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Entonces, ahí se encontraban. Dos tontos que están enamorándose con lentitud.

—Jimin — dijo el pelinegro ni bien vio al nombrado saliendo del auditorio, pensó que lo esperaría más tiempo —. Jimin...

—Ah, perdón. Acabo de bañarme y no me gusta usar la secadora de cabello porque lo maltrata... — respondió Park de inmediato, conociendo ya que a Yoongi no le gusta tocar nada que esté mojado —. ¿P-Puedo tomar tu mano?

—Jimin — volvió a decir Min, con una sonrisa y ya extendiendo su diestra que fue inmediatamente tomada entre las delicadas manos del menor —. Ya no pidas permiso para tomar mi mano. Solo no lo hagas cuando te diga que no lo hagas con anticipación.

—Está bien, ¿vamos? — preguntó, señalando el camino para salir de la facultad y la universidad. Ambos emprendieron una corta caminata —. ¿Tienes la lista de compras?

—No, pero ya estoy familiarizado con las cosas que tengo que llevar. Sé qué cosas le gustan a mis papás y a mí y las que no, las cantidades también y esas cosas. Desde ya te aviso que soy de las personas que ve cada pasillo para deducir qué tomar, esto nos llevará un par de horas.

—No tengo problema, me gusta pasar tiempo contigo — con ello, las pálidas mejillas de Yoongi se tornaron rosadas, siguiendo con su caminata —. ¿Iremos caminando?

—Mmm... Usualmente Namjoon me acompaña y él conduce la camioneta de papá. Lo olvidé. Tomaremos un taxi cuando estemos fuera de aquí.

—¿Siempre haces tú las compras?

—No, mis papás y yo nos turnamos cada mes, pues así nos hemos organizado. Además, somos tres y no consumimos mucho. Aunque, a veces somos cuatro si las visitas de Namjoon se vuelven regulares por períodos, va más a casa cuando tiene un bloqueo de estudio o algo así, dice que el cambio de ambiente le ayuda a que su cerebro fluya. Yo no podría. Y mi mamá lo ama mucho, así que siempre es bienvenido.

—Ya veo... ¿Namjoon es muy importante para ti?

—Claro — respondió de inmediato —. Es como un hermano. Es un poco tedioso, pero es mi mejor amigo desde hace mucho tiempo. Se preocupa por mí, me cuida... Sí, es alguien importante en mi vida.

Jimin suspiró, queriendo que esa respuesta no le desanimara mucho, aunque se sintiera un poco confundido por la extrañeza de su sentir.

—¿Estás bien? — preguntó Yoongi, por el inesperado silencio y la falta de respuesta del rubio — ¿Ahí se acabó la conversación?

—¿Ah?

—Que si ya se acabó la conversación. Es que... No sé cómo iniciar una conversación y tampoco puedo identificar cuándo una termina. Usualmente, las personas no le dan un cierre y es algo que también hago, pero que sigo sin comprender. Ya no suelo responder cuando ya no tengo nada más que decir al respecto, porque también la mayoría de conversaciones que tengo no son banales y me gusta profundizar en un tema. En serio, es muy raro. Algunas personas se molestan por mi "falta de comunicación" ante la ausencia de mi respuesta, puesto a que las conversaciones son diálogos que necesitan un flujo de interacción mutuo, las conversaciones mueren si los participantes de la misma no tienen el mismo interés en mantenerla, es como si una flor solo recibiera agua de la lluvia para florecer y el sol no tenga el atisbo de esfuerzo para ayudar a la flor. Es extraño también las conversaciones que no llevan a nada, como cuando hablo con personas desconocidas y preguntan cómo estoy o qué estoy haciendo, ¿realmente les importa o quieren algo en específico? Nunca lo he averiguado porque huyo de esas situaciones agobiantes e innecesarias, creo que deberíamos tener un número limitado de palabras para decir en el día, así nadie las gastaría de forma no beneficiosa para uno. Aunque creo que yo las acabaría con rapidez si es un tema que me gusta en demasía como Michael Jackson o los pianos, los violines o los pianos, el color azul o los pianos, ¡o de los pianos de color azul! Los pianos de cola son mis favoritos y su color de la caoba junto a la madera de arce son maravillosos, pero hace unos días soñé que.... ¿Y-Ya salimos de la Universidad?

Su alrededor se veía diferente. No se dio cuenta cuándo traspasó la salida.

—Sí, sigue hablando. ¿Qué soñaste?

—¿Estuve divagando todo este rato?

—No creo que se le llame divagar a hablar sobre lo que te gusta.

Jimin sonrió, todo este tiempo estuvo absorto a todas las palabras que Yoongi dijo con una emoción creciente que se iba haciendo más grande conforme sus palabras avanzaban, aunque en ocasiones no le entendía porque el pelinegro no terminaba de pronunciar correctamente cada sílaba, algo que le preguntará después. Pero ver su rostro a gusto le hizo sentir pleno.

—¿Y bien? ¿Qué soñaste?

—Soñé... Que tocaba Canon in D en un piano azul.

—¡Canon in D! Esa pieza me encanta, es una de mis favoritas.

—Sí, la mía también...

Canon in D era la pieza favorita de Yoongi.

Jimin era como Canon in D.

Jimin era la pieza favorita de Yoongi.

—Uhm... Hace años que no vengo al centro comercial.

—¿No?

—Nop — respondió el rubio, viendo al mayor tomar un carrito y mirarlo con fijación —. A mis padres no les gustaba que vaya a lugares muy concurridos cuando era niño, en mi adolescencia no se mostraron tan reacios a eso, de todas maneras, tampoco tenía amigos con los cuales salir. Así que, pasaba mucho tiempo en casa.

—Entiendo... — Yoongi murmuró, yendo hasta las primeras estanterías del lugar, que eran sobre la higiene y cuidado personal y empezó con su habitual mirada encima de los productos —. Yo tampoco salía mucho de casa, las personas me ponen un poco ansioso, pero he aprendido a sobrellevarlo con los años.

Por fortuna, no había mucho movimiento a esa hora por los pasillos. Aun así, Min espera que nada raro le suceda.

—¿Por qué?

—¿Por qué... qué?

—¿Por qué te ponen ansioso?

Yoongi, después de unos segundos en silencio, respondió: —Solo soy así, supongo.

—¿Desde cuándo tu familia hace esta dinámica de que cada uno vaya por las compras del mes? — preguntó Jimin, después de ver cómo el contrario empezaba a ya colocar productos en el carrito, sumergido en su tarea.

—Hace un par de años, creo. Antes mi papá se encargaba de estas labores — respondió el pelinegro sin mirarle, pero estando consciente de la mano que agarraba su brazo derecho y del dueño de esta que caminaba a pasos chiquitos como él —. Después... Pasó algo en mi familia y al principio no lo hacía solo.

—¿Qué pasó en tu familia?

Yoongi lo ignoró.

—Ah, mira. Los cepillos dentales están en oferta.

Con una sonrisa incómoda, el menor se quedó callado. Solo bastaron un par de segundos para que Min vuelva a hablar.

—Un día iban mis padres juntos a comprar y, al otro, yo iba con mi padre. Eventualmente, pude hacerlo solo y desde entonces lo hago, aunque como ya te dije, Namjoon aún insiste en acompañarme, pero no lo juzgo, la última vez vine sin decirle y sin celular y creyeron que me perdí, solo me demoré mucho aquí.

—Tienes buena relación con tu familia. La más sana que he escuchado, si te soy sincero.

—¿De verdad? — sonrió —. Amo a mis padres. Más a mi padre, ni siquiera tenía la obligación de lidiar conmigo y con mis problemas y solo lo hizo. Le admiro mucho, él me enseñó muchas cosas y di mis primeros pasos para interesarme en la escritura. También escribe y tiene una editorial, a veces le molesta a mi mamá diciendo que soy más hijo de él porque compartimos la misma pasión.

Yoongi ama a su familia, por si no quedó claro.

—¿Cómo es la relación con tu familia?

—No tan buena como la tuya, pero estable o algo así. En mi adolescencia tuve algunos roces con ellos y dejaron marca, lamentablemente. Pero... no son malos padres y quiero creer que yo no soy un mal hijo, ni un mal hermano. Tampoco fueron ni son muy cariñosos, pero eso puede ser por su adicción al trabajo que los consumió tanto que mostraban su faceta de abogados maquiavélicos en casa también.

—¿Y cómo reaccionaron cuando dejaste derecho?

Jimin casi se echó a reír ante el recuerdo.

—Un poco muy mal — murmuró —. Pensaron que era rebeldía mía y que se me iba a pasar en el momento, digamos que sí tuve mi etapa rebelde en ese entonces, pero en mi defensa, era un rebelde responsable con las obligaciones que tenía y demases. Ambos no quisieron que lo haga, hasta mi hermana intentó persuadirme a que evite el mal disgusto que estaba pasando y casi lo logra, pero... no lo sé, solo sentía que derecho no era para mí.

» Estuve un año sin rumbo y sin saber qué hacer, hasta que me enteré de la universidad, ni siquiera sabía que existía. Pasó el mal trago en mi familia y ahora estamos mucho mejor de lo que nosotros conocemos. La verdad, ahora los tres están sumergidos en un caso de interés público muy importante y no han pasado mucho en casa.

—¿En cuál?

—Su buffet aboga por el chico que demanda al hospital psiquiátrico Asan por negligencia y a sus tutores legales por mal uso de su certificado de discapacidad por enfermedad mental. Estuve leyendo un poco sobre eso cuando fui a la oficina de mi hermana a dejarle un recado, el caso es uno complicado y no hay muchas posibilidades de ganar y que el demandante reciba el trato justo que merece.

—Oh, el hospital Asan...

—Sí, ¿has escuchado sobre ello?

Já. ¿Si ha escuchado sobre el hospital? Él ha estado ahí.

—Un poco, en las noticias. Solo supe que el buffet que respalda al chico se llama Han.

—Sí, el buffet Han, es por mi madre que se llama Hannah. Los demandados también son fuertes abogados en su mundo laboral, son dueños del buffet Dae. Por el momento han estado ocupados con ese tema, así que se apaciguó el ambiente de que yo ya esté estudiando danza.

Una caja de cereal fue dejada en el carrito.

—La danza es muy linda y tú igual. Van de la mano.

—Sí, puede ser — las grandes mejillas que Min Yoongi ama se pusieron rosadas, ah, el amor te hace un idiota observador —. ¿Y tú cuándo dejarás que lea lo que escribes?

El carrito chocó con otro ante el despiste de la pregunta.

—¿Qué escribes, Yoon?

—Poemas.

Jimin suspiró, imaginándose a un delicado Yoongi escribir con una impecable caligrafía un poema para él y solo para él.

Lo que Jimin no sabe, es que Yoongi realmente le ha escrito poemas solo por existir.

—¿Me dejarás leerlos?

—Algún día, tal vez.

—¡Pero tú ya me viste bailar! Es justo que yo también vea tu arte que, además, estoy seguro que debe de ser arte en todo su esplendor.

—No es para tanto... — murmuró, pero luego sonrió — No muchas personas han leído mis poemas, los que no son hechos por tareas de mis talleres de escritura. Solo mis padres y Namjoon.

—¿Yo también podría estar en esa lista?

Uh, no.

Le daría vergüenza, mucha vergüenza.

Es decir, ¡Jimin es la razón por la cual volvió a escribir poemas románticos! ¡¿Cómo le podrá ver a la cara si lee todo lo que pasa por su cabeza?!

¿Cómo alguien más lo haría después de leer un poema sobre sus esponjosos labios, tan suaves a simple vista que ansía probar desde que se dio cuenta de sus sentimientos, y que parecen a las nubes en lo alto del cielo, mismas que alguna vez él deseó alcanzar y vivir ahí? ¿Y qué hay sobre aquel en el que sus pecas escondidas en lo más recóndito de su piel son las estrellas de la noche que no le molestaría en contar cada una para perderse en ellas y volver a pensar? ¡¿Y qué pasaría si lee cuando escribió que sus manos pequeñas se sienten tan bien entre sus dedos largos como para ver pasar los números de un reloj frente a él y que aún sigan juntas?!

¡Definitivamente no!

—¿Sabes que la voz poética es un mediador entre el narrador del poema y el poema como tal? Es fascinante. Desde hace muchos años la poesía no era lo que se conoce como hoy en día, puesto a que hasta a una novela le llamaban poesía, o más específicamente, poiesis, por lo que el concepto de poesía se ha transvirgesado mucho y...

—¿Siempre ignoras a las personas si te colocan en una situación que no quieres responder? — preguntó, soltando su brazo.

Park no era ningún idiota.

Desde que se conocieron, lo notó. Yoongi lo ignora, a veces. Su máxima expresión de esos sucesos fue haberlo ignorado después de su cita, porque Min no quería afrontar sus sentimientos y, aunque lo entendió y trató de ser lo más empático posible, no dejó de doler y el temor de que lo vuelva a hacer no desapareció de la noche a la mañana.

Él había terminado su ensayo hace un par de horas, solo estaba pensando en qué responder cuando le propuso la idea de ir al centro comercial para acompañarlo a hacer sus compras. La duda persistía en que si lo hacía, volvería a desaparecer por semanas. Llegó a pensar que lo mejor sería solo seguir viéndose en la universidad.

Jimin quería acoplarse y amoldarse a sí mismo para la comodidad del mayor, ya conociéndolo más y a sus "rarezas" como Yoongi lo había llamado. Él no pensaba que era raro, solo tenía unas que otras necesidades que no todos tenían y le gustaba tanto que quería hacer mejor las cosas para él.

Pero él también quería que Min hiciera el esfuerzo de acoplarse a él.

—No me ignores, Yoongi. ¿No quieres que lea tus poemas? Dime que no y listo. No me gusta que me ignoren.

—Lo siento.

Ah, él sabía lo que hacía.

—No quiero que los leas porque son un poco íntimos... No te enojes.

El carrito se detuvo en la sección de harinas.

—No estoy enojado y no me enojaría por algo así. Solo comento que me disgusta que me ignores, ya lo has hecho, no lo vuelvas a hacer.

No, no lo sabía.

Algo que ha aprendido Park Jimin, respaldado por su caótico historial, es marcar sus límites.

Límites con los cuales ha sido muy flexible desde que conoció a Yoongi. Hace un par de años, ni siquiera hubiese volteado a ver a la persona que le ignoró por casi dos semanas y que volvió creyendo que eso no tendría repercusiones en su relación.

A él no le molestan las relaciones casuales, se considera una persona muy comunicativa y con iniciativa si se trata de ese ámbito. Si quería algo informal con alguien, se lo decía y no había problema si recibía una respuesta igual o contraria, para ello lo hacía saber desde un inicio. Si establecen solo tener sexo, pues eso se dará. Si establecen salidas casuales a fiestas con conocidos, pues ahí estará. Si establecen que frente a todos no serán más que desconocidos con una relación que poco y nada les debe de importar a los demás, pues él haría su esfuerzo en hacerlo.

Sinceramente, admite que antes no le llegaba a interesar una persona lo suficiente como para estar hablando con ella todo el día, tomar su mano sólo para tocarle o acompañarle a una cita en un supermercado y que el tema de conversación sean las relaciones con sus familias.

¿Se nota la diferencia?

Lo que sí rompe su corazón un poco, es que cuando él quiere tener una relación seria con la persona que le gusta, ésta también le haga creer que sí, cuando es todo lo contrario.

Si bien con Min nunca ha hablado al respecto sobre eso, piensa que es muy temprano y osado de su parte, solo hasta hace unos días intercambiaron su típico saludo de agitar sus manos a lo lejos a que Jimin le dé un abrazo corto, muy corto.

Uno que nunca es correspondido.

¿Qué es Min Yoongi, entonces? ¿Otra de esas heridas que sangran y que debe de cuidar hasta que cicatrice, para que después le olvide?

—¿De verdad te molesta mucho?

—Sí — la respuesta salió tan rápido de sus labios como pensó en ella —. Si no quieres hablar de un tema, solo dilo. ¿Crees que te obligaré? No lo haré, no tengo por qué hacerlo si resulta incómodo o no grato para ti. Y... me duele, no lo hagas más.

El pelinegro asintió, sacando de inmediato su celular para empezar a escribir algo que Jimin no pudo leer porque se lo impidieron.

—¿Qué haces?

—Lo anoté.

¿Uh?

—¿Qué cosa?

—Que no te gusta que te ignoren — respondió el mayor, haciendo que el carrito vuelva a su marcha —. Jimin, escucha. Yo tengo un... algo que me dificulta ser una persona normal, mi anhelo es tener relaciones normales. Sé que no es el lugar más adecuado para decirlo, pero es la primera vez que me siento realmente a gusto con la persona que me gusta.

» Antes colocaba alarmas para responderle a mi primer novio sus mensajes porque lo olvidaba, contigo no dejo de hablar hasta que duermo y desde que despierto. Ya no me preocupa que mi ex novia se moleste y empiece a llorar porque no entendía por qué no quería que me toque tanto, tú ni siquiera preguntarías si te digo que no quiero que me toques.

» Sé que ignoro a las personas cuando no estoy cómodo con sus presencias, preguntas o demases. Lo siento, no lo volveré a hacer. Estoy intentándolo — dijo y alzó la mirada, que todo el tiempo había estado en el carrito, hasta chocar con los ojos expectantes del rubio —. Porque me gustas mucho. Y me gustas para bien.

—¿Consideras a tu algo tan extraño?

Yoongi se encogió de hombros.

—No me gusta ese algo.

—¿Es muy malo?

—Solo es algo de lo cual nunca me podré deshacer.

—Quiero entenderte, Yoon — admitió Park, volviendo a engancharse de su brazo —. Porque también me gustas mucho. Y me gustas para bien.

—Es difícil entenderme, ni siquiera yo lo hago. No lo digo como un mal intento de darte pena. Personas como yo somos difíciles, algunos más que otros en medida. Mira esta cita, creo que nadie más te ha invitado a una cita en un supermercado a hacer las compras de su casa.

—¿Y por qué tú me invitaste?

—Porque me siento bien si estás conmigo. Tareas como estas, aunque las puedo hacer solo, me agotan mucho por ese algo, como si hubiese corrido un gran maratón. Pero hacer dichas tareas en compañía de las personas que quiero, no me hace tan mal.

—Pues yo nunca he querido que alguien que me gusta me invite a hacer las compras, solo el que me gusta ahora y sueña con pianos azules.

—Ya, qué tonto es esto. Estar conmigo es tonto — Jimin se quejó en voz alta —. Se necesita mucha paciencia para estar conmigo.

—Y se necesita mucha confianza para estar conmigo — respondió el menor, en cambio —. Si tú lo intentas, yo también lo haré.

—Mi psicóloga dijo que ambos debíamos intentarlo...

—Tiene razón. Me alegra mucho que vayas a terapia — Min sonrió —. Entonces... ¿Lo intentaremos?

—Si tú estás seguro, yo también.

—Yo estoy muy seguro.

—Entonces yo también.

La historia de dos nubes enamoradas estaba a punto de empezar. En un supermercado, el carrito casi lleno y un par de orejas dulces que veían la interacción de dos jóvenes enamorados.

—Solo para confirmar. Cuando preguntaste si lo intentaremos, ¿te referiste a que íbamos a intentar ser novios?

—Pues, a intentar ser buenos novios el uno con el otro. Mantener una relación sana.

—Wow. Ok, sí. Reafirmo mi respuesta.

UN APLAUSO PARA ESTA PAREJA Q ESTÁ ENAMORADAAAAAAAAAAA

holas. q hubo.

me olvidé decir q ya no soy un panenamorado, pero q se le va a hacer. ¿ustedes cómo van? YOONGI Y JIMIN ENAMORADOS JASNKASJKASNJSAK

les tqm, besitos.

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