liam lanza al aire lo que parecía un corderito antes de atraparlo en su mano.

—¡Cuidado!— Arrebató la estatuilla de la mano de su amigo.—Ese es el favorito de mamá.

Lo tomé como mi señal para irme. Regresé y me paré junto a Jess. Ambos nos apoyamos en el respaldo del sofá mientras él ponía su brazo alrededor de mi hombro. Noté cómo su puño estaba cerrado mientras colgaba de mi hombro. Al mirar su rostro, vi que tenía un pliegue entre las cejas y que tenía la mandíbula apretada.

Froté sus puños cerrados con la palma de mi mano mientras hablaba. —¿Estás bien?— Pregunté mientras observaba cómo sus ojos estaban fijos en algo al otro lado de la habitación.

Antes de que pudiera seguir su mirada, ella se volvió hacia mí con una sonrisa. —Estoy bien—me dice. Presiona un beso prolongado en mis labios.

Cuando se aleja, vuelvo mi línea de visión hacia donde sus ojos estaban dirigidos antes, con la esperanza de ver lo que estaba mirando. Veo que Rory y Dean estaban apoyados contra la pared al otro lado de la habitación junto a un armario de madera.

No sé si Rory se dio cuenta de nosotros, pero Dean definitivamente lo hizo por el ceño fruncido en su rostro. Rory le hablaba animadamente con algunos movimientos de su mano aquí y allá. Sin embargo, no parecía que estuviera escuchando, ya que estaba demasiado ocupado mirando a Jess.

El brazo de Jess se apretó alrededor de mi hombro protectoramente cuando notó que miraba en su dirección. —¿Cuál es su problema?—, murmuró en mi oído.

—Ni idea,— mentí.

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Me apoyé contra la barandilla junto a las escaleras mientras todos en la casa hablaban en voz alta o bailaban con la música a todo volumen. El lugar se había llenado en la hora desde que llegué aquí. Apenas podías caminar por la casa sin que alguien derramara su bebida sobre ti.

Jess se había ido mientras yo estaba hablando con Lane, pero eso fue hace bastante tiempo. No podía verla por ninguna parte, así que empecé a preocuparme. Bebí la bebida en mi mano, jugo de manzana. No pude contener mi licor en absoluto.

Dejé la taza vacía en una mesa cercana y comencé mi búsqueda de Lane. Pregunté por ahí pero la gente dijo que no la habían visto. Eso fue hasta que alguien me dijo que ella salió. Inmediatamente les agradecí antes de salir por la puerta principal.

Mirando alrededor, no pude ver a Lane por ninguna parte. Estaba oscuro y las luces del porche no parecían funcionar. Estaba a punto de entrar cuando escuché el leve ruido de alguien vomitando a mi izquierda. Seguí el sonido, esperando que fuera mi amigo.

—¿Lane?— Llamé mientras me acercaba al sonido de la voz.

Lo primero que vi fue a Lane encorvada sobre los arbustos con la cabeza gacha. Sostuvo su bufanda en una mano y otra mano fue sobre su rodilla. Sus anteojos estaban sobre la hierba junto a su pie, a unos cuantos metros de distancia de los arbustos.

Lo siguiente que noté fue que Rory Gilmore se sujetaba el cabello. Estaba pasando su mano por la espalda de Lane de una manera tranquilizadora mientras me miraba. Las mangas de su suéter burdeos estaban levantadas hasta los codos.

Ambos nos miramos fijamente, sin decir nada. El único sonido eran los grillos en los arbustos y los vómitos de proyectiles de Lane. Arrastré mis pies torpemente en la hierba. Rory hace ademán de decir algo, pero se detiene.

—Eh, ¿ella está bien?— Le pregunté a Rory.

Rory me miró pero no me miró a los ojos. —Sí, la tengo.

Asiento con la cabeza lentamente ante sus palabras. Al darme cuenta de que ya no me necesitaban, regresé a la puerta. Me molestó que no hiciera ningún movimiento para disculparse ni nada, pero lo entendí ya que Lane estaba vomitando sus tripas en los arbustos.

Cuando entré en la casa llena de gente, comencé mi búsqueda de Jess. Pregunté por ahí como hice con Lane, pero nadie lo había visto. Después de buscar por la casa, me di cuenta de que el único lugar que no había revisado era el piso de arriba.

No había tanta gente como en el piso de abajo, pero aun así era difícil pasar entre el mar de cuerpos. No quería abrir puertas al azar por miedo a ver algo que no debería, así que llamé a todas las puertas que vi.

En la tercera puerta a la que llamé, Jess abrió con el ceño fruncido. Cuando vio que era yo, inmediatamente cambió su compostura.

—Oye— sonrió levemente mientras abría más la puerta para que yo entrara. Lo que parecía un dormitorio estaba débilmente iluminado por la luz de noche junto a la mesita de noche. Las ventanas estaban abiertas, dejando que el aire fresco de la noche entrara en la cálida habitación.

Jess se sienta en el borde de la cama y me mira, que estoy de pie frente a mí. —¿Qué estás haciendo aquí arriba?— Le pregunté.

Solo se encoge de hombros mientras pongo mis brazos alrededor de su cuello. —Demasiada gente abajo—, dice simplemente.

Asiento con la cabeza en acuerdo. —Y no nos gusta la gente, ¿verdad?

Él apoya su mejilla en mi brazo que estaba alrededor de él. —Solo me gustas tú—, respondió con una pequeña sonrisa.

—Los sentimientos son mutuos— dije mientras le daba un suave beso en la mejilla. —¿Quieres irte?— Yo ofrezco.

—¿Estás segura? Estoy seguro de que Lane todavía está abajo en alguna parte—se asegura de decir.

—Estoy segura, no es muy divertido de todos modos— Jess se pone de pie frente a mí.

—Está bien entonces— dice antes de alejarse de mis brazos. —Espera aquí, traeré nuestras chaquetas—. Con eso, sale por la puerta mientras me siento sola en la cama en la habitación oscura.