Capítulo 3- cut

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Escena  fuerte a continuación: ⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️

Cambie la canción  porque no de reproducía  aaah.


- ¿ Te irás así tú sola?— preguntó con frialdad —. Límpiate van a pensar lo peor — le señaló fríamente mientras se arreglaba el pantalón y el cabello frente  al espejo, como si nada hubiera pasado en aquel baño se saboreaba aun los labios; mientras Nadia se sostenía de la pared aún seguía temblando con la ropa interior  colgando en sus pequeñas  rodillas, sus piernas no le respondían para huir o simplemente ir a encerrarse en un cubículo.  Al salir aquél  hombre,  ella se desplomó en el piso hundiendo su rostro en las rodillas,con la respiración  sobresaltada  y con dolor en su pecho; se intentaba mostrar  fuerte tratando de no llorar se asomó  buscando en su bolso con las manos temblando, sacó  un par de medias nuevas y las observo  con tristeza y nelancolia,  no  podía ni arrastrarse hacía la salida y  suspirando tratando de armarse de fuerzas, levantándose  del suelo y caminando despacio hacia la salida luego  de cambiarse. 

AL salir de aquél  escenario  donde su inocencia  había  desaparecido, recibiendo los rayos de la luz del sol intensos se  cubrió el rostro con su mano, sin evitar  aquellos cientos de pensamientos que  cruzaban por su mente. Sintiéndose más sucia de lo qué se sintió en un pasado,  mucho más que el piso del baño dónde se había sentado... arrastrando los pies  hacia los bancos,  agobiada por la debilidad del momento su alrededor daba vueltas e intentando no desvanecerse  se animaba para seguir despierta. 

A su lado en su bolsillo busco su teléfono y con los ojos  empañecidos por las lágrimas  observaba  inerte la pantalla.

-" contactos.. yo, yo.."— se repetía en su mente, débil  por la sensación  y sin poder marcar ningún  numero por la vergüenza  que la abrumaba.  Veía  el nombre de su madre, su padre,  su hermano... Emergencias;pero no podía hacerlo. Tenía tanta vergüenza que sentía  que en ese momento su alma dejaría  su cuerpo para morir ¿era acaso  un delito querer moeir en un día  tan soleado?; mirando el cielo despejado, sonrió  a duras penas 

"era un lindo día".

Sosteniendo su brazo nerviosa, el señor Mark... él... 

Era la primera vez que sobrepasaba tan fuerte ese límite, había  cruzado la frontera que existía  entre un adulto y una niña, entre un maestro y una alumna. 

 ¿ Por que era difícil de dejar de tener miedo y pedir auxilio? 

Desde el primer momento que sintió  sus manos sobre la de cintura, sus miradas y sus caricias incómodas sobre la piel expuesta, tenía tanto miedo de hablar y decir la verdad y peor era el sentimiento de humillación  y suciedad... Ya no era una niña  limpia, ya simplemente  estaba  arruinada.

- ¿ Ey, niña? ¿Estas bien.?— Preguntó un muchacho acercandose a Nadia, ella solo escuchaba una voz masculina, tratando de abrir sus ojos, pero no podía. Había  cedido ante aquellos pensamientos  que le taladraba la mente y peor el dolor  que sentía  en su cuerpo era tanto que ese momento de descanso  hizo que aquella sensación de adormecimiento se despertará,  entre delirios  observó  la silueta que se acercaba. 

Ya no tenia miedo, ya más  daño que habia  recibido no la iba a asustar... 

- – ey.. ey..

— No puedo ir al doctor. No me lleves.— suplicó  en un hilo de voz, titobeando y nerviosa, el muchacho la observó  sin comprender lo que ocurría,  aquella niña en la banca  que se desvanecía  cerrando sus ojos. 

(...)

Al despertar, abriendo sus ojos Nadia se encontró  en una cama pequeña con las sabanas azules y grises, mirando su alrededor confundida aquellas pinturas de patinetas y afiches de bandas de rock  que colgaban en la pared, inclinándose y tratando de levantarse nerviosa le hablaron, aquella voz que le hizo darse cuenta que no estaba realmente sola en la habitación.

- ¿Despertaste ya?— preguntó  con aire de preocupación —Llevabas más de tres horas dormida, estaba realmente nervioso porque no  podías quedarte durmiendo aquí, y si mos padres llegaban no iba a saber que hacer— confesó nervioso en muchacho. 

Frotándose  los ojos llena de sorpresa dándose  cuenta de la realidad, quería ver si no soñaba, debido a que frente a ella estaba un desconocido. Aquello era un chico vestido de negro de rostro alargado y piel algo bronceada,  pero de su rostro resaltaban varias perforaciones, y  aparentemente tenía como unos catorce o quince.

- ¿ Donde estoy? ¿ Quien eres? — Preguntó asustada retrocediendo pero tratando de sonar firme, con el puño debajo de su sábana  él  contesto.

- Soy Thomas Pham pero... me llaman Topy y  estás en mi casa— le respondió —¿no recuerdas? Me dijiste que no te llevara al doctor. Así que dime niña  ¿por qué estás sangrando? Incluso cuando te cargaba empezaste a sangrar por la nariz y una explicación de porqué no debería llevarte al doctor  — le ordenó con amabilidad y está  levanto los ojos.

- ¿ no me harás nada malo?— Preguntó temerosa ocultando el rostro debajo de   las sabanas.

-¡ hey! sé que no me veo confiable pero puedo ayudarte. Dime,  pequeña— insistió—, mala persona no soy ¿Me darás  una oportunidad?— respondió mientras le extendía la mano para estrechar la de la pequeña y ella lo ignoró.

- ¿ Puedes llevarme a mi casa? No me siento bien— insistió Nadia cambiandole de tema avergonzada. 

- Entiendo... ¿estas bien?— Pregunto preocupado y ella se cubrió con la sabana

- Vamos en taxi . Yo tengo dinero- contestó evitando la pregunta, él le quitó la sábana y miró las piernas de la niña. Estaban manchadas  con un hilo de sangre – ella se miró atemorizada y se cubrió avergonzada.

- Creo que se lo que tienes – dijo saliendo de la habitación, Luego de unos momentos regresó saltando. – no soy quien debería explicarlo. Pero creo que es momento en que una niña se vuelve mujer. Creo que es algo así que .... ten son de mi mamá, - dijo entregándole unas toallas sanitarias a Nadia, ella hizo una mueca y no sabia que decir, ¿al menos esto servía como cuartada? Penso con una sonrisa  de mala gana.

- gracias. — le contestó tratando de levantarse.

Aún le dolía las piernas y la pelvis haciendo que de retorciera del dolor,  él se dio cuenta y la tomó con delicadeza del brazo.

- Te llevaré al baño— dijo Topy mientras la cargaba y tomaba el bolso. la llevo al pasillo a un baño y la dejo sola, quedándose al otro lado de la puerta.

- Gracias. — respondió avergonzada.

– tranquila. Solo tengo que buscar como explicar la sábana manchada, jamás había visto a alguien sangrar así por la nariz. Pero ya se me ocurrirá algo. —

(...)

Ya en el baño, Nadia buscó en su bolso y sacó el vestido de Clara, era una pijama rosada , atando su larga cabellera  para no lucir tan despeinada, sus rizos se habían roto completamente, como su inocencia.  Trato de abrir la puerta y tropezando él la ayudó.

– su carruaje está listo—dijo él mientras la tomaba del brazo. En silencio salieron para montarse en el taxi que Topy había llamado, en todo el trayecto no hablaron ni un momento, solo veia a la delgada muchacha a su lado sostenerse del cinturón como si fuera  a sufrir un choque.

Al llegar  a la dirección  que le habia ordenado Nadia, frente  al lujoso edificio él la ayudó a bajar y pagaron el taxi.

- ¿En verdad vives aquí? Con razón tienes ropa tan bonita-. Dijo sonriéndole

- Es ropa de Clara. El cascanueces. ¿ sabes? Contesto con timidez mientras abría la puerta de entrada.

- Es todo... me imagino. Cuídate, y no vayas sola a baños públicos de nuevo- . Dijo susurrandole mientras extendía su mano  para estrecharla, ella lo miro sorprendida.

- Espera... tu..? Preguntó nerviosa con una expresión  sombría  en su rostro.

- Lo vi salir, bueno no todo pero lo imagino. Tienes que denunciarlo. – ordenó con firmeza.

Yo.. dije nerviosa Titubeando –¿ puedes ayudarme a subir a mi apartamento?. Yo te contaré todo solo no.. — dijo nerviosa. Topy regresó hacía ella y la tomó del brazo para ayudarla a caminar. Hasta llegar frente a la puerta  del departamento el muchacho abrió la puerta y entraron. Sorprendido miro todo a su alrededor y la ayudo a llegar a su habitación allí la miro absorto  por toda la decoración — todo es muy rosado- . Dijo sonriendo.

- Si.. — contestó nerviosa.

- No tienes por qué contarme, yo no importó, Pero tienes que decirle a tus padres y a la policía.— ordeno con amabilidad  y ella levantó la mirada del piso.

- Tengo miedo, yo. .. no entenderías, por favor...no le dirás a nadie por favor. Guarda ese secreto. Tengo miedo, vergüenza-contesto aguantando las lágrimas mientras enterraba  sus uñas en su muñeca —Me lo he callado por dos años. Su acoso, sus caricias, es mi profesor de danza... siempre me amenazó. Él es más poderoso y mayor, todos dirán que es mentira, me tendrán lástima. – empezó a llorar y el muchacho la abrazo para consolarla dándole  palmadas en la espalda.

– tranquila. Todo estará bien. Solo trata de dormir, tienes un amigo aquí y sabes que puedes confiar en mi, pero tienes que denunciar. — insistió y ella negó temerosa.

– entiendo tu silenció... no te puedo obligar.. pero te tengo que dejar. Mis padres no saben que salí y tengo que regresar. Pero, —dijo buscando un papel para anotar su número. – si necesitas a alguien para golpearlo yo puedo ir. — Dijo sonriendo y ella asintió sonriendo.

Sola en la habitación,  Nadia se acostó a dormir y  solo tenía pesadillas de ese momento,  recordando  los  días  anteriores. Al despertarse para buscar agua miró que la casa seguía sola como  siempre. 

(...)

Tenía  un descanso de la danza por lo que nadie la esperaba, en otros momentos estuviera ensayando pero era imposible que todos esperaran  que siguiera su vida como si nada, sin saber nada de lo que ocurría... 

"Ya que  A nadie le interesaba", pensó ella hundiendose en sus sabanas , durante 3 días solo dormía.

_________________________

Al 4to día estaba consciente de que no podía huir siempre, mirando  todo a su alrededor, no podía borrar el pasado pero si su realidad como la conocía.  Su habitación completamente todo rosado; el color de la inocencia que había  perdido. 

Furiosa arrojo todo al piso, destruyendo todo, buscando las tijeras en la gaveta luego de destruir su habitación. Corrió a la sala de ensayos, tenía su propia habitación para ensayar: con el piso de madera, una barra y un espejo enorme que cubría todo el lugar.

Tomo su cabello furiosa y lo corto, ya había destruido su ropa en aquella crisis. miro una silla y tomo los restos de una sabana  que arrastro con ella y  la intento colgar de la lámpara de luz, pero no llegaba siquiera para colgarse. Ni encima de la silla... ni de dos. Estresada y dolida Se desplomó llorando destrozada por sentirse impotente. 

Llena de furia tomó el equipo y lo arrojo hacía el espejo cayendo frente a ella en mil pedazos. Ya no era Nadia la bailarina, todo esos sueños habían sido desechado, en los pedazos de vidrio miro su reflejo, no sentia nada, ni las astillas que habian sido incrustadas en sus pies descalzos ni los rasguños de su rostro... Ya no era nadie.

Necesitaba una excusa para no poder ir a bailar. No quería volver a pisar el estudio, ni tampoco quería seguir viviendo.

(...)

Luego del estruendo que se escuchó  en el pasillo, el hermano de Nadia que regresaba de clases abrió rápidamente la puerta, se había regresado porque había olvidado del libro de aritmética, corriendo  a revisar las habitaciónes;  encontró el desastre que había ocurrido en la habitació de su pequeña hermana menor, no entendía lo que ocurría y la buscó en el salón de baile-

-¡ Nadia, Nadia ...!- gritaba entrando a la habitación. Cedric era 7 años mayor que Nadia, aunque nunca la miraba desde que había entrado en la secundaria y conseguido novia, siempre imaginaba que su hermana estaba bien, o eso quería  imaginarse. 

Pero todo se derrumbó cuando encontró a su hermana desmayada entre los cristales del espejo, sangrando y sin despertar a sus llamados. Al igual como ese espejo se había destruido, así se sentía Cedric mientras llamaba a la ambulancia con su hermana en los brazos perdiendo tanta sangre por sus heridas  abiertas.

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