Capítulo 71 •💘

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Soltando un profundo suspiro, Jimin se acurrucó contra el costado de su pareja y observó a su mejor amigo cantando sin piedad en el juego de karaoke en su sala de estar.

Haberle informado y ponerle al día con todos los sucesos ocurridos desde el momento en que se retiró de su departamento el día anterior, no había puesto muy feliz a Taehyung.

Se había descargado con Yoongi por tratarle mal y hacerle sufrir, luego con él por no haberse preocupado de mantener con batería su teléfono, seguido maldijo hasta por si acaso al estúpido de HyoSang por lastimarlo, y por último con la perra bruja madre de Min que había causado toda la discordia entre ellos.

Y como no habían podido a salir a beber para desestresarse debido a su situación con el dulce abordo, su amigo obviamente no encontró mejor opción más que hacer el karaoke en su casa mientras abusaba de su cocina comiendo y bebiendo todo a su paso.

Incluidas sus hermosas latas de cervezas y botellas de soju.

—¿Seguro de que no prefieres subir a mi habitación a trabajar en eso? —preguntó Jimin observando a su pareja, quien con su computador en su regazo veía algo de trabajo mientras le rodeaba los hombros con un brazo.

—Es peor, le sube el volumen y sus indirectas se vuelven muy directas —le recordó con un resoplido y observó a Taehyung pasearse por toda la sala de estar como si estuviera en pleno concierto y él fuera el artista principal—. Ni siquiera sé que está cantando ahora —negó.

—Es "Te felicito" —respondió Jimin, observando lo mismo que su pareja—. Te fe-li-ci-to que bien actúas. De eso no me cabe duda. Con tu papel continúa. Te queda bien ese show. Te fe-li-ci-to que bien actúas —cantó bajo—. ¿Qué? —preguntó cuando se encontró con esa mirada acaramelada—. Taehyung-ah no era el único que iba al karaoke —le recordó.

—Bien, solo que no te convenza de comprar más cerveza —pronunció sacando su teléfono cuando este sonó—. Y sería ideal si lo mandas con Jungkook, ya es molesto, lo es aún más preguntando como está tu amigo y si necesita algo a cada momento —indicó dejando el computador a un costado.

—¿Es él? —preguntó enderezándose.

—Ahora no, es mi abuela —respondió—. Subiré para poder escuchar —informó levantándose y contestando la llamada mientras subía las escaleras.

Buscando el control de la TV, Jimin lo tomó y le bajó el volumen a esta.

—¡Hey! La estaba ocupando —se quejó Tae interrumpiendo su canto—. Necesito una forma de descargar mis sentimientos, mi bizcocho relleno —indicó colocando una mano en su cintura.

—Lo siento, pero no lo siento —anunció—. Yoongi tiene una llamada importante.

—Yiinji tini ini llimidi impirtinti —refunfuñó su mejor amigo y luego se dejó caer en un sofá—. ¿Por qué lo has perdonado tan fácil? —se quejó.

—Porque dijo justo que necesitaba y deseaba escuchar —respondió, encogiéndose de hombros—. Además, si me enojo y alejo de él, al final la perra de su madre es la que terminaría ganando —le recordó.

—Ah, esa bruja, ni me la menciones —resopló cruzando sus brazos—. Ya me la encontraré caminando sola por la calle y entonces, ya verá... —juró.

—Solo no hagas una estupidez si la ves, ¿bien? —pidió observándole dudoso—. A diferencia de las demás personas con las que hemos tratado, esta es diferente, o si no Yoongi-ah y yo no habríamos sufrido tanto —le recordó.

—Es que ustedes solo le están dando créditos de más —resopló—. Sin dinero, esa bruja no sería nada —indicó.

—Cierto —asintió—. Pero lo tiene y en grandes cantidades como para tener espías en todos lados en la empresa, investigarme y contratar a HyoSang para lastimarme —argumentó.

—O no te investigó bien o simplemente es estúpida, ya que obviamente HyoSang no iba a poder contigo —resopló—. El factor sorpresa solo funciona al principio y tuviste clases de karate y defensa personal gracias a tu Hyung —indicó y luego le observó con una lenta sonrisa—. ¿Ya le has contado a nuestro querido Namjoon?

—Uhm, nop —respondió, observando instintivamente hacia las escaleras—. He tenido cosas más importantes de las que hablar —explicó.

—Hablar —resopló Taehyung—. Te follaron como cajón que no cierra otra vez, ¿o creíste que no me daría cuenta de que has evitado los asientos duros? —alzó una ceja.

—Déjame corregirte, mi querido amigo, me hicieron el amor como cajón que no cierra —aclaró—. Deberías de probarlo, lento, dulce y apasionado, con palabras posesivamente cursis —explicó, suspirando al recordar tan agradable momento.

—¿Qué hay de bueno en eso? —cuestionó frunciendo el ceño.

—Oh, Taehyung-ah —negó—. Deberías probarlo con Jungkook, se nota que las cosas van tomando más seriedad entre ustedes —expresó.

—Yo dría un poco más de compromiso —aceptó sin mirarlo.

—¿Ya lo aceptas? —preguntó con una sonrisa interesada.

—Bueno, tengo que hacerlo desde que me tuvo contra un sofá de masajes y me torturó con ello —gruñó.

—Ah, entiendo ese sentimiento —se carcajeó Jimin—. Deberías de estar feliz, al menos Jungkook cumple con cada fantasía y necesidad estúpida tuya —le sonrió.

—No todas, aún no me tiene en el baño de un bar —movió sus cejas.

Jimin frunció lentamente el ceño.

—Espera... No me digas que sigues con esa lista de lugares donde tener buen sexo que hiciste en la secundaria —recordó de pronto.

—Oh, aún la recuerdas —exclamó feliz, sin negar nada.

—Tae... —se lamentó negando.

—¿Qué? Aunque no lo creas, Jungkook ha cumplido con la mayoría de ellos —se defendió.

—Y déjame adivinar, la oficina de mi Hyung te sigue faltando —resopló divertido.

—Sigue invicto en el primer lugar —chasqueó su lengua—. Sería difícil meter a Jungkook y a mí a la compañía enemiga —suspiró y luego le observó—. Namjoon tiene una oficina en su casa, ¿no?

—Tiene su despacho, sí —asintió.

—Perfecto —anunció y se acercó a él—. Sonríe querido —ordenó sacando su celular—. No, ¿sabes qué? Mejor una expresión triste —pidió.

Por supuesto, Jimin solo siguió los deseos de su mejor amigo sin preguntar nada.

—Gracias, ahora iré a la casa de tu hermano a contarle el chisme —anunció tomando sus cosas.

—Pero él debe de estar en el trabajo —le recordó.

—Si, pero no puedo follar en su despacho si él está ahí —le recordó—. Entraré gracias a esto —mostró la foto—, y en lo que espero que lleguen para contarle, follaré con mi conejo de chocolate —sonrió satisfecho con su plan.

—Si recuerdas la parte en la que tu hombre trabaja, ¿no?

—Solo una llamada y vendrá a mí —anunció y sonrió suave—. Siempre lo hace.

Apenas conteniéndose de preguntarle a Tae al respecto, ya que sabía que aún no era momento para acosar y presionar a su amigo con el tema, lo dejó ir por ahora.

—No digas nada de mi baby, evita el drama innecesario y solo culpa a la madre de Yoongi en todo —pidió.

—Bien, solo porque me caes bien —aceptó, llamando a su pareja—. ¿La contraseña para entrar sigue siendo la misma? —preguntó alejándose.

—No, ahora es mi cumpleaños junto al de SeokJin —respondió siguiéndolo con la mirada.

—Perfecto —anunció, colocándose sus zapatos—. Hola mi terroncito de azúcar, ¿ya me extrañas? —saludó cuando su llamada fue contestada inmediatamente.

Negando con una sonrisa divertida, Jimin apagó la TV y observó hacia la escalera cuando escuchó ruido de ella.

—¿Cómo te fue? —preguntó, observando a su pareja.

—Dentro de todo, bien —respondió, tomando asiento a su lado otra vez.

—No te ves precisamente como si estuvieras bien —indicó, colocando su mano en su rodilla.

—Quise hablar con JiHoon para saber cómo estaba y ella no me dejó, y me aseguró que se encontraba bien —explicó, pasando una mano por su cabello—. Solo me pregunto si hice lo correcto al involucrarla —expresó.

—Estás preocupado —observó—. ¿Por qué no vas a verle y le preguntas directamente? —preguntó—. Quedarás más tranquilo si lo ves con tus propios ojos —indicó.

Observándolo, Yoongi sonrió leve y luego sus brazos le rodearon y se apoderó de su cuerpo para sentarlo en su regazo.

—¿Por qué no vienes conmigo? —preguntó—. Ya es hora de que conozcas a la tercera persona más importante en mi vida —anunció, logrando que su pareja le observara con sus cejas levemente fruncidas.

—¿Qué quieres decir? ¿No era la primera antes? —le recordó.

—Tú mismo lo has dicho, antes —asintió—. Ahora estás tú, y este pequeño —anunció, colocando su mano en su vientre.

Sin poder evitarlo, Jimin sonrió y rodeó el cuello de su pareja antes de besarlo dulcemente.

—Me parece una idea estupenda —anunció sobre sus labios—. Y por cierto, te has vuelto algo cursi —se burló.

—No soy el único —aseguró, inclinando su cabeza para besarle un poco más.

—Wow, ¿tu abuela realmente vive aquí sola? —preguntó Jimin, observando como el portón negro frente a él se abría automáticamente y revelaba una hermosa casa de casi tres pisos, grandes ventanales, balcón y con un aire victoriano en ella.

—Antes vivíamos todos en ella —respondió Yoongi, avanzando—. Y según tengo entendido, es de esas casas que pasan de generación en generación, solo recibiendo mejoras, pero nunca cambiando nada —explicó, cruzando el jardín delantero completamente pavimentado para el camino del auto.

—De igual forma... Es innecesariamente grande para alguien que vive sola y es mayor de edad —comentó—. No sé cuál es la necesidad de tener una casa tan grande con habitaciones que ni siquiera ocuparás, la de mis padres es igual, aunque obviamente más la ocupa Namjoon que ellos —suspiró.

—Es su ego —pronunció Yoongi, estacionándose frente a la casa—. Simplemente es querer ver lo que pueden comprar con la cantidad de dinero que tienen.

—Tonto, tú tienes dinero y conseguiste una bonita casa con el espacio adecuado —indicó—. Yo no tengo casa, pero sí un departamento que se acomoda a mis necesidades.

—Luego de que tu hermano y padrastro intervinieran en el asunto —le recordó, bajándose del auto.

—Tal vez, pero quedó justo como yo quería —anunció cerrando la puerta.

Parándose al lado de Yoongi, ambos subieron los escalones del porche delantero y se detuvieron frente a las puertas dobles, innecesariamente altas, y con grabados en la madera.

Ni siquiera fue necesario tocar o algo, una de estas se abrió ante ellos y un hombre joven, vestido de traje se presentó ante ellos.

—La señora Min los estaba esperando —anunció, apartándose y permitiéndole entrar.

Observando a su pareja, Jimin le siguió al interior de la hermosa casa, siendo recibido por una doble escalera, una a cada lado que los llevaba al segundo piso, y bajando un par de escalones, se encontraba una pequeña salita con ventanales del suelo al piso con vista al jardín trasero.

—Por favor, sigan adelante, la señora Min y el joven JiHoon se encuentran en el jardín —informó antes de retirarse.

—No me dijiste que avisaste que vendrías —murmuró Jimin mientras cruzaban la casa.

—No lo hice —respondió no muy feliz.

El pelinegro le observó confundido y luego sonrió comprendiendo.

—Ella sabía que vendrías, por eso no te quiso dar con tu hermano —expresó, soltando una pequeña risa.

—Perfectamente podría haberme dicho que viniera y listo —chasqueó su lengua.

—Sí, se parece un poco a ti —indicó divertido.

—Mentira, yo siempre te he dicho lo que quería —indicó, observándolo directamente.

Y Jimin... No pudo negar aquello.

—Mira, ahí están los dos —señaló, cruzando una puerta abierta.

Observando la dirección indicada por su pareja, Yoongi sintió algo de alivio al contemplar a su hermano sentado bajo la escasa sombra de un árbol, en una mesa de vidrio llena de su colección de rocas hablando con su abuela.

—No parece que ella sea tan mala —comentó Jimin, tomando su mano.

—No, parece que no —reconoció, comenzando a acercarse.

Cuando su abuela se percató de su presencia, llamó la atención de JiHoon y los señaló.

El joven los observó y sonrió antes de levantarse de la mesa y correr hacia ellos, deteniéndose antes de tocarlos realmente.

—Hey, ¿cómo estás? —saludó Yoongi con una ligera sonrisa cariñosa.

—Bien, yo bien —asintió, removiendo sus manos frente a él mientras observaba entre ambos y luego a los lados, evitando observarlos directamente—. Estuve mal antes, en esa casa mala y la bruja, pero ya bien —reveló.

—Me alegro de que sea así —indicó Min, y luego observó a su pareja—. Tengo que presentarte a alguien especial, JiHoon.

—Pero... Yo sé quién es —anunció el menor—. Él mi amigo, el que me da regalos —informó, sorprendiendo a Yoongi con ello.

Sonriendo leve, JiHoon observó a Jimin y extendió su mano.

—Lamento no haberte visitado en un tiempo, amigo —saludó el pelinegro, chocando suavemente los cinco con JiHoon.

—Está bien, no importa —descartó—. Tengo una piedra nueva, espera —anunció, alejándose.

—¿Me quieres decir algo? —preguntó Min, observándole con curiosidad.

—Te juro que no sabía que era tu hermano —anunció, abrazándolo—. Estoy tan sorprendido como tú en esto.

—¿Cómo se conocen entonces? —indagó rodeándole con sus brazos.

—Bueno, mis padres donan dinero a ciertas fundaciones y un día me pidieron que fuera a entregar un cheque a este lugar para el cuidado de personas con situaciones especiales —contó—. Cuando vi a JiHoon solo en el jardín me acerqué con la intención de ser su amigo, pero me dijo que no hablaba con extraños —resopló y Yoongi rió suave con ello.

—Puedo ver que no te rendiste solo por ello —sonrió.

—Claro que no, me presenté y le dije que quería ser su amigo, entonces volví e hice lo mismo hasta que finalmente, me comenzó a hablar, pero nunca me dijo su nombre, siempre nos llamamos por "amigo" —explicó.

—De igual forma es increíble que consiguieras ser su amigo, Jungkook sigue teniendo problemas porque hace cosas que arruinan sus avances —comentó.

—Ah, me imagino que es el señor J —sonrió Jimin—. JiHoon estuvo muy enojado cuando perdió una roca de su colección —recordó.

—Aquí —anunció JiHoon, volviendo con ellos—. Señor J me dio esto en una disculpa —explicó, mostrando una hermosa piedra de color singular.

—Es muy bonita, amigo. Va a la perfección con tu colección —comentó Jimin.

—Lo sé —sonrió JiHoon y observó entre los dos con curiosidad—. ¿Amigos también?

—De hecho, somos más que eso —anunció Yoongi, observando a Jimin—. Él es mi pareja, JiHoon.

—¿No tu amigo? —frunció el ceño.

—Somos otra clase de amigos —anunció Jimin—. Nosotros somos amantes, amigos, cómplices y pareja —explicó y el rostro del menor solo se vio más confundido.

Jimin observó a su pareja y golpeó suavemente su pecho.

—¿Por que no vas a hablar con tu abuela mientras yo le aclaro a JiHoon sus dudas? —ofreció y su pareja asintió.

—Gracias, bebé —pronunció besando castamente sus labios.

Observando el rostro arrugado de su hermano, Yoongi sonrió revolviendo su cabello y se alejó escuchando a Jimin mencionar unas revistas que le había dejado antes.

—¿Tu pareja? —preguntó su abuela una vez se detuvo frente a ella, señalando con la cabeza a Jimin que hablaba tranquilamente con su hermano.

—Lo es —asintió—. Está esperando a mi bebé —anunció.

—Es un hombre —alzó una ceja.

—Pero es un m-preg —indicó, imitándola—. Ya sabes, esos hombres con la capacidad de quedar embarazado.

—Otra razón más para cuidarlo de tu madre —suspiró—. ¿Ya tienes un plan? —cuestionó.

—Varias cosas vienen a mi mente, pero sé que con ninguna me desharé totalmente de ella —contestó—. No a menos que renuncie a la empresa.

—No seas un idiota —reprochó la mujer mayor—. Tu abuelo, tu padre y yo no invertimos tanto tiempo como para que lo dejes en manos de esa bruja —chasqueó su lengua.

—No los pondré en riesgo —declaró, observando hacia su pareja y hermano.

—Yo tengo un plan mejor y nadie perderá nada excepto tu madre —anunció, llamando la atención de Yoongi.

—¿Qué plan? —preguntó, observándola.

—No es momento aún —respondió, levantándose—. Se quedarán a cenar —declaró, alejándose sin más.

Frunciendo el ceño, Yoongi la observó hasta que la perdió de vista.

—¿Cómo te fue? —preguntó Jimin, acercándose.

—Otra vez está haciendo las cosas a su manera sin decirme nada —resopló y tiró de él para abrazarlo desde atrás.

—Me gusta que sean pareja —reveló JiHoon, lo que instintivamente le sacó una pequeña sonrisa a Min.

—¿No le dijiste lo otro? —preguntó Yoongi, colocando sus manos en su vientre.

—Pensé que querrías decírselo tú —sonrió.

—¿Qué cosa? —preguntó JiHoon, curioso.

—En menos de ochos meses, serás tío —anunció Yoongi—. Nuestro hijo está creciendo aquí —expresó acariciando con ternura el vientre de Jimin.

JiHoon frunció sus labios confundido.

—¿Cómo hicieron un bebé ahí? ¿Por qué colocarlo ahí? —preguntó.

—Es tu turno, cariño, yo lo dije sobre las parejas —expresó Jimin cuando sintió la mirada de su hombre en él.



___________________________________

Canción mencionada "Te felicito" de Shakira y Rauw Alejandro.

https://youtu.be/4XmWP1nFC_g


Espero que hayan tenido un buen fin de semana, mis queridos copitos! Se me cuidan un montón, besote y abrazote! <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro