Quede algo atónito, ahora por fin estoy llendo a casa. No fué el como yo esperaba que sucediera esto.
No sé que pensar, como reaccinar o el qué hacer ante esto, siento que...en realidad no sé ni el como me siento al respecto a esto.

[...]

Morire, creo que me matará, ¿vivir con él es tan malo?, bueno tal vez es por que no tiene sentido el que yo este ahí con él, vamos soy diez años mayor que él...

Solo esta bebiendo ese café en esa pequeña taza y me ve desafiante, si bajo la cabeza para impedir el sentir esa mirada creo que será peor, esta enojada...no lo sé solo me estoy llenando de panico.

¡¿Cuál es el afan de secuestrar de esta familia?!

—Aun no bebes de tú taza...¿no te gusta el café? —Rompío el silencion provocando que yo brincara un poco y de golpe la agarrara para beber un poco. —No te estabá obligando a hacerlo.

—L-lo siento... —Susurre.

—No erá para que te disculparas.

—¡Lo siento!.. —Dije aun más angustiado.

Solo escuche una pequeña risa, alse mi vista, se estaba escondiendo la sonrisa.

—¿E-en qué...umm...necesita mi ayuda?...

—Oh, es verdad. Veo que quieres ir directo al grano, pensé que podríamos convivír un poco, pero creo que elegir este lugar no fue nada bueno ya que creo que no te gusta el café —Sonrió

—A-ah...bueno, es solo que este es umm...amargo, suelo tomarlo de forma diferente..—Ella chasqueo los dedos haciendo llegar a su lado un camarero, este le entrego un menú el cual ella me dio a mi.

—Elige lo que gustes, va por mi cuenta...

¡¿Cómo un café cuesta más que lo que valía mi casa?!

—Jum—Hizó ella al sonido de querrer reirse —Eres lindo con tus reacciones, por tu uniforme es obvio que nunca habias estado en estos lugares.
No sé que responder a eso exactamente — Solo elige el que más te parezca.

"Busca el que tenga menos número, busca el que tenga menos numeros..menos...menos..."
Era lo que pasaba una y otra vez en mi mente.

Después de unos minutos en solo silencio al ver el menú, ella decidio dar un breve comentario el cual no logre entender.

Alse mi vista del menú y ella solo volvio a sonreír sin enseñar sus dientes —Ya veo el porque mi hijo te admiró..

—¿Cómo dice...?

—Oh, fué cuando ingreso a la secundaria...En ese momento yo casí logre lo que quería, pero esa directora te mencionó, no era la mejor secundaría sin embargo iban aceptar a Bill ahí, nos quedamos confundidos cuando dijieron "no es la primera vez que tenemos el honor de enseñar a uno así", entonces Bill se emociono, son pocas las personas que son así de prodigios y él comenzaba a sentirse sólo, cuando oyó eso sus animos se alsaron. Fuimos a ver el como es ese colegio, no era bueno pero tampóco malo, era aceptable, esa directora nos dió un recorrido por todo el lugar, hasta que ibamos cerca de su oficina.

" —Sabes hace algunos años recibimos a un chico como tú, erá un niño encantador, pero no tan pequeño. De igual forma erá un prodigio, no a tu nivel pero si a la sima de otros"— Dijo la directora "—A los diez años de edad entró a tercero de secundaría, era extremadamente tímido, siempre temblaba cuando le hablabas y se ponía rojo, mayormente del tiempo de tan nervioso que se ponía salia huyendo de la conversación, era muy lindo."

—Cuando llegamos a su oficcina habia una foto del chico, castaño, un peinado muy gracioso, era entre peinado y despeinado. Y se notaba que era muy tímido por como salió en la foto, su expresión hacia que uno se sintiera muy feliz de verlo. —Dijo ella, se puso un tanto sería.

No sabía el que contestar ante esto —Se qué eres tú —Bajo su taza y doblo su servilleta colocandola aun lado de la taza y la cuchara del azúcar sobre ella —Bill también lo sabe, y tú ya sabias que en este momento estabá hablando de tí. Mi hijo se emociono por eso y entró a esa secundaría para ser como tú, lo peor es que poco después a esa persona que tanto admiró la encontró como trabajador obligado de medio tiempo en una kinder por el cual entró, para solo descubrír que te convertiste en una desgracía —Trague en seco — Para tú fortuna, no vine aquí para  golpearte ni mandar a otros a que lo hagan. Vine a negociar.

—¿Negociar?...

—Quiero a mi hijo de vuelta.

—Um...y-yo no..no es como si yo lo tubiera...ummm...no logró comprender..lo que-

—Antes —Interrumpió— No, él siempre fue así, pero yo estaba apunto de lograr que fuera un niño normal.

—¿Qué?, él es normal. —Sentí un poco de enojo ante ese comentarío.

—No lo entiendes, quiero a un niño, no a algo que se ve como niño pero su mente actua como un adulto superdotado. No es normal que un niño de Kinder sepa de física avanzada, que vaya a secundaría, que incluso sepa más que nosotros juntos. ¡Y tú lo sabes!

—¿Y-yo..?

—Por favor no te hagas el inocente, eras un niño prodigio que iba a tercero antes de tiempo, hace más de cinco años que debiste terminar tu secundaría, sin embargo ahora vas a primero de preparatoría, ¿crees que no es obvio?, por qué no fuiste a preparatoría antes, no me salgas que es porque no te aceptaron, sabes que no fue así, sabes que tu misma virtud fue tu debilidad, es por eso que finges saber menos de lo que sabes, finges ser alguien conforme a tu edad porque sabes que no era bueno esa virtud que tenías. No intentes engañar algo que para quien sepa sobre estó no piense que es obvio. Algo te cambio en tu tercer año, algo, ese golpe que tu sufriste no quiero que mi hijo lo pase como tu lo sufriste

—¿Q-qué?...¿y qué quiere que haga?...—Susurre con temor.

—La única razón por la cual mi hijo sigue con su capricho es por ti y porque le volviste a dar esperanza.

Quiero que le destruyas sus ilusiones.