Capítulo 51 •💘

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Secando su cabello, Jimin salió del baño y observó a su sexy hombre vistiendo nada más que unos pantalones cortos y sueltos que iban a la cadera mientras movía sus dedos sobre el teclado de su celular.

Sin poder evitarlo, Jimin se detuvo ahí, bajo el marco de la puerta, y se recargó en este mientras simplemente se le quedaba observando.

Era tan raro ver a Min Yoongi utilizando algo más que un traje o camisa, que quería aprovechar todo lo que pudiera de esa aura relajada, pero que seguía siendo tan atractivo como siempre por esa maldita arrogancia y poder que se cargaba.

Aunque no lo admitiera, Min tenía un lado snob como todos los que tenían dinero y un importante puesto en una gran empresa, pero en vez de ser algo molesto como en la mayoría, en Yoongi solo era... Seductor.

Que no fuera algo tan notorio, también le daba puntos extras.

—¿Hasta cuándo piensas quedarte parado como un tonto ahí simplemente observándome? —preguntó, sin mirarlo—. Sabes que ahora puedes solo acercarte y tocar —le recordó, lanzando su teléfono en la cama hecha tras cambiar las mantas.

—A veces, mirar puede ser más placentero que tocar —respondió acercándose—. Ya sabes, si aguantas, el resultado final será mejor —le guiñó un ojo.

—Puedo verle el atractivo a eso —aceptó, colocando sus manos en su estrecha cintura para atraerlo—. Pero necesito recuperar todo el tiempo que pasamos lejos —pronunció, besándolo castamente.

—¿Y por culpa de quien fue? —se burló, alzando sus manos para rodearle el cuello.

—Me lo seguirás sacando en cara, ¿no? —suspiró en su boca.

—Siempre que pueda —sonrió perdiendo sus ojos en el acto.

—¿Cómo sigue tu dolor de cabeza? —preguntó, observándole.

—Mejor luego de la siesta, pero ahora tengo hambre —anunció.

—Pidamos comida —dijo besándolo por última vez para alejarse—. No te quiero cerca de la cocina estando enfermo.

—Para tu información, cocino increíble —exclamó solo un poco ofendido.

Yoongi rió y calló cualquier cosa que iba a decir besándolo.

—No dije lo contrario, solo no quiero que te acerques a la cocina porque los olores fuertes y el calor pueden empeorar tu dolor —explicó—. Además, no me gustan esos golpes cerca de tu costilla y cintura —observó con sus cejas levemente fruncidas—. Tal vez deberíamos de ir al médico.

—Eres una cosita sobreprotectora, eh, quién lo diría —expresó Jimin y le robó un beso—. Bien, pidamos comida y nada de médicos, solo son golpes —indicó alejándose—. Pero quiero algo de sopa, necesito un caldo de lo que sea menos marisco —exigió buscando algo de ropa.

—Hecho —aceptó Yoongi—. ¿Tienes algún lugar favorito o es a mi elección? —preguntó retomando su teléfono.

—A tu elección —respondió colocándose un bóxer y una camiseta holgada.

—¿No piensas colocarte nada más? —preguntó, observándolo.

—Tú tampoco estás usando nada más —indicó.

—Porque mi ropa está sucia y no la voy a usar así —aclaró—. Y tu ropa no es exactamente de mi talla, en especial tus pantalones, quien iba a pensar que todo este tiempo me engañaste con tu altura utilizando zapatos con plataforma —negó.

—Para tu información, solo nos diferenciamos por unos centímetros —refunfuñó.

—Claro, solo unos centímetros —sonrió.

—Idiota —bufó y salió de la habitación—. ¿Ya pediste la comida?

—Viene en camino —contestó siguiéndolo—. ¿Sabes? Para ser unos departamentos en una zona no excelente, su seguridad es buena y tu apartamento es grande —comentó.

—Dale gracias a mi padre y Hyung por eso —bufó—. Mi mamá estaba feliz porque me independizara, pero Namjoon se volvió loco y luego atormentó a su padre como todos los escenarios que podrían pasar si no vivía en un buen lugar.

—Parecen preocuparse por ti mucho más que tu madre —observó, siguiéndolo a los sofás.

—Mi mamá me quiere y se preocupa, pero a diferencia de los demás me da el espacio que necesito, solo que... Mientras ella me da mucho, los otros no me dan nada —explicó, colocando una almohada en el regazo de su pareja para colocar su cabeza—. Entonces, sobre nosotros saliendo...

—Pensé que ya habíamos aclarado todo de ello —le observó Min, acariciando su cabello distraídamente.

—Y me gusta como suena desde que tengo que admitir que me gustas todavía con tu lado idiota —comentó—. Pero... Creo que has olvidado un punto importante en todo esto.

—¿Cuál?

—¿La razón principal por la que comenzamos a salir tal vez? —le recordó.

—Ah, eso... —respondió torciendo sus labios—. Sabes que ella no me gusta.

—Lo sé, pero no podemos tener una relación abierta como quieres si estás supuestamente comprometido con ella —indicó—. Y yo tampoco estoy dispuesto a aceptar que escondamos lo nuestro, no soy el sucio secreto de nadie —aclaró.

—Nunca te trataría como un secreto —dijo firmemente—. Terminaré con ella.

—¿Qué sucede con la razón por la que te comprometiste obligado con ella? —le observó curioso.

—Todo se trata de mi madre chantajeándome al querer unirse con sus amigos —explicó.

—Sinceramente, no veo como ella pudo encontrar una forma de chantajearte —expresó pensativo—. Sé que la presidencia es importante, pero aunque no seas el CEO, casi parece que lo eres desde que tu abuela y tu madre solo aparecen en las reuniones mensuales y las fiestas —indicó.

—Es por mi hermano —anunció—. Es menor de edad y ella tiene la custodia —explicó—. Me prohíbe verlo y lo aleja de mí cuando no hago algo que ella quiere —explicó.

—Discúlpame, pero... Que perra tu madre —gruñó—. ¿Cómo puede amenazarte con ello?

Yoongi sopló una risa.

—Porque como dijiste, es una perra desalmada —respondió.

—¿Cómo lo vas a hacer entonces? —le observó preocupado—. Querrá alejarte de tu hermano otra vez si terminas con esa chica.

—No te preocupes por eso —ordenó pellizcando su mejilla—. Ya me ocuparé de eso, tal vez es mi turno de amenazarla con algo.

—Uy, me gusta como suena eso —sonrió—. Con Taehyung somos unas excelentes personas para investigar las suciedades de los otros, ¿quieres que te ayudemos?

—No quiero que vuelvas a terminar en la comisaría —resopló—. Puedes ayudarme si quieres, pero deja a tu amigo fuera de esto.

—Imposible —rio—. Si me estás aceptando como pareja, inevitablemente estás aceptando a Taehyung también en nuestras vidas, somos dos en uno —sonrió.

—No me acostaré con él —anunció luego de observarlo fijamente.

—Claro que no, idiota —se carcajeó y giró para enterrar su rostro en su abdomen—. Tú solo eres mío y la cosota entre tus piernas solo puedes usarla en mí —anunció—. Pero tienes que aceptar que Tae será una constante en nuestras vidas... O lo que duré nuestra relación.

—Difícilmente le veo un final —respondió Yoongi, deslizando su dedo a lo largo de su columna—. Eres mi chico de la Luna.

—¿Qué es eso? —preguntó curioso, observándole con una leve sonrisa.

—Antes, no tenía ni idea de quién eras, solo sabía de tu tatuaje de las fases de la luna, por lo que decidí llamarte así —explicó, con un encogimiento de hombros.

—Me gusta como suena —cerró sus ojos—. Y si sigues acariciándome el cabello, me quedaré dormido.

—Me gusta el color negro cobrizo, da un tono azul si lo mueves —explicó y alzó la cabeza cuando la puerta fue golpeada—. Esa debe ser nuestra comida —anunció.

—No, no pueden subir directamente sin el código de acceso o sin que algún inquilino abra, debe de ser algún vecino —respondió Jimin, rodeándolo con sus brazos para impedir que se levantara.

—Creo que Taehyung debe de saber el código para subir directamente —aclaró.

—¿Dijiste Taehyung? —parpadeó, observándolo.

—Pensé que te gustaría verlo y saber cómo estaba luego de la noche que tuvieron ambos —respondió—. También le estaba exigiendo a Jungkook que le trajera para comprobarte —resopló.

—Entonces debió de haber perdido la llave otra vez —negó soltándole y enderezándose.

—Tú, ahí —ordenó Yoongi cuando Jimin se levantó, empujándolo por los hombros hasta sentarlo nuevamente—. No quiero que nadie te vea así —indicó observando sus desnudos muslos antes de alejarse.

Parpadeando con sorpresa, Jimin soltó una risa y luego siguió a su pareja de todas formas.

—Si no quieres que nadie me vea así, yo tampoco quiero que alguien te vea —exclamó abrazándolo desde atrás, alzando sus manos para cubrir los pezones de su pareja—. Estos son míos y aún no tengo la oportunidad de jugar con ellos como para que otros simplemente lo aprecien.

—¡¿Qué mierda es esto?! —exclamó una estruendosa voz enojada.

Sorprendiendo lo suficiente a Jimin como para pegar un pequeño brinco y retroceder asustado inicialmente.

—No grites, Jimin está con dolor de cabeza —reprochó Yoongi, tirando del pelinegro cerca y rodeándole con uno de sus brazos por la cintura.

—No lo toques —gruñó Namjoon, y se empujó entre ellos.

—¡Hyung! Estás siendo muy grosero —gruñó Jimin, siguiéndolo obligadamente cuando su hermano lo tiró a rastras.

—¡¿Yo grosero?! —exclamó y observó con enojo a Yoongi, quien se había quedado cerca de la puerta—. ¿Me quieres explicar qué hace esa cosa aquí y en esas ropas? —exigió.

—En primer lugar no soy una cosa, soy una persona —aclaró Min, cruzando los brazos sobre su pecho—. Y en segundo, hola, cuñado —sonrió.

—No. No. No. —rechazó totalmente y observó a Jimin—. Dime que es mentira.

—Es mentira.

—Dime que fue solo una cosa de una noche.

—Fue cosa de varias noches —aclaró.

—Jimin —advirtió.

Soltando un suspiro, Jimin negó y se acercó a su pareja, rodeando su torso desnudo con sus brazos mientras apoyaba su cabeza en su hombro.

—Estamos saliendo.

—No.

—Luego de habernos estado conociendo muy bien fuera del trabajo, y dentro también —añadió luego de pensarlo.

—No lo acepto —negó Namjoon, cruzando sus brazos—. De todas las personas con las que podrías haber salido, tenías que escogerlo justo a él, ¿es en serio? —gruñó.

—¡Hyung! —reprochó Jimin, observándole con el ceño fruncido.

—¡Es un estúpido egoísta y narcisista, Jimin! —exclamó, señalándolo—. Se ha acostado con medio mundo —acusó.

—No me considero realmente narcisista, aunque lo otro no lo puedo negar —reconoció Min tranquilamente—. Y no me he acostado con medio mundo, Jimin sabía perfectamente quien eran esas personas y también sabe que terminé con todas ellas.

—Le falto también celoso y posesivo —murmuró Jimin.

—¡Supuestamente estás comprometido! —insistió Namjoon con su voz alzada.

—¿Puedes dejar de gritar? —bufó Yoongi al ver que Jimin hacía una mueca—. Eres el único que lo está haciendo, pareces un idiota.

—Tú —gruñó.

—Déjalo, tiene razón —interrumpió Jimin con un suspiro—. Mira, así está la cosa, nosotros decidimos salir seriamente por lo que será mejor que te vayas haciendo la idea —anunció—. Sinceramente, no creo que Yoongi sea como esos tontos que llevé a casa en el pasado y que si no te terminaban agrandando, lo ahuyentabas —expresó golpeando suavemente un pectoral de su pareja—. Este hombre es demasiado terco e idiota como para dejarse.

—Está comprometido —insistió pasando sus manos por su cabello—. Cómo mierda quieres que acepte lo suyo de ser así.

—Hay una razón por la que está comprometido y yo la sé, eso es suficiente —anuncio—. Recuerda, Hyung, paso la mayoría de mi día con él y eso lo tienes que multiplicar por los cinco y a veces seis días que trabajo, creo que a estas alturas, ya me habría dado cuenta si fuera solo un juego para él —expresó.

—Y solo para aclarar y dejar tu mente tranquila, terminaré con ella —anunció Yoongi, besando el cabello de su pareja.

—Yo... Necesito tiempo para esto —anunció Namjoon, observando a Jimin como si lo hubiese traicionado totalmente.

—Bien, piénsalo —aceptó el pelinegro—. Solo te recuerdo, eres mi hermano, no mi padre, Namjoon, no necesito tu permiso ni el de nadie para salir con quien yo quiera —le recordó y se apartó con Yoongi de la puerta—. Estaré esperando tu llamada, y por favor, que no sea solo para seguir tirando mierda porque ya suficiente me di a mí mismo antes de aceptar mis sentimientos por este idiota —indicó.

Observándolo por última vez con aquella mirada decepcionada y confundida, Namjoon salió del departamento dejando a solas a la pareja.

—Bien, ya hemos pasado la primera pared de nuestra relación —anunció el pelinegro con un suspiro.

—Y pasaremos las otras dos igual de bien que esta —aseguró Yoongi.

—Uh, yo diría que tres, aún falta ver la reacción de Taehyung al decirle que estamos saliendo —le recordó observándole algo divertido.

—¿Jungkook no será suficiente distracción para ello? —pregunto arrugando su nariz.

—Nop —sonrió—. Tae es la clase de amigo que incluso se pone celoso si cree que puedo reemplazarlo con otro amigo, y sí, los amenaza para alejarlos —contó.

—Estoy seguro de que podré llegar a un trato con él —anunció decidido.

—No lo conoces —negó entretenido.

—Parece que tú no me conoces —le observó acariciando su estrecha cintura—. Eres mío ahora, pero puedo compartirte con él considerando que llegó primero y las consecuencias molestas que traería negarlo, pero todo será bajo mis términos.

—Oh, esto será entretenido de ver —sonrió.

—¿No te estás preocupado por tu hermano? —preguntó sin poder evitarlo.

—No, todo lo que dije fue solo la verdad —respondió, acercando su rostro—. Es mi hermano, no mi padre y tendrá que aceptarlo. De momento está más molesto porque, bueno... Se trata de ti.

—Lo sé —sonrió ladino—. No le agrado desde la universidad, porque siempre le quitaba el primer lugar y según él, arruinaba sus oportunidades para impresionar a un tipo —recordó.

—No sabía que se conocían desde la universidad —indicó rodeando su cuello—. Pensé que solo era rivalidad porque ambos tienen un puesto similar y eso.

—También es por eso —asintió, atrapando sus labios.

Cuando la puerta fue abierta, ninguno estaba realmente preocupado por dejar de besarse mientras sus invitados entraban como si estuvieran en su propia casa.

—Sabía que tarde o temprano ustedes dos iban a caer —se carcajeó Taehyung—. Te dije que iban a estar comiéndose.

—Yo te dije eso —corrigió Jungkook, dejando las bolsas en la cocina.

—Muy bien, tiempo fuera, necesito unas palabras con el baboso —anunció Taehyung e intentó interrumpir entre la pareja.

—¿Tiene que ser ahora? —se quejó Jimin—. Recién nos estamos acercando luego de que se le quitara la estupidez.

—Precisamente por eso necesito hablar con él para decirle unas cuántas cosas antes de que su estupidez vuelva a dominarlo —expresó Taehyung.

—Una cosa es que Jimin me diga de esa forma y otra es que lo hagas tú —indicó Min, observando sin mucho humor al amigo de su pareja.

—Bueno, no es un chico tierno —sonrió Tae—. Ya lo estás educando de la forma correcta —asintió satisfecho hacia su amigo.

—No tardará mucho —prometió Jimin, besando castamente a su pareja—. Intenta no matarlo, Jungkook y yo estaremos muy tristes si desaparece —indicó golpeando suavemente su hombro.

—Lo intentaré —resopló Yoongi, y siguió a Taehyung hasta los sofás.

Observando a ambos tomar asiento y hacer un concurso de miradas, el pelinegro resopló y se dirigió a la cocina con Jungkook.

—¿Qué han traído? —preguntó husmeando en una bolsa.

—De todo, Taehyung eligió —respondió Jeon—. Y en esa bolsa está la ropa que me pidió Yoongi —informó señalando una en una silla.

Observando a su pareja comenzar a discutir con su amigo, con su maravilloso cuerpo expuesto, Jimin negó tomando la bolsa.

—No es necesaria aún —anunció escondiéndola para la diversión de Jungkook—. Ahora, toma asiento, Yoongi no es el único que estará recibiendo una amenaza —expresó buscando entre los servicios en busca de un arma—. ¿Sabes qué te ocurrirá si siquiera piensas en romperle el corazón de mi amigo? —cuestionó deslizando un cuchillo sobre la mesa con una adorable sonrisa.

—Yoongi tenía razón sobre no caer en tu dulzura... —pronunció Jungkook, tragando mientras observaba fijamente con grandes ojos al pelinegro.

Y Jimin, solo sonrió hasta desaparecer sus ojos en respuesta.

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