19. Tierra de clichés: de deportistas, profesores sexys y una teen-virgen.

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Tierra de Clichés: De jugadores de fútbol, profesores sensuales y una virgen adolescente.

¡Hola, chicos!
Como bien sabéis, me encantan los clichés y aún me quedan muchos de ellos para comentar con vosotros. He de decir que me «encantan» hasta cierto punto, pues si algo detesto es una historia completamente faaaaalta de personalidad.

Yo no digo que usar un cliché vaya a hacer de tu historia menos interesante, de hecho al contrario, pues se supone que los clichés son fórmulas prefabricadas que ya tienen éxito entre los lectores y que funcionan... pero no todos son iguales, desde luego que no.

Traigo tres clichés, más o menos tontos en mi opinión, así que allá vamos. ¿Os apuntáis a alguno?

Cliché número 1: El jugador de fútbol...

... o de baloncesto, o de rugby o, o, o... de parchís.
El jugador de fútbol no falla en la novela juvenil (acompañado por las animadoras) y, si yo tengo que hablar sobre este cliché, me declaro culpable. Sí, sí... lo he usado y lo seguiré haciendo, pero con mesura, como comer muffins. El futbolista, capitán del equipo de fútbol del instituto, suele salir con la jefa de las animadoras... aunque sólo un rato, tan sólo hasta ese momento en el que repara en que, a quien verdaderamente ama, es a esa nerd (otro cliché!!) que se sienta detrás de él en la clase de matemáticas y con la que nunca jamás ha hablado, pues le parece insípida y sin gracia. El deportista es un clásico y merece ser incluido como cliché por excelencia en mi manual.

Cliché número 2: El profesor sexy.

¿Quién no ha tenido un profesor de «historia y estudio de la cultura y mentalidad medieval en la España del s. XV» que es guapísimo, tiene apenas 20 años y parece la versión mejorada de Colton Haynes? Yo. Yo no lo tuve (y lo lamento). Pero aun así es un cliché recurrente, pues un gran porcentaje de protagonistas femeninas y estudiantes de instituto, tienen a este profesor del que se enamoran platónicamente y que, increíblemente, descubre también al poco tiempo que ama a su alumna. Claro, seguro que semejante hombretón no tiene más alternativas sobre féminas que fijarse en la tímida alumna de la segunda fila que... OMG, ¡tiene dieciséis años!

Cliché número 3: La protagonista sensualmente invisible.

Este cliché sí consigue molestarme, sinceramente. Yo diría que es el único que no me parece nada creíble y que no conseguiría meter en ninguna historia. La típica protagonista a la que nadie presta atención y que pasa desapercibida totalmente. Es morena, con ojos marrones y ella misma dice que es fea y se viste mal. No se maquilla y... bueno, lo único que le falta es no ducharse y oler a coliflor... ¡pero entonces no enamoraría al guapísimo capitán del equipo de fútbol! Todas estas chicas tienen en común que un día aparecen en el instituto con minifalda, maquillaje y escote y dicen que se sienten ridículas, pero hacen babear hasta al director del colegio. Bueno, pues al final no era tan invisible la muchacha, ¿no?

Hasta aquí mis clichés de hoy. ¿Os sentís con ánimo de utilizar alguno? Como ya os aconsejé, para utilizar un cliché de forma inteligente, ¡cambiad algo importante! ¿Y si el jugador de fútbol no es popular? ¿Y si el profesor no es demasiado sexy, pero su hijo sí lo es? ¿Y si la chica invisible es muuuuy visible?

Os dejo pensando y me vuelvo a escribir, ¡gracias por leerme y esperad al nuevo capítulo de Tierra de clichés ;)



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