Marinette se sentía tan extraña al no ver su habitación repleta de imágenes de su amado, aunque ya no tanto, Adrien. Se veía tan vacía, así que pensó en re decorarla una vez más.

Cuando despego todas las fotos y las guardo fue como si se quitara un peso muy grande de encima, lo mismo al quitar su fondo de pantalla de su ordenar para cambiarlo por uno bonito lleno de flores.

Marinette amaba las flores, cualquier tipo, las adoraba. El mejor obsequio que podías darle era una flor.

— Tikki, ¿qué opinas?— la azabache enseño un boceto de un diseño nuevo inspirado en ladybug lo cual hizo que la criatura camersi le brillaran los ojos.

— ¡Es muy hermoso, quedaría perfecto en ti!

Lo cierto era que el rojo le venía muy bien a Marinette, combinaba con sus ojos azules como el mar cuando usaba su traje de super heroina.

— ¿Tú crees?

— Quedaría perfecto para el baile de máscaras que está organizando la escuela— sonrío picara. Marinette rió un poco.

Si lo pensaba bien, era más que perfecto para esa ocasión, sería como ladybug ya que llevaría un antifaz.

— Hablando del baile, tengo que hablarle a Bridgette— se recostó.— ella es buena organizando ese tipo de fiestas, aunque no lo parezca— terminó con una risa fuerte.

— Además, necesitas ayuda con este tema de Adrien.

Marinette se levanto.

—  ¿Ayuda? ¿Cómo podría ayudarme Bri con esto?— cuestiono frunciendo las cejas. Tikki soltó un suspiro, esta chica no pasaba más de boba.

— No sé si te acuerdes pero tu prima, sale con el hermano de tu crush, Felix Agreste— remarcó su apellido para hacerlo más obvio de lo que era. Marinette abrió los ojos.

Era verdad, su prima, la persona más acosadora del mundo había logrado que el chico más frío de París cayera por ella, seguía preguntándose cómo.

Los dos eran tan diferentes, un sol y una luna, eran polos opuestos tal vez por eso funcionaban tan bien.

Marinette marcó su numero mientras esperaba que su prima favorita contestara el teléfono a lo cual respondió una voz adormilada pero adorable.

— ¿Bue...no?— un bostezo se escuchó en medio de la palabra lo cual le hizo gracia a la azabache de coletas pequeñas.

— ¿Bridgette?

— No, es Patricio, si, soy yo, ¿ocurre algo?— se escuchó otro bostezo y pudo escuchar como los huesos de la chica tronaban, se estaba estirando.

— ¿Po-podrías venir?— dijo con un tono inocente que hizo que Bridgette sonriera aunque no la pudiera ver.

Se escuchó una voz lejana al otro lado de la línea.

"Bridgette, vuelve a dormir" claramente era la voz de Felix, sonaba igual de fría como siempre.

— ¿Es lo que yo creo que es?— Marinette dijo picara molestando a su prima quien rápidamente enrojeció ante su comentario.

— Solo dormíamos.

— Claro...

— Callate, voy en seguida.

(••••)

— ¿Lista?

La voz de Tikki la saco de sus pensamientos. Se encontraba frente al espejo, vestida diferente a como casualmente lo hacía.

Se veía más natural, más sencilla y linda, eso es lo que le había dicho su pequeña amiga y prima ayer cuando se lo probó.

Marinette comenzaba a tener miedo, no que arruinarlo, solo quería hacerse notar frente a Adrien, quería capitular su atención.

Resopló y agacho la cabeza, pensamientos negativos comenzaban a llenarse en su cabeza.

— No lo sé, ¿y si fracaso?

Tikki le sonrió sinceramente, no necesitaba decir nada, Marinette sabía lo que pensaba.

Cerró los ojos y suspiro, asintió y los abrió como si fuera una persona nueva.

Abajo la esperaba su prima, quien lucía un bonito vestido rojo con puntos blancos y unas lindas zapatillas color negras que hacían juego con su paraguas

— Te ves muy bien, Mari— le tomó del brazo y la llevó hasta la puerta para después despedirse de los padres de Marinette.— ¡Nos vemos!

Corrieron bajo las escaleras como dos niñas pequeñas, siempre lo habían hecho. Tal vez por eso Marinette la admiraba tanto, ella era tan fuerte y una persona con un corazón muy grande. Era su ladybug favorita.

Abajo las esperaba lo que era la limosina de Felix y Adrien.

Marinette se puso nerviosa al instante, negándose a caminar un paso más y entrar a ese lugar.

— ¿Está Adrien ahí?— le susurró a Bridgette quien sonrío emocionada. Oh no.— No puedo, no puedo.

La mayor rodo los ojos mientras la tomaba de los hombros.

— Confió en ti, Ladybug— Marinette sonrió hacia ella y le dio un abrazo pequeño para después componerse y suspirar.— Ya sabes que hacer.

Asintió y lo recordó.

"Paso uno: háblale como una persona normal, no le hagas el mundo, tienes que demostrarle que no tienes interés por el aunque no sea verdad"

Entraron al gran carro y efectivamente ahí estaban los dos hermanos Agreste. Felix saludó a su novia y miro a Marinette quien le saco la lengua animadamente a lo cual el quizo reír pero se abstuvo.

Era una versión más pequeña de su chica.

Adrien era el siguiente quien saludó a Marinette esperando una bonita reacción por parte de ella, como sonrisas grandes o un ligero tartamudeo pero fue todo lo contrario.

— Buenos días, Adrien.

No había tartamudeado nada, ni había pasando en saludarle o no, solo lo hizo, tan natural que impresionó a todos en el coche. Tikki estaba gritando por dentro.

Marinette miró a su prima quien le guiñó un ojo. Se sentía más tranquila, lo había hecho.

"Él será el primero en establecer la conversación"

— ¿Marinette, como te ha ido con eso de los diseños? A mi padre le gustó mucho el sombrero que hiciste—  Adrien sonrió de lado. Marinette gritó mentalmente.

Se sorprendía que lo que había dicho su prima estaba resultando.

— Muy bien, he trabajado en varios diseños sobre Ladybug, me gusta mucho como se le ve el rojo, ¿no lo crees?— levanto las cejas hacia el causando que las mejillas del chico se pusieran Rojas.

La pareja quería reírse de cómo el más pequeños de los agreste se ponía nervioso.

— Eh-eh si, se ve muy bien en ese color— se rasco la nuca, ¿qué tal si había escuchado la conversación?

— ¿No te da curiosidad saber quién es la chica detrás del antifaz?

— Más que nada...— murmuró pero después se corrigió.— Si no lo dice es por alguna razón, ¿no?

— Yo creo que es por miedo, que cobarde— Marinette se miro las uñas por un momento para después volver a mirar al joven Agreste.

— No la conoces para decir eso— sonaba algo a la defensiva pero estaban ofendiendo a la chica que ama.

Marinette estaba a punto de contestar algo que no quería que saliera de sus labios pero la mirada preocupada de su prima hizo que se calmara.

— Tienes razón, lo siento— miro por la ventanilla con semblante serio que hizo que Adrien parpadeara confundido.

Estaba dejando que el enojo la controlará pero debía contenerse, no podía arruina el todo cuando apenas estaba empezando. Debía esforzarse más.

Debía tranquilizarse si quería que todo saliera de acuerdo al plan.

Adrien conocería a la verdadera Ladybug, estaba segura de eso.