Capítulo 10- Losing my religion

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-  A su asiento señor Holmes. - se dirigió al torpe muchacho que se arreglaba aun en la puerta-— Continúa señorita-  Y el muchacho se sentó rápidamente en el asiento que quedaba a su lado y Nadia arrugo la frente, estando presionada por ser llamaba frente a todos le tocaba hablar y suspiró arrastrando los pies.

- yo.. dijo nerviosa – (..) me llamo Nadia Miller y, yo.. yo.. vengo de el colegio católico central y yo viví 5 años en otro lugar, en otro estado.. lejos muy lejos.. yo vivo ahora aquí. Porque si no... no estudiaría aqui- Es todo. – finalizó nerviosa mientras agitaba sus brazos de lado a lado tambaleándose de atrás hacia adelante.

- tu eres la famosa Nadia.. ya veo. En esta clase respetamos a los alumnos así que no hace falta que me golpees. —Dijo el profesor tratando de romper el silencio, que había en la clase esperando algo mas "sustancioso" Nadia le sonrió nerviosa .-

¿ me puedo sentar? Preguntó y el profesor señaló el camino de regreso, mientras caminaba con rapidez escuchaba los murmullos, al sentarse Nadia vio al chico viéndola detenidamente.

-¿ es real? Preguntó curioso y ella se giró a verlo ,.el muchacho señaló al piercing en la nariz y Nadia lo volvió a ignorar.

La clase pasó como si nada, ya estos tema Nadia los había visto en el otro colegio y en otro año aunque la forma a pesar que era entretenida del profesor explicar, el salón tenía o el teléfono afuera o la miraba como si había salido de otra dimensión. Al terminar la clase se levantó rápidamente recogiendo todo.

- Nadia¿ no? Preguntó el muchacho. – soy Dylan , al final si supe tu nombre- respondió sonriendo y ella lo ignoró caminando hacia la salida.

- espera señorita Miller ven un momento a mi oficina— dijo el profesor que aun ella no sabía su nombre mientras se retiraba. Nadia miró a Dylan que  al menos él era la unica persona que conocía y le daba vergüenza preguntarle la duda que tenía.

-¿estas en problemas? Él es el orientador, el profesor Octavio Paz- dijo el muchacho como si le hubiera leído la mente, Nadia puso los ojos en blanco ¿ sería mi oportunidad de irme o..? – pensó – si quieres yo te acompaño – dijo Dylan interrumpiendo sus pensamientos.

- voy contigo porque no tengo idea donde es- dijo en voz baja tomando la patineta y guardando el cuaderno en el bolso, Dylan sonrió emocionado saltando  para ponerse al lado de la chica.

- ¿sabes usarla? Preguntó  señalando  la patineta. 

- es fácil.. " es cosa de equilibrio" respondió Nadia sin verlo.– caminaron hacia el piso de abajo en otro pasillo, al llegar mire el letrero. – orientador: Octavio Paz. Nadia lo miro algo inquieta y Dylan sonrió para hacerla sentir cómoda 

- te espero afuera si quieres –

- no hace falta – respondió ingorandolo mientras entraba. Al abrir la puerta su vista se posó en todo el lugar, un pequeño salón con varias repisas llenas de libros, algunos de apariencia antigua que llegaban al techo, reconociendo algunos titulos de novelas y miro al profesor sentado en el escritorio.

-¿ que quería? Preguntó desde la puerta. 

– siéntese y cierre la puerta. Dijo el profesor con amabilidad señalando las sillas delante de ella-Nadia lo miro con una mueca de incomodidad  en su rostro  y suspiró. 

– mejor aquí y la puerta se queda así.- Dijo tomando la puerta y este  se quito los lentes.

– eres bastante ... veamos señorita . Usted fue transferida porque agredió un profesor por mmmm ¿fue demandada? ¿tan joven? Comentó mirando una carpeta.

 –¿ ese es mi expediente? Debería ser privado. – respondió con sarcasmo.

- soy el orientador, así que puedo preguntar por mis estudiantes. Tu a pesar de tu apariencia, eres bastante inteligente.¿ O solo es porque estudiaste en casa? Ya que en el colegio privado estabas en todas las clases avanzadas. Y ahora Ya que estás en un clase mucho más baja de donde deberías estar, no lo entiendo... ¿ Que ocurrió aquí? Pregunto,-.

- si vi clase con mi hermano y su esposa es lo peor que hay.- respondió mientras caminaba por el lugar- son muy dulces pero ellos tienen una motivación que yo vaya a una universidad élite o algo asi y mi padre ni se diga.. quiere " lo mejor de lo mejor." – respondió haciendo las comillas con los dedos —. Me imagino que esto fue una petición de mi madre y su forma de "castigarme" ¿cierto?. — el hombre se aclaró la garganta para no responderle a la muchacha.

- entiendo... ¿no eras tú una de las bailarinas que se presentó aquí hace 7 años casi? Una de la academia ¿no? Me pareces conocida- Nadia se sorprendió y se llevo las manos a la boca nerviosa, el profesor miro su gesto y ella al darse cuenta aparto su mano nerviosa.

- ¿. y eso que tiene que ver? Preguntó de nuevo con aquella acidez y levantando la ceja .

- tu eras muy buena...¿ no eras una de las que siempre era la del papel principal? Incluso desde que eras chiquita- agregó apartando las carpetas.

- ¿acaso usted es un pervertido que va a funciones de niñas en malla? Le gritó molesta mientras lo amenazaba con la patineta.

..-¿ per... vertido? No.. yo iba por mi esposa. Siempre iba a esas funciones y cuando yo no estaba dormido en un asiento... la verdad siempre estaba dormido, pero su sobrina era la profesora Hilda Meza, La señorita Meza creo que fue tu profesora, en el grupo de tu edad, ella se encargaba de las pequeñas.

- ¿La señorita Meza? Ella fue la primera profesora que tuve, hasta... ¿como esta ella? Preguntó curiosa tratando de olvidar al señor Mark

- Es mejor que te sientes‐. Dijo él mirándola con seriedad, Nadia estaba sorprendida por el cambio del señor, se sentó algo nerviosa por la noticia que recibiría.-

- Ella, falleció hace casi dos años, Fue un accidente, pero ella no estaba bien. Pero.. - dijo él muy serio haciendo una pausa, Nadia lo miró y sintió como su cuerpo se volvía mas pesado.

- Como.. como.. —estaba en shock sentía como el aire se me iba .. ¿ por qué mi madre no me contó eso? Pensó molesta, siempre contaba cualquier tontería pero ¿esto? Estaba sorprendida sintiendo como el estómago se le revolvía, ‐—¿ella está.. muerta de verdad? Pensó mientras presionaba sus manos ¿Como era posible que ella muriera y el bastardo de Mark seguía vivo?, ella era una persona buena.. Nadia miro al profesor y trato de ocultar su rostro, sintiendo como las cálidas lágrimas se salían de forma incontrolable.

- Ella, no se ... ellos estaban saliendo aunque ella estaba en una carrera exitosa en una compañía, salieron un tiempo y luego se enteró de que él tuvo que dejar el estudio que estaba aquí y terminaron por cosas.. no se, mi esposa no sabe— ella estaba bien volvieron, y entro en depresión... empezó a fracasar y luego un día... creo que fue cuando ocurrió un rumor de algo sobre un coqueteo indebido con alguna alumna... no se pequeña, lo único que tengo entendido que sufrió un accidente de automóvil.- trató de explicar el profesor Octavio de una forma amable luego que Nadia se secara sus lagrimas.

- Ella,.. titubeó ¿ se recuperó? Digo... Cuando se enteró de lo que pasó con el señor Mark ¿paso algo mas? Pregunto curiosa mientras sentía  como su cuerpo se descompensada  cada vez más  rápido. 

- No se, ella cambio mucho de un momento a otro, él fue quien terminó con ella, es irónico como una persona buena murió de una forma tan horrible mientras que ese hombre esta en juicio, mi esposa cree que ella fue abusada pero.. ¿ los muertos no dan testimonio, o si? Como esa pobre niña que murió ahorcada, es algo difícil conseguir testimonios, nadie quiere hablar y quienes podían ya no están – dijo él refiriéndose hacia su sobrina.-—¿ tu no eras alumna de ese hombre? Que bueno que te retiraste, por que si esa niña que murió que era contemporánea contigo casi.. y los rumores...-— Decía mientras buscaba otra caja con pañuelos y la ofrecía.

Nadia se levanto nerviosa —si muy triste todo , discúlpeme por la escena. Es una pérdida la de la señorita Meza.. ¿ entonces me puedo retirar?‐— Pregunto con la voz temblando tratando de guardar la compostura y este asintió.

Antes de salir el hombre miro a aquella niña temerosa levantarse rápidamente y correr casi hacia la puerta.

- No es de débiles pedir ayuda— agrego antes de que Nadia saliera.

Reconocía esos niños "problemas" niños sensibles que mas de una vez habian llegado a su escritorio, la joven Hilda había sido una de ellas... miro el expediente de la muchacha y suspiro preocupado por la cantidad de informes de conducta y de recaídas que ella había tenido en menos de un año... "espero que no seas una Hilda más".

(...)

Nadia salió de la oficina casi desmoronada. Caminando como un fantasma por los pasillos escuchando el bullicio de los alumnos, estaba impactada por lo ocurrido. En la clase siguiente decidió quedarse afuera, al menos la terraza estaba abierta, ¿ al menos podia acabar su vida de una vez? Se acerco hacia el borde que estaba rodeado de una malla protectora, no podía acercarse porque le daba vértigo.

tanto mal había hecho ese maldito para que arruinará tantas vidas, lo odiaba... lo odiaba, busco en su bolso nerviosa aquella tijera filosa antes de sacarla.

- No deberías estar aquí, ya el día va a terminar— dijo una voz masculina. Nadia La reconoció de inmediato.

- Tu tampoco deberías Dylan.—Le respondió sin girarse guardando aquel objeto filoso para que el rubio no la viera.

- Es educción física, yo tengo permiso por ser deportista. No quisieran que me lastimara—. Dijo sentándose frente a ella-. Ey¿. Estuviste llorando? Preguntó mirándola trato de acariciar su rostro y se levanto rápidamente.

- Es una alergia, soy alérgica a algo que comi en la cafetería—. Respondió excusándose.

- No te vi allí, no te vi desde que fuiste a la oficina del profesor, ¿pasó algo malo? Preguntó  preocupado.

- No trates de ser amable conmigo. Solo apártate y déjame seguir mi camino- tomo su bolso y la patineta y se fue nerviosa hacía  las escaleras.

Asi de nerviosa como se encontraba, pocos cortes en sus brazos la calmaban, su madre por mas que intentaba llevarla a sesiones de laser habían cicatrices que no podían ser borradas completamente con facilidad, mirando como la sangre goteaba cayendo en la blanca cerámica... solo era un pequeño corte, un pequeño corte que deseaba que se hiciera mas grande para acabar con esa mierda.

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