El fin de semana habia terminado y Namjoon tenía que volver a sus obligaciones como Ceo. Jin no había estado tan contento con la idea de estar sin la compañía de su amado por el día, pero NamJoon le había prometido llegar lo más pronto posible para pasar juntos el resto del día y entonces Jin accedió sin hacer berrinches, más que un pequeño puchero que NamJoon rápidamente beso.

Ya era tarde y solamente le faltaba tomar su almuerzo para comenzar su día laboral. En lo que la comida estaba lista, él se encontraba leyendo su periódico diario, pues a pesar de que había infinidad de noticias navegando por la redes sociales, él prefería leer tranquilamente el periódico, acompañado con una taza de café.

Esperaba que el almuerzo no tardase tanto, pues quería retirarse lo más rápido posible, no quería estar allí para cuando su esposo se despertará, ya que éste olvidaría el acuerdo de anoche y haría un berrinche con tal de que se quedará y claro que no se negaría.

—Señor Kim, lamento por la tardanza. Su almuerzo está listo.

—No te preocupes, Hoseok, aún hay tiempo.—Sonrió, mostrando sus hoyuelos al mismo tiempo que él mayordomo ponía la comida en la mesa.

—Buen provecho, señor.

—Gracias, Hoseok y te encargo que en cuanto despierte mi esposo tome su desayuno.

—Por supuesto, señor, yo mismo me encargaré...

—Gracias...—Tomó el cubierto para comenzar a comer, cuando de pronto se escuchó un grito proveniente de la planta alta.

—¡¡¡Nammieeeee!!!

—Ja, ja, al parecer ya despertó.—Con una sonrisa de oreja a oreja se levantó, esperando que su esposo entrará al comedor para recibirlo con un beso de buenos días.

—¡Nammie!, pensé que ya te habías ido.—Rápidamente se dirigió al mencionado y lo abrazó, mientras este dejaba un casto beso en su cabellera.

—En realidad estaba por irme, pero antes de hacerlo iba a subir a dejarte un beso.

—¿En serio?—Se separó un poco del abrazo para poder mirarlo a los ojos. Fue entonces que NamJoon pudo agradecer al universo por tener esa oportunidad para deleitarse de aquellos ojos llenos de brillo y esa sonrisa que tanto le encantaba.

—Por supuesto, no me puedo ir sin despedirme de mi amado.—Esta vez causando un rubor en Jin, el cual se separó del abrazo para después tomar asiento.

—Nammie, siéntate a comer o se enfriara...

—Tienes razón, Jinnie.—Tomó nuevamente asiento, esta vez con su esposo acompañándolo.—Hoseok, ¿podrías traerle su almuerzo a mi esposo?

—Por supuesto, señor Kim. Enseguida vuelvo.—Hizo una reverencia para después retirarse hacia la cocina, dejando sola a la pareja.

—Y dime, Jinnie, ¿qué planes tienes hoy?

—Ninguno. Solamente practicare un poco las cosas que Hoseok me enseño. Creo que estoy mejorando en el piano...

—No tengo duda en eso, eres demasiado talentoso para muchas cosas.—Se inclinó para dejar un casto beso sobre su mejilla, sonrojadolo.—Pero además de eso, ¿por que no sales de compras, Jinnie? Era uno de tus pasatiempos favoritos antes del accidente.

—¿Salir de compras?—Frunció su ceño, a lo que NamJoon asintió.—Realmente no me llama mucho la atención, hay cosas muy bonitas pero no me dan ganas de tenerlas en casa.

—Bueno, ¿que tal si lo intentas?, así podrás distraerte en lo que yo vuelvo a casa.

—Mmh… ¡Esta bien! Pero de todos modos no tardarás, ¿verdad?

—No, por supuesto que no, trataré de salir lo más pronto posible para estar juntos, ¿de acuerdo?

—¡Si!

—Señor Kim, aquí está su almuerzo.—Hoseok se hizo presente junto con la comida de Jin, la cual puso sobre la mesa.—Provecho.

—¡Gracias, Hoseok!

—Por nada, Señor Kim...—Haciendo una última reverencia.—Con su permiso.—Para después retirarse. Dejando al matrimonio con la privacidad que se merecen.

—Nammie, ¿cuál es la diferencia de un volcán y un terremoto?—Decidió romper el silencio con un chiste que se le vino a la mente, pero antes de decir la respuesta ya estaba aguantando la risa.

—¿Cuál? Jinnie.

—Que el terremoto ensucia y el volcán lava, JA, JA, JA...—Comenzó a reír con una risa particular, y contagiando a su esposo.

—Ja, ja, ¿dónde lo aprendiste?

—No lo sé, se me vino a la mente, ja, ja.

—Ja, Ja, siempre he amado tus chistes, Jinnie.

—Je, Je, ¿enserio?

—Si, me encanta que me hagas reír...—Conectando su mirada con la de su Esposo, a lo que él se sintió sonrojado y bajó la mirada.—También me encanta cuando te sonrojas, y eres tierno...

—¡Nammie, ya!—Dijo mientras cubría su rostro, para evitar que Namjoon lo sugiera viendo.

—Ja, Ja, esta bien, esta bien, dejaré de verte...—Desviando su mirada, esta vez hacia su comida, la cual estaba por terminar.

—Nammie.

—¿Si?

—Me gusta mucho cuando estoy junto a ti, me siento seguro y muy feliz...—Aquello agarró a Namjoon por sorpresa. Después de todo lo que había pasado había perdido la esperanza de que Jin le dijera ese tipo de palabras. ¡Pero ahora estaba allí diciéndole aquello y comportándose como años atrás, realmente se habia enamorado nuevamente de su Amado!

—Wuau...—Fue lo primero que salió de su boca, para después soltar un largo y enamorado suspiro.—Te lo he dicho incontables veces y lo seguiré diciendo por el resto de mi vida. Yo te amo con toda mi alma y con todo mi ser. Eres mi lugar seguro, Jinnie, el que nunca quiero perder...—Se levantó para después hacer que Jin se levantará de su asiento, seguido por atraerlo hacia él, gracias a sus manos en su cintura.—Gracias por seguir conmigo, a pesar de todo.—Dándole un abrazo, a lo que Jin no logro entender lo último que dijo, así que lo olvidó y se dedicó a corresponder el abrazo.

—Yo también siento eso por ti Nammie, es por eso que me pongo muy triste cuando tienes que irte...—Haciendo un pequeño puchero.

—¡Maldición, tengo que ir al trabajo!—Se separó rápidamente del abrazo, pues estaba tan a gusto con su esposo que había olvidado que tenía que ir a trabajar. Para después tomar su maletin y avanzar nuevamente hasta su esposo y dejar un largo beso en sus labios.—No te preocupes mi amor, no tardaré, cuando menos lo esperes ya estaré aquí, ¿de acuerdo?

—Sipí.—Asintiendo con una gran sonrisa. Mientras le daba un último abrazo y lo acompañaba hasta la puerta.

—Gracias por acompañarme a desayunar, mi cielo. Valoro cada momento que paso junto a ti...—Dejando un último beso en sus belfos, para después abrir la puerta y salir.—¡Diviértete!...

—¡Igual tú, Nammie!

Namjoon con una sonrisa de oreja a oreja se despidió con su mano, mientras subía a su camioneta.

Y es que Namjoon era él Hombre más feliz y afortunado del mundo, ¿acaso él destino escucho sus plegarias?, por que si fue así estaría completamente agradecido con el mismo.

Solo esperaba que aquella felicidad no fuera interrumpida por nada, ni nadie...

¡¡¡¡¡¡Wolviiiii!!!!! :3

Sorry por desaparecer por mucho tiempo, no quería pausar la historia, es por eso que decidí comenzar a volver a actualizarla.

Este capítulo no lo sentí muy Wuau que digamos, jsjs, pero ya vendrán mejores.

Por cierto, noté como hay nuevas personas que leen la historia, muchas gracias por darse el tiempo de leerla, realmente me alegra demasiado ❤️✨.

Y si gustan un capítulo dedicado, pueden decírmelo por aquí y en el siguiente capítulo aparecerá su usser.

✨❤️🌸