Veintinueve

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Gracias por leer, amores. ♥︎


Harry despertó la mañana siguiente y se encontró con la increíble noticia, de que Louis había bloqueado su número telefónico.  

De no ser porque quiso enviarle una fotografía por la mañana, muy similar a la que aparecía en el chat como último mensaje saliente y ésta última jamás se entregó al destinatario, no se habría dado cuenta de que ya no tenía medio de comunicación con el castaño. 

Lo que había sido miel sobre hojuelas, se jodió al tropezar con la cruda realidad de que su meta no se logró al cien por ciento y casi llora de frustración.

¿Y ahora qué?  

¿Se había pasado con lo que hizo?

¿Actuó bien o se dejó guiar por un bobo instinto de competencia inservible?   

La única respuesta concreta, era que no le apetecía salir de su casa por lo menos unas tres semanas después del tremendo acto que se montó en la noche.

No estaba tomado, no estaba drogado… El baile no era el problema, a eso se dedicaba en su empleo, pero pensándolo con la cabeza fría, podría ser que sí llevó todo a un extremo que ni el mismo alcanzó a detener.  

Quizá Niall debió decirle que no implementara más cosas aparte de sus espectáculos; el ojiceleste le dijo que no tenía ningún lío con lo que quisiera hacer en busca de subir el negocio, siempre y cuando no provocara más peleas dentro del mismo. Ciertamente, recayó en que hubiese sido mejor permanecer con sus coreografías improvisadas y hasta ahí.  

Se comía las uñas, quebrándose la cabeza mientras preparaba huevos revueltos para su desayuno, y el de un australiano adormilado que llegó corriendo en cuanto Harry le marcó para decirle que la había cagado terrible con sus arranques. 

Ashton ni siquiera se tomó el tiempo de cambiarse, exclusivamente se lavó los dientes y acomodó la mata de pelo, no tendió su cama y mucho menos se preparó algo decente de almorzar. Procedió de inmediato a subirse en su destartalada bicicleta y pedaleó como una ráfaga hasta el apartamento del rizado, usando sus cómodas pantuflas color rojo. 

Por poco le corta la cabeza a Harry, cuando la puerta fue abatida y lo saludó con un “Louis me bloqueó.” 

¿Esa era la emergencia? 

—Bien, recapitulemos —El baterista bostezó, meciendo los pies suspendidos en el aire, pues se hallaba sentado en la barra de la cocina con una manta cubriendo su espalda—, dices que ayer le pediste permiso a Niall para anexar algo llamativo como besarte con un chico en medio del show… en otras palabras, te aprovechaste de su depresión para obtener el beneficio. 

—Yo no me aproveché de nada —habló desmotivado, volteando el tocino que ya se le estaba quemando—, solo me pareció buena idea, hasta me aventaron dinero. 

—Hazz, si Niall está tan mal como dices, emocionalmente hablando, lo encontraste vulnerable —dijo y se envolvió mejor en la cobija afelpada—, obviamente te iba a permitir hacer lo que quisieras si le hablabas de generar efectivo. 

El ojiverde escuchó deferente la opinión ajena. No obstante, consideraba que Ashton estaba equivocado hasta cierto punto, ya que el jamás se propuso sacarle ventaja a nada; cuando le expuso a su jefe la fantástica idea (sin consultar a sus dos compañeros), fue con la intención de ocasionar bullicio y dar de que hablar en redes sociales. 

Porque luego de que Louis, le mostrara la noticia del cierre efímero en el club volando por Facebook y leyó los cientos de comentarios, supo que podían hacer uso de esa herramienta para darse a conocer todavía más. Y si ellos como trabajadores, eran de los principales atractivos del bar, un poco de lógica tenía en lo que forjó.  

—La noche temática funcionó excelente, se dobló el ingreso —exhaló lánguido, agregándole una pizca de sal a los alimentos. 

—Esa idea hasta yo te la aplaudí, fue una aportación buenísima, pero creo que hay algo que rebasó tu propia mentalidad.  

—¿Qué quieres decir? —Harry agradeció estar atareado en su estufa, así no le daba la cara a su amigo.

—Yo te haré una pregunta y me vas a contestar con la verdad, ¿de acuerdo? 

—Sí. 

Ashton rascó su nuca y sin más, lanzó el primer anzuelo. 

—¿Besaste al chico porque querías hacerlo, o porque Louis estaba ahí? 

 Directo a la yugular.  

—¿Cómo dices? —El menor tomó la sartén por el mango, cerrando los ojos unos segundos al captar el rumbo del tema.  

—Mencionaste que Tomlinson llegó al bar ayer, ¿no? —Su mirada solo le permitía delinear la espalda del otro, quién parecía inmerso en terminar de cocer los comestibles—. Lo que yo entiendo, es que tal vez sí tenías planeado dar un beso, uno solo. Y cuando lo viste ahí, tu mente te jugó en contra, las cosas se te salieron de las manos.  

—No es… no es así. 

—¿Ah no? —Irwin remontó, rozando el suelo con las puntas de sus pies y de un saltito, se bajó de la barra—. ¿Tu propósito si era pasarle el ron de boca a boca?  

—Ash, basta… —susurró, disminuyendo la llama de la parrilla que estaba utilizando—. Yo lo planeé todo, Louis no tenía nada que ver y la prueba está en que: uno, yo no sabía que iba a ir, y dos, tenía la luz verde que Niall me dio antes de abrir. 

—Eso ya lo sé, pero escucha —Se acercó a él, sonando sus pantuflas por el azulejo y recargó el codo en la encimera, viéndolo de perfil—. Sé honesto contigo mismo, un baile como cualquiera estaba dentro de tus parámetros, y por lo poco o mucho que te conozco, sé que tú no buscabas comerte al muchacho enfrente de todos.  

No se aventuró a responder, Harry guardó sus argumentos y agachó la cabeza cuando la presencia de su amigo se impuso a su costado. 

 —Me imagino que si acaso, le ibas a dar un pico, nada más —reanudó Ashton, posando su palma en la espalda ancha del menor y refregó con afecto—, o tú dime si me estoy equivocando y te dejo de sermonear, igual puedo estar en un error y lo que hiciste fue lo que se te ocurrió desde el inicio.  

Para evitar algún accidente, Harry extinguió el fogón y retiró el utensilio que manejó al freír, dejando el desayuno listo y se rotó para mirar a su conveniente invitado.

—Me dio coraje, bien. Llegó con su típica cara de “soy el puto amo” —Hizo comillas con sus dedos, destacando la frase—, incluso me pidió que fuera con él y me molestó que no me preguntara cuando menos como estaba o algo parecido. Quiero decir, no es su responsabilidad hacerlo… pero, mierda, no le respondí una semana entera, ¿no era eso un aviso de que algo estaba mal? Tu viste lo que hizo en la discoteca, fue un descarado.

—Yo te voy a repetir lo que te dije, probablemente ni te acuerdas por lo borracho que estabas —Se retiró la manta de los hombros y procedió a doblarla con lentitud—. Louis no es tu novio. Va a sonar feo, así que perdóname, eres mi amigo y te amo, pero creo que el que se confundió en esta ocasión, fuiste tú. 

—Yo no estoy confundido. 

El australiano notó la mentira en el rostro contrario; supo que eso no podía continuar así o habría corazones rotos en un futuro no muy lejano.  

—Lo estás, o dime… ¿qué sientes aquí? —Con delicadeza, le puso la mano en el pecho, justo a la altura de su corazón que latía tenuemente—. ¿Qué sientes por Louis?  

Entonces, el oxígeno fue insuficiente por un momento.

Harry inhaló despacio, frotando su brazo derecho y vio directamente a los ojos claros que le brindaron la confianza de sincerarse.  

No más excusas.

—A mi me gusta Louis —pronunció y su labio inferior fue oprimido por sus dientes al organizar lo siguiente a expresar—, no sé cómo pasó y no quiero averiguarlo… pero a mi me gusta fuera del sexo. Me agrada que sea tan espontáneo, es muy impredecible y eso me estresa, pero a la vez me envuelve, nunca sé que esperar de él.  

—¿Qué hay de sus malos tratos del inicio? Le aguantaste muchísimo, ¿y aún así te trae babeando?

—Es que eso no me importó, siempre le dije que conmigo no iba a poder. Para mí, era divertido caer en sus provocaciones y terminar en situaciones de las que no voy a hablar en voz alta —Tuvo una leve intención de sonreír, pero se reprimió—, admito que cuando me dejó en el centro comercial si quise matarlo, pero lo demás era tan estúpido que hasta me enganchaba peor.  
Ashton si sonrió blando, Harry estaba oficialmente abriéndose a sus sentimientos, sin temores. 

—Entonces... ¿Por qué seguiste con el juego de solo follar? —musitó y luego apuntó en dirección a una de las dos sillas que había en el desayunador al centro de la cocina—. No me gusta decirlo, pero yo te dije que si ibas a continuar con eso, mantuvieras los pies en la tierra. 

—Creí que sería sencillo, solo eran encuentros ocasionales y ya —Caminó hasta el sitio, alisando su playera de pijama—, pero se empezó a complicar, él tampoco cooperaba mucho. 

—¿Cooperar? Hablas de que tenía acciones que se podían mal interpretar, ¿no? Recuerdo que dijiste algo de una hoodie —Ashton abrió la alacena, sacando de ahí un par de platos limpios. 

—Así es, la maldita sudadera suya que dejó en mi locker, las gomitas, la subasta, la comida china —Enumeró, hallándose finalmente sentado y con la frente apoyada en la pequeña mesa—, su compañía en las citas universitarias, me traía todos los días después de salir de trabajar… 

—Digamos que pensaste que su límite estaba siendo rebasado también —replicó, mientras servía porciones iguales del huevo revuelto. 

—Exacto, no sabía que yo era el único que estaba perdiendo la cabeza. 

—Él te marcó la línea al principio, ¿por qué habría de ser de otra forma? 

—Porque Louis es un rompecabezas difícil de resolver —Hizo un mohín que nadie pudo ver—, cuando crees encontrar la pieza faltante, te das cuenta de que no embona y es iniciar la búsqueda de otra candidata.  

El gesto de Irwin, frenó en el asombro.

—Buena analogía —resopló, expulsando una risita inocente. 

—Gracias —Infló sus mejillas, percibiendo el delicioso aroma de lo que preparó—, hay zumo en la nevera.  

—Lo sé, en eso estoy. 

Ashton acabó de llenar dos vasos con jugo de naranja que encontró en el refrigerador mucho antes de que se lo ofrecieran y fue llevando todo a la mesa mientras el menor se sumía en su cavilación.  

Llevaba días dándole vueltas a lo mismo, hasta ayer todo era nítido y hoy por la mañana, se volvió borroso. Si quería que Louis sintiera lo que él estaba sintiendo, no lo estaba haciendo de la manera precisa; si eso era solo el comienzo, así como lo había promulgado cuando el ojiazul abandonó el club, debía replantear su táctica porque el resultado no fue para nada el que esperó.  

Tampoco imaginó que Tomlinson iría a tocar su puerta a las cuatro de la mañana para decirle que por favor dejara de hacer boberías como esas, pero mínimo pensó en un mensaje que denotara los celos que seguramente había sentido cuando le vio liarse con un extraño. 

Nada de eso sucedió y su dignidad había descendido dos peldaños.  

—No voy a disculparme —Harry chilló, elevando su torso y se quitó de la superficie dónde tomaría su desayuno—, eso no lo haré, suficiente tengo con ser el único perdedor aquí. 

—No tienes que disculparte, lo hecho, hecho está —Por fin, posicionó su trasero en la silla sobrante y sostuvo un cubierto—, solo quería que entendieras que tu desesperación te orilló a realizar cosas que normalmente no harías. Si Louis es un inmaduro, lo que menos necesitas es serlo tú también. 

—Yo no soy inmaduro —bramó, mordisqueando un trozo de tocino—, solo no supe manejarlo.  

—¿Por qué no simplemente hablas con él? —Después de pasar su primer bocado, Ashton le sugirió—. Déjense de bobadas, cuando menos así sabrás si vale la pena continuar con su… negociación.  

—¿Hablar con él? —Harry se echó a reír brevemente con ironía—. ¿Tú sabes cuál es el único diálogo que tengo con él? 

—Yo preferiría no saber… 

Te voy a follar y vas a rogar por mí —imitó bastante decente la voz del castaño, acentuando con movimientos de manos y cabeza—, eres precioso, estás hecho para mí, maldito ofrecido. 

—¡Hazz! —Le señaló con su cuchara y abrió los ojos escandalizado—. ¡Yo no pregunté! 

 —Di que te empujé y que por eso el lavamanos se rompió, jodido chico londinense —A punta de risas, acabó de remedar a Louis—. Pero lo que sin duda se lleva el premio, es su maldito: no somos exclusivos.  

La atmósfera se había relajado, las risas estaban comenzando a tomar protagonismo moderando la carga negativa.  

—Yo solo dije que lo platicaras con él, no me quería enterar de todo lo que te dice cuando te da por el culo —Bebió un trago de su jugo y recargó la barbilla en su mano. 

—Ya, pues el punto era resaltar que no hablamos nada, raras son las ocasiones en las que conversamos. 

—Como quiera con lo que acabas de mencionar, me doy cuenta de que el mismo se contradice —concluyó, mientras cortaba una rebanada de pan con la que acompañaría sus sagrados alimentos—, ahora entiendo un poco más el porqué del enredo.  

—¿Cuál enredo? —Se atrevió a fingir que no entendía.  

—De tu crisis existencial, ambos son unos idiotas.

—¿Me acabas de llamar idiota? —Nulamente ofendido, dramatizó.

—Sí, a Louis y a ti —Sin miedo, le recalcó—, a uno por inmaduro e inseguro, al otro por impulsivo y torpe. 

Ahora sí, con su singular espíritu pacífico, el rizado dejó ir sus comisuras hacia arriba.  

—¿Por qué no pudimos tener esta plática ayer? —reclamó, cubriendo sus ojos con las manos y tiró su cabeza hacia atrás sobre el respaldar de su silla—. Diablos, no quiero ir por la vida besando gente que no conozco, no fue mi mejor estrategia, aunque el chico era lindo, no es lo mismo.  

—¿Lo mismo? —Con los cachetes repletos de comida, logró balbucear.  

—Ajá, no comparo, pero besar a Louis es otra cosa —Mantuvo su postura, escuchando los huesos de su espalda tronar—. ¿Qué tan hundido estoy? 

—Del uno al diez… —Tocó su mentón con el dedo índice varias veces, analizando su próxima línea—: un veinte, tal vez.   

—Me voy a terminar mudando de ciudad —siseó cansado, regresando a su posición anterior—. No, espera… no quiero ser como aquellos que rehúyen cuando alguien les lastima. 

—Habla con él —instó su amigo—, y si las cosas no resultan, pues al final a la gente siempre le dolerá más que la ignores. Puedes hacer más siendo únicamente tú, que provocando caos innecesarios y ridículos. 

Harry se encontró razonando lo que su cerebro filtró, aquello que le serviría para construir nuevamente su muralla. Supo que despertar a Ashton a las ocho de la mañana había sido una buena idea, cuando menos para él, pues el chico era su mano derecha, su confidente y su más grande amigo en Nueva York... sin sus consejos, definitivamente viviría a la deriva.

Despejado, finalmente se preguntaba: ¿Cómo demonios imaginó que lograría ser solo una solución temporal? ¿Cómo carajo se dio el valor de aceptar únicamente ser follado, cuando su débil sentir ya estaba de por medio? No recordaba en que momento fue que comenzó a ser diferente, pero ahí estaban las secuelas.

Desde que le vio en la cafetería, desde que se lo encontró a las afueras del bar luego de haber ido a pedir el trabajo... desde ese día, le movió el piso y no le daba pena admitirlo.

Su coqueteo repentino en el auto, el primer beso que se dieron aquella noche que lo llevó a su departamento, las insinuaciones, la tensión sexual que culminó la madrugada en que imaginó morir en manos de un asesino como en las películas... en algún tramo de su triste historia, involucró sin remedio el cariño por un muchacho sin responsabilidad afectiva.

Su despecho le obstruyó el lado reflexivo, Louis no encontraba nada malo en sus acciones porque en verdad, no existía un compromiso. Pero la actitud posesiva que reflejaba cuando se abría la remota posibilidad de que Harry pudiese estar con alguien más, fue la que acabó tirándolo hacia el abismo y sin paracaídas.
Su seguridad se extravió en la ruta.

"Puedes hacer más, siendo únicamente tú."

Se grabó esa frase y sentenció tener esa conversación que sería la determinante a sus inquietudes ligadas con Tomlinson. No recordaba la localización de su vivienda, así que le preguntaría a Zayn como llegar e iría mañana mismo a poner las cartas sobre la mesa.

Además, le comentaría a Niall que su propósito de evolucionar las veladas, si bien generó frutos, solo quedaría en vestirse o disfrazarse dependiendo el concepto elegido. Ya no más contacto, eso no era indispensable para producir ganancias. Cuando mucho una invitación a subir al mostrador, un shot de la botella y hasta ahí, gracias por participar.

—¿Te vas a comer eso? —La vocecilla de su amigo, le hizo sacudir la cabeza y arrugar la nariz.

—¿Qué?

—Lo que hay en tu plato, duh —Con obviedad, rodó los ojos—, se te enfría y tu estás en pleno viaje astral, yo tengo hambre, me despertaste muy temprano y creo que lo merezco.

—¿Serías capaz de dejarme sin desayunar? —El rizado acabó perplejo.

—Me dejaste sin mis horas reglamentarias de sueño, es lo justo —dijo, sin vacilación.

—Touché.

Entonces, Harry le ofrendó su comida, siendo consciente de que podría prepararse un sándwich más tarde.

Pocas veces, le había agradecido a la vida que pusiera a ciertas personas en su camino. Esta vez, tenía una deuda enorme que pagar, porque Ashton se acabó convirtiendo en un pilar que sostenía su estructura movediza, y que aún así, se quedaba aunque hubiera riesgo de un derrumbe.

Era la amistad más sincera que había formado en Manhattan.

—Por cierto, ya que estamos solucionando mis idioteces... —murmuró, ocultando su impertinencia y desvió sus orbes hacia la tarja llena de loza sucia—. Le envié unas fotos a Louis.

—¿Fotos de qué? —inquirió el baterista, masticando otro pedazo de pan.

—Como, del tipo indecentes... ¿nudes? Sí, creo que así les llaman.

El contrario dejó caer la cuchara sobre el plato y acto seguido, se palmeó su propia frente.

—Es que eres un caso, ¿las vio?

—Sí, creo, al menos la primera foto y el video sí.

—Bueno, es que tú... Espera, ¿dijiste video?

—Ehm, creo —El ojiverde carraspeó la garganta y sintió el rubor inundar sus cachetes—, sobre eso...

Ashton estaba mentalmente listo para escuchar el relato conciso de un británico con cables zafados.

Y claramente, Harry aceptaría un punto de vista atinado e iba a corroborar que por nada en el universo, cambiaría la fraternidad que iba labrando día a día con su australiano favorito.







❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ 🍻 ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖







Harry ya no acostumbraba llegar tarde a su empleo, treinta minutos antes de su entrada, ya estaba acomodando todo en su área para que Zayn y Liam solo se encargaran de limpiar las mesas y de acomodar las sillas al arribar. 

Hasta le daba tiempo de lavar los sanitarios públicos y dejarlos rechinando, con olor a lavanda.

En esa ocasión, optó por encontrarse en el club con una hora completa de anticipación, pues deseaba conversar con Niall sobre lo suscitado la noche pasada. Quería limpiar su honor cuando menos con su jefe, seguía apenado con su comportamiento, estuvo fuera de lugar.

Sin embargo, cuando estuvo a punto de tocar en la entrada de su oficina, las voces al otro lado pausaron su acción. Su puño quedó al aire y sus oídos fueron receptores de un acento distinguidamente rápido.

"Tómalos, son para ti."

"Te dije que no era necesario, ¿por qué no hiciste caso?"

"Principalmente porque todo fue culpa mía, deja de ser tan orgulloso y tómalos, de algo te han de servir."

Sí, era un Louis hastiado.

Harry no midió su nivel de curiosidad al pegar su oreja a la madera de la puerta, escuchando todavía mejor lo que ocurría en el cubículo.

"¿De dónde sacaste tanto dinero?" —Niall preguntó, confundido.

"Eso no importa, después te depositaré más. Por lo pronto, espero esto cubra una parte."

Compartieron un discurso en voz nimia, el ojiverde trató de registrar pero el volumen era demasiado carente y no alcanzó a entender lo dicho. Eso, hasta que de nuevo fue Niall quién elevó el tono.

"Bueno, pues gracias. Sobre lo de tu empleo..."

"No te preocupes por ello, conseguí algo, la verdad ya no quiero trabajar aquí."

Al rizado algo le dolió en el pecho, una punzada martilló en su corazón.

Lo sorprendente de todo eso, era que de verdad Louis estaba rechazando volver al trabajo que por tantos meses cuidó como a un bebé; el lugar que le dejaba dinero basto para sus lujos, dónde se encargó de regalarle alcohol hasta a las piedras, de aumentar los ánimos con su extraordinaria manera de abordar a los clientes y su buen gusto al hacer playlists de moda que se reproducían a lo largo de las noches. 

Sin pasar por alto, el hecho de ser un cretino con los nuevos empleados para depurar el bar de novatos que representaran un peligro en su estadía. De nada le sirvió aquello, pues quién había terminado en la calle, había sido él.  

“Nos vemos después, Ni, mucho éxito.” 

Harry se cargó de ansiedad cuando escuchó la despedida, se despegó de un brinco del acceso y retrocedió, disfrazando su vertiente fisgona. Pronto, se metió en su mecanismo de defensa al aparentar que iba llegando por el andador.  

La puerta se abrió y chocó de inmediato con los ojos gélidos de Louis. Su piel se erizó cuando las cejas del otro se formaron en una línea al topárselo, fue un encuentro sombrío, reflejó con exactitud que todo se estaba yendo al demonio.  

No se saludaron, tampoco protestaron, simplemente no cruzaron palabra. Bastaron cinco segundos en los que se observaron y el mayor fue quién se movió del sitio, creando una ventisca de aire que circuló entre ellos al pasar a su lado.

Harry parpadeó aturdido, recapacitando en un chasquear de dedos y dejó para más tarde la charla con Horan, tenía un asunto más importante que atender y resolver, aprovecharía que estaban los dos ahí. 

Le alcanzó antes de que saliera, iba a la mitad de local.

—Louis —farfulló el ojiverde, temeroso de que fuera vilmente ignorado—, necesito hablar contigo.  

Y así fue, el mencionado no paró su andar, en busca de llegar lo más pronto posible a la salida.

—Es importante, joder —gruñó con intrepidez y dio zancadas para alcanzarlo.  

—Yo no tengo nada importante de que hablar contigo —rumió Louis entre dientes, riendo por la nariz—, envíame un mensaje y quizá te lo respondo.  

—No puedo hacer eso, me bloqueaste —Le recordó, al no pillar el sarcasmo. 

—Oh, cierto, tan insignificante que lo olvidé —El castaño no se detuvo, le faltaba solo el pasillo para irse por un buen rato de esos lares.  

—De ser insignificante, no te hubieras tomado el tiempo de hacerlo —retó, sintiendo su pulso acelerarse cuando vio que Louis bajó la rapidez de su marcha—. Al contrario, le diste mucha importancia.  

Tomlinson no estaba de humor para esas tonterías, se sabía que, si algo le picaba justo en el ego, se convertía en la peor pesadilla de quien fuera y si le buscaban la cara, tendrían que hacerse responsables de lo que causaran.  

Entonces, paró de lleno y mientras metía las manos en el bolsillo delantero de su hoodie amarillo, se dio la media vuelta a fin de hacerle frente a su falso intento de compañero. A Harry le transpiraron las palmas y cuadró el torso cuando el flequillo mal arreglado del mayor le hizo flaquear las rodillas.  

¿Por qué se veía tan bien de cualquier modo? 

—Te escucho, Styles —engrosó tétricamente la voz.  

El nombrado entreabrió los labios, respirando sofocado.

—Uhm, tú... ¿Estás enojado? —Fue lo más inteligente que su boca escupió. 

—¿Tendría que estarlo? —Louis se mofó de su vago temblar en el timbre de su voz. 

—Por eso lo estoy preguntando, hoy desperté bloqueado y no entiendo porqué. 

—Me enviaste cosas que yo no te pedí, ¿acaso estuvo mal que de esa forma te lo hiciera saber?

Harry sacó el oxígeno de sus pulmones en una bocanada, el ritmo cardiaco lo tenía elevado y el retumbar del mismo no le dejaba pensar con claridad. Por su parte, Louis tampoco era tonto, no le diría lo que terminó provocando con esos archivos multimedia, debía mostrarse intransigente y si se podía, ultrajado.  

—Bueno, creí que de algo te servirían, me disculpo por eso —comentó, un tanto a la defensiva—, pero eso no es de lo que quiero hablarte.  

—Da igual, dilo ya, se me hace tarde.  

Bien, solo eran ellos dos.

Esta vez no habría un intermedio, si Louis se alteraba, Liam y Zayn no estaban ahí para calmarlo, tampoco contaban con la presencia de Ashton en caso de que Harry necesitara consuelo.  

Era una disputa de dos, y solo esos dos, eran los indicados de resolverlo.  

—Ya no voy a follar contigo —Harry suspiró, armándose de valor—, no lo haré porque esto no está siendo sano para mí.  

—¿Sano? —Le vio con una mueca de desconcierto—. Creí que era de beneficio mutuo, yo te daba mi polla y tu me dabas el culo, ¿qué es lo que te hizo daño?  

El sistema nervioso del rizado se potenció, desencadenando una serie de efectos secundarios que no controló: su boca se secó por completo y sus músculos se tensaron. Los alejaban dos deficientes metros, y aunque Louis si se percató del malestar que asaltó al contrario, no salió de su órbita.  

—No se trata de eso, yo… —Sus dedos habían empezado a jugar entre sí—. Yo no puedo mantener la mentalidad que tú tienes. 

—¿Mentalidad?

—Sí —murmuró, abrupto—, yo no puedo hacer esto, me confundes mucho.

Louis coló una sonrisa atestada de burla. 

—¿Confundirte? —masculló, presionando la punta de su lengua en su propia comisura—. Yo te dije desde un principio que todo esto, era solo atracción física.

Harry ya no era capaz de lidiar con eso.

—Me queda claro, sé que tú no buscas algo más y está bien —Reuniendo toda la fuerza en su ser, barrió las letras conjuntas en su lengua—: yo no sé lo que quiero, tú tampoco lo sabes, entonces no creo que sea bueno que sigamos así.

—Yo si sé que quiero —Restó la separación, con una pisada hacia él—, quiero divertirme sin ataduras, quiero salir, quiero conocer, quiero ser yo sin rendirle cuentas a nadie.

El menor asintió, aceptando que la bala perdida de un "casi algo" le había alcanzado; no corrió tan rápido, no pudo seguir con su trayecto porque sus falsas ilusiones se desplomaron, aniquilando sus emociones y siendo pisoteadas cruelmente.

Mal interpretó las cosas, se disparó a sí mismo.

—Hazlo, nadie te lo impide —No se iba a someter, la guerra estaba perdida—, pero yo no quiero que me arrastres contigo.

—Yo no te arrastré, Harold —Subió el tono, expresando molestia por medio de sus facciones, la sonrisa se esfumó—. Tú aceptaste.

—Quizá ese fue mi error.

Entonces, la mirada de Harry le entregó un baúl de secretos guardados a Louis.  

Y después de mucho tiempo, él volvió a sentir ese horrible escalofrío que le aquejaba cuando su madre apagaba la luz de su pieza y aún no estaba dormido, volvió a percibirlo y retrocedió dos pasos, pestañeando sin armonía.

Louis tuvo miedo.

No porque el ojiverde estuviese poniéndole fin a su alianza, no porque su nexo se estuviese rompiendo; más bien, se asustó al intuir la razón que lo orilló a desistir...

—Será mejor que esto pare —Compadeció el mayor, suprimiendo su conmoción.

—Estoy de acuerdo —Le respondió con simpleza.

Todo lo demás estaba de sobra. Louis comprendió que, a la bomba nuclear le faltaban segundos valiosos para estallar y todavía tenía la oportunidad de escapar.

Eso hizo.

Salió de Club Bengala, sin estar seguro de cuándo pisaría las instalaciones nuevamente. Y cuando se escabulló por el portón, Harry encontró el sosiego que le hacía falta desde hace unas cuantas semanas. 

Decaído, pero lo halló.


Hola. ♡ ¿Cómo están hoy, corazones?

A quien me falte de ponerle dedicatoria en algún capítulo, pongámelo aquí, por favor. ♡ Creo que wattpad no les notifica cuando les menciono, así que, si no saben si ya están en las dedicaciones de algún cap, pueden comentar igual y yo les digo.

Espero disfruten la actualización. Les amo mucho, un besote y un abrazo, bebés.
María.

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