Entre Cenizas

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La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para avanzar. Eduardo Galeano

Capítulo 1


Christopher se encontraba en la oscuridad de un pantano, mientras observaba cómo la gente se alejaba de él. Las aguas de aquel lugar cubrían por completo sus pies, sintiendo el fango entre sus dedos. Y fue justo en ese momento, cuando se percató de aquel olor a óxido. No entendía el porqué de ese extraño olor, pues no veía nada que lo produjera.  Entonces, una luz blanca descendió del cielo con mucha lentitud hasta tocar el pantano, iluminándolo por completo.

Aquello no era agua... Era simplemente sangre.

Sumergidos estaban varios cuerpos, pero no distinguía a ninguno. Así, tres metros más allá, a lo lejos, observó una pequeña insignia que flotaba cerca de él; tenía un escrito que reconoció de inmediato: Los Pasajeros. 

Su corazón se propulsó descontroladamente. Cuando de pronto, la risa de Rogger resonó en todo el lugar. Era un sonido constante y repetitivo, por el eco de aquel lugar.

A causa de la angustia que aquel sitio le producía, comenzó a correr. Y, sin darse cuenta, había llegado un enorme bosque sombrío. 

Era un lugar difícil de detallar, sin embargo, en medio de aquel terreno revoloteaban numerosas luciérnagas que iluminaban tenuemente el lugar; estas le envolvieron, danzando alrededor de él de una forma casi mágica. 

Volvió su vista hacia atrás, esperando ver aquel lugar sangriento, pero había desaparecido.

—El Nihilismo, si bien es la existencia de lo que existe, puede personificarse en todo criatura que vaya en contra de lo que ha sido creado —escuchó la voz de una mujer.

Cuando alzó la mirada, encontró un ser de apariencia dorado, con varias alas a sus espaldas, lo que le hizo creer que se trataba de una especia de ángel. Y aunque no distinguió el rostro, reconoció una espada sobre su mano derecha. 

—¿Quién eres? —logró preguntar Christopher, sin entender. 

—No importa quién soy. Lo que importa es si reconoces tú, quién eres. Mi historia ya se ha contado, la tuya apenas está en proceso... 

Por algún motivo, escuchó un ruido detrás de él, y al volver su rostro hacia atrás, se encontró con Rogger a unos cuantos metros frente a él. Este tenía la misma apariencia que la última vez que le había visto, pero el rostro lo tenía mucho más pálido. Por alguna razón se veía mucho más demacrado y envejecido. 

Él sonrió, y dijo con un tono de burla:

—Nunca podrás matarme... Mongol está muerto y ya no queda nadie de Los Pasajeros, solamente quedas tú.

***

Christopher abrió sus ojos con tanta fuerza, que tuvo que cerrarlos nuevamente para poder acostumbrarse a la claridad del lugar. Tenía ganas de vomitar y se sentía realmente mal. La boca la tenía seca y su garganta quemaba; estaba temblando y los ojos le ardían, y por eso, esta vez comenzó a abrirlos despacio; esta vez parpadeando varias veces hasta que la visión aclaró. 

No sabía si el sabor amargo de la boca era real, o sí solo era un impulso de su cerebro por la recién visión que había tenido. Esperaba que fuera un simple sueño, pero había aprendido la lección de que nada era lo que pareciera, y menos, si era él el que supuestamente lo soñaba. 

Pero, ¿ver a sus amigos muertos? ¿No había sido suficiente con las pérdidas que habían tenido?

Otra vez parpadeó. Y se dio cuenta que estaba en una especie de esfera acuático, como una de las tantas cámaras que observó en la Fuente C. Intentó moverse, pero se dio cuenta que parecía estar débil, como si sus músculos habían sufrido el efecto de durar tiempo sin estar en movimiento. También tenía hambre. Detalló el lugar: se trataba de una habitación blanca, muy pulcra, y con el aspecto hospitalario y de laboratorio que ya había visto una vez; además, como esa vez, todo su cuerpo desnudo estaba lleno de cables.

"Otra vez no" pensó, asustado.

Por un momento, se quedó taciturno, intentando descifrar el lugar en el que estaba. Y, cuando vio a su alrededor, se encontró con varias esferas como la de él, una al lado de la otra. Por encima, estaba maquinarias tecnológicas que, aparentemente alimentaba los contenedores en el que estaba. Estiró sus brazos con dificultad hasta el borde de este, y se dio cuenta que si bien no era vidrió, era de un material muy elástico y resistente.

Ahora, un poco más consienten, se dio cuenta que habían otros cuerpos a su costado. Cuando miró a su izquierda, frunció un poco el ceño pues se trataba de una mujer, desnuda por completo, y con el cabello rojizo. Estaba en posición fetal, y con el rostro fruncido, como si intentara luchar contra algo. Entonces, de la nada abrió los ojos, eran azules, y allí él le reconoció. 

La impresión de lo que vio, hizo que Christopher expulsara una onda de energía que, de inmediato, todas las cámaras de contención se destruyeron. Los que permanecían en el techo, cayeron al suelo, con un impacto de lleno tan fuerte, que se les nubló la visión a todos. De pronto, escuchó gritos, jadeos, lamentos y personas tosiendo. Alzó la vista, ahora borrosa hacia donde debería estar la chica, y sí, no cabía duda de ella: 

—Na-Nahomi —dijo finalmente, con dificultad. 

La chica le miró un segundo. Le pareció verla sonreír, pero luego se sintió casi a desmayar. De inmediato, las alarmas en aquel sitio se activaron. Las luces rojas de inmediato, le trajeron los recuerdos de la invasión a la Fuente C. Fue un baño de agua fría, pues pareciera haberlo revivido como si solo habían pasado horas. La muerte de Shorty, la de Acer, el secuestro de Mongol y la explosión.    

¡Dios! Esto no puede estar pasando... Pensó. 

No supo cómo, pero logró torcer los ojos hacia arriba y divisó a su hermana, también a Oslo, y al dirigir al otro lado, estaban Vemna, Gligar, Sonic y Bionic más allá. De pronto, vio a Nahomi colocarse delante de él, algo decía, pero no le oía bien. La chica colocó una mano sobre su cabeza, y de pronto, como un encendedor, su cabeza pareció aclararse y comenzó a sentir que había más control sobre su cuerpo.

—Usaron una droga para mantenernos doblegado —mencionó—, mi propio poder de adaptación, asimiló la droga, pero conmigo, parecían cambiarla una diaria. Despertaba y volvía  a caer —señaló, cuando vio que este pudo sentarse, y pasó hacia Gligar. 

—¿Dónde estamos? —Preguntó Christopher, sin reconocer nada de aquel lugar. 

—No tengo idea, pero no son de los buenos —dijo ella—, cuando Ransell y tú cayeron en coma, fuimos atacados por FACTORY nuevamente. enviaron a un ser que... por poco no la contábamos, pero, cuando habíamos encontrado su debilidad, FACTORY actuó y nos atrapó a todos nosotros de la misma forma que lo hicieron con Mongol —explicó—, he contado los días y hemos estado así por un año; el efecto de la droga solo duraba doce horas en mi sistema, pero no tenía forma de como romper la capsula hasta que tú lo hiciste. 

—¿Un año? —Preguntó ahora Gligar, consiente. Nahomi asintió.

—Necesito tiempo para poder ver recuperarlos a todos —dijo Nahomi, mirando hacia la única puerta que allí estaba. 

—Y ya vienen —dijo Christopher, levantándose, dándose cuenta que, en realidad no había perdido forma, al contrario, se sentía mejor que nunca. Era el efecto de la droga lo que le hacía sentir de esa forma. 

En el momento en el que abrieron la puerta, Gligar envió disparos acelerados —como una ametralladora—, asesinando en un instante a montones de agente. 

—No hay necesidad de ello —dijo Christopher a Gligar.

—¿Te despertaste y vas a comenzar siendo amable? —Le cuestionó este. 

—Yo me encargo —dijo Christopher, alzando las manos. 

De pronto, la habitación pareció volverse lenta. El líquido que estaba derramado en el suelo comenzó a elevarse, como si se hubiera perdido por completo la gravedad. Los movimientos se volvieron más lento, excepto para Nahomi, Gligar y Christopher. 

—¿Qué haces? —Preguntó Gligar, mirándole confundido. 

Christopher, le sonrió y le dijo: 

—Estoy alterando el espacio-tiempo —respondió—, haciendo que los segundos sean minutos y los minutos horas —explicó—, además, altero la longitud del espacio, de manera que un pasillo, se convierta en una autopista. 

—¿Cómo logras hacerlo? —Gligar estaba realmente impresionado—. sin que nos afecte a nosotros.  

—Solo aprendí a aceptar los consejos de Infinito —contestó. 

Christopher iba a seguir explicando aquello, pero Nahomi añadió: 

—Estamos listos.

Christopher dio una mirada a todos los que estaban allí, se alivió de  ver a Marry que no la había notado. Y haciendo de ellos el mismo efecto, parecieron estar tan confundidos como todos ellos hace un momento. 

—¿Qué está pasando? —Preguntó Sonic.

—Resumen rápido, fuimos secuestrados por FACTORY, nos drogaron por un año en esas incubadoras, Christopher despertó y mandó todo a la mierda, y ahora pudimos escapar. Ah, y ahora está haciendo nuevo truco con el espacio-tiempo —explicó Gligar, lo más natural posible.

—Nunca creí que extrañaría no dormir —contestó Sonic, masajeándose en cuello. 

—¿Listos para escapar? —Preguntó Nahomi. 

Todos asintieron. 

Los chicos, para evitar salir desnudos de aquel sitio, robaron las ropas de varios agentes caídos que Gligar había tomado. Por supuesto, estaban asqueado de la apariencia que llevaban, pero era necesario. 

Christopher dejó de efectuar su poder, y con ello salieron de la habitación hacia un pasillo largo, hasta una encrucijada de tres pasillos más. Tomaron el pasillo por el que no venían soldados, y corrieron. Aunque sentía que le pisaban los talones. Nahomi iba adelante, siguiendo las indicaciones de Sonic, gracias  a su visión infrarroja, mientras que Christopher y Gligar iban detrás; el primero se encargaba de crear un escudo para ellos, mientras que el segundo era quien funcionaba como arma de ataque. 

Llegaron a una habitación, estaba completamente vacía. Parecía un puesto de oficinas, y vieron un enorme reloj en una de las paredes. Marcaba las 12:00 A.M. Eso tal vez podía explicar porque no había nadie, pero teniendo la experiencia anterior, seguramente habían evacuado los civiles. Las alarmas seguían sonando, y Ransell captó como las cámaras se movían en la dirección en la que estos se movían. 

—Nos monitorean por las cámaras —dijo Ransell, señalando varias en diferentes puntos.

—Por ahora tendremos que confiar en Sonic y que halle una mejor salida para nosotros —dijo Oslo. 

Estaban sin moverse, Sonic parecía analizar las salidas, pero ninguna era una buena opción. En uno, venían más de cien soldados, en otro, vio trampas por sistemas de contención en sus paredes. Y en otro, solo venían cuatro personas que, según él, debían ser soldados especiales. Entonces, notó una pared.

—¿Y bien? —Preguntó Marry, alarmada de ver que nadie se movía, y que agentes estaban llegando por una de las entradas. 

—¡Oslo, esa pared! ¡Sigue en línea recta! —Ordenó Sonic. 

Christopher alzó una barrera protectora, pues disparos habían comenzado a enviar. Y de pronto, enviaron una bala especial de impulso electromagnético que, al golpear el campo protector de Christopher, una onda de energía se desató destruyendo su escudo. Christopher salió volando, pero Marry lo atrapó en el aire con una de sus serpientes. Eso no se lo espero. 

—Considéralo una disculpa —le dijo ella.  

Oslo comenzó a correr hacia aquella  pared, y la destruyó inmediatamente. Su cuerpo no solo era fuerte, sino que contaba con mucha resistencia e invulnerabilidad física. Según los datos de Mongol, Oslo tenía la fuerza para levantar un avión con mucho esfuerzo, y podía perforar el equivalente a cuatro pulgadas de acero. Esto se debía a que tenía un tejido muscular extremadamente denso y una piel impenetrable, lo que lo hacía resistente a la mayoría de las lesiones. Por eso, atravesar aquellas paredes no parecía ser problema alguno. 

Todos Los Pasajeros corrieron detrás de Oslo, y, mientras atravesaban una habitación, se encontraron con un sector repleto de personas. Todas con miradas curiosas sobre los ventanales; tenían aspectos demacrados, y, no estaban seguro, pero llegaron ver un par que parecían estar muertos; uno de ellos, parecía haber usado el suicidio como opción pues colgaba del cuello con sábanas desde el techo. 

Siguieron a través de una escalinata, y Sonic señalando la pared delante de ellos, le indicó a Oslo que la rompiera. Al hacerlo, un enorme agujeró se formó y el exterior estaba delante de ellos. Se quedaron absortos de lo que veían, pues el calor que les recibió fue avasallante. El clima, sin duda alguna era diferente a lo que conocían de Canadá. Además, Vemna que se acercó a mirar un poco la vegetación, dijo con el ceño fruncido: 

—Esto no es Canadá, hay muchas plantas tropicales, calor y humedad. Es una selva —concluyó impresionada.  

Muchos de nosotros no tenemos idea de la diferencia que hay entre un bosque y una selva, pero, la realidad es que son dos conjuntos naturales con características únicas que no los hace iguales.  La selva, conocida como Jungla, es un lugar mucho más denso y grande que el bosque, y de hecho algunas áreas son intransitables. Por eso, las caminatas por los bosques son más comunes que por selvas. La vegetación forestal consiste en maleza, árboles, matas diversas y arbustos que tienen un alto nivel de transmisión de luz solar., mientras que, los árboles, enredaderas, lianas y otras especies vegetales dominan la vegetación selvática, que es muy densa e impide que la luz solar logre penetrarla. Además, en cuanto a la fauna, las selvas son más pobladas y diversas que los bosques. También, el suelo de la selva es más rico en nutrientes, por eso allí crece tanta vegetación, por tanto su densidad es mucho mayor, y la supervivencia es más compleja. Y por último, los bosques cubren una mayor parte de la superficie del planeta, alrededor de un tercio, en comparación con el seis por ciento de las selvas, considerados como los verdaderos pulmones del mundo.

—Esperen... —dijo Ransell de pronto, regresando hacia las celdas de aquel sector que habían dejado atrás. 

—¡Ransell! —Chilló Gligar, corriendo detrás de ella. 

—Déjenla —dijo con total calma, Christopher—, lo que piensa hacer es bueno y necesario. 

—¿Qué va hacer? —Preguntó Nahomi, confundida. 

—Va a liberar a todos los presos —contestó Christopher. 

De pronto, una segunda alarma comenzó a sonar y tronar en todo aquel edificio: "!ALERTA MÁXIMA, ALERTA MÁXIMA, MUTANTES LIBERADOS, MUTANTES LIBERADOS, CÓDIGO ROJO, ENTRANDO EN ESTADO DE CONTENCIÓN!

—¡Debemos salir ahora! —gritó Sonic. 

—¿Cómo bajamos? —Preguntó Bionic al ver la altura en la que estaban, quizás unos siete pisos del suelo. 

—Yo me encargo —dijo Christopher. 

—Listo —interrumpió Ransell, junto a Gligar con una amplia sonrisa, pero un niño estaba en entre los brazos de esta. 

—¿Qué fue lo qué hiciste? —Preguntó Vemna, al ver que había regresado tan pronto. 

—Bueno, de la nada desaparecieron todos los ventanales que los aprisionaban —dijo Ransell, con una amplia sonrisa.

—¿Y ese niño? —Preguntó Marry, con el ceño fruncido.

—Lo siento, no pude dejarlo —dijo Ransell, preocupada. 

—No me dejen, por favor —suplicó este, al ver las miradas de todos sobre él. 

—Irás con nosotros —afirmó Gligar a este, para luego devolver una mirada severa al resto del equipo. 

Eso por supuesto sorprendió a todos. No solo por querer que se hicieran cargo de un niño, sino que su mirada revelaba que no había réplicas. Christopher, que ahora podía leer la mente en un instante, solo pequeños fragmentos para que no se dieran cuenta de su invasión, supo que la razón de ello se debía a que el chico le recordaba a él mismo. Además, había visto tan preocupada a Ransell que pareció despertar todos sus instintos protectores. Le recordó a su madre. Todos sabían del mal genio del rubio, así que nadie dijo nada.

Se comenzó a escuchar el caos en el interior, gritos, alaridos, luchas, jadeos y órdenes por parte de agentes de FACTORY. Además, justo en ese instante una lámina de acero comenzaba a cerrar la abertura que Oslo había hecho. 

—¡Oh no! —Chilló Nahomi al ver eso. 

—Esto no podrá detenernos —señaló Oslo, enviando otro golpe, tan fuerte que mandó a volar la lámina. 

Christopher alzó las manos a su costado, y con la ayuda de la telequinesis, logró que todos ellos flotaran y volara hacia el exterior. Como era de esperarse, gritos comenzaron a escucharse desde el suelo, y disparos comenzaron a  enviar, pero que rebotaron de una barrera que el hermano Notherway había añadido además. Sin embargo, lo que nunca esperó, es que aquel edificio contara con armas que sobresalían de las paredes y que, no dudaron en apuntarlos, seguido de un poderoso rayo láser que causó una explosión en el cielo. 

Aquello había sido tan fuerte, que mandó a volar a todos sin remedios. Cuando todos entraron en conciencia de lo que había sucedido, sus cuerpos estaban golpeando contra las ramas de los árboles. El golpe había sido tan fuerte que Christopher perdió la conciencia. 


Voces comenzó a escuchar, cuando sus ojos nuevamente empezaron a abrirse. Vio a Nahomi sobre él, con sus manos sobre su cabeza, y el semblante preocupado. 

—Es la segunda vez que nos vemos de esta forma —murmuró Christopher, en son de jocosidad.

—Y no espero que te acostumbres a esto —respondió ella, con una sonrisa. 

Cuando terminó de sanarle, sonrió al ver que todos estaban allí. 

—¿Qué fue lo que sucedió? —Preguntó.

—Parece que FACTORY tiene nuevos trucos —dijo Bionic, con los brazos cruzados—, no me sorprende después de lo que causamos la última vez. Habrán desarrollado mejoras. 

—Y no solo eso —dijo Ransell, con el ceño fruncido—, parece que han obtenido información relevante sobre nosotros, no solo porque nos mantuvieron incapacitados por un año, sino dos veces lograron penetrar la defensa de Christopher. 

—Y la primera vez fue con un dispositivo extraño... —comenzó a decir Christopher, cuando la respuesta le llegó a la mente— ¡Claro!, el chip que me entregó Mongol. Ellos tuvieron que encontrarlo —sentenció. 

—Menuda mierda —dijo Gligar. 

Todos le miraron mal, él no pareció entender, hasta que Ransell le hizo ceñas de que estaban en presencia de un niño. 

El chico parecía tener unos diez años de edad. Era rubio, con los ojos de color pardo claro, casi como la miel, su piel era blanca, pero tostada por el sol. Y tenía una mirada curiosa. Las vestimentas eran completamente blancas. 

—¿Cómo te llamas? —Preguntó, finalmente Vemna. 

—Asahi —dijo el chico, mirándole con el rostro preocupado. Era una expresión rara de ver en un niño, siendo honestos. 

—¿Puedes decirnos en qué lugar estamos, Asahi? —quiso saber Vemna, al agacharse a la altura del pequeño, enfrente de él.

—En Venezuela, en el Amazonas —dijo. 

Todos se miraron los rostros, con los ojos abiertos. Habían viajado hacia el sur del mismo continente. 

—¿Eres de este lugar? —Preguntó esta vez Gligar. 

—No, soy de Colombia —explicó—, de una zona que se llama Armenia. FACTORY ha tomado toda Sudamérica y a los infectados los han traído a su Fuente principal que es esta. Sé que tienen fortalezas en todos los países, pero a nosotros nos han traído hasta aquí. 

—Esos malnacidos, hicieron lo mismo que en Vancouver —contestó Sonic, asqueado.

—¿Hace cuánto tiempo estás con ellos? —Preguntó Nahomi, ahora. 

—Cuatro años —respondió Christopher, al indagar en la mente de este. Obviamente, no sería tan confiado con nadie, después de lo que habían vivido.

El niño le miró un momento, y bajó el rostro.

—Eso es demasiado tiempo para estar con esos monstruos —contestó Bionic, con el ceño fruncido. 

—¿Están seguro de traerlos con nosotros? —Preguntó Marry, no tan segura de que fuera una buena idea—, puede ser alguien de FACTORY que se está haciendo pasar por alguien magullado y sufrido. Además, es un niño, ninguno de nosotros hemos sido padres... 

—Ya les dije que vendría con nosotros —afirmó Gligar, nuevamente—, y si eso es mucho problema, entonces me haré cargo de él por mi cuenta. 

—¿Te separarás de nosotros? —Preguntó Marry, con el ceño fruncido, sin poder creer lo que escuchaba. 

—Es lo que haré si lo dejan en la intemperie —reafirmó. 

—Y dinos, ¿qué puedes hacer para que los de FACTORY te hayan tomado? —Preguntó Oslo, curioso esta vez. 

El chico miró a Oslo un momento, y dijo: 

—No sudas, tu piel es tan fuerte y permeada que nunca sudas, por eso, tienes la tendencia de ir más veces al baño a orinar que una persona promedio —se volvió a ver Sonic—, no lo han mencionado, pero todos ustedes tienen hambre, el sonido de sus propios procesos digestivo los puedo oír —Se acercó a  Christopher, este seguía sentado en el suelo y llevó la punta de su dedo a la sangre que todavía estaba en su cabeza y la probó con su boca—. Tu tipo de sangre es ORh+. Caminó hacia Oslo, esta vez, y añadió—, muéstrame la palma de tu mano —Oslo lo hizo, y notó como este solo con un pedazo de uña corta de su dedo índice, logró cortarle un poco. Por primera vez, desde hace mucho tiempo, sintió el dolor de lo que era un rasguño.

—¿Cómo es posible? —Preguntó incrédulo de que alguien atravesara su invulnerabilidad física. 

—También sé, que a un kilómetro de donde estamos hay un río cerca, no solo lo escucho, sino que lo huelo —añadió. 

—Mejora de visión —susurró Christopher, impresionado—, ese es tu poder —él asintió, y el resto del grupo le observó—, por lo que observo, puede modificar y mejorar todos sus sentidos a voluntad. Cuando descubrió la falta de sudoración de Oslo, lo supo porque mejoró su visión a una vista microscópica, mejoró su oído y escuchó nuestros estómagos rugir, mejoró su tacto y rasguñó a Oslo, mejoró su gusto y supo mi tipo de sangre, mejoró su olfato y descubrió al río. ¡Es fascinante!

—Ahora entiendo porque lo retuvieron tanto tiempo —sentenció Sonic, pensativo—. No estaría mal que viniera con nosotros. 

—Sin duda lo creo —añadió Oslo. 

—Sigo creyendo que puede traernos problemas —añadió Marry. 

 —De igual forma, no podemos dejarle solo —contestó Oslo, esta vez con el ceño fruncido—, pero si vamos a salir de esta, debemos contar con todos nosotros. De lo contrario, será mejor que se abandone al grupo en este momento. 

Hubo un silencio, y Marry suspiró. 

—Si esa es la única alternativa, entonces parece que aquí nos separamos —confesó ella—, desde la muerte de Acer, desde los engaños de Mongol, desde que creí que los hermanos Notherway eran el problema, supe que nunca volvería a encajar con ustedes, y ahora lo confirmo. 

—No tiene por qué ser de esta forma —dijo Vemna, sin poder creer la decisión de la chica. 

—No, no tiene —añadió ella—, pero veo que la lealtad que se tienen es mayor que la razón que yo misma tengo. Y he decidido esta vez a ser fiel a mí misma. Tengo mis propios planes, y lamento saber que no cuento con ustedes para cumplirlo. 

—¿Qué planes? —Preguntó Nahomi, preocupada. 

—No soy una heroína —admitió—, estoy dispuesta a matar si es necesario, estoy dispuesta a luchar contra ustedes incluso, estoy dispuesta a hacer todo lo que tenga que hacer para destruir a FACTORY, y es un precio que ustedes no piensan pagar. Lo siento, pero este mi fin con ustedes. 

Una serpiente recorrió su cuello y, al recoger su cabello, esta se enrollo en este como una cola.

—Suerte Pasajeros —concluyó, para perderse en el espesor de aquella selva.  



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