[La importancia de saber perdonar]

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El almuerzo estaba siendo más que aburrido, ¿Qué palabra puedes usar para definir algo más aburrido que aburrido? ¿Tedioso? ¿Soporífero? ¿Soso? ¡Bah! Que más daba. Kim Taehyung era la definición de chico serio y confiado, ademas de pesimista. Cuando MinA intentaba entablar una conversación, el respondía de una manera tan simple que era casi imposible continuarla: "Si" "No" con la cabeza y un "Tal vez" mientras se encogía de hombros. Eran algunas de sus cortantes respuestas expresadas con acciones pues jamás le había escuchado decir una sola palabra, así que, luego de unos cuantos intentos más decidió que lo mejor era simplemente darse por vencida y terminar su almuerzo en paz de una vez por todas, sin embargo, esa "paz" se vio interrumpida cuando sintió la presencia de un tercero en la mesa, y al percatarse de quien era, el fastidio terminó por apoderarse de ella.

—Ey, te fuiste de la fiesta de la nada—dijo aquel peli negro pasando por alto la presencia de Tae.

—Bueno, humillaron a mi mejor amiga, me culparon por ello y nadie hizo nada, así que si, me fui de esa estúpida fiesta, Jun.

—Bueno, pero no respondiste mis mensajes, no sabia nada de ti, me preocupe.

—¿Y no se te ocurrió que no quería saber nada de ti y por eso no te contesto?—interrumpió el castaño antes de que MinA pudiese decir algo, la sorpresa la golpeó como un boxeador—Digo, a mi me parece algo un poco lógico.

—¿Y este quien es?

—Mi nombres es Taehyung—contestó el chico con su característica seriedad—Muestra algo de decoro.

—¿Qué dijo?—cuestionó el de pelo negro con notable confusión.

—Jun, escucha, últimamente no la he pasado muy bien, así que te agradecería mucho el hecho de que nos dejaras desayunar a solas.

—MinA, Jisso no hizo todo esto con la intención de herir a alguien, ella es muy bromista y...

—¿Bromista? Doblego a Hanna en publico hasta hacerla llorar, a mi eso no me parece una broma, Lim SeJun—espetó la pelinegro indignada—Es una broma cuando todos lo disfrutan pero, yo no vi a Hanna reír.

—Pero...

—Olvídalo, no sé que...—pero antes de decir algo mas, su mirada pareció toparse con una silueta que le seria imposible no reconocer —¡Jin! ¡Aquí!—grito la chica llamando su atención exageradamente para hacer que se acercara.

Pero el recién llamado se marcho de la cafetería luego de dedicarle una mísera mirada de desaprobación.

—Es un idiota dramático. Se le pasará en unos días y luego volverá a ser como antes.

—No, no lo es—se quejo brindándole una cara de pocos amigos.

—¿Qué dijiste?

—Si alguien, a quien deberías llamar idiota es a mi, por estar aquí contigo y no con mis amigas.

—¿Enserio vas a comportarte así? ¿No puedes simplemente sonreír y aparentar que nada paso? ¿Porque tanto alboroto por esa boba obes...

Pero antes de que Jun pudiese terminar de hablar, un manotazo en la mesa lo hizo callar de repente, llamando la atención de todos en la cafetería. MinA quería golpearlo con todas sus fuerzas en ese momento, maldecirlo y gritarle hasta de lo que se iba a morir, sin embargo, respiro profundo y logro contener esa rabia que crecía en su interior a los segundos.

—¿Sabes que, Jun?—hablo luego de unos segundos—A veces las expectativas que tenemos de una persona son tan altas que, vivimos esperando siempre lo mejor de ellas, y yo caí sólo porque me hacías sonreír como una tonta la mayoría del tiempo, sin saber que esas sonrisas no siempre fueron honestas. Nunca había pensado en esto, hasta que conocí la persona que en realidad eres.

—¿Qué quieres decir con eso?—quiso indagar al no saber exactamente el punto al que quería llegar la pelinegro.

—Quiero decir que...¡Estoy harta de la gente hipócrita!—exclamo riendo como una lunática—Y suena ilógico viniendo de una persona como yo, pero es que, llegué al punto de quedarme sin amigos debido a esto. Jun, eres...una mala persona, y yo, prefiero la tranquilidad que me proporciona la soledad, que la decepción que me brinda tu compañía.

El camino de regreso a casa fue solitario y silencioso, estaba decidida a simplemente ignorar el asunto con Jun, Kim Jisso, sus amigas y todos los problemas que se le habían acumulado en cuestión de unos pocos días. Quería refugiarse en su cama e invernar hasta el verano de ser posible, como si eso fuera a resolver algo.

Cuando estuvo frente a la puerta se acomodo el cabello con rapidez y quito sus auriculares antes de adentrarse de lleno a su hogar, mientras se quitaba los zapatos y botaba la mochila al suelo, un dulce aroma a mantequilla inundo sus fosas nasales obligándola a cerrar los ojos por tal satisfacción.

—¡MinA!—le escucho gritar a su madre desde lo que parecía ser la cocina, era tan extraño tenerla en casa por las tardes, pero luego de su caliente discusión y el abandono de casa, se había propuesto pasar más tiempo con la pelinegro y vaya que se lo había tomado muy enserio—¡Ey! ¿Cómo te fue en la escuela?—pregunto saliendo con un plato lleno de palomitas.

—Pues...Tuve que almorzar con Taehyung otra vez, que fue como si almorzara sola en realidad, estuve a punto de embarrarle a Jun una hamburguesa en la cara y hey, adivina, Jin aún me odia. Así que si, me fue de maravilla.

—¿Puedes dejar el sarcasmo por una vez en tu vida?—cuestiono tomando asiento en el sofá de la estancia.

—¿Qué puedo decir? El sarcasmo es parte vital en mi—bufó lanzándose al lado de su madre—¿Qué hay en la caja?—cuestiono señalando esta, que se encontraba en el otro sofá a la izquierda.

—Es para ti, tu padre lo envío, llegó esta mañana. Dijo que aún no tenias un bonito vestido para esta noche.

Ella frunció el ceño cuando su madre termino de hablar, su cara ensombreció de un momento a otro, mantuvo el gesto serio, luego dejo fluir la tensión fuera de su cuerpo y cuando estaba dispuesta a marcharse, la voz de su progenitora le interrumpió.

—Oh no, Jovencita, ¿Planeas quedarte aquí encerrada toda la noche? Es el baile de primavera y tu padre gasto mucho dinero en ese verstido, ¡Deberías ir y divertirte! Podría ir contigo si es que no quieres estar sola.

—No lo sé mamá, no estoy de ánimo.

Ciertamente la idea de ir a una fiesta con tu madre a veces no es la mejor opción, definitivamente el estar sola no sonaba tan malo después de todo.

—MinA...—susurro la mayor caminando hasta ella, con delicadeza la tomo de la barbilla para hacerle mirar—Pedir perdón no siempre significa que te has equivocado, o que el otro este en lo cierto. Significa que valoras tanto esa relación que estas dispuesto a dejar el orgullo de lado.

—¿Crees que puedan perdonarme? ¿Aún después de todo?

—Bueno, nunca sabrás si no lo intentas—dijo encogiéndose de brazos, regresando a su asiento—Pero, podrías empezar por perdonarte a ti primero, hija.

La chica pareció meditarlo unos segundos, luego, le dedico una media sonrisa.

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