Capitulo 28

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Aún tengo mucho que aprender sobre el amor, pero quiero aprenderlo contigo, aún tengo muchos defectos que corregir, pero quiero corregirlos por nosotros, aún no alcanzo min mejor versión, pero quiero que seas quien la disfruta, aún quedan muchas cosas que vivir, pero sé que quiero vivirlas contigo —Andrés Ixtepan.

En la mañana del domingo, el sol se filtraba por la ventana con las cortinas corridas a un lado, mismo que llegaba a la piel semidesnuda del alfa y omega que descansaban sobre la cama, cansados del día anterior. La manera en la que ambos cayeron rendidos en la cama, en el segundo que sus cuerpos tocaron el edredón, fue impresionante e inesperado para ambos.

Durante el resto de la tarde del día anterior, Yoongi tocó el piano para Jimin hasta que éste terminó su pintura. Jimin bailó una pieza de ballet contemporáneo solo para Yoongi, quien lo disfrutó mejor que cualquier presentación en el teatro. La noche calló sin que se dieran cuenta, el tiempo avanzaba tan rápido cuando lo único que ambos querían era estar junto al otro tanto como tuvieran la oportunidad.

No tuvieron que cocinar juntos, porque Eun-ji insistió en llevarles del bibimbap que preparó por montón e irse a la cita que tenía con sus amigas. Permanecieron acurrucados en el sillón, vieron algunas tres películas hasta que empezaron a quedarse dormidos.

La manera en la que Yoongi acarició el cabello del omega cuando éste recostaba su cabeza en el regazo del pelinegro, con la atención puesta en la televisión frente a ellos, el movimiento de sus dedos en su cabello solo hizo que incrementara su sueño, hasta que terminaron en la cama, apenas y llegaron a cerrar la puerta por completo.

Las cosas que hicieron durante el día resultó ser tan agotador, que al omega no le dio tiempo de descubrir aquella sorpresa que Yoongi había comprado para él.

El brazo del alfa se encontraba alrededor de la cintura del rubio, mismo que se despertaba por lo fuerte luz solar que entraba a la recámara, si no hubiese sido porque las cortinas estaban corridas estaba seguro que no se despertaría.

—Yoongi —susurró Jimin tratando de moverse, pero el agarre del alfa apretó más su cintura, apegándolo más a su cuerpo.

—Alfa, deben ser las diez de la mañana —masculló Jimin acariciando el dorso de la mano del pelinegro con sus dedos.

—Vamos a quedarnos un rato más —dijo con su voz ronca—. Es domingo, omega.

—Y tenemos que estar listos para tu graduación, vamos, arriba —declaró Jimin sentándose en la cama, lo que hizo que el alfa se quejara aun sin dejar su cintura, esta vez hundiendo su cabeza detrás de su espalda.

—Falta mucho tiempo para eso, duerme conmigo —le pidió tratando de hacer que el omega volviera a dormir, quien terminó resignándose y acostándose de frente al alfa, levantando una pierna y dejándola sobre el cuerpo del pelinegro.

Jimin sintió la mano del alfa acariciar su muslo y besar su hombro antes de volver a caer rendido en un sueño que fue vigilado por el omega. En el momento que escuchó los ronquidos del alfa, fue cuando Jimin salió de debajo de sus brazos, sigilosamente para no despertarlo, y solo así pudo ducharse, cambiarse e incluso preparar el desayuno.

Al despertarse, lo primero que el  alfa encontró fue una cama vacía pero un aroma a mantequilla y huevos que inmediatamente despertó su apetito. Con el cabello un poco húmedo por la reciente ducha, caminó hasta la cocina donde encontró al omega con una de sus camisetas puesta y pantalones cortos, sirviendo el desayuno que dejaba sobre la encimera.

—Pensé que dormirías hasta el medio día —comentó Jimin sonriente.

—No tiene en tiene sentido si tú estás despierto —susurró Yoongi sentándose en el taburete frente al desayunador de la cocina. El alfa llevó su mirada a las piernas descubiertas del omega y no dudó un segundo en darle un ligero apretón a su pierna e inclinarse para darle un beso de pico.

Jimin sonrió coqueto al ver como el alfa miraba sus piernas mientras comían juntos el desayuno, en ningún momento dejó de verlas y aquello solo lo hacía sentir hermoso, deseado.

En cuanto terminó de comer, lo primero que hizo el omega fue llamar a su madre, no había dejado de pensar en ella desde que estuvo despierto, aunque la noche anterior habló con ella, fue entre sueños, así que no recordaba mucho.

—Mamá, ¿está todo bien? —cuestionó al dejarla en alta voz sobre la encimera.

—Sí, dormiré un poco más, tengo turno en la noche hoy —escuchó su voz débil del otro lado del teléfono—. Come bien y cuídate.

—¿Cerraste todo? —cuestionó Jimin con preocupación.

—Sí, bebé, no te preocupes. Tampoco es como si tu padre fuese a aparecerse por aquí.

El comentario de su madre lo tomó desprevenido, aunque sabía que solo eran los efectos del sueño y que quizás se estaba quedando dormida, por lo que Jimin solo le pidió que descansara y colgó la llamada.

Desde aquella noche en la que encontró a su madre sin poder controlar a su lobo interior o lo que quedaba del mismo, no se confiaba de nada, mucho menos cuando ella estaba sola. Sobre todo, no se confiaba porque si su madre había sentido aquello, aunque Jimin se haya convencido de que no, las probabilidades de que esa sensación fuera cierta le causaba incertidumbre y miedo.

No sabía quién era su padre, como lucia, o como hablaba, pero ver a su madre tan asustada al respecto, le daba mala espina. Y el solo hecho de lo que él hizo y como lo hizo, solo le sumaba a su desconfianza hacia ese hombre.

—¿Qué piensas? —cuestionó Yoongi al ver que el omega tenía la mirada perdida.

—Nada importante —susurró Jimin en repuesta. Yoongi asintió aún dudoso, pero éste prefirió no presionarlo a contarle lo que evidentemente no le resultaba cómodo, se convenció de que el omega le contaría cuando se sintiera listo.

El día avanzó tan rápido que Yoongi siquiera se dio cuenta de las cosas que hicieron cuando ya eran las seis de la tarde. Cocinaron juntos durante la hora de almuerzo, Jimin terminó de darle los últimos toques a su pintura, algo que parecía sencillo pero que le costó al menos una hora y mucha concentración, por lo que el alfa decidió darle su espacio, sin interrupciones, ni distracciones.

Mientras terminaba su pintura, el alfa decidió ejercitarse, recibió algunas llamadas de trabajo y aunque estaban fuera de horario, no dejaba ir a un cliente potencial, nunca.

—Alfa, casi debemos irnos, joder se nos hará tarde —comentó Jimin al salir de la ducha tan solo con su bóxer puesto—. ¿Hoseok habrá llegado?, ¿qué hay de Nam y Jin?

—Jimin tranquilo, no es como si fuera a casarme o algo, es solo una graduación —le dijo el alfa al ver que éste estaba muy energético, caminando de aquí para allá llamando sin parar, al mismo tiempo que se alistaban.

—Eso es igual de importante, es muy importante, quiero que todos estén allí.

—Está bien, no me molestaré si no están —respondió el alfa mientras se abotonaba la camisa.

Jimin no hizo mucho caso a las palabras del alfa ya que estaba concentrado en llamar a sus amigos, con el teléfono en alta voz mientras llamaba a Namjoon, subía los pantalones color marrón por sus piernas.

—Jimin, que intenso eres, Nam está conduciendo ahora, acabamos de llegar —dijo Seokjin al descolgar la llamada.

—¿Qué tantas personas hay? —preguntó echándole un vistazo al alfa que ahora se sentaba en la orilla de la cama mientras se ponía los zapatos.

Baby, solo hay tres personas con nosotros, tu pareces más nervioso que el mismo Yoongi —comentó Seokjin entre risas. El alfa sentado en la cama solo asintió para sí mismo en acuerdo con lo que decía el delta.

—Todos están terriblemente tranquilos, es un día importante —se quejó el omega abotonando su camisa blanca—. En fin, estaremos allí pronto.

—Te espero afuera —informó Yoongi antes de salir de la habitación y darle a Jimin el espacio que necesitaba para estar listo.

Se encargó de asegurar todas las ventanas, apagar las luces y dejar todo en su lugar, recibió una llamada de sus compañeros de trabajo felicitándolo por su logro, en lo que se tomó algunos 20 minutos riendo de sus insinuaciones con relación a Jimin. Aunque ahora los veía poco en el trabajo, cuando lo hacía era como un bombardeo de preguntas, además, era inevitable para el no hablar del omega, y siempre que ese tema surgía ellos le recordaban aquellos días en los que se negaba a salir con omegas.

Cuando vio la hora en su reloj se sorprendió de que el omega aún no salía de la recámara cuando ha estado muy energético durante todo el día en cuanto a la graduación; solo podía escuchar sus movimientos y luego la puerta cerrarse.

No llegó a ver a Jimin en su traje nuevo porque éste insistió en que quería que fuera sorpresa, así que se moría por verlo. Yoongi tomó las llaves de su auto, y cuando estuvo a punto de ir a por el omega lo vio cerrar la puerta de la alcoba con cuidado de no hacer ruido, pero el alfa estaba de pie en la entrada de la cocina con la mirada puesta en el cuerpo del omega que todavía no se percataba de su presencia.

Al levantar la mirada, Jimin le sonrió viendo al alfa inspeccionarlo de arriba a abajo hasta que sus miradas conectaron.

—Wow. —fueron las únicas palabras que el alfa pudo dejar salir de sus labios sin poder quitarle la mirada de encima a Jimin, quien le sonreía mientras se acercaba a él.

Su traje era de un color marrón que combinaba casi a la perfección con su tono de piel, lucia tan elegante y a la moda como siempre. Su cabello rubio estaba peinando hacia atrás, sus cejas estaban delineadas solo con un poco de maquillaje que resaltaba la belleza de sus facciones. Sus labios tenían un color rosa durazno, en combinación con el color en los parpados del omega y el delineado alrededor de sus ojos avivaba su mirada, misma que observaba con picardía al alfa frente a él.

—Estás hermoso —susurró Yoongi aún ensimismado por la apariencia de Jimin.

—Ahora que puedo verte mejor, tú te ves demasiado sexy —comentó Jimin pasando sus manos por la americana del alfa.

Yoongi le dedicó una sonrisa y un beso corto en sus labios. Al salir del apartamento, el alfa condujo hasta la universidad, un momento que Jimin aprovechó para llamar a Hoseok como por quinta vez en la tarde.

—Sí, Jimin, ya estoy aquí —dijo Hoseok en cuanto tomó la llamada—. Estuve convenciendo a Jungkook para que saliera de su cueva.

—¿Está allí? —cuestionó con ilusión, y lo siguiente que escuchó fue la voz del alfa saludarlo del otro lado de la línea.

El omega sonrió al escuchar a Jungkook después de semanas sin poder hablar con él. Puede que Yoongi no fuera muy afectuoso con el azabache, pero si algo Jimin había notado, es que veía a Jungkook como lo hacía con Hoseok, lo veía como un hermano, así que estaba seguro que se pondría feliz de verlo, especialmente cuando éste hizo un esfuerzo de no permitir que la partida de Taehyung siguiera afectándolo de tal manera que no le dejara pasar tiempo con quienes lo querían.

Al llegar al estacionamiento del salón en el que se llevaría a cabo la ceremonia, vieron la cantidad de estudiantes que llegaban junto a sus familias, y luego estaba él, que tenía a Jimin y a sus amigos, eso le bastaba.

El rubio rodeó el auto luego de haber sacado del mismo la toga y el birrete que con notable emoción le tendió al alfa que miraba a su alrededor.

—Hoy es tu gran día, estaré en primera fila apoyándote y tomándote muchas fotos para tenerlas de recuerdo —comentó Jimin con frenesí, mientras ayudaba al alfa a colocarse la toga y el birrete de la manera correcta.

—Estoy seguro de que lo harás, yo estaré viéndote —señaló el alfa acomodando el birrete en su cabeza.

Ambos se dirigieron a la entrada del salón de conferencias, donde se encontraron con su grupo de amigos, de todos a quien el alfa le sorprendió ver allí, fue a Jungkook, con quien habló en la mañana para recibir sus felicitaciones.

Yoongi entendía que él no estaría en la ceremonia porque no estaba pensando por el mejor momento de su vida como para estar celebrando, pero le alegraba ver un mejor semblante en el alfa. Tenía un nuevo corte de cabello con los laterales más corto que el resto de su cabello largo, se veía mucho más inflado en cuanto a musculatura y eso solo le dejaba claro que probablemente pasaba sus días ejercitándose para descargar todos sus emociones.

Jungkook-ah —dijo con una sonrisa en el rostro mientras se acercaba para abrazarlo, acto que sorprendió a todos los presentes. Jimin sonrió al igual que los demás al ver la emoción de Yoongi en sus ojos mientras abrazaba a Jungkook.

—Hoseok fue a sacarme de casa, me obligó a usar esta ropa, hasta hizo que me cortara el cabello —comentó Jungkook señalando su cabello.

—Definitivamente eso es algo que Hobi haría, te entiendo —afirmó Yoongi llevando su mirada a Hoseok, quien ahora se encontraba de pie junto al omega—. ¿Cómo estás? —preguntó frotando su mano en la espalda del azabache.

—La verdad, sobreviviendo —masculló con la mirada en el piso. Su respuesta causó en Yoongi un matiz de tristeza, pudo sentir el dolor en sus palabras, pero éste solo se limitó a asentir.

—Tomemos algo al salir, creo que lo necesitamos —sugirió Yoongi.

—¿Me quieres emborrachar hyung?

—Solo un poco, te servirá para distraerte y despejar tu mente un poco —determinó el alfa apartándose de su amigo.

Antes de poder entrar, saludó a los demás con una sonrisa de lado, esta vez no hubo más abrazos, solo para Jungkook, a quien no había visto desde la noche en el hospital, días antes de que fuera prácticamente abandonado.

Notó que Namjoon sostenía un ramo de flores, le avergonzaba saber que eran para él y que le serían entregadas al terminar la ceremonia de graduación.

El resto lo vio dirigirse hacia los asientos que fueron asignados por carrera y en ningún momento Jimin dejó de mirarlo, se sentó en medio de sus amigos, con la pareja de alfas sentados a su izquierda, Hoseok y Jungkook a su derecha. Estaba rodeado de alfas y uno que una vez lo fue, se sentía protegido estando entre ellos.

Se encontraban en el balcón destinado únicamente para los invitados, ubicaron los asientos que estaban en la misma línea en la que se encontraba el alfa, quedando exactamente detrás de él.

A medida que fueron llegando las personas, la hora de inicio de la graduación llegó, momento en el que el omega preparó la cámara para tomar todas las fotografías posibles.

Se sintió más ansioso al ver que pasaban muchas personas a recoger su título y Yoongi nada de ser mencionado, hubo muchas palabras por parte de los directores de carrera y el rector de la universidad.

Desde su lugar Jimin vio a Yoongi voltear, buscándolo con la mirada, levantó su mano sonriente y le guiñó un ojo en cuanto el alfa lo encontró, mientras que sus amigos hicieron ademanes con sus manos en señal de apoyo.

En el momento que vio que todos los de la carrera de Yoongi empezaron a ser llamados, Jimin se puso en alerta. En el momento que se escuchó el nombre Min Yoongi en los altavoces, el omega fue el primero en ponerse de pie y fotografiar todo su camino hacia el escenario.

Sus amigos mantuvieron una sonrisa de oreja a oreja al ver la larga caminata del alfa hasta poder llegar a los escalones del escenario. Jimin encargó a Hoseok de grabar cada segundo mientras éste tomaba fotos con alegría y entusiasmo al ver que su alfa se graduaba con honores del departamento de negocios.

Yoongi recibió su diploma, sonrió para la cámara que tenía en frente, volvió a darle la mano al director de su carrera, momento en el que escuchó a Jimin llamarlo.

—¡Alfa, aquí! —gritó Jimin desde el balcón, alzando su mano y apuntando hacia la cámara que sostenía para que el pelinegro que recibía su título mirara.

Yoongi sonrió y negó con la cabeza con algo de timidez, sabía que si no hacía algo para Jimin en ese momento le reprocharía más tarde. Volvió su atención hacia el omega y le dedicó una enorme sonrisa mientras mostraba su título. Solo vio como este le tomó todas las fotos que pudo en un segundo, antes de que el alfa siguiera su camino fuera del escenario.

A Yoongi le causó algo de nostalgia ver a sus amigos alegrarse por un triunfo que era suyo, de todos allí presente solo él sabía, Jimin y Hosoek un poco más, lo que le ha costado volverse profesional en algo que le gustaba. Lo difícil que fue llegar siquiera a pisar una buena universidad con los pocos privilegios que él tenía.

Lo que hizo que tuviera las lágrimas al borde de sus ojos fue el hecho de pensar que llegó a ese lugar sin nada, ni nadie, solo él y sus ganas de superarse, de ser alguien en la vida sin importar su pasado. Ahora salía del mismo lugar, con algo que no tuvo nunca, una familia, más que amigos y una relación amorosa, eran su familia.

—Ah, se ve tan guapo —suspiró Jimin al sentarse nuevamente. Solo pudo escuchar la risita de Hoseok y sintió la mano de Namjoon darle un pequeño apretón en su hombro.

—Estoy seguro que él piensa lo mismo de ti —señaló Jungkook buscando hacer contacto visual con Jimin.

Todo esperaron pacientes a que la ceremonia terminara, Jimin estaba listo para salir de allí, bajar y abrazar al alfa. Cuando finalmente llegó a su final, el omega fue el primer en abrazar al alfa y llenarle el rostro de besos mientras lo felicitaba con alegría.

Yoongi recibió un abrazo de todos, algo a lo que no estaba acostumbrado, pero de lo que no se quejaba, ahora tenía un ramo de flores y a Jimin tomándoles más fotos sin parar, quien se aseguraba de guardar los recuerdos de ese día en fotografías.

Jimshi, creo que ya son suficientes —señaló el alfa quitándole el aparto de las manos con sutileza. El omega se quedó paralizado al escuchar el apodo que usó el alfa en él y solo lo siguió con la mirada mientras caminaban hasta el estacionamiento.

Antes de que separarse, todos se pusieron de acuerdo para llegar juntos al club en el que celebrarían, sólo un poco porque al siguiente tendrían trabajo y una resaca no sería buena para iniciar la semana. Yoongi se sentía más cómodo ahora que ya no tenía la toga encima.

El club estaba tan lleno como era de esperarse para un fin de semana en la noche, Octagon era un club con mucha demanda por lo que tuvieron que hacer algo de fila antes de enterar. El lugar era muy amplio, pero aun así estaba repleto.

Yoongi tomó la mano de Jimin y caminaron entre las personas hasta llegar a una mesa vacía. Se sentaron en el gran sillón de cuero en forma de U, mientras se instalaban.

Todos en aquella mesa habían estado en aquel club, a excepción de Seokjin y Namjoon, quienes no era mucho de salir de fiesta, de salir en general.

—Dos rondas y nos vamos —determinó Yoongi una octava más alta para poder escucharse por encima de la fuerte música.

Hoseok y Yoongi eran quienes habían visitado Octagon en más de una ocasión, así que fue más fácil para ellos llegar a la barra y conseguir bebidas más rápido. Después de estudiar el ambiente, Hoseok fue el primero en ponerse de pie y bailar al ritmo de la música, seguido de Namjoon y Seokjin, quienes aseguraron no ser los mejores bailarines, pero al verlos entre el tumulto, Jimin podía asegurar que era todo lo contrario.

Yoongi vio a Jungkook con su atención en el móvil, mientras que con su otra mano sostenía una botella de cerveza, de la que tomó antes de dejarla en la mesa y guardar el teléfono en su bolsillo dejando salir un largo suspiro que notablemente era de frustración.

Jimin y Yoongi se miraron con complicidad, entiendo perfectamente lo que pudiera estar pasando por la cabeza del alfa frente a ellos. Yoongi se acercó al azabache y le pidió que lo siguiera, y Jimin caminó detrás de ellos hasta llegar a la barra.

—Qué es eso de cerveza, tú necesitas algo un poco más fuerte —determinó el alfa—. Tres shots de tequila —pidió al barman.

—No quiero beber mucho —comentó el alfa.

—Tres shots no te embriagarán —afirmó Jimin a su lado.

Jungkook se encontraba en medio de Yoongi y Jimin, ahora sosteniendo un shot de tequila que estaba a punto de tomarse.

Luego del primero no pudo rechazar los otros seis que llegaron después, mismos que fueron suficientes como para que éste se liberara en la pista de baile. Yoongi y Jimin vieron al azabache soltarse más a medida que pasaba el tiempo, de vez en cuando volvía a la barra por otro trago, pero estos lo detuvieron al notar que estaba tomando más de lo que debería.

Yoongi no era de bailar, pero hacia la excepción por Jimin, porque no quería que nadie más se le acercara. Él sabía lo mucho que el omega llamaba la atención al bailar, no podía permitirse verlo como el resto lo haría, en ese club era suyo y se lo dejaría claro a todo el que se atreviese a mirarlo.

Saltaban juntos al ritmo de la música, sintiendo la euforia del momento, tan solo con unas copas de tequila que les daba la libertad suficiente como para sentir la fricción de sus cuerpos al bailar. Los movimientos de Jimin fueron su perdición, la manera en la que hizo una ola con su cuerpo, desde sus hombros hasta su cintura y viceversa, al mismo tiempo que se mordía el labio inferior con una ligera sonrisa ladina, solo trajo pensamientos lujuriosos a su mente.

El alfa paso su lengua por sus labios mientras hacía contacto con la mirada coqueta de Jimin, estaba convencido de que lo hacía a propósito. El alfa lo tomó por la cintura y lo guio hasta la mesa, debía parar en ese miento o lo besaría y no estaba seguro de poder parar, un espectáculo que no quería darle a nadie.

Antes de despedirse de la noche medio fiestera, se encontraron todos en la pista de bailando, llevaron a Yoongi al centro mismo que solo mostró unos pocos pasos hasta que Jimin hizo lo suyo e hizo que este se sintiera más libre y menos rígido al hacerlo. 

—Muero de hambre —comentó Seokjin al salir del club—. Podemos cenar en el lugar de un amigo, la comida es deliciosa —sugirió.

—Los seguimos —contestó Yoongi abriendo la puerta del auto antes de entrar junto a Jimin—. ¿Qué intentas hacer?

—¿De qué? —preguntó Jimin tratado de reprimir la sonrisa que lo delataría.

—Esas miraditas y como bailaste antes, no soy tonto, que intentas provocar en mí, Jimin —cuestionó Yoongi, aunque sabía la respuesta, quería asegurarse de que no estaba viendo cosas donde nos las había.

—Alfa, ¿crees que no recuerdo la cita que tenemos hoy? —preguntó en un tono de voz seductor que erizó la piel de Yoongi. Claro que recordaba la cita pasional que tenían para esa noche.

—Omega, estoy al tanto de todo —dijo viendo que habían llegado a su destino—. Pero espera un poco más, no apresuremos lo que hemos llevado despacio hasta ahora.

—Al demonio todo eso, te quiero a ti —determinó Jimin, viendo como el alfa lo miraba con algo de sorpresa.

—Y me tendrás.

El lugar sugerido por Seokjin era un restaurante de comida tradicional coreana, su exterior era tan elegante y sofisticado como el interior, fueron guiados a una sala privada en la que podían hablar tranquilamente de cualquier cosa, sin tener que cohibirse de ciertos temas.

El ambiente entre ellos se volvió tan familiar y ameno que Yoongi los miraba y se sentía tan agradecido de tenerlos que no pudo evitar sonreír. Jungkook y Hoseok ahora conocían mejor a la pareja de Namjoon, con quienes no habían compartido antes, al menos no tanto como Jimin o el mismo Yoongi.

Antes de ordenar, Yoongi pidió tener cuentas separadas porque sabía que probablemente el y Jimin serían los primeros en irse, pero Seokjin insistió en que el invitaba, después de todo conocía al dueño y es un lugar que frecuentaba con Namjoon. El delta le pidió a su amigo que lo recibiera rápidamente como regalo de graduación, algo que al final el alfa tuvo que aceptar.

Durante la cena, solo se podía escuchar las risas de Hoseok y Seokjin, los comentarios con doble sentido del omega junto a Yoongi, quien tenía su atención en Jungkook, mismo que a pesar de hablar poco, de vez en cuando lo veía reír.

Tomaron vino, hablaron de cualquier cosa que surgiera, omegas y alfas, de la universidad, el trabajo y por supuesto que no pudieron quedarse las preguntas de Hoseok hacia la pareja de la misma casta, pensó que él se salvaría del mismo cuestionamiento, pero no fue así, ahora todos se reían por la manera en la que el y Jimin se conocieron.

Yoongi casi escupió su bebida al sentir la mano traviesa de Jimin deslizarse lentamente por su muslo, por suerte pudo disimular su sorpresa antes de que los demás se dieran cuenta de las señales que su omega le estaba dando.

Definitivamente le sorprendió a que Jimin lo tocara de esa manera teniendo en frente a sus amigos, tenía todo preparado para esa noche, pero por el toque del omega en su pierna, entendió que debía acelerar el paso y complacer lo que su omega tanto quería: a él.

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