Capítulo 41: Lindseycoln. Parte 2

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Lincoln visitaba a Lindsey tal como lo prometió, empezaron una gran amistad, y luego empezaron a enamorarse, cuando Lincoln tenía 21 años y ella 15 le confesó su amor  ella aceptó, Lindsey perdió su virginidad cuando tenía 15 años, desde ese momento ella fue suya, más adelante se casaron y tuvieron una hija. Lindsey piensa que si no fuera por Lana ella jamás hubiera se encontrado en aquel orfanato con Lincoln y quizás hubiera terminado siendo vendida porque en ese lugar la mujer a cargo se dedicaba a eso también. 

Le hubiera tocado tener una peor vida; Lindsey decidió aceptar a Lana en su casa. La rubia acompaño a su hermano en los viajes en las granjas para atender animales de corral, Lana observaba que el peliblanco disfrutaba atender y cuidar a los animales, pero era algo más que eso, el peliblanco trabajaba duramente por su familia, cuando regresaba a casa era recibido por su esposa e hija con mucho amor; y cuando Lana se quedaba trabajando cerca de la casa de su hermana, observaba que su cuñada cuidaba muy bien a su hija, le cocinaba, le ayudaba con sus tareas y la llevaba a pasear a los lugares que su hija quería ir. 

 Lana se dio cuenta de lo feliz que era la familia de su hermano, Lilian era un valioso tesoro para sus padres, mientras ella reciba amor por parte de ambos, jamás los abandonará, siempre será respetuosa con ellos, nunca tratar de evitarlos porque los quiere mucho. Cierto día Lana se acerca a Lindsey y la hace una peculiar pregunta. 

  –¿Qué se siente ser madre? 

–¿A qué viene esa pregunta? 

 –Curiosidad, la verdad te envido lograste cautivar a mi hermano, y él es todo un caballero; yo jamás he tenido suerte en el amor. 

 –Bueno ser madre, no es tan fácil, siempre tendrás que hacer sacrificios por tu hijo, pero al mismo tiempo es gratificante, el tan solo ver feliz a tu hijo es toda la motivación que cualquier madre necesita. 

 Tales palabras fueron una inspiración para Lana, a sus 32 años sentía que su juventud se le iba, y sentía que ya estaba preparada para ser madre, se colocó unas sabanas por debajo de su polo y se miró en el espejo se imaginó que estaba embarazada; su único inconveniente era buscar un marido, pero luego de tanas decepciones amorosas le aterraba volver a enamorarse. Observaba que su hermano es un buen padre y marido, pensaba que si no tuvieron lazo sanguíneo sin pensarlo le hubiera pedido ser su novia.

  Lana decidió tener citas con chicos que conoció por internet, pero ninguno era de su agrado, por lo que decido tomar una drástica decisión, hacerse una inseminación artificial, cuando le contó a su hermano, pensó que era una locura. 

  –¿Estás lista para criar un niño tu sola? – pregunta Lincoln. 

 –Claro que sí, soy una mujer que nunca le fue bien en el amor, pero tengo mucho amor que brindar, y en vez de darlo a hombres que no han sabido valorarme, prefiero entregar todo mi cariño a un hijo – aclaro Lana.

 –¿Y no has pensado en adoptar un niño? 

 –No, quiero tener un hijo dentro de mí. Quiero tener la misma experiencia que ha tenido Lindsey. 

 –Has platicado con Lindsey. 

 –Eres la primera persona a quien le plático de este tema. 

 –Y piensas decirle de esto a mama o papá o a una de las chicas como Lola.

 –Se los diré luego de la inseminación artificial. 

Aunque la opinión de ellos, poco me importa. El peliblanco se dio cuenta que Lana no los perdono por todo el daño que él recibió, tan solo ha hecho la paces con Lola, él apenas y habla con ella, cuando se casó con Lindsey ni siquiera les envió tarjetas de invitación; en ese momento se preguntó si aún estaba enojado con ellos, pero la verdad es que no lo sabía. 

 –Qué te parece si vamos a verlo mañana – expuso el peliblanco. 

 –¿Estás seguro? – pregunto Lana. 

 El peliblanco asintió. Al día siguiente se dirigieron a su antigua casa; Lana y Lincoln estaban cara a cara con sus padres; la hermana menor les platico sobre su decisión de hacerse una inseminación artificial. 

 –Cariño ya eres mayor no necesitas tener nuestra aprobación para una decisión así – dijo Lynn sr. Lana se quedó sorprendida no esperaba oír tal respuesta. 

 –Por cierto, Lincoln hay algo de cual quieras hablar con nosotros – dijo Rita, pero el peliblanco movió la cabeza negativamente – existe la posibilidad de que un día podamos conocer a nuestra nieta. 

 –A pesar de que ustedes se disculparon conmigo años atrás, yo jamás les perdone del todo; acompañe a Lana para verlos porque no quería visitarlos yo solo. Pero ahora mismo que estoy ante ustedes, se me acaba de surgir una gran interrogante –el peliblanco respiró hondo y suelta su pregunta – ¿Por qué no hicieron nada para detener todo el abuso sobre la mala suerte hacia su hijo? 

 Rita y Lynn sr. Se quedaron helado a estas alturas, no tenían excusas para justificar su negligencia paternal, ellos se postraron a su hijo de rodillos exigiendo ser perdonados, no esperaba esa reacción, ellos actuaron mal, y se disculparán con su hijo todas las veces que sea necesario; Lana toma la mano de su hermano y le muestra una mirada de compasión, el peliblanco solo necesitaba un pequeño empujón para perdonarlos, se acerca a sus padres y los abraza. 

 –No me dejan otra opción que aceptar sus disculpas – dijo el peliblanco entre lágrimas. 

 Fue una conmovedora escena, incluso Lana también se llenó de lágrimas en los ojos. Lincoln llevo a su esposa e hija a sus padres y al resto de su familia que aún vivían en su antigua casa, era la primera vez que Lilian conocía a sus abuelos.

 Luego de bastante tiempo el peliblanco estaba en paz con él mismo. Lana le platico su decisión de la inseminación artificial a su cuñada y ella también le apoyo; el día del tratamiento reproductivo, Lincoln y Lindsey lo acompañaron al hospital, luego le dieron la noticia de que era libre de quedarse a vivir con ellos, después de todo vivían en un hogar muy grande para tres personas, y hay espacio suficiente para dos miembros más.

Continuará... 

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