18 - [ 2O2O ]

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Abrió sus ojos lentamente, su vista estaba nublada aún así que le tomó algunos segundos reconocer que estaba en su habitación, frunció su ceño confundida y se sentó en la cama, llevando su diestra a su frente para sobar ésta, le dolía un poco.

Fijó su vista en la pelinegra a su lado, su cabeza estaba apoyada en sus brazos los cuales estaban cruzados sobre la cama, estaba sentada en el suelo y además de eso dormida.

—¿JiSoo? —llevó su mano al cabello ajeno pero antes de tocarlo, recordó lo que había leído y lo de las clases de historia—. Nicha... —murmuró.

—¿Lisa...? —susurró JiSoo despertando, seguía un poco atontada pero alzó su vista para mirar a la menor.

Lisa rápidamente se levantó de la cama y de igual manera salió de la habitación, bajando las escaleras también llegando hasta el exterior, frunció su ceño intentando reconocer la hora al mirar el cielo, estaba oscureciendo pero aún había luz por lo que calculaba que eran las siete y media aproximadamente. Corrió a la casa de Minnie, no estaba lejos, sólo a dos cuadras si mal no recordaba, la vez que Sorn la llevó a casa pasaron antes por la de ella, no la apreció mucho pero esperaba poder recordarla; Además, pareciera que ya conocía esa casa.

Corrió aún más rápido, necesitaba sacar a su padre y mejor amiga de ese año, no soportaría que ellos sufrieran otra guerra, no quería perderlos, no quería más lágrimas, más sangre, más dolor...

Se detuvo frente a la puerta y se tomó unos segundos para respirar después de haber tocado la puerta de forma desesperada.

—¿Lisa? —dijo Minnie al ver a la mayor frente a ella luego de abrir—. ¿Qué haces aquí?

—¡Lisa! —gritó JiSoo llegando por detrás—. ¿Cómo demonios corres tan rápido? —comenzó a toser por el cansancio.

—¿Dónde está tu madre? —preguntó Lisa mirando a Minnie—. ¡Sorn! —sin esperar respuesta entró a la casa de la mexhones cenizos, empujándola un poco para lograr entrar, era enorme el lugar pero aún así comenzó a buscar al mayor—. ¡Sorn!

—¿Qué te sucede Lisa? —Minnie y JiSoo siguieron a la chica luego de que la tercera mencionada preguntara.

Hey, ¿Qué pasa? —Sorn salió de su oficina y miró a Lisa, inmediatamente su expresión cambio—. ¿Lisa?

—Dime cómo regresar. —se acercó a la mayor, pero no recibió respuesta, parecía que Sorn buscaba una excusa—. ¡Dime cómo regresar!

—No... No lo sé. —mintió.

—Mentira... ¡Debes saberlo! —antes de poderse acercar, Minnie la sujetó por los hombros—. Y si no lo sabes, entonces Nicha debe saber. —se zafó de la menor para salir corriendo de nuevo.

—¡Lisa...! Maldición. —iba a salir tras ella pero su hija tomó su brazo.

—Mamá, ¿Qué está sucediendo? —no sólo ella, también JiSoo tenía curiosidad, mucha curiosidad, y ahora ambas estaban más confundidas que nunca.

—Tenemos que seguir a Lisa, les explicaré luego, ¡No debe llegar al hospital! —salió de la casa, pero Lisa ya no estaba ahí.

Lisa había tomado el primer taxi que pasó, que por suerte había pasado justamente después de que salió.

No había mucho tráfico así que gracias a eso llegó al hospital en menos de diez minutos, pagó al chófer y bajó para correr a recepción.

El miedo le recorría, no quería pasarla ahí mientras las personas que más amaba sufrían por una guerra más... Si no podía evitarlo, al menos quería sufrir a su lado.

—Quiero visitar a Kim Nicha —la recepcionista asintió y escribió algo en la computadora, después le dió indicaciones a la pelinegra—. ¡Gracias!

Subió las escaleras apresurada y fue hasta la habitación indicada, entrando esta vez silenciosamente, su mejor amiga estaba acostada, sus ojos estaban cerrados pero se notaba que no estaba dormida.

Un nudo en su garganta se formó, su mejor amiga estaba ahí... Esperando por su final, ¿Y ella? Seguía tan joven, tan saludable... Seguiría viviendo y conociendo cosas que a Nicha le hubieran encantado vivir y conocer.

No estaba bien, mentía cada día al fingir que estaba bien, que quería seguir ahí pero no era cierto, se sentía sola, se sentía vacía; No podía olvidar a su mejor amiga, no podía olvidar aquellos sentimientos por ella, jamás lo haría, eso le desgarraba cada día más. Se sentía peor conforme pasaba el tiempo... La extrañaba.

—¿Minnie? —murmuró acercándose, luego se sentó en una silla junto a la camilla—. Nicha... —sacudió ligeramente el cuerpo de la mayor, quien abrió sus ojos a los segundos y miró a Lisa—. ¿Me recuerdas?

—Sí, eres Lisa. —sonrió dulcemente—. La amiga de mi nieta.

Asintió con tristeza al oír su respuesta.

—Así que soy la amiga de tu nieta... —repitió con dolor—. ¿Sabes? Ahora me cuesta saber quién soy en realidad... —bajó su mirada y tomó la mano ajena, apretando ésta con fuerza—. ¿De verdad ya es muy tarde?

—¿Lisa...?

—¿Puedo hacerte una pregunta? —la anciana aceptó con su cabeza luego de segundos por el cambio tan repentino—. ¿Puedes hablarme de la guerra de Corea?

—¿La guerra de Corea? —dirigió su mirada al techo—. Fue hace mucho tiempo, tuve que esconderme... Ellos atacaron sin piedad, muchos de mis amigos murieron —mostró una pequeña sonrisa—, al menos ella pudo escapar.

—¿Escapar?

—A un lugar mejor... Un lugar donde seguramente ahora está mejor, seguramente está feliz... —la sonrisa se hizo más grande—. Mi pequeña debe estar muy contenta de estar en donde está ahora...

—¿Y si no fuera así? —murmuró—. ¿Había una forma de que pudiera regresar? —se levantó de su asiento cuando la mayor asintió—. ¿Cuál? Por favor dime cómo volver, Minnie... —la primera lágrima recorrió su mejilla izquierda.

La sorpresa en el rostro de la anciana se hizo presente, y con las pocas fuerzas que le quedaban apretó la mano foránea.

—Lisa... ¡Tú...!

Pero fue interrumpida por otra voz.

—¡Lisa! —habló Minnie entrando a la habitación, se acercó a Lisa para sacarla de ahí, pudo hacerlo sin mucho problema a pesar de que la mayor se resistía.

—No... ¡No, Minnie por favor! —gritó mirando a su mejor amiga mediante la puerta que seguía abierta, ésta también le estaba viendo—. ¡No te he olvidado... Jamás lo haría, jamás lo haré, por favor vuelve...!

—¡Basta! —la misma chica que la sacó cerró la puerta y se puso entre ésta para que Lisa no volviera a entrar.

—¡Sorn por favor! Debes saber cómo volver, sé que Nicha te lo dijo, no iba a arriesgarse a olvidarlo... Por favor. —tomó las manos de la primera mencionada, apretando éstas con fuerza, aún sentía las lágrimas derramarse por su cara—. Es mi padre, es mi mejor amiga... Si regreso en un año ya será muy tarde... Te lo suplico.

—Tu padre vivió lo que tenía que vivir, Nicha también y ella sigue con vida, todo está bien, Lisa. —sujetó a la menor por los hombros.

—¡Pero eso no les quita el hecho de que sufrieron! —respondió.

—¿Entiendes que está sucediendo? —preguntó susurrando JiSoo hacia Minnie.

—Ni un poco. —contestó.

Sorn asintió tras soltar un suspiro, Lisa había perdido todo, no podía negarle nada, después de todo seguía siendo una niña que sólo necesitaba de aquellas personas que en su tiempo le salvaron. Tan de repente había llegado a un año en el cual no entiende nada, ¿Cómo esperaban su madre y el padre de Lisa que reaccionaría?

Las cuatro regresaron a la casa de la mayor de todas, Minnie y JiSoo esperaron en la sala ya que así se les ordenó.

—¿Estás segura de esto? La línea temporal puede verse afectada por los cambios que hagas, Lisa —vio la seguridad en el rostro ajeno así que le extendió un reloj de un estilo un poco viejo—. Nunca fue usado desde que tu padre falleció, así que no se si funciona, tu padre lo modificaba cada año, a lo que sé, su última modificación fue en 1978 —se acercó a la pelinegra—. Aquí —puso dos de sus dedos alrededor del cristal y lo giró levemente, los números cambiaron en la pequeña pantallita—. cambias la fecha, la hora puede variar, tu padre dijo que puede ser el medio día pero eso no significa que al tiempo en que te vayas seas la misma hora.

—Sí, eso lo sé... Cuando vine al 2020 me quedó claro. —comentó recordando que llegó por la madrugada a pesar de haber viajado por la mañana.

—Bien, luego de seleccionar la fecha, debes presionar la pantalla y arrastrar hasta el frente, se abrirá un portal. —Lisa tomó el reloj tras asentir—. Como te dije, no sé si funciona.

—Lo veremos —se puso el reloj y rápidamente giró el cristal hasta que la fecha se fijo en la pantalla—. 9 de Septiembre de 1949. —suspiró insegura, tal vez dudando. puso dos de sus dedos sobre la pantalla y arrastró hasta el frente, inmediatamente un portal color azul se abrió.

JiSoo abrió la puerta, junto a ella estaba Minnie, ambas entraron a la habitación.

—¿Saben? Creo que merecemos saber que sucede aquí. —alzaron su vista.

Lisa las miró asustada, ahora tenía un problema más. No quería que JiSoo se enterara de esa manera, ni siquiera quería que lo supiera ni ella ni nadie. Tampoco quería enfrentarlas ahí, sólo quería estar con su mejor amiga así que cerró sus ojos apretándolos con fuerza antes de atravesar el portal, cerrándose éste de inmediato.

—¿Qué demonios... Fue eso? —ambas chicas miraron a la mayor.

—Madre, ¿Qué está sucediendo? No queremos mentiras. —Minnie frunció su ceño.

¡Gracias por leer!

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