Y así me encontré en la puerta de tu casa al día siguiente, cuando toqué el timbre, la mano me temblaba, tenía mucho miedo de cuál podía llegar a ser tu reacción.

Cuando abriste la puerta, me costó reconocerte, habías perdido aquel brillo en tus ojos que tanto me gustaba. Ahora, era como si tus ojos estuviesen apagados, sin ningún rastro de vida. 

''¿Qué es lo que haces aquí, Jungkook? ¿Jimin te dio mi dirección?''.

''Sí, pero no te enojes con él. Yo sólo quería verte''.

''Pues ya lo has hecho, ahora largo''.

''Taehyung'', te frené, cuando intentaste cerrar la puerta en mi cara. ''¿Estás bien?''.

''¿De verdad luzco como si estuviera bien, Jeon?''.

''No, y eso es lo que me preocupa todavía más. ¿Sería irrespetuoso de mi parte si te pido que me dejes entrar?''.

''Lo es'', afirmaste, dando un suspiro. ''Pero pasa, al fin y al cabo, si no te dejo pasar, te quedarás aquí afuera hasta que te lo permita''.