Epílogo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¡Mamá! Ya te dije que estoy bien —a veces su madre puede ser toda una dramática, pero debía admitir que la adora. Desde su presentación, su madre alfa ha querido estar presente en su vida como una protectora, aunque la pelinegra debía hacerla entender que no todo el tiempo tenía que protegerle de cualquier alfa que estuviera con ella, no todos eran malos.

Llevó su mano hasta la unión de su cuello y hombro, maldición, la marca llegaba a ser una locura hasta ahora para Lisa, pero bueno, así eran las cosas, por fin había terminado la universidad, todo había salido perfecto.

Las cosas habían dado un gran cambio después de aquel día de los enamorados, Lisa había estado recibiendo cortejo de parte de las seis alfas, lo que hacía que varias omegas sintiesen envidia.

Poco a poco, había sido marcado por los seis chicas, y el lazo que habían creado había sido único. Para la tailandesa, a veces era una locura, podía sentir todo lo que sus alfas sentían, y debía admitir era divertido, aunque otras veces no tanto... Pero no tenía quejas, se había enamorado de seis alfas cuando menos lo esperó. ¿Era acaso eso científicamente posible? ¿Que seis personas robaran su corazón? No lo sabía, pero ya lo había aceptado, después del anuncio de su graduación.

Lo más difícil, fue decírselo a sus padres, pues su madre había enloquecido al enterarse, y parecía estar muy preocupada, mientras que su padre simplemente se había desmayado al escucharla decir que la habían marcado seis alfas distintas. Aunque después de todo el drama, su madre les había dado a esas seis alfas todo un discurso de como debían de tratarla para que estuviera bien y no hubieran problemas con tantas marcas. En verdad que es una grandiosa madre.

Ahora vivían en Seúl, en una pequeña casa que habían logrado comprar, pues eran demasiados. Lisa se sentía muy a gusto, aunque varios de sus vecinos sospechasen que la omega tenía demasiados amantes y una esposa, claro que no les diría lo que en verdad pasaba, no quería criticas, y además no era nada que le interesara, mientras ella y sus alfas estuvieran a su lado, nada importaba.

—Mamá, tengo que colgar, te hablo después —finalizó la llamada para por fin abrir la puerta de la casa.

—¡Lisa! —Jisoo llegó hacia ella, recibiéndola con un abrazo y un pequeño beso en sus labios—. Tardaste mucho, me tenías preocupada.

—A todas nos tenía preocupada —Jennie apareciendo con los brazos cruzados y caminando hasta ellas, de inmediato le sonrió a su omega y le quitó la bolsa del súper mercado—. ¿Qué tal estás, omega?

—Llegaste temprano, Nini —dijo la chica, pues la alfa junto a las demás se encargaban de trabajar, y aunque la tailandesa había insistido en querer buscar un empleo, prácticamente las demás le habían rogado que no lo hiciera (aunque Lisa se encargaba de realizar trabajo por casa, pues ayudaba a algunos estudiantes con sus tesis universitarias, así ganaba algo de dinero).

—Tenía que hacerlo, hoy es un día especial —canturreó, dispuesta a ir a la estancia.

Jisoo tomó su mano y la arrastró para que caminaran juntas.

Cuando por fin la visión de Lisa divisó la  estancia, pudo ver a Irene leyendo un periódico y a Somi sentada junto a Soojin en el suelo, jugando video juegos.

—¡Lisinnie! —exclamó Somi, pausando el juego, haciendo que Soojin rodara los ojos, estaba a punto de ganar. Aunque su molestia desapareció al ver a la omega.

—¡Omega! —Soojin se incorporó para acercarse a Lisa y depositar un beso en su mejilla—. ¿Rosé no fue a por ti?

—¿Eh?

—¡Llegue! —gritó Park, entrando a la casa y caminado hasta la omega, le dedicó un ceño fruncido—. ¡Te haz ido sin mí! Omega cruel —le reclamó, cruzando sus brazos sobre su pecho y mostrando un leve puchero.

Irene dejó el periódico a un lado, riendo a carcajadas junto a Somi y Soojin.

Lisa miraba a cada una de sus alfas, todas se veían felices, dejó de prestar atención a las distintas conversaciones que se habían hecho entre ellas, aún se mantenía al lado de Jisoo y Soojin, Somi seguía protestando por no estar cerca de ella, Irene se mantenía casi al margen, burlándose de las quejas de las demás, mientras que Jennie también se la pasaba discutiendo con Rosé por no haberse percatado de la presencia de Lisa en el súper mercado.

Una linda, linda familia, definitivamente había sido una grandiosa idea haber aceptado todos esos regalos. Ahora estaban juntas, y se sentía completa, feliz de estar con las chicas, con su familia, con las alfas que ama y adora, definitivamente ese día de los enamorados había sido el mejor de toda su vida.

Gracias por leer, espero que les haya gustado esta historia que sale un poco de la zona de confort en varios aspectos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro