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El estudio de su padre era un lugar que le traía malos recuerdos porque solo entraban ahí cuando eran regañados. Y esta vez no era la excepción.

-Independientemente de quién era Jungkook, si te lo dijo o no, tenías una vida con responsabilidades que cumplir, sabias que podías meterte en problemas y debiste tomarlo en cuenta. Es hora de que veas que tú también fuiste responsable en todo esto. No puedes ir por la vida culpando a los demás, Jimin.

-¿Y a que vino Jungkook? ¿A quejarse contigo?

-Vino a disculparse y a tomar toda la responsabilidad por el show que la prensa armó de tu escándalo de ayer. Y antes de que sigas preguntando, el resto de nuestra conversación no giró en torno a ti. Jungkook vino porque tenía que tratar asuntos de negocios conmigo.

-Me pareció que se hicieron muy cercanos como para estar hablando solamente de negocios. ¿Qué fue lo que te dijo que te puso de su lado, papá? ¿Y cómo que le diste permiso para cortejarme?

-¡Ya fue suficiente! Lo del cortejo lo dijo solo para molestarte. Nunca tocamos el tema. Además...-Su padre levantó la mirada de los papeles que revisaba.-Lo que haya pasado entre ese alfa y tu, es cosa del pasado. Asi que te pido que actúes civilizadamente y zanjes ese asunto de modo que no vuelva a escuchar ni una queja más al respecto. Nuestros grupos están unidos tan estrechamente que no quiero perjudicar nuestra sociedad involucrando asuntos personales.

Jimin se levantó de la silla, molesto.

-Te di tres años para recuperarte, cuando lo que en realidad debí hacer fue castigarte. No puedo creer que sigas siendo igual de inmaduro después de lo que te sucedió. Tienes responsabilidades que cumplir, al igual que tus hermanos. Namjoon y Tae han pausado sus vidas por ti, ya es hora de que seas valiente y afrontes la realidad. ¿Entiendes lo que quiero decir?

Desgraciadamente Jimin entendía a la perfección que quería decir. El duelo debía terminar aunque él no estuviera listo.

-Parece que no tuvieras corazón.

-Soy un hombre de negocios.-Fue la simple respuesta de su padre.-Cuando tengas que dirigir una empresa, mantener intachable el apellido familiar y tengas éxito, vuelve aquí y te escucharé con gusto.

-Tu, enserio...

-Eso es todo, puedes retirarte.

Dos meses habían pasado desde esa conversación y su padre se había tomado enserio cada palabra. Taehyung reanudó los preparativos para la ceremonia de emparejamiento con Hoseok y tenía terminantemente prohibido volver a aplazarla, bajo ninguna circunstancia. Él y Tae debian tomar su lugar en el grupo como los encargados de mantener las relaciones internacionales y el manejo de las obras de caridad y las fundaciones del grupo Kim. Namjoon, por su parte, a pesar de tener que encargarse de la presidencia, debía vigilar que sus hermanos cumplieran con sus obligaciones. Así que la vida de los Kim, había salido de su letargo.

En lo que respecta a Jungkook, nada estaba bien. No importaba cuentas veces había rechazado sus invitaciones a cenar, el alfa seguía insistiendo. Al menos había aprendido que no podía poner un pie en su casa sin ser sacado a la fuerza por Namjoon. Así que las oportunidades para verse se resumían a los eventos sociales. Era shockeante ver a Jungkook en las reuniones o eventos, no porque el alfa no perteneciera ahí. Al contrario, se veía siempre tan orgulloso y seguro de sí mismo que Jimin empezaba a dudar si que aquel estudiante universitario, mesero y clase media al que amó realmente existió alguna vez.

Una noche, mientras dejaba que Jin le decolorara el cabello para devolverlo a su rubio natural, al fin acepto tocar el tema prohibido.

-¿Por qué no me dijo que era de buena familia? No entiendo porque me lo oculto y fue tan duro conmigo.

-Jungkook no tenía ninguna intención de ser parte de los Min. No creyó que fuera necesario decirte algo que para él no importaba.

-Eso no lo justifica.-Jimin se cruzó de brazos con obstinación.-Si hubiese confiado en mí todo sería diferente.

-¿Así como tú confiaste en el? ¡Jungkook tampoco la tuvo fácil!-Jin empezaba a desesperarse.-¿Sabes lo mucho que le costó perdonar al abuelo y a su padre por lo que les había hecho? Mi primo finge que todo quedó atrás, pero no es así. La está pasando muy mal.

-No creo que pueda escuchar la explicación de Jungkook sin enfadarme.-Jimin lo miró con ojos de cachorro.-¿Podrías decirme al menos que lo hizo odiar tanto a las personas como yo? Jamás lo entendí, yo... de verdad... necesito saberlo.

Jin se sentía terrible. El haber guardado silencio hace tres años lo hacía sentirse mal. Su curiosidad lo había metido en muchos problemas, pero hasta ahora de lo único de lo que se sentía culpable era de no haber intercedido entre Jungkook y Jimin cuando tuvo oportunidad. Suspiró y tomó una decisión. Le diría a Jimin lo que sabía, para bien o para mal, era necesario.

-La tía Jeon no sabía que el padre de sus hijos era de buena familia. -Empezo a decir mientras lavaba el cabello de Jimin.-Se negó a marcarla a pesar de tener dos hijos pero ella estaba tan enamorada que poco le importó. Lo que mi tía ignoraba es que él ya tenía un hijo mayor y que Jung Hyun y Jungkook, no eran importantes para él.

-¿Y cómo es posible que no lo supiera?

-Mi tía ha vivido en la comunidad desde que era pequeña, tu mismo te diste cuenta de que allá no estamos tan conectados con el mundo.-Jin se encogió de hombros.- Se enteró de todo cuando Jung Hyung sufrió de neumonía y fue hospitalizado, mi tía no podía contactar a su alfa porque él tenía intenciones de abandonarlos. Tenían que pagar la cuenta del hospital o tendría que llevar a Jung Hyung a otro lugar, mi tía estaba desesperada y no sabia que hacer, cuando Jungkook encontró una publicación en el periódico donde aparecía su padre.

El corazón de Jimin se quebró al escucharlo.

-El alfa les dio la espalda pero el abuelo Min había escuchado todo y no pudo seguir guardando el secreto. Le ofreció dinero, por supuesto, mi tía no aceptó. Y quedó muy destrozada.

-¿Y qué pasó después? ¿Cómo volvieron a estar en contacto con el abuelo Min?

-En realidad, el abuelo Min pagó la cuenta del hospital sin decirle a mi tía.-Jin se encogió de hombros.-Jungkook ya tenía ocho años cuando el abuelo los volvió a buscar. Mi tía estaba convencida de que sus hijos tenían los mismos derechos que Yoongi y quiso que fueran tomados en cuenta como parte de la familia, así que los forzó a convivir con Yoongi y el abuelo. Jungkook odiaba ir de visita. En cuanto fue mayor se negó a seguir yendo y dijo que no le interesaba saber nada de los Min. Él es un Jeon, a pesar de no llevar la sangre de mi tío.

Jimin deseó no haber preguntado. Sentía que su corazón se apretaba y le costaba respirar.

-Yo no tenía ni idea...

-Se que no puedes perdonalo y nadie te va a obligar, Jimin. Pero...-Jin estiró su mano y sujetó la de Jimin.-¿Ahora entiendes porque odia tanto a los de tu clase? Desde pequeño lo han despreciado y tratado como si no tuviera valor. Se sintió muy traicionado cuando supo que le habías mentido. Imagínate, la historia se estaba repitiendo. Es importante que entiendas que no te dijo nada porque en sus planes no estaba ser parte de los Min. La vida que te ofreció, por sencilla que fuera, era lo único real para él.

Jimin se quedó en silencio, no sabía exactamente qué decir. Y lo cierto era que , por doloroso que fuera, y debajo de toda la cólera que sentía en su interior, su corazón dolió por Jungkook. Solo ahí comprendió cuanto lo había lastimado al mentirle. Y se sintió terriblemente mal.

-Gracias por contarme esto, Jin.-Se limpió las lágrimas.-Creo que con eso es suficiente, no quiero escuchar nada más.

-Esta bien, no voy a insistir. Solo quiero que sepas que puedes contar conmigo. -Jin termino de arreglar su cabello y muy pronto sus mechones rubios brillaban nuevamente.-¡Eso está mejor! Nunca vuelvas a cubrir tu cabello con un color oscuro, Jiminie. Eso no va contigo. Es como si quisieras apagar una estrella.

Jimin siempre fue llamado él omega de oro por sus mechones rubios y piel clara. Cuando decidió teñir su cabello eligió el color por cómo se sentía emocionalmente. Así que lo cubrió con un color casi negro. Ahora que estaba de vuelta en la vida social, necesitaba sentirse bien consigo mismo y el cabello oscuro empezó a molestarle. Y quizás, solo quizás, ya no le dolía tanto el alma.

-Joven amo, sus flores llegaron.

Jimin suspiró ante el anuncio de la sirvienta mientras bajaba las escaleras.

- ¿Tulipanes?

- Rosas, amarillos y blancos.- La omega traía en brazos un enorme arreglo floral.- ¡Mire qué bonitos están! Los dejaré en la mesa cerca del recibidor.

No era necesario decir quién las enviaba. Desde hace dos meses las flores llegaban a la mansión sin falta a las ocho de la mañana, cuando Jimin bajaba a desayunar. En justa sincronización. Tenía ciertas sospechas de quién le daba la información de su rutina a Jungkook, pero ya estaba cansado de luchar al respecto. Era indiferente a todo. Y eso era peor que un grito de rechazo.

- Buenos días, Namjoonie.

Jimin entró al comedor y le dió un besito en la mejilla a su hermano. El alfa lucia cansado y ojeroso. Incluso su olor a menta era un poco picante, como si estuviera molesto todo el tiempo.

- ¿A qué hora regresaste?

- Volé toda la noche.-Namjoon estaba concentrado en su ordenador portátil.-Había reuniones que atender.

-Tienes que ir a descansar, come un poco y luego ponte a dormir.

- Si ojalá pudiera.- Nam bostezó y luego tomó un poco de café.- ¿Y los otros dos donde están? Espero que hayan regresado de la fiesta de anoche, Taehyung tiene que ir a almorzar con la madre de Hoseok, y si me entero de que ni siquiera vino a dormir...

En ese momento Tae entró al comedor, fresco como una lechuga, su cabello arreglado, su ropa era bastante formal a comparación de los atuendos provocativos que solía usar, además su aroma era una fragancia oceánica que inundó el comedor.

-Tu siempre pensando lo peor de mí.-Le reprochó a Nam, le dió su beso de buenos días con un poco de enfado.-Y para tu información, anoche no salimos de fiesta. Jin me estuvo ayudando a escoger la ropa para el almuerzo.

En ese momento Jin salió de la cocina, llevaba un plato de crepas de Nutella, fresa y banano que puso frente a Jimin.

-¡Buenos días, personas hermosas!-Saludo, muy feliz. Se detuvo para darle una mirada de apreciación a Tae.-Justo lo que queríamos conseguir.

Namjoon arqueó una ceja.

-¿Y puedo saber que cosa era?

Tae tomó su lugar en la mesa.

-¡Solo mírame, Joonie!-Tae hizo un gesto muy tierno.-Queria algo que dijera: ¡Hola querida suegra! No se preocupe, aprendí a comportarme. De ahora en adelante seré un omega con decencia y solo montare a su hijo en privado y sin cámaras.

Namjoon escupió su café, mientras Jimin reía.

-No te pongas nervioso con la Sra. Jung. Mantente firme y no cedas. Demuéstrale que ya no es la única omega en la vida de su hijo. -Le aconsejó Jimin. Para nadie era un secreto que la madre de Hoseok no aceptaba a Tae porque lo creía un Omega problematico y de mala reputación.-Las suegras saben oler el miedo.

-Tienes razón, Minnie.-Tae le dió una puñalada a una rodaja de melón.-Yo no tengo porque estar asustado de ella. Al contrario. ¡Ella no sabe con quién se mete!

-¡Así se habla!-Lo ánimo Jin.

Nam elevó una plegaria al cielo, rogando que el almuerzo no terminara en un desastre. El resto de su desayuno fue servido, pero hizo una mueca cuando un plato de avena fue puesto frente a él. La mezcla era amarillenta y la consistencia nunca le había gustado.

-¿Y está cosa que es?-Refunfuñó.

-Avena.-Murmuro Tae mientras aplaudía al ver que unas tortitas eran servidas frente a él.-¡Esto se ve delicioso!

Namjoon ordenó que le retiraran el plato, haciendo una mueca de disgusto. ¿Que era él? ¿Un cachorro para comer eso? El chef sabia perfectamente que él odiaba la avena. Esa mañana no tenía tiempo para entretenerse en el desayuno, así que pidió otra taza de café. Se sumergió de lleno en la computadora respondiendo sus emails hasta que sintió la mirada aniquilante de sus hermanos.

-¿Qué sucede?-Pregunto molesto al ver sus miradas de desaprobación.

Tae negó con la cabeza.

-Eres un desconsiderado.

-¿Y ahora de que rayos hablas?

-Jin se levantó muy temprano para prepararte el desayuno y tú lo despreciaste. ¡Qué grosero eres, Namjoon!

-¿Qué estás diciendo?

Jin sonrió con dulzura.

-Me di cuenta de que por las mañanas si te sirven un desayuno muy pesado ni siquiera lo tocas y pensé que un plato de avena con miel te gustaría. Me equivoqué, lo siento.

Namjoon se sintió como el peor ser sobre la tierra. ¿En serio había despreciado a Jin? ¡Joder! Cada vez iba de mal en peor.

-Perdóname, no sabía que la habías preparado para mí. La comeré, yo...

-No solo te cocino a ti, no te ilusiones. Me hizo mis tortitas y unas crepas para Minnie.-Tae se carcajeo al ver que Namjoon prácticamente estaba saltando en su silla.-¡Mira Jinnie, alguien está babeando por ti! No creas que no hemos notado las mira que le das a la piernas de Jinnie, Nam. Disimula un poco, por favor, dignidad, hermano.

Nam gruño avergonzado y Jin agrandó los ojos, sorprendido. Ni en un millón de años se hubiera imaginado que el heredero de los Kim, con sus maneras bruscas, estaba interesado en él.

-¡Taehyung ya basta!-El alfa, siempre dueño de si mismo y para la entretención de sus hermanos, estaba sonrojado.

-¡Oh, por la luna!-Tae aplaudió mientras se reía.-¡Míralo, Minnie! ¡Se está muriendo!

-Entonces...-Jin le hizo un guiño a Nam y le lanzó un beso.-¿Cómo te conquisté? ¿Mientras cantaba o con mis sexys piernas por las mañanas? Aunque apostaría que fue esa vez cuando te ate a la silla...

Namjoon tomó su ordenador y se levantó de la mesa, su cara parecía un tomate.

-Termina de arreglarte, Taehyung. Y compórtate durante el almuerzo. Y tú Jimin, hablaré contigo de tu proyecto para el orfanato en mi oficina hoy después de mis reuniones, no llegues tarde.

-¡Espera!-Jin le tiro una uva, dándole justo en la cabeza cuando el alfa iba escapando.-No contestaste mi pregunta.

-¡Porque es una estupidez!

-¿Oh, enserio?-Jin enmarcó su rostro entre sus manos y le hizo ojitos.-Si es asi...¿Entonces porque sales huyendo?

Ante el gruñido de Nam, Tae y Jin soltaron un chillido risueño, molestandolo aún más, mientras el alfa salía huyendo del comedor. Jimin le agradeció a la beta que le sirvió una taza de café.

- Un día como cualquier otro, ¿Verdad, Joven amo?

El timbre sonó y la voz de otra sirvienta se elevó desde la puerta.

- ¡Joven Jimin, su canasta de dulces llegó! ¡Está vez son cupcakes de chocolate y avellanas!

Justo a tiempo.

Jimin suspiró y le dió un sorbo a su café.

- Un día como cualquier otro, en verdad.- Elevo la voz.- ¡Qué nadie toque los de chocolate!

***

Si bien Kim Taehyung no conocía de miedos, reglas y mucho menos límites respetables, había una cosa que lo ponía de los nervios. Y eso era su suegra. Jung Jiying. La señora Jung. La madre de su bichito de amor. La misma que lo observaba con ojos de halcón desde el otro lado de la mesa, como esperando el momento justo para atacar.

Taehyung se tocó el cabello y volvió a revisar su ropa para ver si tenía algo fuera de lugar. Pero todo estaba bien. Era esa maldita mujer que lo hacía sentir como un animal en el zoológico. Seguía cada uno de sus movimientos, y cuando Tae decía algo entrecerraba los ojos y fruncía la boca con desagrado. ¿¡Acaso no podía disimular!? Sabía que no le caía bien, pero al menos por Hobi, mantenía la paz. De lo contrario ya se hubiera tirado con todo y garras sobre aquella desagradable omega.

- Es agradable poder verte, cariño.- Canturreo la vieja insoportable. Se dirigía solo a Hoseok, por supuesto.- Me alegre mucho cuando recibí tu llamada. Pero pensé que comeríamos solos.

Traducción: Taehyung no eres bienvenido. Cómo si le importara. Ya estaba acostumbrado a la actitud de aquella mujer, así que rodó los ojos.

- Quería almorzar con mis dos personas favoritas. No he tenido mucho tiempo últimamente y moría por pasar tiempo con ustedes.

Tae tenía mejores ideas para pasar el tiempo con su alfa, pero se mordió la lengua. Su suegra se atragantaria su escuchaba que tenía ganas de montarse a su hijo toda la tarde de ser posible. Su Hobi realmente no había planeado bien sus horas libres.

- ¿Qué te parece tan gracioso, querido?- La señora Jung interrumpió sus pensamientos y fue ahí cuando Tae se dió cuenta de que había reído en voz alta al imaginarse a su suegra ahogándose con el vino.

- Estaba soñando despierto, lo siento.

- Y díganme...- La señora Jung bajo la copa de vino blanco.- ¿Puedo esperar que la fecha que escogieron para la boda sea la definitiva? ¿O es que piensan aplazarlo nuevamente?

Hoseok la miró con el ceño fruncido.

- Madre, por favor.

- Lo siento, cariño. Pero tu padre y yo queremos asegurarnos para no tener que mover nuestras agendas nuevamente. Han cambiado tantas veces la fecha que resulta algo molesto.- Lo último lo dijo mirando mal a Tae.

- Hemos tenido inconvenientes, pero...- Hoseok se calló cuando Tae le apretó la mano por debajo de la mesa.

- No prometemos nada, así que le sugiero que guarde su vestido y los zapatos en un lugar donde no se ensucien. Solo la luna sabe si algún día llegará a usarlos.

- No tienes por qué molestarte, querido. Solo me preocupa que este compromiso se ve bastante... Inestable. Yo solo quiero el bienestar de mi hijo y no es ningún secreto que no me agrada la idea de cómo se comprometieron. Los escándalos en tu familia son una cosa muy desagradable. No quiero que mi Hoseok sea arrastrado por la reputación de tu familia.-La omega frunció su respingada nariz.-Un compromiso tan largo y bajo las circunstancias en las que se dió, no es nada beneficioso para mi hijo.

Tae se puso furioso. No iba a dejar que esa mujer le hablara así. Se levantó de la mesa y tiró la servilleta al suelo.

- Bien, en ese caso, seria mas beneficioso para todos que no me empareje con su hijo. Qué tenga un maravilloso día, suegra.- Tae salio airado del restaurante.

Hoseok se levantó de la mesa, dispuesto a ir tras él.

- Sigue siendo un cachorro insoportable e insolente.

- ¿Quieres, por favor, dejar de ofender a mi omega? Se que la idea de que me empareje con Taehyung no te agrada, pero lo haré y tienes que aceptarlo.

- Que ese emparejamiento tenga lugar es tan posible como que tu padre deje el cigarrillo. Dime una cosa, ¿Se emparejaria contigo si no lo estuvieran obligando? ¿Tienes al menos la certeza de que te ama?

- Que importa el amor para nosotros.

- Tienes un apellido respetable, la luna sabe que somos tan importantes e influyentes como los Kim. Conexiones no necesitas y mucho menos de una sociedad entre familias.

- Yo lo quiero. Y debo hacerme responsable por la reputación de Tae...

- ¿Su reputación? ¿Estás hablando del vídeo por el que lo obligaron a comprometerse contigo?- Su madre rio suavemente.- Perdóname, pero la reputación de Taehyung ya estaba por el suelo mucho antes de eso. Tú solo eres la salvación que encontraron para salir del problema.

Hoseok estaba a punto de gruñirle a su madre.

- Ya basta, mamá.

- No, ya basta contigo. Taehyung podrá ser un bonito adorno para tu brazo. Pero no se quedará contigo en los tiempos difíciles, no lo veo queriendo una familia y mucho menos criando a tus cachorros. Pasa más tiempo en fiestas y de compras que atendiendo sus responsabilidades. Estás a tiempo de evitar una catástrofe, Hoseok.

- Voy a emparejarme con él, acéptalo.- Antes de irse, Hoseok se giró hacia su madre y le dió un beso en la mejilla.- Si me ama o no, realmente no importa. Yo lo amo y para mí es suficiente. Qué tengas un buen día, mamá.

Hoseok encontró a Tae esperándolo en el auto. El omega le daba la espalda y tenía la cabeza agachada. Habían muchas cosas que Hobi amaba de Tae y una de ellas era su fuerza. Todo el mundo vea a su omega como alguien infantil, travieso y al que nada le afectaba. Un rebelde lleno de caprichos y que conseguía sus deseos con tan solo usar su encanto. Pero el alfa lo conocía mejor.

Tae no eran invulnerable. Le gustaba que lo sostuviera entre sus brazos y lo llenara de besos porque le gustaba sentirse amado. Odiaba comer y salir solo porque le recordaba que no tenía ni un amigo sincero. A pesar de que le gustaba molestar a sus hermanos, sabía que Tae daba la vida por Jimin y Namjoon. Y aunque moriría antes de admitirlo, lloraba a solas cuando recibía la desaprobación de Namjoon o su padre porque odiaba decepcionarlos. Por todas aquellas cosas, lo amaba y quería protegerlo por el resto de su vida. Tae era joven e inmaduro, su falta de compromiso lo sacaba de quicio muchas veces, pero lo amaba porque sabía que debajo de todo lo que Tae le dejaba ver al mundo, había un alma frágil que merecía mucho amor.

Hoseok abrazo a su omega y le dió un beso en la base del hombro y el cuello.

- ¿Estás bien?

-Quiero ir de compras. ¿Me acompañas, Hobi?-La sonrisa pícara de Tae se ensancho cuando se giró entre sus brazos y le dió un beso lleno de necesidad.-Dejare que escojas algo con encaje y lo modelare para ti en tu apartamento. ¿Qué dices?

Hoseok sabía lo que intentaba hacer. Tae siempre evita a hablar de sus problemas o de las cosas que lo incomodan.

-Tae, respecto a mi madre...

-Llama a la oficina y diles que cancelen todas tus citas. ¡Hoy pasarás el resto del día conmigo!-Tae le dió un beso y se subió al auto sin darle la oportunidad de hablar.

-No hay nada que yo quiera más en este mundo que a ti.-Le dijo Hoseok ya detrás del volante antes de poner el auto en marcha.-La idea de emparejarte te asusta y lo entiendo, yo me siento igual. Pero no importa si nos casamos este año o dentro de mil más, yo te seguiré esperando hasta que estés listo, porque eres todo lo que necesito. ¿De acuerdo?

Tae se quedó mirando la ventana del auto por un rato hasta que levantó la mirada. Su omega haría oídos sordos y cambiaría el tema porque no era algo que le gustara discutir. Hoseok lo conocía muy bien. Pero aún así, quiso decirle aquellas palabras.

-Tu madre tiene razón, puedes conseguir a alguien mejor que yo. Alguien que te merezca más. Un omega que no tenga una reputación por los suelos.

-¿Escuchaste todo?

-Hoseok yo no te amo como tú lo haces.-Tae se limpió una lágrima.-Al menos, no con la misma intensidad.

-Lo sé.

-Y no quiero un compromiso.

-Eso también lo sé.

-¿Y entonces porque insistes?

-Porque te amo. Y sin importar lo que tú creas, Taehyung... no hay nadie mejor que tú. Para mí siempre has sido lo único que mis ojos han visto.

-Tu eres demasiado para mí. No te merezco.-Tae sabía que Hoseok era un alfa de valor y que estaría loco por dejarlo ir. Todo el mundo quería una pareja que quisiera hijos y un compromiso, menos él. Y ahí estaba la raíz de todo problema.-Hoseok yo no pienso cambiar por ti. ¿Lo sabes verdad?

-Algún día tendrás que aprender a verte a través de mis ojos, Taehyung. Olvida lo que dijo mi madre y deja de intentar convencerme de que eres inadecuado para mí. Tú eres rebelde por naturaleza, lo tengo claro. Y no cambiaría el estar contigo por nada en este mundo. Si quiera un omega puritano y aburrido, ten por seguro que lo tendría. Pero no. Te quiero a tí, tal como eres. Entiéndelo.

Tae no dijo nada el resto del camino hacia el apartamento se Hoseok, pero el alfa pudo olor lo salado de sus lágrimas y como las limpiaba disimuladamente.

Taehyung en el fondo era muy inseguro consigo mismo. Se exigía demasiado y se frustraba con facilidad. Hoseok se encargó el resto del día de reemplazar el rastro de lágrimas por sonrisas y suspiros. Y a demostrarle que era amado con todas sus inseguridades y su rebeldía.

***

A las cinco de la tarde en punto, Jimin llegó a la empresa de su familia. Llevaba una carpeta abrazada a su pecho, eran la lista de todo lo que necesitaría para la feria, incluidos los nombres de algunos socios que le habían asegurado que colaborarían. La verdad estaba sumamente emocionado. Con el dinero podrían expandir los dormitorios y recibir más cachorros. Solo esperaba obtener la aprobación de Namjoon con el presupuesto, al final de cuentas, el orfanato era una de las fundaciones de su familia.

Iba tan distraído con sus pensamientos que se sorprendió cuando las puertas del elevador se abrieron y Jungkook quedó a medias entre avanzar o retroceder al verlo.

-¿Qué estás haciendo aquí?

-Tengo una reunión con tu hermano.-Jungkook entró al elevador y cerró las puertas.-No pensé que te encontraría aquí. Pero siempre es bueno verte, Minnie. Has alegrado mi día.

-Lamento no poder decir lo mismo.

-¿Recibiste las flores y la canasta de dulces?

-Si.-Jimin miraba hacia el frente.-Es molesto recibirlos cada mañana, deja de enviarme cosas por favor. Me desagrada.

-Perdóname, esa no era mi intención.

Jimin se sintió un poco mal al ver de reojo su mueca de dolor. Los minutos se hicieron eternos mientras subían al último piso, el lugar era tan cerrado y pequeño, que Jimin se encontró tragando con nerviosismo al verse rodeado por el aroma a café y chocolate de Jungkook. Su lobo se retorció al reconocer el olor que tanto había extrañado.

-¿Tú también lo sientes, verdad?-Murmuro Jungkook.-Puedo sentir a tu lobo llamando al mío. Es como un cuchillo ardiente en mi pecho.

-Deja de decir tonterías.

Jungkook estiró su mano hasta tocar uno de los mechones del cabello del omega y sonrió con dulzura.

-Mi ángel rubio está de regreso.

Las puertas volvieron a abrirse y Jimin quiso bajarse, no importaba en qué piso se encontraban, no podía seguir en el mismo lugar junto al alfa.

-Deja de huir de mi.-Jungkook lo jaló de vuelta y detuvo el ascensor, atrapandolos dentro.-¿Hasta cuándo seguirás ignorandome, Jimin?

-No hay nada que yo quiera hablar contigo.

-La otra vez me quedé esperándote en el restaurante.

-Esta es la tercera vez que te pasa, tú eres el tonto por esperar a alguien que no llegará. Pon en marcha el ascensor.

-No hasta que me escuches.

-¡No quiero hablar contigo!-Jimin lo empujó y perdió los estribos. Empezó a golpearlo, gritándole y llorando.-¡El tiempo de hablar era hace tres años! ¡Pero me abandonaste, rogando a media calle! ¿Cómo pudiste ser tan cruel?

La mirada de Jungkook era una mezcla de enojo e incredulidad.

-¿Acaso no recuerdas nada?

-¿Y qué se supone que debo recordar? ¿Tú, dandome la espalda al alejarte de mi?

-¡Yo jamás te dejaria tirado a media calle! Te llevé corriendo al hospital y me aseguré de que estuvieras bien.

-Estas mintiendo. Yo recuerdo todo perfectamente y tú no estuviste ahí en ningún momento. ¡Me desperté solo y asustado, con el corazón roto porque mi alfa no quiso perdonarme!

-¡Yo si te perdone!

-Ya cállate, Jungkook...

Jungkook lo sujeto con firmeza y se agachó hasta verlo a los ojos.

-¿Vas a decirme que mi hermano, proponiendote matrimonio en el hospital tampoco paso? Porque entonces si es así, me estoy volviendo loco por haberme torturado con esa escena durante tres años.

Jimin lo miró con incredulidad a través de las lágrimas.

-No es posible... tú no estuviste ahí...yo lo habría recordado...

-Pues yo recuerdo muy bien verte aceptando la propuesta de alguien más, Jimin.-El dolor en sus ojos era tan real que era imposible sostenerle la mirada.-Es algo que difícilmente pueda olvidar.

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Gracias infinitas x leer
Capítulo largo por la espera, 4829 palabras ❤️😚

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