🎪Circo 1🎪

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La oscuridad de la gran mansión solo se acentuaba más con el profundo silencio que le acompañaba. Los grandes ventanales adornados de espesos cortinajes negros, con finas esculturas de mármol en cada pasillo, sirviendo de decoración chueca y vacía ante los curiosos ojos de cada persona que iba entrando al lúgubre lugar, todos llenos de avaricia y ambición. Esperando cada uno obtener solo lo mejor.

Toda la familia se había reunido en la mansión Jung. La señora Jung SeeRa había muerto, y en esa tarde lluviosa se llevaría a cabo la lectura del testamento y última voluntad de la matriarca de una de las familias más ricas y poderosas de Corea.

Por supuesto era de esperarse la presencia de absolutamente todos los familiares. Incluso había un par de parientes lejanos que tenían años de haber desaparecido, pero justamente esa tarde iban entrando por las grandes puertas usando sus pulcros trajes negros, y un rostro perfectamente ensayado de una pena y tristeza que claramente no era sufrida en aquellos falsos corazones.

Todos luciendo un aura imperturbable, con porte y comportamiento digno, pero sus ojos demostrando la autenticidad de un hambre voraz por riquezas y poder, como los más malditos buitres ante el adictivo aroma de la carne fresca y recién muerta, luciendo ante la oscuridad de sus ojos como el más delicioso banquete y provocador deleite.

El aroma de incienso inundaba cada oscuro rincón, el tenue sonido de una melodía clásica acompañado de las polvosas teclas del piano acentuaban el pesado ambiente. Mujeres con rosarios en sus manos y lágrimas de falsedad en sus ojos, ahogando sus penas frente al imponente retrato de la alfa purasangre fallecida. Mientras los hombres con sus vasos de whisky y fumando tabaco hablaban con tonos confidentes y bajos los nuevos proyectos que harían apenas sus filosas garras tomaran lo que por derecho les pertenecía.

El reloj de pared dio las campanadas clásicas anunciando el cambio de hora. Un suspiro grupal se dio a escuchar en el salón de espera, las 15:00 horas había anunciado, era cuestión de segundos para que el abogado de la familia llegase para dar a conocer la última voluntad de la difunta.

Y en una esquina del gran salón, un joven alfa observaba en silencio a todos sus parientes, su rostro no se esforzaba en ocultar el odio y la repulsión que sentía por cada uno de ellos, sus manos picando por arrancar las máscaras que aquellas bestias se habían colocado para ocultar tras rosarios y velos su verdadera y retorcida esencia.

—Querido sobrino, es un gusto que estés aquí con nosotros —habló una vieja omega, sorbiendo exageradamente por la nariz, mientras sus manos enguantadas sostenían con fuerza un rosario y lo que parecía ser una novena.

Hoseok hizo una mueca. No le agradaba que la familia se le acercase y le hablara, recuerda perfectamente el día que lo repudiaron por el simple hecho de querer seguir con sus sueños en el mundo del arte, más concretamente en la danza. Las risas y ofensas siguen vivas en su memoria, como un recordatorio perenne de las alimañas que conformaban su seno familiar.

Dio una calada a su cigarrillo y expulsó el humo que contenían sus pulmones en el viejo rostro arrugado, haciendo a la omega toser y arrugar el ceño con molestia ante la falta de respeto.

—Lamento no pensar igual —respondió Hoseok sin interés alguno en mostrarse amable—. La verdad no sé para que me llamaron, según recuerdo, yo ya no formo parte de esta familia.

Y ahí estaba aquella maldita sonrisa ensayada y deforme que Hoseok tanto odiaba de su familia. La Omega le sonreía de manera casi desquiciada y hambrienta, haciéndole pensar que su tía realmente había perdido la cabeza, o que la misma muerte venia ahora por ella.

—Eres el único alfa de linaje puro querido —explicó la mayor—. Después de mi madre, solo tú podrás seguir con la tradición.

Ahora fue el turno del alfa en arrugar el ceño ¿Tradición? No entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando ¿Por qué todos lo veían con pena y burla? ¿Por qué sentía que había un trasfondo en aquellas palabras? Y más importante aún ¿Por qué diablos se sentía observado?

Eran muchas las interrogantes que rondaban en su mente, y desgraciadamente ninguna de ellas tenia respuesta, no sabe cuánto tiempo había estado perdido en sus pensamientos, pero supuso que fue el suficiente para que su tía se fuera y lo dejara nuevamente solo y a la deriva de la mirada extraña de todos los presentes.

El fuerte sonido de las puertas al abrirse lo sobresaltó. Ignoró las risas poco disimuladas de sus primos y se concentró en el recién llegado, sintiendo como la molestia se hacía presente en él cuando un aroma muy conocido inundó sus fosas nasales.

Un hermoso omega había llegado, vestido pulcramente de negro como todos los presentes, su cabello peinado en delicadas hondas realzando su fino rostro, y sus ojos grises paseándose de un lado a otro, deteniéndose en la oscura mirada del alfa para luego brindarle una sonrisa inocente que terminó de molestar a Hoseok.

¿Qué hacía su ex pareja ahí?

Hoseok observó como el omega se dirigía hacia él sin borrar aquella sonrisa que a diferencia de los demás no era falsa, ni tampoco ensayada, sino más bien compuesta de la más auténtica diversión al verlo ahí en medio de la familia que lo había repudiado más de una vez.

Estaba haciendo el ridículo, el alfa lo sabía. Sin embargo, no podía pasar por alto la última voluntad de su abuela, y aunque había cierto rencor por todo lo que había tenido que pasar, no podía negarse a estar ahí como el único alfa de linaje puro de la familia.

Arrugó el ceño con molestia e indignación ante las miradas descaradas que se tenían uno de sus primos y su ex omega, recordando con amargura el motivo tan precipitado de su ruptura. Inhaló profundo para poder calmarse cuando fue consiente que su ex pareja ya estaba a pocos pasos de llegar hasta donde estaba él.

—Cuánto tiempo querido —saludó con voz melosa y con burla en sus ojos.

—¿Qué haces aquí? —preguntó el alfa con molestia—Tú ya no perteneces a esta familia.

—Pensé que tú tampoco lo hacías, pero mira lo curioso de la vida. Nunca creí que volverías como perro faldero con la familia que te había dado la espalda cuando más lo necesitaste.

El omega observó el dolor en los ojos del contrario y por breves momentos se sintió culpable mas no lo demostró, así como el alfa no demostró lo afectado que sus palabras lo habían dejado.

—Estoy aquí cumpliendo el último capricho de mi abuela —respondió Hoseok, para luego observar con frialdad al omega—¿Qué puedo decir de ti Taehyung? Tú ya no eres parte de mi familia ¿Qué haces aquí?

—Seguimos casados Hoseok que no se te olvide—respondió el menor.

—Eso no me da una respuesta —gruñó entre dientes.

Taehyung resopló frustrado —Tu familia me contactó y me dijo que debía estar presente ¿contento?

—¿Desde cuándo obedeces a mi familia?

—Desde que te convertiste en su perro faldero.

Silencio. Ambos tenían la mirada fija en el otro en un reto silencioso. El alfa observó aquellos ojos que lo habían enamorado años atrás, mientras que el omega anhelaba ver una vez más aquella luminosa sonrisa que lo había sacado de la oscuridad en la que vivía. Los dos lamentándose de lo que pudo ser y que perdieron por no confiar el uno en el otro.

—¿Recibiste a mi abogado? —preguntó el alfa incómodo.

Taehyung rió sin gracia —No firmaré nada, hasta que se respeten mis condiciones. Creo que es lo mínimo que puedes hacer.

—No me has dejado ver a mis hijas —reclamó Hoseok, haciendo al omega bufar—. Tengo meses sin poder comunicarme con ellas, las cambiaste de colegio para que no las contactara. Debes entender que en nuestros problemas ellas no estarán jamás involucradas.

—No hice tal cosa, simplemente están de vacaciones con su tío. No quería que vieran como su padre alfa dejó todo por la borda por su maldita cobardía —gruñó el omega comenzando a enfadarse.

El cambio de aroma le avisó a Taehyung que había excedido el límite. El alfa respiraba de manera pesada en un pobre intento por calmarse, era increíble que ahora que su familia estaba destrozada y él en la banca rota las culpas de las decisiones pasadas recayeran a sus espaldas, sin tregua ni compasión. Pero no se quejaba, asumía la culpa hasta cierto punto admitiendo que era un cobarde, pero, así como él tuvo culpa en lo que pasó también la tuvo Taehyung y si el omega no lo recordaba, Hoseok con gusto se lo recordaría.

—Tienes razón —admitió el alfa, extrañando al omega—. Soy un maldito cobarde ¿Pero sabes que no soy? Un vil traicionero —Taehyung apretó los dientes—, dices que por mi cobardía nuestra familia se vino abajo, pero ¿qué hiciste tú? —la primera lagrima fue derramada por el alfa—. Mientras pasaba noches de desvelo en mi despacho pensando una solución para no perder nuestra fortuna, tú te le abrías de piernas al primer millonario que tus feromonas captaron y solo para no perder tu cochina vida de lujos —el omega desvió la mirada—. Mientras yo hacía frente a mis erróneas decisiones tú estabas en la cama con otro como la más fina puta. Y cuando fue oficial que me había quedado sin ningún centavo, ya me habías cambiado por él —silencio entre ambos—. Si Taehyung, podré ser un cobarde, pero jamás una basura sin valor como tú.

El silencio que había en el gran salón fue roto por el seco sonido que provocó la mano del omega al estamparse en el rostro del alfa. Hoseok sintió como el ardor se iba esparciendo en sincronía con la respiración errática del omega. Su rostro imperturbable observó las lágrimas en Taehyung aumentando la amargura en su corazón tras los oscuros recuerdos de la ruptura de su relación.

—No sabes nada Hoseok —habló el omega entre lágrimas contenidas—. No eres quien para reprocharme, cuando tu misma cobardía no hace que abras los ojos.

—Solo firma el maldito divorcio y desaparece de mi vida —fue la respuesta del alfa, para luego retirarse del salón dejando al omega solo y con las palabras que quería decir atoradas en lo profundo de su garganta.

Con pasos seguros y rápidos se dirigió a la biblioteca, donde se llevaría a cabo la lectura del testamento, sentándose en los asientos del fondo para evitar a toda costa un nuevo contacto con alguno de sus familiares, ansiando la hora de salir de aquel lugar que no hacía más que ahogarlo.

No más sonrisas secas y ensayadas, el alfa se había hartado de todas ellas.

—A continuación, daré inicio a la lectura de la última voluntad de la señora Jung SeeRa.

Los cuchicheos que se habían distribuido por toda la biblioteca cesaron de inmediato, apenas las palabras del abogado abandonaron su boca.

Hoseok, había permanecido en silencio, observando atentamente las pequeñas gotas de la lluvia deslizarse por los amplios cristales de las ventanas del lugar. Evitó con todas las fuerzas que tenía el rodar los ojos cuando los falsos sollozos se volvieron a escuchar, frotó sus manos para darse calor mientras seguía atento a lo que sucedía a su alrededor. Levantó la vista, solo para chocar miradas con Taehyung quien lo veía con gran intensidad desde el otro extremo del lugar.

Con su vista al frente y serenidad imperturbable, Jung Hoseok escuchó en silencio la lectura del testamento.

Yo, Jung SeeRa en pleno uso de mis facultades mentales doy a conocer por este medio a todos mis familiares mi última voluntad. Con la esperanza que sea respetada con creces y cumplida en su totalidad.

Espero que estén todos reunidos alrededor del abogado Lee, y que en respeto de mi memoria escuchen atentamente lo que tengo que decir.

Ésta es mi última voluntad:

A mi querida hija Jung Yoona, le dejo el cargo de la presidencia de la compañía de seguros, con el 50% de las acciones, además de mi vieja mansión con las propiedades que corresponden a la misma.

A mi sobrino Jung SeoJong, le dejo la casa de campo de Daegu, además del 25% de las acciones de la compañía.

A mis queridas nietas Lee SeonMi y Lee YounMi, les dejo la casa de Paris, con el propósito que cada vez que disfruten de sus vacaciones recuerden a esta anciana que tanto las amó.

A mi nieto Jung Soobin, le dejo la cadena de hotelería en Seúl, con la esperanza que los administre con sabiduría y los haga prosperar.

A mi querido Kim Taehyung quien fue como un hijo para mí y el cual me dio la dicha de conocer otra generación procedente de mi sangre, le dejo el 25% de las acciones de la compañía, además de mi casa de verano en Busan, con el fin de que encuentre la paz que tanto ha venido buscando.

Y, por último, pero no menos importante mi adorado nieto Jung Hoseok, único descendiente puro y de linaje, le dejo mi posesión más antigua y valiosa. Mi nieto será el único con el derecho y poder de administrar mis terrenos en Busan, son 1000 metros cuadrados llenos de historia donde Hoseok podrá descubrir cada uno de los secretos que han compuesto a nuestra familia generación tras generación. Además, le hago merecedor de una amonestación de 100 millones de wons, con el fin de que una nueva vida le sonría.

Espero que ninguna de mi decisión sea del desagrado de mis parientes y que puedan acatar cada uno de mis deseos de manera civilizada y pacífica.

Vivan bien hasta que nuevamente volvamos a encontrarnos.

Firma: Jung SeeRa.

Suspiros de alivio y de celebración exhalaron toda la familia presente. Hoseok, sin embargo, tenía la mirada perdida en algún punto de la habitación. Ahora más que nunca estaba seguro que su abuela se había burlado de él, y que de alguna manera se estaba vengando por no haber querido tomar el mando de la empresa cuando aún la alfa estaba con vida.

Una risa baja y carente de gracia escapó de sus labios, era increíble que incluso su expareja haya recibido mejor herencia que él, y aunque no esperaba grandes bienes, sí esperaba algo digno con lo que empezar, no tierras desoladas y abandonadas. Negó con la cabeza ante sus pensamientos mientras se ponía de pie y se disponía a marcharse, si quería una nueva y mejor vida era mejor hacerlo sin llevar nada de su familia con él, así que con ese pensamiento se pensaba retirar hasta que la voz ronca del abogado detuvo cada uno de sus pasos.

Cerró fuertemente sus ojos y suspiró tembloroso, ya la mayoría de su familia se había retirado del lugar, pero permanecían algunos que estaban atentos a cada uno de sus movimientos, y Hoseok se sentía completamente ahogado, rogando a quien fuese que el tiempo pasara rápido y así poderse marchar de una buena vez por todas y no volver jamás.

—¿Necesita algo señor Lee? —preguntó con toda la educación que fue capaz de crear.

El hombre lo observó de manera analítica a través de los gruesos cristales de sus gafas para luego suspirar cansado.

—¿Estás conforme con la decisión de tu abuela muchacho? —preguntó suspicaz.

Hoseok sonrió forzadamente —Sí señor.

El viejo alfa rebuscó entre su portafolio hasta que sacó un folder amarillo y un pequeño sobre de color blanco. Extendió ambos al alfa menor.

—Tu abuela también dejó esto para ti —informó al notar que el menor no tenía intenciones de tomar lo que le estaba ofreciendo.

Hoseok tomó ambos papeles y volvió a observar al mayor —¿Algo más?

—No Jung, puede retirarse.

Y Hoseok no necesitó de más. Tomó sus cosas y salió a pasos agigantados de aquella mansión. No se tomó el tiempo de despedirse de su familia, ya que la falsedad y la hipocresía no iba con él. Bajó los escalones de dos en dos ignorando a propósito las miradas burlonas y curiosas de sus primos y tíos, le pareció olfatear el aroma de Taehyung, pero no se molestó en detenerse para comprobarlo, ahora mismo lo más importante para él era salir en cuanto antes de ahí.

Ya cuando estuvo en la seguridad de su viejo auto fue cuando se dio el lujo de respirar con tranquilidad. Apoyó su frente en el volante y dedicó para él los próximos segundos de silencio, con la esperanza de poner sus ideas en orden.

Cuando sintió un poco de calma en su interior sacó el pequeño papel que yacía doblado en el sobre blanco, descubriendo con sorpresa que se trataba de una carta de su abuela, o una pequeña nota por decirlo mejor.

No dejes que tus miedos te venzan, ahora que ya no estoy más contigo eres la última esperanza para ese amor desdichado.

No mires atrás, tampoco confíes en lo fácil. La oscuridad es su cárcel y tu deber es sacarlo de ahí mientras su amado te guíe.

Cuando cumplas con la promesa que nuestra familia hizo décadas atrás, podrás disponer de el con total libertad.

Mientras tanto, ten cuidado. No sabes lo que puedes liberar, solo encuentra lo que a gritos su amado pide salvar.

J.SR

Hoseok estaba más confundido que antes ¿Liberar? ¿Salvar? Se revolvió los cabellos con frustración mientras pensaba los posibles escenarios. Justo ahora empezaba a detestar las claves que su abuela acostumbraba a usar para hablar, siempre con aquel misterio que no le dejaba comprender con claridad.

Aún con la confusión impresa en su rostro tomó el folder amarillo y lo abrió descubriendo en su interior varios papeles de aspecto antiguo. Sin saber con cual iniciar decidió hacerlo con el primero a la vista, y solo con el encabezado sintió como un escalofrío lo llenaba por completo haciéndole sentir sensaciones inexplicables y desagradables, cuando aquel nombre invadió cada centímetro de su mente haciendo eco en lo profundo de sus recuerdos.

—Circo Sonrisas.



















YOONGLH🎪

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