Capitulo 15

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Le he hablado tanto a la Luna de ti , que una te estás noches en tu ventana, te llamará por tu nombre —Ron Israel.

El teatro del Centro de artes de Seúl estaba cada vez más lleno de personas, era evidente por el ruido de las personas que buscaban sus asientos asignados. Bailarines detrás de escena, preparándose para la primera función de la obra RED, tainted love.

Los nervios antes de una presentación era algo normal para Jimin, pero esa tarde se sentía particularmente más intranquilo de lo habitual, estaba casi seguro que se debía al hecho de que alguien que le gustaba mucho, probablemente estaría viéndolo, por esa misma razón sentía la necesidad de hacerlo perfecto y si no lo hacía se decepcionará mucho. Así que por eso estaba muy nervioso y ansioso.

Antes de ser llamado para ser maquillado, Jimin se encontraba en el escenario aún con el telón abajo. quería salir y ver quienes habían llegado, en realidad quería saber específicamente si el alfa ya estaba dentro del salón. Faltaba media hora para que iniciara, así que no se sentiría mal si no le veía entre el público.

Anhelante, Jimin miró por una pequeña abertura del telón para poder ver quienes de sus invitados habían llegado; las invitaciones que les había entregado tenía sus asientos asignados y por el privilegio de ser primer bailarín, todas sus entradas eran en primera fila.

Paseó su mirada por toda la fila en la que se encontrarán, pero solo vio a su madre allí sentada, luciendo emocionada y muy elegante. No ver a la pareja de alfas lo puso aún más ansioso. inspeccionó con la mirada todo el lugar, esperando encontrarlos apenas entrado, pero no fue así.

Para calmarse un poco, Jimin empezó a practicar la coreografía mentalmente sin tener que moverse mucho. Sus maestros siempre le decían que no es bueno ensayar una coreografía justo antes de empezar el show, porque eso haría que olvidara más rápido los pasos. Pero el omega siempre practicaba mentalmente antes de iniciar la presentación, aún cuando supiera la coreografía al pie de la letra, se sentía más seguro haciéndolo, especialmente cuando lo hacía en conjunto con sus estiramientos de piernas.

Jimin ve a Young-soo acercarse mientras hace estiramientos y el alfa no tarda en unirse a él.

—¿Nervioso? —cuestionó su compañero de baile.

—¿Se me nota? —respondió con otra pregunta.

—Digamos que ya te conozco un poco más que antes, y sé qué haces esto cuando estás nervioso, para relajarte —comentó Young-soo, tocándose los pies con las manos.

Jimin asintió en acuerdo, puede que tuvieran poco tiempo conociéndose pero ambos conocían un poco del otro, especialmente cuando se trataba de ballet.

—No me dejes caer —le pidió Jimin al pararse derecho y encarar a su compañero, quién le sonrió sin mostrar sus dientes.

—¿Cuándo lo he hecho? —preguntó de forma retórica—. No te dejaré caer, confía en mí.

—Lo hago —susurró Jimin asintiendo con la cabeza.

En realidad, si confiaba en él, desde que empezaron juntos nunca lo ha dejado caer, siquiera las veces en las que daba un paso en falso que provocaría una caída, pero en cambio lo ha sujetado con firmeza todo el tiempo y el omega esperaba que siguiera así.

Ambos fueron llamados al camerino, lo que significaba que la hora del show iniciar se estaba acercando. Jimin se sentó en la silla delante del espejo mientras una de las estilista terminaba de arreglarlo.

—¿Vendrá tu omega? —cuestionó Jimin dirigiéndose a Young-soo.

—Si, debe estar impaciente —replicó el alfa mientras se levantaba de la silla al ser terminado maquilar antes que él—. ¿Alguien especial vendrá a verte?

—Espero que lo haga —susurró Jimin en respuesta, cerrando sus ojos—. ¿Ya estás listo? Que rápido.

—No necesito mucho.

—Bueno, eres guapo, es entendible —dijo Jimin pero en voz baja pero no tanto como para que Young-soo no llegara a escucharlo perfectamente, quién solo le mostró una sonrisa de oreja a oreja.

—Tu también eres muy lindo, pero eres el protagonista necesitas destacar más que todos en el escenario —opinó el alfa, mirando a Jimin a través del espejo, mismo que le mostró una sonrisa tímida.

Se sentía raro para el omega hablar de esa forma con Young-soo, para él era simple amabilidad y profesionalismo, esperaba que para el alfa fuera de la misma manera.

En cuanto la estilista terminó con Jimin, el omega se da cuenta como el alfa parado detrás de él lo observa mediante el espejo, sin siquiera pestañear, por lo que Jimin le sonríe. Vio a las maquillistas salir luego de despedirse de ambos.

—Te ves impresionante —elogió Young-soo—. Nadie te quitará la mirada de encima.

—Oh vamos, no es un maquillaje tan exagerado —comentó el omega sin poder mirarlo a la cara mientras le decía aquello.

—Por la misma razón, resalta más la belleza de tus facciones —comentó el alfa apartando la mirada de Jimin.

—Gracias —susurró el rubio poniéndose de pie. Young-soo solo asintió con la mirada en el piso.

En cuanto vio que el alfa se sentó en el sofá del fondo de la pequeña habitación que compartían, Jimin hizo su camino fuera de allí. En el escenario solo se encontraban las personas que terminaban de acomodar todo y detrás de escena algunos bailarines, Jimin sintió la mirada de todos puesta en él mientras éste estaba enfocada en llegar al escenario para volver a ver quienes habían llegado.

Una vez más solo vio a su madre con la mirada puesta en el móvil, se sintió un poco decepcionado de que siquiera Namjoon y Seokjin estaban presentes; ya que su mejor amigo no iría esperaba al menos ver a quienes se volvieron bastante cercanos a él en poco tiempo.

Un poco desanimado, se dio la vuelta para volver a su camerino, salió del escenario, caminó entre las personas que hacían estiramientos, de repente estaba lleno de bailarines listos para salir a escena, el también debería estar preparándose, relajando sus músculos, pero en cambio se sentía rígido y muy nervioso.

Al levantar mirada del suelo, Jimin se sorprendió al ver a pocos pasos de él a la pareja de alfa vestidos de traje. Seokjin llevaba una gabardina rosa pastel que resaltaba sus hombros anchos, combinaba perfectamente con su camisa y pantalones blancos. Por otro lado Namjoon, usaba una chaqueta negra y debajo de ella relucía una camiseta verde turquesa, con pantalones negros de vestir.

Jimin corrió hacia ellos sin pensarlo, sin que le importara llamar la atención de los demás. Cuando llegó a su lado, los abrazó a ambos por el cuello, teniendo que elevarse de puntillas para poder hacerlo, cerró sus ojos en el acto y no pudo ocultar su sonrisa.

—¿Pensaste que no vendríamos a verte, baby? —cuestionó Seokjin correspondiendo el fuerte abrazo del omega.

—¿Qué hacen tras bastidores? —cuestionó el omega al separarse, sin dejar de mostrar su emoción que se evidenciaba en el brillo de sus ojos y la sonrisa de oreja a oreja—. Pensé que no vendrían —dijo sin esperar a que la pareja respondiera, quienes solo lo miraron sonriente.

Jimim siempre les ha parecido muy tierno, a pesar de que era muy atrevido, con ellos se comportaba de una manera más adorable, por la misma razón que Seokjin le llamaba baby.

—Sabemos lo importante que es para ti, sabes que haríamos lo que fuera para venir —señaló Namjoon. Su comentario hizo que Jimin le diera otro abrazo fugaz, se notaba lo emocionado que estaba.

—En cuanto a lo otro, me di cuenta de que conozco a la persona que dirige la obra, así que decidí usar mis influencias, o lo que queda de ella, para venir a animarte antes del show —explicó Seokjin acomodando un mechón fuera de lugar en el rostro Jimin—. Estás precioso, pareces un ángel —comentó el alfa de hombros anchos.

—Gracias por eso, lo estaba necesitando —agradeció el omega sonriéndole.

—¿Lo invitaste? —preguntó Namjoon. Jimin sabía exactamente a quién se refería.

—Si, pero no se si venga. Dijo que tenía algo importante que entregar, está bien si no viene —contestó Jimin, pero los alfas sabían que mentía, por la expresión en su rostro era evidente que si le importaba si el alfa asistía o no.

—Bueno, creo que deberíamos volver, está por empezar —sugirió Namjoon—. Rómpete una pierna —dijo mientras se despedía del rubio.

Jimin los vio irse y éste volvió su camino por el pasillo que daba a su camerino, allí encontró a Young-soo exactamente donde lo dejó, así que el omega imitó su acción. Se relajó, hizo ejercicios de respiración con el alfa hasta que fueron llamados para salir.

A pocos minutos de iniciar, todos se colocaron en el escenario, las luces fueron apagadas y en ese momento el teatro se sumió en un silencio y la música fue lo que marcó el inicio de la obra.

Jimin se encontraba aún detrás de escenas junto a Young-soo, antes de su entrada había un baile introductorio a cargo de los demás bailarines. La pareja de baile que esperaba tras bastidores vio como el telón fue levantado, presenciaron toda la coreografía mientras esperaban su momento para salir.

Yoongi llegó apresurado al teatro, exactamente cuando se estaba levantando el telón. Durante su presentación de proyecto final con sus clientes, no pudo evitar estar pendiente de la hora más que de costumbre.

Quería ver Jimin bailar, no iba a perderse aquello para nada, le causaba demasiada curiosidad, así que inmediatamente terminó, se apresuró en llegar a tiempo. Se sintió aliviado cuando vio que apenas subían el telón cuando entró al salón; buscó su asiento y se sorprendió al ver que estaba en primera fila, de donde tendría una maravillosa vista de la obra.

A pesar de la poca iluminación, Yoongi se dio cuenta que exactamente en la línea de asientos que le tocó, se encontraba el mismo alfa que había visto antes con Jimin, por educación y porque el alfa se le quedó mirando, lo saludó con un asentimiento de cabeza antes de pasar junto a la mujer que se encontraba sentada en la entrada de la línea de asientos y terminó sentándose junto al alfa que se encontraba del otro lado de Namjoon.

Cuando hubo una pausa en la música, los reflectores se apagaron, en ese instante Young-soo y Jimin se posicionaron en el centro del escenario y segundos después un único reflector los iluminó.

Jimin se enfocó completamente en el baile, antes pudo ver lo lleno que estaba el teatro, aunque vacío se veía grande, repleto de personas en su máxima capacidad se veía inmenso. Podía sentir la brisa ondear un poco su cabello en cada salto, las manos de Young-soo sujetándolo con fuerza.

Las luces volvieron a iluminar por completo el escenario, mientras su compañero iba vestido completamente de negro, el estaba vestido de blanco, con uno que otro accesorio rojo sangre, el mismo rojo que se podía apreciar en la portada de la obra.

Mientras Jimin bailaba, Yoongi no pudo apartar la mirada del omega ni un solo segundo. Parecía un ángel que volaba por los aires, las emociones en su rostro y cada parte de su cuerpo. Cada salto, cada giro Jimin lo hacía lucir como si fuera la cosa más fácil de hacer en el mundo.

Cada uno de sus movimientos eran tan suaves y delicados, como las olas del mar cuando esta pacifico, así de satisfactorio era verlo bailar. Como ver una pluma blanca descender lentamente y sin importar lo que tuviese alrededor, no dejaba de verse liviana, suave y delicada. Así se veía Jimin ante los ojos de Yoongi.

—Es un excelente bailarín —escuchó comentar al alfa sentado a su lado y seguido de eso a la omega que se encontraba a dos asientos del suyo, presumió que se trataba de su hijo, lo que le sorprendió a Yoongi.

La música era dramática y con ello los movimientos de los bailarines se volvieron más fuertes y determinados. Yoongi abrió los ojos sorprendido al ver el salto perfecto de Jimin y seguido de eso cerrar con broche de oro mientras era elevado por su compañero de baile, justo como en la imagen de promoción. El omega extendió sus brazos y giró su cabeza hacia al público en el momento exacto antes de que las luces en el escenario se apagaran.

Yoongi no fue tímido al aplaudir por aquella maravillosa presentación puesta en escena y él no fue el único en hacerlo. Todo el salón aplaudía enérgico mientras las luces se volvían a encender, mostrando a todos los bailarines que formaron parte de la obra, pero la atención de Yoongi estaba únicamente concentrada en el omega del centro.

Mientras se tomaba de la mano de sus compañeros, Jimin llevó su mirada hasta sus invitados y sonrió aún más al ver a Yoongi junto a Seokjin, su presencia cambió por completo el ánimo del omega, recibir un guiño del alfa le hizo sonrojar. Estaba muy feliz de ver a las personas que quería animarlo desde la audiencia.

En cuanto se tomó de las manos con Young-soo y pasar al frente para hacer una reverencia al público, se escucharon silbidos y un largo aplauso mientras estos saludaban. Jimin estaba orgulloso de haber logrado un salto que le costó tanto poder hacer como lo hizo aquella noche. Estaba orgulloso de haberlo hecho frente a la persona que le gustaba. Hace tiempo que no se sentía realmente orgulloso o completamente satisfecho con algo que haya hecho, pero aquello cambió esa noche.

A sus compañeros no les dio tiempo de felicitar al omega, cuando éste corrió hacia su camerino y se cambió de ropa rápidamente. Se apresuró en salir al lobby del lugar, estaba ansioso por saber la opinión del alfa acerca del ballet, de su baile en particular.

No fue difícil encontrar a la pareja de alfas y a su madre, quienes lo abrazaron y felicitaron con alegría, incluso recibió regalos de ellos.

—Parece mi cumpleaños —comentó el omega viendo el detalle que tuvieron Namjoon y Seokjin al regalarle una cadena de unas zapatillas de ballet.

—Estuviste maravilloso, todos te amaron —comentó Seokjin.

—Estoy acostumbrada a verlo bailar, pero cada baile me sorprende más que el anterior —comentó Eun-ji—. Estoy muy orgullosa de ti.

Jimin le sonrió y recibió un beso en la mejilla de su madre.

Yoongi miraba la escena desde lejos, apoyado en una de las columnas del lobby mientras en sus manos sostenía un ramo de rosas. No sabía si Jimin tendría éxito, pero algo le decía que si. El lugar estaba lleno de bailarines y sus familias, era un ambiente al que no estaba acostumbrado, pero que en ese momento no le pareció desagradable.

Aunque Eun-ji ya había conocido a la pareja de alfas en otra ocasión, esta no podía dejar de decirles lo bien que se veían juntos. Namjoon mantenía a Seokjin cerca al sujetarlo por la cintura y eso llamaba la atención de muchas personas, por suerte no recibieron ningún comentario al respecto y esperaban que se mantuvieran así.

Ahora que su atención no estaba en él, Jimin buscó con la mirada a Yoongi y a pesar de todas las personas en el lugar, no fue difícil encontrarlo.

—Ya vuelvo —informó con su mirada en el alfa que se encontraba demasiado lejos para su gusto.

Jimin caminó hasta Yoongi, sonriendo tímido a causa del ramo de flores que éste sostenía en sus manos, luciendo como todo un príncipe a pesar de que iba a vestido de negro, como casi siempre. Una camiseta cuello tortuga que se ceñía a su cuerpo a la perfección mostrando lo trabajando que estaba pecho, pantalones y chaqueta de un negro más opaco.

Jimin podía verlo todo el día vestido de traje, pero le daba curiosidad cómo se vería vestido casual, ya que siempre lo ha visto vestido formal. Cuando se encuentra a mitad de camino, Young-soo detiene sus pasos al pararse frente a él.

—Estuviste excelente, felicidades Jiminie —lo felicitó el alfa, pero lo que sorprendió al rubio fue el abrazo que recibió de este. Aunque fue corto, le sorprendió el contacto físico fuera del baile.

Antes de poder responderle, el alfa siguió su camino y Jimin lo vio alejarse, aún sorprendido por aquella demostración de afecto tan repentina. Logró ver a la omega de Young-soo a lo lejos, quién lo saludó aleteando su mano y mostrándole una gran sonrisa. Aquello fue aún más extraño, pero decidió no pensar mucho en ello y finalmente llegar a su destino.

—Le gustas. —Fue lo primero que dijo Yoongi al tener al omega frente a él.

—¿Ves a la chica que cuelga de su brazo? Es su omega, y ¿ves la marca que tiene en su cuello? Es de él, campeón —señaló Jimin palmeando su pecho, cuando lo hizo le sorprendió lo endurecido que estaba, tanto que no quiso apartar la mano, pero lo hizo.

—Yo soy un alfa, y se cuando a uno le gusta un omega. Claramente le gustas.

—Lo que digas alfa celoso.

—No son celos, solo digo la verdad —demandó—. En fin, felicidades por tu presentación, estuviste fascinante.

—Llegué tarde porque quise comprarte flores para felicitarte —continuó Yoongi pasándole el ramo que compró exclusivamente para él.

—¿Quién te dijo que me gustan las rosas azules? —cuestionó Jimin. Sabía que no sería casualidad que el alfa le llevara rosas azules solo porque sí, o porque le parecieron bonitas. Además, no eran tan fáciles de conseguir a menos que él supiera en qué lugar exactamente las vendían.

—Le pedí a Jungkook que le preguntara a su omega —admitió el pelinegro.

—Tae, claro, es el único que sabría eso —susurró Jimin para sí mismo—. Gracias, me encantan.

Yoongi no podía quitar la mirada de Jimin sostener las rosas que él compró para él. Estando cerca de él podía decir con certeza que se veía mucho más hermoso que cuando estuvo sobre el escenario. No podía negar que le cautivó de una manera extraordinaria su manera de bailar, pero también debía admitir que estaba ansioso por verlo de cerca. Quería tenerlo más cerca.

—¿Y ahora qué puedes decir del ballet? —cuestionó Jimin acabando con el silencio que hubo entre ellos.

—Es interesante, me ha encantado verte. Me impresionó mucho tus saltos y lo flexible que eres —comentó Yoongi recordando lo fácil que Jimin hacía ver el ballet. Tan ligero como una pluma, tan hermoso e irreal como un ángel.

—Si, soy muy flexible —susurró el omega con la mirada en las rosas azules—. ¿Por qué no te acercaste antes? —preguntó, cambiando rápidamente de tema.

—Era tu momento de privacidad con tu familia —contestó Yoongi, mirando como el amigo de Jimin sostenía por la cintura al otro alfa, lo que le dejó bastante claro lo que sucedía allí.

No era la primera vez que veía a una pareja de alfas, su compañero de trabajo, Min-ho, sale con un alfa, así que no se le hizo tan extraño verlos juntos. Lo que sí le sorprendió es que fuera de alguien que no pareciera ser, para nada, un alfa que le gustara su misma casta.

—Bueno... —masculló Jimin mirando por encima de sus hombros—. Ya están hablando de ti.

—De nosotros, en realidad —le corrigió Yoongi viendo como los ojos de su madre y sus amigos estaba puesta en ellos mientras hablaban sin nada de disimulo. Era evidente que hablaban de ellos.

—Mi madre se está conteniendo para venir aquí y saludarte por su cuenta. Parte de mi osadía la obtuve de ella —opinó Jimin con una sonrisa de lado.

—¿Y la otra parte? —preguntó el alfa.

—La adquirí con el tiempo.

—Pensé que dirías de tu padre —admitió Yoongi.

—No lo conozco, así que no tengo idea y tampoco quiero saberlo —declaró Jimin con seguridad.

—¿Qué harás luego de aquí? —cuestionó Yoongi para cambiar de tema.

Por el tono de voz Jimin sabía que ese era un tema sensible que aún no debía tocar y lo mejor era hacer como que no se dio cuenta de su pequeña incomodidad y continuó hablando de otra cosa que no le molestara.

—Depende de lo que vayas a proponer —contestó el rubio encogiéndose de hombros—. Si no me invitas a salir, iré a casa y dormiré como tronco. Pero si lo haces, me iré contigo a donde sea que quieras llevarme.

Aquella era la oportunidad perfecta para tener esa segunda cita. Yoongi se encontró a sí mismo deseando poder volver a salir con el omega. La última vez se sintió tan cómodo con él, que sentía la necesidad de repetirlo, era algo que estaba fuera de lo que hacía cada día y después de aquel momento compartido en la cafetería, se dio cuenta de lo monótono que era su vida y sabía que dejaría de serlo si empezaba a salir más a menudo con el omega.

—Entonces deberías despedirte de tu familia y decirle a tu madre que llegarás tarde —sugirió Yoongi con seriedad.

En primera instancia Jimin se rió pensando que solo bromeaba, pero al ver la expresión de su rostro supo que no.

—¿Por qué no se lo dices tú mismo? —lo retó Jimin alzando una ceja mientras le lastraba una sonrisa ladina que Yoongi no pasó por alto.

—Cierto.

Jimin lo mira sorprendido cuando éste empieza su camino hacia sus invitados. Solo lo decía para molestarlo, pero el alfa pareció tomárselo muy enserio y eso le asustó un poco.

No esperaba que Yoongi fuera tan valiente y se dirigiera a su familia; no había duda en sus pasos, todo su cuerpo gritaba determinación y no había algo que a Jimin le pareciera sexi sino eso.

Ninguno de los alfas con lo que ha estado se ha preocupado por pedirle permiso a su madre para salir con él, se sentía como en la secundaria y que salía con todo un caballero que si hacía las cosas como todos deberían.

En ese instante, mientras caminaba detrás del alfa, Jimin supo lo que sentía se cortejado. Había leído tanto sobre ello en los libros de lobos que pensó que ya era una costumbre que se había pedido con el tiempo. Parecía ser algo con lo que no se atrevería siquiera a soñar, veía tan lejano tener la dicha de ser cortejado como mandaba la ley, pero le estaba sucediendo.

Siente que finalmente las cosas estaban funcionando para él, que después de tantas decepciones y desilusiones, la Luna estaba de su lado.

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