Ni en el agua que corre, ni en la fría lluvia, he encontrado una calma que se iguale a la que siento cuando estoy contigo.

Ni siquiera en un cielo esmeralda o en nubes de antaño que se ciernen sobre mi cabeza,  he encontrado la tranquilidad que me transmite tu mirada,

Ni por qué cierre los ojos y me imaginé flotando en un mar de riquezas, con los que sueñan los piratas en sus celdas, encuentro aquella paz que siento al encontrarme rodeado por tus brazos.

Ni en cascabeles de oro, ni en orquídeas de plata, he encontrado la misma fascinación que siento por tu existencia.