Capitulo 54

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Toda una vida me estaría contigo, no me importa en qué forma ni como, pero junto a ti, toda una vida te estaría mimando, te estaría cuidando como cuido de mi vida que la vivo por ti —Osvaldo Farrés. 

Al despertar, Jimin sintió su cabeza dar vueltas y sus manos adoloridas, aturdido, apenas su vista se acostumbraba a la luz roja de la habitación en la que se encontraba. Intentó mover sus manos, fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba atado de manos a una silla.

Miró a su alrededor aun completamente desorientado y con un fuerte dolor de cabeza que le hizo apretar sus ojos hasta que pudo ver mejor la habitación en la que estaba encerrado. Era algo extravagante, con un mueble rojo frente a él, paredes blancas con cuadros de mujeres y hombres semidesnudos, luces rojas, azules y blancas; su mirada se detuvo en el tocador en una esquina, con un perchero lleno de ropa, lucia exactamente como un camerino espacioso, lo que le confundió aún más, ¿qué hacía allí o quien lo había llevado a ese lugar a rastras?.

El miedo se apoderó de su cuerpo cuando sintió el peligro en el ambiente, fue arrastrado a la fuerza a ese lugar, lo peor de todo es que no sabía dónde estaba o que tan lejos de casa. Empezó a moverse desesperado en la silla, buscando poder deshacerse de las cuerdas que apretaban sus muñecas en su espalda.

Se concentró en lo que tenía a su alrededor, pero todo le seguía dando vueltas, se sentía mareado, nunca ha estado drogado, pero en ese momento se sentía como tal. Intentó tener sus sentidos en alerta, fue ahí cuando notó la música que provenía del exterior, estaba muy alta y parecía música de cabaret.

—¿Qué crees que haga con él? —escuchó unas voces cerca de la puerta.

—Es un lindo omega, con un lindo cuerpo, ¿qué más hará con eso? Obviamente que prostituirlo.

Jimin abrió los ojos al escuchar lo que planeaban hacer con él, se movió de un lado a otro buscando con desesperación poder salir de ellí. Pero entonces cayó al piso, provocando un fuerte golpe en su hombro. Apretó sus ojos por el dolor que invadió su cuerpo por esa fracción de segundos.

No podía mover sus manos, estaba privado de poder hablar. Con la respiración agitada trató ponerse de pie, dejó de hacerlo al darse cuenta de la fuerza que estaba empleando para ello.

Angustiando y desesperado, sintió las lágrimas correr por sus mejillas, con su cabeza en el frío piso, vio la prueba de embarazo a pocos pasos y lloró al recordar lo emocionado que estaba por darle la noticia a su alfa. Su mirada estaba fija en la bolsa de farmacia de dónde salía el test de embarazo, hasta que vio unos pies delante de él y seguido de eso como lo levantaban del piso hasta quedar en la posición anterior.

Levantó su mirada aterrado de quien podría encontrarse frente a él, pero entonces el hombre que lo levantó se inclinó hacia él hasta quedar frente a frente. Jimin se llevó una sorpresa al ver el rostro que no era desconocido para él, mucho menos su aroma.

Chanyeol lo miraba directo a los ojos con una sonrisa cómplice en el rostro que le aterrorizó, en el fondo él sabía que siempre ha estado detrás de cosas ilegales, desde que quiso obligarlo a tener sexo con él, desde que lo dejó como "garantía" por drogas; no le resultaba difícil pensar que el pudiera estar en ese tipo de vida, hasta le parecía gracioso que se tratara de él.

Allí frente al alfa que una vez fue "su pareja", pensó que estaba allí por venganza, rencor o lo que fuere, sabía de las cosas que él era capaz y ver esa sonrisa en sus labios mientras lo miraba directo a los ojos, le invadió de un miedo, no por él, sino por el bebé que él sabía llevaba dentro suyo y debía cuidar.

—Jimin, no pensé que nos volveríamos a ver —susurró al pararse derecho.

Jimin lo miró con las cejas fruncidas, intentando gritarle todo lo que tenía para decirle. Lanzó un grito cuando le quitó la cinta adhesiva que cubría su boca de manera brusca.

—¡Maldito bastardo!, ¡déjame ir! —vociferó aún con las lágrimas al borde de sus ojos.

—Veo que llevas una marca, ¿es de ese alfita al que le abriste la piernas en la facultad? —cuestionó presionando su dedo en la marca del omega, lo que provocó que éste le gruñera.

—Parece ser una perra que muerde —dijeron los hombres que permanecían detrás de Chanyeol.

—Es inofensivo, las cosas que pueden hacer esos labios, ganaría mucho dinero contigo —susurró Chanyeol pasando sus dedos por los labios del omega, mismo que lo mordió con fuerza, y lo siguiente que sintió fue la mano de Chanyeol al impactar contra su mejilla y luego otra más fuerte.

Lo tomó con fuerza por las mejillas y volvió a mirarlo directo a los ojos, con las cejas fruncidas y la mandíbula apretada.

—No tienes puta de idea de lo que hizo tu alfa, no estás aquí porque en algún tiempo me gustaste, realmente me gustaste, pero esa mierda ya no me interesa.

—No te debo nada, bastardo idiota —masculló Jimin con veneno.

—Con la misma boca sucia de siempre —susurró apretando aún más sus mejillas—. ¿Tienes una idea de lo que le hizo tu alfa a mi padre? Todo por una maldita omega que no servía para nada más que para venderse.

Jimin palideció al escuchar las palabras de Chanyeol, no estaba allí porque quería desquitársela con él sino con Yoongi lo que era peor.

—¿Tu padre?

—Sí, mi padre, el dueño de este lugar. Tenía una omega, quizás su nombre te refresque la memoria, Lee Sarang, la única esposa de mi padre que tuvo por muchos años hasta que se reveló contra él —susurró Chanyeol—. Y con ayuda de tu alfa, que se cree un puto héroe, lo metieron a la cárcel.

Jimin se quedó petrificado ante la mención de Sarang, recordó todo lo que Yoongi le dijo sobre ella y lo que le hicieron, fue en ese instante que todo el valor que sentía solo porque conocía a Chanyeol y quizás podía persuadirlo, todo ese valor desapareció.

El terror arropó su cuerpo, estaba aterrorizado de lo que el alfa tenía planeado hacer con él solo por hacerle daño a Yoongi. De pensar todas las cosas que le hicieron a Sarang y de las que podrían hacerle a él estando tan indefenso, lejos de su alfa.

—Chanyeol, escúchame, no tienes que...

Sus palabras fueron interrumpidas por un fuerte golpe en su rostro, tanto que sintió el sabor metálico de la sangre gotear de su mejilla hasta llegar a la comisura a de sus labios.

Intentó luchar contra el alfa que intentaba quitarle la ropa, trató patearlo, pero sus piernas estaban igual de atadas que sus manos. Chanyeol le desató las piernas para una sola cosa, quitarle los pantalones de un tirón, Jimin intentó patearlo ahora que podía, pero solo consiguió que los demás hombres lo mantuvieran en su lugar a la fuerza. Le pegaron en el rostro,

—¿Está grabando? —cuestionó el alfa limpiándose la sangre en su labio, el único golpe que fue proporcionado por Jimin en su defensa.

—¡No lo hagas, por favor, no! —gritó viendo cómo los hombres a cada lado suyo evitaban que se defendiera lo poco que podía.

Se movió con fuerza de un lado a otro, pero todo lo que consiguió fue una serie de golpes que le dejaron aturdido.

—¡Quédate quieto! —gritó Chanyeol después de desatarle las manos para poder quitarle la camiseta que llevaba, recordaba haber dejado su gabardina en el auto de Jungkook.

Por instinto levantó sus piernas para cubrir su vientre, pero lo empujaron fuerte contra el piso, causando que cayera boca abajo. Ahora semidesnudo, únicamente con su ropa interior, sintiendo el frío en todo su cuerpo, se arrastró hacia la puerta en busca de ayuda, entonces fue acorralado contra la pared.

—¡No! —gritó al sentir el tercer golpe en su vientre mientras él seguía mordiéndolos y pateándolos para mantenerlos lejos de él y su bebé.

Lloró, gritó, usó su voz de omega para llamar a su alfa. Cerró sus ojos cuando lo obligaron a levantarse no quería seguir viendo, no cuando lo único que querían era hacerle daño, Jimin se las ingenió para lastimarlos con una de las decoraciones que había en la mesita de noche, pero lo que recibió como respuesta fue tres veces peor del daño que les causó a ellos.

—¡Déjenme! —vociferó—. Alfa, mi alfa, ayúdame —susurró cuando volvieron a atarle las manos con dificultad por lo mucho que este se movía.

No dejó de llamar a Yoongi, usó sus feromonas, su voz de omega, todo lo que pudiera alertarle al alfa de que estaba en peligro, que su bebé estaba en peligro.

—No, mi bebé, déjenme —susurró más para sí mismo, no queriendo apartar las manos que cubrían su vientre, podría aguantar cualquier cosa que quisiera a hacerle siempre y cuando no volvieran a pegarle en el abdomen.

—¡Suelta las manos! —gritó Chanyeol pegando su cabeza con fuerza contra la pared de la que se estaba recostado, sollozó al sentir un puñetazo en sus costados, lo que provocó que finalmente aflojara sus manos.

—No, mi cachorro no, por favor —masculló sin que estos pudieran realmente escucharlo suplicar. Miró a la puerta con las lágrimas llenándole los ojos mientras era arrastrado al sillón rojo, con sus pies colgando, apenas rozando el frio del piso—. Yo te voy a cuidar, bebé.

En medio de la reunión en la que se encontraba, sintió una angustia llenarle, para su suerte la reunión terminó en el instante que esa inquietud desapareció, pero en lo único que podía pensar es en que Jimin estaba en peligro.

Yoongi salió deprisa hacia el estacionamiento y lo primer que hizo fue llamar a Jungkook, él debía estar con Jimin y estaba seguro que algo no andaba bien con su omega, lo pudo sentir a través de su marca. El sentimiento que experimentó antes pudo haber sido miedo de cualquier cosa, pero conocía a Jimin, él era bastante valiente y no se asustaba con facilidad, solo cuando era realmente grave, como lo era su padre.

—¿Ya te dieron la noticia? —cuestionó Jungkook al descolgar la llamada.

—¿Dónde está Jimin? —fue lo primero que preguntó mientras conducía directo a su casa, donde se supone que debería estar su omega, ya eran las siete de la noche y no le gustaba la idea de Jimin caminando solo por las calles. 

—¿Qué? Lo dejé hace pocos minutos en la tienda donde compraría sus zapatillas de ballet —contestó Jungkook—. ¿Por qué?

—No está en casa, acabo de llegar, sentí algo extraño y ahora no puedo encontrarlo por nuestra marca, algo malo le pasa, lo sé Jungkook —comentó Yoongi saliendo del apartamento para volver a su coche.

—Joder, no debí dejarlo solo. Mierda, mierda, muerda, Yoongi esto no es bueno —comentó del otro lado de la línea—. Encontrémonos en tu casa, el dejó su gabardina en mi auto, llamaré a la policía, quédate donde estás.

Yoongi intentó llamar a Jimin una y otra vez, pero solo obtenía cómo respuesta la voz del correo de voz, lo que le frustró aún más. Concentró todas sus energías en su aroma y de pronto un montón de sentimientos lo abrumaron, los recibió de golpe, tanto que no sabía en cuál de todos concentrarse. Todo lo que podía percibir a través de su marca era el miedo y eso le preocupó aún más.

Se culpó por no haber pasado por él, por dejarlo solo, sabía que no debía hacerlo. Siempre ha estado atento de él, incluso aprendieron a comunicarse a través de su marca. Yoongi intentó hablarle usando su voz de alfa, pero no obtuvo respuesta, todo lo que sentía era su miedo y su lobo solo quería salir corriendo a buscarlo.

En el momento que Jungkook llegó junto a Taehyung y Hoseok, quien sostenía la gabardina de Jimin, y la policía detrás de ellos. Tomó entre sus manos la ropa de su omega y la llevó a su nariz al menos para mantenerse concentrado en una sola cosa, su aroma. Inhaló su fragancia, una combinación entre jabón, colonia, desodorante y su esencia de frutas tropicales.

—¡Joder! —gritó volviendo al interior de su coche.

—¡¿Sabes dónde está?! —cuestionó Jungkook en voz alta desde la ventanilla del auto de Yoongi.

—Tengo una idea de dónde podría estar —contestó. Jungkook corrió junto a su omega hacia su auto para seguir a Yoongi por un camino que parecía estar un poco retirado de casa, pero no lo suficiente como para que el alfa no pudiera encontrarlo tan solo por su aroma.

A mitad de camino escuchó la voz de Jimin como en un susurro cerca de su oído, podía sentir su dolor a través de su marca y eso le causaba una serie de punzadas en su interior, que gruñera mientras conducía. Su lobo podía sentir el peligro en el que se encontraba, es por ello que tenía todos sus sentidos en alerta y fue entonces cuando volvió a escucharlos pedirle ayuda.

Escuchó a su omega fuerte y claro pedirle ayuda, nunca pensó que podría realmente escucharlo por el vínculo que compartían, pero iba más allá que solo oírlo, sino que podía sentirlo, su preocupación, su miedo, el peligro en el que estaba. Todo, el solo quería llegar lo antes posible al lugar que le causaba esos sentimientos, quitarle todo lo que sea que le hiciera daño y protegerlo con su vida.

Al ver la dirección en la que iba, recordó el pequeño callejón y todo fue claro para él. Se bajó del auto corriendo, lo primero que hizo fue decirle a la línea de policías que Jungkook trajo consigo que se trataba de un club en el que prostituían a las omegas y es el mismo lugar de dónde sacó a su destinada en más de una ocasión. Se supone que ya la policía tenía esa información, se supone que el lugar ya no debería existir, pero allí estaba.

Yoongi fue la cabecilla en ese lugar, era el único de ellos que había estado allí. A los hombres allí dentro siquiera les dio tiempo a sacar sus armas cuando ya estaban rodeados por los agentes policiales. Era algo a lo que estaban acostumbrados a hacer en ese tipo de lugares, que tristemente, eran típicos.

Dentro del bar había tantos olores, que le resultó difícil concentrarse solo en el aroma de Jimin. Su instinto fue ir a la misma habitación de la que una vez vio salir a Sarang, abrió la puerta, pero todo lo que encontró allí fue una silla en medio, algunas cosas esparcidas en el piso, entre ellas una bolsa con una prueba de embarazo sin abrir. No había nadie allí dentro.

—¡Taehyung lo encontró! —la voz de Hoseok llamó su atención, quien parecía haber corrido hasta ese lugar—. Está en peligro, ve con él, ¡ve!

Yoongi corrió en medio de los hombres que eran esposados por los policías. Al salir dejó caer la prueba que sostuvo en sus manos y fue entonces cuando lo vio, con sus manos llenas de sangre sin poder mantenerse en pie, siendo amenazado con una pistola en su sien.

—¡Suéltalo! —le gruñó Yoongi dando un paso adelante, mostrándole sus colmillos y sus ojos lobunos a Chanyeol, el mismo que tenía a Jimin preso entre sus brazos.

De tan solo verlo al borde del desmayo, tan solo con un abrigo gris cubriendo su cuerpo. Tenía heridas en sus mejillas, en su mentón y frente. Se notaba lo débil que estaba, parecía seguir susurrando algo que Yoongi no llegaba a escuchar o entender.

La desesperación se adueñó de su cuerpo y mente, no podía seguir viendo a Jimin así de débil, sintiéndose tan triste, solo quería correr a él, abrazarlo, estaba ansioso por ser el quien estuviera en su lugar.

—¡Si disparan, lo mato! —gritó Chanyeol.

Yoongi fue detenido por la policía, mismos que parecían tener todo bajo control, aunque no pareciera. Pero el alfa solo tenía su mirada en el omega que casi arrastraba sus piernas mientras, no podía ver por completo la gravedad de sus heridas por la oscuridad de la pequeña calle, pero podía sentir su dolor, su desolación.

Se escucharon tres disparos desde atrás y Yoongi solo pudo ver como el cuerpo del alfa que sostenía a Jimin cayó al suelo llenarlo de su sangre por los disparos.

El omega apenas pudo dar dos pasos antes de sentir sus piernas flaquear, vio a su alfa a pocos pasos de él, apenas y podía mantener sus ojos abiertos por la cantidad de sangre que ya había perdido.

—Alfa —masculló en un sonido inaudible cuando Yoongi lo atrapó en sus brazos y los sostuvo antes de que pudiera derrumbarse—. Alfa llegaste.

—Estoy aquí, estarás bien, estarás bien —repitió Yoongi, mismo que lo cargó hasta dejarlo en el asiento trasero de su coche, no podía esperar a que llegara la ambulancia, necesitaba llevarlo cuanto antes al hospital.

—Voy contigo —dijo Taehyung. Y sin esperar una respuesta por parte del alfa, entró al coche recostando la cabeza de Jimin sobre sus piernas mientras Yoongi conducía a toda velocidad al hospital con el resto detrás de él.

—Resiste, Jiminie, quédate despierto.

Tae... le hicieron daño —murmuró entre dientes con sus ojos cerrados, sintiendo su cuerpo tan ligero como una pluma, completamente débil.

—Lo sé, estará bien, todo saldrá bien, quédate tranquilo —le susurró Taehyung apartando su cabello húmedo de su frente sudorosa.

Llegaron al hospital en una fracción de minutos, Yoongi lo cargó por el pasillo de emergencias y fue en ese instante cuando notó la gran cantidad de sangre en medio de sus piernas, lo que le asustó por lo que anteriormente había hablado con el omega, fue en ese instante que comprendió la gran preocupación de Jimin, y la pequeña conversación que tuvo con Taehyung en el interior de su auto. Y al ver sus manos se dio cuenta de que esta probablemente era la misma entre sus piernas.

Unas enfermeras se lo llevaron a una habitación a la que el no pudo pasar, Yoongi solo se quedó parado frente a la puerta con sus manos temblorosas sin poder imaginarse lo que pudieron llegar a hacerle a Jimin. Se imaginó lo peor.

Se sentó en el piso pegado a la pared con las manos en su cabeza, estaba pensando un montón de cosas de las que pudieron hacerle y ningunas de ellas eran buenas, no cuando sabía que le hicieron a Sarang allí dentro.

—Yoongi, levántate de ahí —le pidió Hoseok arrodillándose frente a él.

—Le hicieron daño porque llegué tarde, Hobi, no me merece, él está muy herido y... —Yoongi se detuvo a media frase empujando su cabello hacia atrás con desesperación—. Le fallé, otra vez, le fallé.

—No, lo salvaste Yoongi, ¿sí? No es tu culpa, tú lo salvaste —susurró dándole la mano para ayudarlo a levantarse del suelo y llevarlo a la sala de espera en la que solo se encontraban ellos.

Pasaron varios minutos en los que Yoongi intentó mantenerse tranquilo. Se movía de un lado a otro, se sentaba, Taehyung se encontraba junto a Jungkook esperando impaciente alguna respuesta de Jimin. Hoseok intentaba mantener tranquilo a Yoongi, mientras que la pareja de alfas que eran bastantes unidos al omega recién llegaban al hospital.

Yoongi pensó que ya tendría respuesta de su omega cuando vio a una enfermera salir con un recipiente cubierto en sus manos y seguir por el pasillo en dirección contraria a ellos. La vio pasarle por el frente y fue en ese momento que sintió un frío recorrerle todo el cuerpo, desde donde estaba pudo escuchar un sollozo por parte de Jimin y eso le hizo sentir peor.

Cuando la puerta fue cerrada, volvió su mirada a Jungkook, quien se encontraba recostado de la pared apoyando su peso en una pierna, notó como Taehyung lo miraba y no tuvo que seguir convenciéndose de que no era lo que estaba imaginándose.

Hubo un largo silencio en medio del pasillo en el que estaban todos, como si todos allí supieran lo que pasaba, él quería seguir convenciéndose de que no era lo que estaba pensando, pero haber escuchado el sollozo de su omega no le dejaba nada bueno a pensar.

En ese instante obtuvo esa mirada que hace tiempo no recibía, una mirada apenada. Ellos ya sabían lo que él quería seguir ignorando, porque no sabría cómo lidiar con ello, le aterraba la simple idea y sabía que para Jimin no sería algo de lo que podría recuperarse.

—¿Qué era esa noticia que él tenía que darme? —le preguntó Yoongi a Jungkook, pero antes de que el alfa pudiera responderle, el doctor que atendía a Jimin salió de la habitación.

Todos se reunieron a su alrededor, esperando las noticias de lo que había pasado con Jimin. Todos sabían que no era algo bueno, pero Jungkook y Taehyung tenían la esperanza de que el dijeran que el bebé estaba bien, lo que por la expresión que tenía no eran buenas noticias.

—No sé si como su alfa estabas al tanto, pero estaba en cinta, tenía un mes de embarazo. Tristemente tuvimos que hacer una operación y sacar el feto por aborto espontáneo—explicó el doctor—. Perdió mucha sangre y eventualmente el feto murió por los golpes que obtuvo en sus costados.

—¿M-murió? —preguntó Yoongi sin poder creer lo que acaba de escuchar. Aborto, golpes, muerte, esas tres palabras se iluminaron en su mente con luces neón.

—Sí, pero el estará bien, su cuerpo es saludable así que pueden tener otros bebés —le alentó el médico—. El resto de sus heridas fueron menores, solo fue golpeado, no hay rastros de que hubo algún tipo de abuso sexual a pesar de los moretones en sus piernas.

Yoongi solo asintió incrédulo, ido de la realidad al pensar que lo que llevaban en ese recipiente era su ¿hijo? Y aquella era la repuesta que tanto temía obtener del doctor.

—Lo llevaremos a la sala de recuperación. Está un poco sensible, así que lo mejor es no abrumarlo mucho. —Fue lo último que dijo el doctor antes de marcharse.

Yoongi caminó junto a Jimin mientras lo llevaban en la camilla a la sala de recuperación, su mirada estaba perdida en un punto fijo, aun estando así sujetó la mano de su alfa casi por instinto.

El alfa se quedó a su lado sin decir absolutamente nada, solo hubo un silencio casi ensordecedor, solo se podía escuchar el sonido de la máquina que dictaba los latidos del corazón de su omega.

Esperó a que Jimin estuviera listo para hablar con él, pero solo escuchó un sollozo de su parte, Yoongi se sentó a su lado y lo confortó mientras éste lloraba desconsoladamente. Le partió el alma escucharlo llorar de esa manera, sintiendo su cuerpo sacudirse mientras lo abrazaba e intentaba tranquilizarlo con sus feromonas.

Por más que intentó reprimir sus propias lágrimas, mientras se repetía que debía ser fuerte por su omega, no pudo evitar tener que limpiar las gotas saladas que se deslizaron por sus mejillas al escuchar a Jimin repetir entre susurros y sollozos "Lo perdí", "no lo protegí".

Lo peor de aquellas palabras es que el sentía toda la culpa caer sobre sus hombros por no haber llegado a tiempo y evitar la pérdida del cachorro que apenas empezaba a formarse.

Lo abrazó toda la noche hasta que se quedó dormido en sus brazos, Yoongi se quedó a su lado vigilando su sueño, se sentó en la silla junto a la camilla para darle más espacio al omega, y vio cómo su mano reposaba en su vientre. El alfa peinó el cabello de Jimin, pasó sus dedos por las pequeñas heridas en su rostro.

Esa misma noche supo de Jimin que iba a contárselo en cuanto llegara a casa, que tenía todo planeado y por el brillo en sus ojos al mencionarlo, supo lo realmente emocionado que estaba de contarle que iban a tener un hijo. Su lobo estaba triste por ello, pero no desanimado, porque solo debía esperar a que tanto él cómo Jimin se recuperaran de ello e intentar tener más cachorros, al menos ya sabía que el omega estaba listo para tenerlos y por cómo se sentía al respecto, él también estaba listo para tener cachorros.

Al salir de la habitación por algo de comer, no esperó encontrarse con sus amigos casi dormidos en los asientos de afuera.

—¿Está bien?, ¿puedo verlo? —preguntó Taehyung, el único que parecía estar completamente despierto.

—Se ha quedado dormido de tanto llorar, puedes quedarte con él, solo necesito 20 minutos para comer algo —susurró Yoongi después de aclararse la garganta. Estaba seguro que su rostro no era el más agradable de ver, después de haber derramado casi la misma cantidad de lágrimas que Jimin.

Taehyung solo asintió y entró a la recámara con Seokjin detrás de él, en cambio los tres alfas que seguían mirándolo apenados decidieron seguirlo hasta la cafetería sin siquiera pedírselo.

—¿Y tú cómo estás? —preguntó Namjoon.

—Recién me enteré que iba a ser papá —masculló Yoongi moviendo sus fideos con sus palillos—. Mi omega fue lastimado, le hicieron daño a su... nuestro bebé, ¿cómo debería sentirme? Estoy destrozado —confesó Yoongi, algo que ningunos en esa mesa esperaban que hiciera.

—Pudo haber sido peor, pero no lo fue. Superarán esto, al menos podrán recompensarlo en el futuro —consideró Namjoon.

Yoongi pasó casi toda la noche pendiente a cualquier movimiento de Jimin, quien durmió hasta el siguiente día sin problemas, aunque estaba casi seguro que los medicamentos ayudaron en eso.

Después de unos exámenes rápidos, le dieron de alta del hospital y lo primero que hizo al llegar a casa fue llamar a su madre, quien en medio de querer decirle lo que sucedió, su voz se quebrantó hasta el punto que no pudo seguro hablando, así que él tuvo que darle la no tan buena noticia y la tuvo en el apartamento horas después, lo que para el alfa era una ventaja considerando que debía trabajar y no era una opción para él dejar a Jimin solo.

Su cuerpo estaba saludable a pesar de todo, pero él seguía más callado y cabizbajo, entendía que sería más difícil para el superarlo cuando él lo tuvo dentro el por un mes, quizás nunca escuchó sus latidos de un corazón recién formado o sintió sus patadas, pero claramente él sabía que estaba en cinta por sus instinto lobuno, además, lo sacaron de su interior porque ya no tenía latidos, así que entendía que sería más difícil para el recuperarse de ello, es por ello que cada miércoles y viernes iban juntos a terapia.

Funcionó, Jimin poco a poco fue expresándole lo que sentía, lo que siempre terminaba en llanto, pero en tres semanas de terapia ya estaba mucho mejor y más abierto a otras posibilidades. Entendió que eran cosas que pasaban pero que siempre tenía la posibilidad de tener cuantos cachorros quisiera, eso fue lo que le motivó.

Lo difícil fue llegar ahí, pasaron por el momento de culpa, negación, hasta que ambos aceptaron lo que les sucedió.

Cuando se recuperó casi por completo, Yoongi se sorprendió al ver lo que hizo para sellar la herida, no pensó que cuando decía a: "Quiero recordarlo siempre, aunque nunca lo haya conocido", se refería a literalmente llevarlo tatuado en su piel.

Le mostró su espalda llenó de emociones encontradas que Yoongi pudo percibir a través de su vínculo. Tres lunas en su espalda, empezando justo debajo de su nuca con una media luna y una pequeña estrella en el centro, un tatuaje que descendía hacia abajo por espina dorsal. Recordaba perfectamente sus palabras exactas mientras le explicaba su significado.

—Somos tú, yo y nuestro bebé junto a las estrellas —susurró mirándolo por encima de sus hombros con una sonrisa melancólica. Yoongi solo lo abrazó por espalda aun sentando en la cama y permanecieron de esa forma por varios segundos. Sin decir nada, solo sintiendo el mar de emociones a graves de su lazo.

—Es hermoso, te queda muy hermoso —masculló Yoongi con su barbilla sobre el hombro de Jimin—. Sé que prefieres esto antes que solo superarlo.

—Sé que lo tuve por muy poco tiempo, pero lo tuve y fue mi bebé, aunque nunca lo haya escuchado o visto —masculló en un hilo de voz—. Y siempre que vea esto en el espejo lo recordaré como mi primogénito.

—Está bien, yo lo recordaré siempre, con o sin este tatuaje, Jimin —musitó Yoongi deslizando sus dedos por la tinta en su espalda—. Es muy hermoso, como tú.

—Podemos tener otros bebés.

—Podemos tener cuantos quieras —le aseguró Yoongi sonriente.

Desde ese día las cosas fueron diferentes, Yoongi escuchó los planes que tenía Jimin después de dejar el ballet, era una decisión que venía pensando desde que tuvieron sus primeras dudas de un posible bebé y finalmente la tomó.

Jimin tenía más que claro que no podría seguir bailando estando en cinta, algo pretendía hacer antes de que llegara la navidad que estaba a un mes y medio de su llegada. De todas formas, ya había cumplido con las indicaciones de su médico.

Su última coreografía con Young-soo como compañero de baile, su último solo fue en el Royal Opera House de Inglaterra, lugar al que fueron invitados de honor, esa fue su despedida del ballet de lo que tanto amaba hacer.

Estuvieron tan solo tres días en Europa, Yoongi se las ingenió para trabajar desde el avión y el hotel en el que se quedaron, porque de ninguna manera dejaría a Jimin solo en gran paso que estaba dando en su vida, además de que si grababa cada mínima cosa, Eun-ji, la pareja de alfas, los destinados y su hermano, lo matarían.

Después de su gran presentación en el gran escenario en el que tuvo un solo de ballet contemporáneo, mismo que fue halagado por grandes profesionales de la danza que lo apodaron el cisne blanco.

Yoongi estuvo a su lado en cada momento, mientras recibía premios y halagos, incluso por parte de su instructor. Podía sentir la nostalgia en el omega, lo sensible que le ponía aquello teniendo en mente que fue su último día como bailarín principal, recibió regalos por ello, muchos regalos y el alfa no pudo sentirse más orgullosos de él.

Durante su camino de vuelta a casa, Jimin leyó las letras grandes del artículo que lo tenía a él como portada, vestido completamente de blanco dando uno de sus mejores saltos, parecía que volaba por los aires, que llevaba alas invisibles a los ojos humanos, la forma de su cuerpo y la expresión de su rostro hacían de aquella fotografía una increíble obra de arte.

"El cisne blanco que nadó entre las estrellas", era el título de su artículo, Jimin deslizó hacia abajo y lloró, pero lloró de alegría porque luego de haber terminado de leer el último párrafo se dio cuenta de que había hecho todo lo que siempre quiso hacer en el ballet.

Se convirtió en primer bailarín e incluso le pagaron por ello, cosa que no pensó que obtendría por hacer lo que amaba. Fue a grandes escenarios y demostró porque fue primer bailarín por algunos tres años sin nadie que pudiera sustituirlo.

—Lo hiciste, eres Park Jimin, el cisne blanco del ballet —le susurró Yoongi a su lado, acariciando el dorso de su mano—. Y todos te recordarán como el bailarín que nadó entre las estrellas por lo hermoso que brillabas incluso en medio de la oscuridad y sin reflectores, porque eres una estrella y las estrellas no necesitan luz, ellas lo son, al igual que tú.

Jimin solo se limpió las lágrimas del rostro y le sonrió al alfa que terminaba de leer el artículo que fue escrito de una manera tan hermosa que le conmovía, más porque fue su despedida del "cisne blanco" y todos lo sabía.

Levantó su mirada llena de lágrimas de felicidad, un sentimiento que volvió a sentir en su interior después del duelo que se permitió tener, se tomó su tiempo para sanar y continuar; ahora mientras tenia su mirada en el alfa a su lado, acariciándole la mano al mismo tiempo que le dedicaba una sonrisa y una mirada llena de orgullo, fue feliz.

Tenía a su alfa a su lado, siempre lo tuvo a su lado en cada momento importante de su vida, como lo era ese en el que dejaba de hacer lo que amaba, pero no porque ya no le gustaba, sino porque entendía que construir una vida junto a Yoongi significaba tener una familia y eso es lo que no permitiría bailar.

No se quejaba, porque de todos modos fue su elección, sabía que cualquiera que fuera su alfa lo apoyaría como lo ha hecho hasta ese momento.

Lo eligió a él, como Yoongi lo hizo al sacrificar el bienestar completo de su lobo al dejar a su destinada. Jimin le sonrió al sentir el cálido toque de sus dedos limpiar las lágrimas de sus mejillas; eligió tenerlo a él, porque era con quien tendría una familia era en el dónde encontraba su felicidad, siempre.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro