Capitulo 9

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El amor es un contrato libre que se inicia en un chispazo y puede concluir del mismo modo —Isabel Allende

Las calles de Seúl estaban mojadas por la lluvia y cubiertas por un cielo gris sombrío, lo que dejaba claro que seguiría lloviendo, probablemente durante toda la tarde.

Jimin acomodó su mochila sobre sus hombros cubiertos por un abrigo negro cuello tortuga y un cárdigan rojo, caminaba calle abajo hasta la cafetería en la que ya era cliente fijo, podía tener cafeterías cerca de casa, pero éste prefería ir a allí; primero, porque el café era realmente bueno; segundo, porque sabía vería al alfa que tanta curiosidad le causaba.

El omega apresuró sus pasos para llegar a la cola que se formaba todas las mañanas frente al mostrador de la cafetería. Aquella mañana fría y lluviosa había dos filas para ordenar.

Jimin se convenció de que no quería ver al alfa, desde que percibió su aroma en Kyung, se dijo a sí mismo que se olvidaría de ello y seguiría su vida aburrida, bebiendo café, estudiando y trabajando.

Por más que quiso saber, no estaba seguro de que ellos estuvieran emparejados, pero solo si sus sospechas eran verdaderas decidió dejar de observar al alfa de esa manera, con intenciones de en algún momento acercarse a él.

Desde su pequeña conversación, discusión o lo que sea que haya sido aquello, se ha repetido mentalmente que no quería verlo, es por eso que por primera vez estaba ansioso y apresurado en salir del local. Aunque hace tiempo no lo veía comprar café, eso no le tranquilizó.

Pocos alfas lo ponían nervioso, pero el pelinegro realmente le intimidaba, sentía su garganta seca y su corazón latía con descontrol. No pensó que reaccionaría de esa forma en cuanto el alfa le dirigiera la palabra, ahora solo quería huir de ese sentimiento porque eso solo significaba una cosa, empezaba a gustarle y podía darse ese gusto.

—Joder —susurró Jimin ansioso. Movía su pierna derecha y miraba constantemente la hora en su reloj. Ladeo la cabeza hacía la puerta de entrada, rogando que el alfa no entrara al local, de ser así se iría inmediatamente.

Cuando finalmente llegó su turno de pedir, sintió una mano en su hombro, por el aroma supo de quién se trataba, quería girar la cabeza y estar equivocado, pero no fue así.

Al mirar a la persona que tenía a su lado, quiso abrir un agujero debajo de sus pies y desaparecer. El alfa del que huía le tendió un vaso de café. Algo confundido el omega tomó el vaso entre sus dedos sin decir nada, tampoco es que supiera que decir realmente, sólo estaba seguro de que el alfa lo ponía muy nervioso y eso lo odiaba.

—Ya no te debo nada —determinó el alfa mirando a Jimin a los ojos por un minutos antes de emprender su camino fuera de la cafetería.

Yoongi había notado la presencia del omega desde que entró a la cafetería, observó lo impaciente que estaba y como todo el tiempo miraba hacia la entrada. No pudo evitar pensar en las palabras del omega, no iba a hacerlo, pero en cuanto llegó al mostrador, ordenó un café para el rubio, solo para dejarle claro que no le debía nada.

—Espera. —Jimin dio largas zancadas para llegar hasta el alfa que ahora le daba la espalda y ya se encontraba afuera del local, en la entrada de la cafetería.

—Muévete, omega —demandó el pelinegro viendo como el contrario se plantaba frente a él.

—¿Está es tu forma de disculparte? Si es así, es tan terrible que ni siquiera puedo aceptarla —declaró Jimin haciendo mohín con sus labios mientras miraba el café que sostenía, buscaría mirar cualquier cosa menso al alfa que tenía enfrente, luciendo muy atractivo en un traje completamente negro.

—Amigo, no te conozco y no me estoy disculpando de un accidente, que en primer lugar fuiste el causante por no mirar a los lados —aclaró Yoongi.

—Entonces no te hubieses molestado en comprarme un café. Además, la forma de pedir disculpas correctamente es tomando el café conmigo, no dejándolo en mis manos y escapando.

—Que no es una disculpa —se quejó Yoongi en voz baja.

—A mi me parece que sí.

—No te conozco, no me conoces. Dejémoslo así. —declaró el alfa dando un paso hacía adelante y dejando a Jimin con la palabra en la boca.

De repente empezó a llover con fuertes vientos, el omega se cubrió el pecho con su cardigan rojo y se orilló para evitar mojarse, la cafetería ya estaba muy congestionada, así que decidió quedarse allí. Tomó un sorbo del café y miró hacia el cielo mientras parecía caer un diluvio.

Su corazón seguía latiendo fuerte contra su pecho, todo por ese alfa que por suerte ya no estaba a su lado. Dejó salir un suspiro mirando la hora en su reloj. No quería llegar tarde a clases, pero la lluvia parecía tener otros planes.

—¿Vas para la universidad? —volvió a escuchar esa voz desde el interior de un coche negro ahora estacionado frente a él.

Jimin solo podía pensar que el destino le estaba haciendo una jugada no muy buena, cuando él quería tenerlo lejos más cerca lo tenía. Esa voz gruesa y su aroma a limón fresco no ayudaba en su objetivo de dejar de sentir cosas cada vez que lo tenía cerca.

Yoongi notó la expresión de preocupación que tenía el rubio, estaba lloviendo muy fuerte y él no parecía tener como irse. Le apenaba que se quedara allí, mojándose y muy ansioso.

—Sube —dijo Yoongi abriéndole la puerta del asiento del copiloto.

Jimin dudó por un segundo, puede que le llamara la atención, pero por eso no debía bajar la guardia, no confiaba del todo en los alfas, sabía de lo que eran capaces. Por otro lado, no quería que su aroma se quedara en su piel y su amiga Kyung se diera cuenta de ello, eso sería sospechoso, y lo menos que quería era tener problemas con ella y lo que sea que tuviera con ese alfa.

Pensó que debería hablar con ella al respecto, sincerarse y de paso aclarar sus dudas para cerrar el tema con broche de oro y de una vez por todas olvidarse del alfa.

—No te voy a secuestrar, sube ya —gritó Yoongi más fuerte de lo normal debido al fuerte sonido de la lluvia.

Jimin se subió al auto de prisa y en cuanto cerró la puerta mantuvo su mirada en el frente. La universidad estaba muy cerca por lo que decidió no abrocharse el cinturón de seguridad.

—No sabía que subías desconocidos a tu auto —comentó el omega con sus manos juntas sobre su regazo. Quería voltear la mirada y mirarlo conducir, pero no lo hizo.

—Eres un desconocido que veo casualmente —replicó mientras giraba a la entrada de la facultad.

—¿No tienes problemas con tu omega por esto? —preguntó Jimin en voz baja.

Tenía una segunda intención con aquella pregunta, lo pensó mejor y aquello era más fácil que hablar con su amiga. Tocar ese tema con Kyung sería muy incómodo.

—No estoy emparejado —respondió Yoongi con desdén. El omega de Jimin se sintió feliz de saber eso, tanto que no pudo evitar mostrar indicios de una sonrisa, misma que desapareció pocos segundos después.

—Menos un omega, no salgo con omegas.

Aquellas palabras retumbaron en la mente de Jimin una y otra vez. La buena noticia era que su amiga no estaba emparejada con el alfa y eso lo hacía sentir menos culpable de que el pelinegro le gustara. El podía estar mintiendo, aunque lo dudaba porque su voz estaba llena de seguridad. Lo malo es que no tenía esperanzas de siquiera llegar a conocerlo, de todos modos no es como si tuviese muchas expectativas al respecto, siquiera se visualizaba como su amigo.

De lo poco que ha podido ver del alfa, podría afirmar que eran completamente diferentes uno del otro y de las pocas veces que realmente han hablado, parecía más una discusión que una conversación decente. Solo por eso no se sintió mal.

Jimin ladeó la cabeza y volvió a ponerse nervioso al ver lo bien que se veía de perfil, conduciendo con una mano y mordiéndose el labio inferior. El alfa se estacionó cerca de la entrada del pasillo para que siquiera tuviera que mojarse una hebra de su cabello, Jimin consideró aquel pequeño y considerado acto como algo que haría un caballero. Eso solo le sumaba al alfa.

—Gracias, por cierto, olvidaste tu café en el mostrador —señaló Jimin—, y no pienso darte el mío.

Yoongi sonrió a medias viendo como el omega se bajaba de su coche, en lugar de molestarle le causaba gracia la actitud del rubio. Era tan directo y osado que a veces resultaba gracioso.

No estaba seguro de lo que estaba haciendo al tener la iniciativa y acercarse a él, dos veces en el mismo día. Es cierto que era un omega bastaba atractivo, con un gran sentido de la moda, que podía hacer obras de arte con sus manos. Hace tiempo que no conocía personas así de interesantes en su vida y quiso pensar que por eso le causaba tanta intriga. Esperaba que la emoción de su lobo se tratase porque después de tantos años, finalmente estaba tomando la iniciativa para hablar con otras personas y no porque empezaba a llamar su atención de otra forma que no fuera amistosa.

No podía hacerse de la vista gorda del estupendo cuerpo que tenía el rubio, lo había visto bailar en el club, así que había apreciado su figura antes. Nunca había considerado a un omega hermoso, pero él era realmente atractivo.

En cuanto se bajó del auto del alfa, Jimin miró a los lados del pasillo para ver que nadie de su grupo de amigos lo hubiese visto, pero entonces vio la cabellera de Namjoon acercarse.

—Hey, ¿qué tal? —cuestionó Jimin viéndolo con preocupación. El alfa sabía perfectamente a qué se refería el rubio al hacer esa pregunta.

—Podría estar mejor —susurró en un murmuro—. ¿Ese era tu alfa?

—No lo era, solo me dio un aventón y no me cambies de tema —señaló Jimin, caminando por el pasillo junto al alfa—. Luces cansado, ¿algo anda mal?

—Todo anda mal, ¿puedo hablar contigo acerca de lo qué pasó ayer? —preguntó Namjoon deteniendo sus pasos. Jimin asiente en afirmación y se mueven al lobby del edificio, mismo que estaba vacío.

Namjoon suspiró, peinó sus cejas y mientras lo hacía parecía ansioso y desesperado.

—Gracias por ayudar a Jin, no sé qué hubiese pasado si no lo encontrabas —comentó el alfa—. El quiere que vayas a cenar con nosotros para agradecerte, me insistió que te invitara hoy.

—Está bien, envíame la dirección y dime cuando —respondió Jimin—. ¿El se encuentra bien?

—Está mejor, pero no he podido dormir más de tres horas. No puedo sentir lo que él, pero no pudo dormir sabiendo que está pasando por todo eso de su lobo —explicó Namjoon masajeandose la sien.

—¿Su lobo?

—Su lobo rechaza la marca, él está dejando de sentirlo y eso no me ha deja dormir en estos días.

Jimin no sabía que era así de mal, una vez más pensó que debían amarse mucho como para pasar por todo eso solo por estar juntos y por un momento sintió envidia de lo que tenían. No conocía los detalles, pero a pesar de que no la estaban pasando bien, lo que tenían le parecía hermoso, una rareza hermosa.

—No le pasó nada malo aquella noche ¿cierto? —cuestionó el omega preocupado.

—No, solo quisieron aprovecharse de él, pero a fin cuentas sigue teniendo algo de alfa, aunque se esté convirtiendo en delta, así que se deshizo de ellos —explicó Namjoon.

Esa era una de las pocas cosas que Jimin no sabía, cómo funcionaba el proceso de conversión a delta. Pensaba que con la marca ya era suficiente para ser llamado de esa manera pero por lo que le decía Namjoon era así.

—Quiero pedirte que por favor mantengas lo qué pasó, entre nosotros, por ahora —le pidió el alfa—. No es un secreto, pero quisiera mantener las cosas con discreción, para evitarle más señalamientos y comentarios horribles.

A Jimin le parecía hermoso que Namjoon le estuviera pidiendo aquello no por él, sino por su pareja y el bienestar del mismo. Lucia como el alfa que todo omega o beta quisiera tener: alto, inteligente, con una sonrisa dulce, elocuente y elegante, y lo tenía otro alfa. No sabía cual de los dos era más afortunado de tener al otro.

—Está bien, de todos modos no es algo que estaría hablando con cualquiera porque si, descuida —le aseguró el rubio.

—Gracias, Jiminie —masculló Namjoon.

Ambos volvieron sus caminos a sus salones de clases, a Jimin le quedaban veinte minutos de sobras que utilizó para visitar a su amigo Taehyung ahora que tenían clases en salones que estaban más cerca que antes.

En cuanto llegó se sorprendió la cantidad de personas emocionadas, solo podía escucharlos hablar de sus calificaciones en la exposición de arte, viscosa a Taehyung con su mirada y lo encontró sentado cerca de la ventana, ciclo siempre. Su mejor amigo lo recibió con los brazos abiertos y aprovechó para halagar su vestimenta.

La llegada de Kyung a su pequeña reunión trajo consigo una noticia de la que Jimin sospechaba, pero aún así se sorprendió al escuchar que Jungkook había dejado un mensaje muy halagador a la pintura de Taehyung.

Se rieron por los comentarios de la pelirroja sobre el alfa y Jimin se dio cuenta de que ella parecía muy relajada y contenta, en ese momento descartó la idea de que la omega estuviese pasando por un rompimiento o algo con el alfa de la cafetería. Eso dejó su conciencia

***

Desde que dejó al omega en la universidad Yoongi no se ha sentido tranquilo. Debía estar presentando proyectos que serían entregados en pocos días.

Era el gerente de proyectos, solo por eso se quedó revisando que todo estuviese en su lugar. Siempre que estaba a punto de entregar un proyecto todo era trabajo y reuniones, el alfa esperaba que la inquietud de su lobo se pasara pronto y preferiblemente antes de que tenga que reunirse con los clientes.

—Todo está dentro del objetivo de nuestro cliente, menos el diseño de la página web, siento que le falta algo de... chispa —opinó Yoongi viendo el anteproyecto que presentaba su diseñador web.

Con una mano en su barbilla y su vista concentrada en la previsualización de la web que preparaban para entregar dentro de una semana.

—El requisito de nuestro cliente es que sea algo fresco y novedoso. Específicamente utilizó la palabra "Chic, elegante y juvenil", recuerden eso mientras trabajan en ello —señaló Yoongi volviendo al frente de la sala de reuniones.

—Está dirigido a un público entre 20-30 años. Es un cliente nuevo, demostremosle lo que podemos hacer y todo lo que pueden tener si se quedan y con nosotros para próximos proyectos —sugirió el alfa—. A trabajar en ello como si fuera un proyecto para el mismísimo presidente —ordenó consiguiendo un asentimiento por parte de su equipo de trabajo.

Yoongi se sentó el sillón amarillo en la esquina a pocos pasos del monitor en el que presentaban sus proyectos. Vio como todos recogían sus cosas de las mesas individuales en forma de pentágono delante de las butacas de colores fuertes ubicadas en forma de media luna alrededor de todo el salón. Llevó su mirada a las letras blanco neón en en la pared gris que ahora quedaba de frente a él ligeramente a la izquierda, "Think Big" brillaba más que cualquier día y solo estaba mirando aquello para disimular las punzadas en su pecho hasta que todos salieran.

Apretó su mano en el brazo del sillón, y cerró sus ojos con fuerza mientras se inclinaba hacía adelante. Cuando el malestar cesó, se puso de pie y caminó hasta su oficina a pasos apresurados.

—Programa una reunión de control de proyecto para el martes de la próxima semana —le pidió a su secretaria antes de entrar a su oficina.

Arrastró sus pies para llegar hasta su silla marrón. Por un momento sintió un bajón tan fuerte que tuvo que apoyar la palma de su mano en el escritorio de madera. Llevó una mano a su pecho al sentir como le costaba respirar con regularidad, estuvo así por un tiempo, su corazón latiendo muy fuerte y sintiendo como nunca la inexplicable ansiedad de su lobo.

Se asustó que aquella punzada hubiera permanecido más tiempo del que había experimentado. Eso nunca le pasaba, su lobo solo era intranquilo en cuanto a omegas cuando estaba en celo y éste estaba previsto a llegar dentro de seis meses. Cuando no encontró una explicación para aquellos repentinos episodios, tomó las llaves de su auto y salió disparado de su oficina hacia el consultorio de la dicótoma que Jungkook le había recomendado.

—No me esperes, termina todo lo que tenemos pendiente. Reúnete con el equipo de diseño gráfico para el proyecto que debemos entregar en el próximo mes —ordenó Yoongi tratando de disimular su incomodidad—. Luego me pones al tanto, en caso de que Min-ho venga a buscarme, fui con el doctor.

Su compañero Min-oh casi siempre iba a buscarlo para cualquier cosa, incluso si solo era para almorzar. No trabajaban en el mismo departamento y de la única forma que éste podía verlo era siempre y cuando fuera a la oficina del alfa, ya que éste siempre estaba repleto de trabajo.

El pelinegro llegó al consultorio más rápido de lo que esperaba o quizás fue por el hecho de que se apresuró en hacerlo. Quería solucionar aquel problema lo más rápido posible.

Al poner un pie en el consultorio, se sintió raro porque casi nunca iba al doctor cuando se trataba de algo directamente con su lobo interior, pero llegó al punto de preocuparse que allí estaba, siendo recibido por una mujer que le sonreía de oreja a oreja.

—Yoongi, ¿no? Te estaba esperando —comentó la doctora en cuanto este ingresó al consultorio. Hee sun, era el nombre que resaltaba en su bata blanca—. Jungkook me dijo que llamarías, pero parece ser más urgente.

—Un poco —susurró Yoongi sentándose en la camilla que ella señalaba.

—¿Qué es lo que sientes? —preguntó la doctora mientras escuchaba los latidos de su corazón con el estetoscopio.

Yoongi le contó todo lo que estaba pasando con su lobo y las punzadas que sentía cada vez con más constancia. Respondió todas las preguntas de rutina, como el hecho de que no fuma, no toma alcohol ocasionalmente, come todas las comidas del día y duerme las horas necesarias.

—¿Estás emparejado con un omega o beta? —cuestionó la doctora ahora sentada detrás de su escritorio. Mientras escribía en su recetario médico.

—No.

—Las presiones en el pecho pueden ser por tres cosas —determinó—. Lo más probable es que sea estrés. Trata de relajarte y de realmente dormir las horas que se deben —ordenó mientras le entraba la lista de medicamentos que ahora deberá tomar.

—Deja de tomar supresores, pueden ser efectos secundarios del mismo. Espera una semana antes de empezar a tomar los que te acabo de recetar. Las demás tómalas antes de irte a dormir, eso relajará a tu lobo a menos que se trate de nuestra tercera opción —explicó señalando la hoja que el alfa sostenía.

—¿Cuál es? —cuestionó Yoongi curioso.

—Cosas de la naturaleza de lobos que la medicina no puede controlar —relató mientras buscaba en su calendario, mismo que volteó para mostrarle a Yoongi lo que tenía encerrado para suceder esa misma noche.

—Hoy es la luna llena, las probabilidades de que estés sintiendo el dolor o la angustia de alguien más son más altas de lo que crees.

—Absurdo, ¿cómo es eso posible? Nunca me he enlazado con nadie. Ni siquiera por error —opinó el alfa con desdén.

—Es posible, los lobos que experimentan esto durante la luna llena es porque están sintiendo a sus destinados cerca y casi siempre eso causa dolor —explicó Hee sun.

—Doctora, deténgase ahí —pidió Yoongi levantado su mano—. Con todo el respeto que se merece no me interesa seguir escuchando sobre los destinados, tengo suficiente con media ciudad hablando de ello como si fuera lo mejor del mundo —le pidió Yoongi mientras guardaba la receta en su billetera.

—¿Por qué crees que no es gratificante encontrar a tu alma gemela? —preguntó la doctora con curiosidad.

—Eso es basura. Yo no quiero estar con una persona solo porque mi lobo se siente en la obligación de estarlo porque somos destinados por la Luna y toda esa mierda —medio de que no el alfa—. Yo quiero decidir con quién quiero o no estar; no me importa lo que haya pasado en otras vidas, estoy viviendo esta vida y me parece injusto que no pueda ser capaz de elegir mi propio destino.

—A veces no tomamos las mejores decisiones para nosotros aunque creamos que sí, por eso la Luna nos ha destinado a esa persona con la que se formó un vínculo durante la luna llena cuando aún éramos cambiaformas.

—Eso suena muy cursi para mi lobo, no creo que tenga esa conexión de la que habla... con un omega. Y si es así, no parece ser tan fuerte. Yo elijo con quien estar y no quiero estar con mi "destinado" —aseguró haciendo comillas con sus dedos.

—Eso no es algo que puedes afirmar a la ligera. Tu lobo siempre elegirá a su destinado, si sus lobos se necesitan tanto como para ser ese 1% que se encuentran, siempre se elegirán, aunque pienses que es injusto —señaló la mujer de bata blanca.

—Usted encontró a su destinado ¿cierto?

—Y lo perdí también. Pero lo veo todos los días en los ojos de mis hijos, solo por eso he sobrevivido. Yo se el dolor que causa, y también se lo difícil que es elegir a tu destinado como pareja cuando es una persona desconocida para ti, pero no para tu lobo.

—No creo que lo que pasa conmigo se trate de eso, de todos modos, vendré en caso de que siga sintiendo... esto. Gracias por sus atenciones, la mantendré al tanto —dijo al ponerse de pie.

Yoongi salió del consultorio y fue directo a la farmacia a comprar todo lo que le habían recetado. En el fondo deseaba que se tratara de cualquier cosa menos que tuviera que ver con la luna llena y los destinados. Estaba cansado de escuchar lo mismo, solo quería que aquella noche pasara rápido, así todos se olvidaran del asunto y ya no tendrá que escuchar de lo mismo por un tiempo.

Si resulta que la doctoratenía razón, entonces no sabría que hacer porque no tenía idea de cómoenfrentaría la realidad de tener una conexión con alguien. No deseaba tener esetipo de vínculo y por primera vez sintió miedo de ello. De tener la posibilidadde encontrar su destinado y no saber qué hacer. Miedo de tener el "privilegio"de encontrar a su alma gemela, pero no tener el privilegio de elegir con quien estar.

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