Día 17 [LionHeart]

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Tema: Birthday / Cumpleaños

Pareja: Lionel x Sonia (Lionheart)

5:00 AM.

Lionel despertó.

Aún con la mañana comenzando a esparcirse en el cielo, él sabía que este día sería uno de los más agotadores. Revisando su celular de repuesto nota como su agenda estaba llenísima de entrevistas, combates y una que otra visita de caridad. Suspiró, solo era su día a día con un extra de actividades.

— Si me quedó aquí nunca terminaré. — con un brinco salió de su cama, dispuesto a ducharse y dar lo mejor de sí. Después de todo, era Lionel, y no había quizá alguien más enérgico y motivado que él.

.................

11:00 PM

Bostezó al buscar las llaves de su departamento en Ciudad Artejo.

El día sí que lo dejó abatido. Primero, fue a una entrevista en vivo para hablar sobre las nuevas promesas que aparecían en el desafío de Gimnasios actual, comentando sobre sus equipos y dando consejos para que se vuelvan más fuertes. A esa le siguieron dos entrevistas más, corriendo entre las distintas casas televisoras y rogando por no perderse. Luego, retornó a la torre Batalla para seguir recibiendo retos de parte de los participantes. Después, ayudó a unos cuantos pobladores cuyos Pokémon se estaban peleando y a otros los ayudó con la fuerza de su equipo para mover carros que se quedaron atrapados en el lodo. Finalmente, fue a un orfanato a dar una breve exhibición y se quedó un tiempo de más, hablando con los niños y agradeciéndoles por los regalitos que le dieron, así como también enviarles todo lo que necesitaban para seguir en buenas condiciones.

Quería echarse en su habitación y dormir de largo.

Pero, cuando entró, solo recibió serpentinas en su cara y gente felicitándolo por un año más de vida.

Es verdad: hoy era su cumpleaños.

Muchas caras conocidas se acercan a él. Raihan, Hop, su mamá, sus abuelos... gente cercana, en su hogar, mientras otras serpentinas caen del techo al haber sido previamente lanzadas por los otros líderes de gimnasio que vinieron a celebrar a su lado. Lionel hace un esfuerzo por esconder su cansancio, agradecido por aquellos que se tomaron el tiempo de preparar esa pequeña sorpresa para él.

— Normalmente te ofendes si no recuerdan tu cumpleaños. Has debido estar ocupadísimo hoy para ni siquiera hablarnos, ¿no? — le dijo Raihan mientras le daba un abrazo.

— Ni te imaginas.

Lo siguiente que pasó fue que trajeron uno de los pasteles más grandes que había visto, cortesía de los Alcremie de Opal. Todos cantaron la clásica canción de cumpleaños para él, quien los observaba agradecido por ese gesto. Su deseo en ese momento fue continuar haciendo lo que más amaba, batallar, y seguir encontrándose con entrenadores aún más fuertes que él.

Momentos más tarde, cuando ya algunos comenzaban a retirarse, Lionel terminaba de tomar agua para mantenerse despierto. Se acercó a su madre, quien le dio un beso en la mejilla.

— ¿Sonia no está aquí? — preguntó repentinamente al buscarla entre los invitados.

— Ella lamenta eso, pero me dijo que vayas a verla en el laboratorio antes de acabar el día para entregarte no sé qué aparato que le encargaste. — le dijo la mujer, mientras se preparaba para irse con Hop nuevamente a Postwick — No la hagas esperar, ¿sí?

Lionel asintió.

Emprendió el vuelo, ya con todos los invitados fuera, a su última tarea del día: recoger su SmartRotom del laboratorio de Pueblo Par, que se había averiado luego de caerse desde una gran altura. Ya es pasado media noche cuando regresa a Charizard a su Pokéball, así que confía en las luces del poblado para encaminarse en dirección a su objetivo. Bosteza, sin muchos ánimos: este día sí que ha sido agotador.

Escucha unos ladridos aumentando su intensidad y es sorprendido por Yamper, que comienza a dar vueltas a su alrededor. El pelimorado se agacha y acaricia su cabeza, recibiendo lamidas de parte del tipo eléctrico. A continuación, dicho Pokémon se pone delante de él y comienza a guiarlo hacia el laboratorio, haciendo que Lionel sonría nostálgicamente al recordar cómo es que aquel pequeño siempre le ha ayudado en varias ocasiones.

— ¿Sonia? — ya al frente del laboratorio, Lionel da unos leves golpecitos a la puerta, dándose con la sorpresa de que esta está abierta — Qué extraño... Yamper, todo bajo control, ¿cierto? — el perrito asiente mientras entra al edificio, que estaba a oscuras — ¡Oye!

Al ex campeón no le queda de otra que hacer lo mismo. Se adentra en la oscuridad de la habitación, llamando tanto a Sonia como a Yamper, pero con resultados fallidos. Un escalofrío recorre su cuerpo al sentir la helada brisa de la noche pasar por la puerta, pensando que sería buena idea sacar a algún otro de sus Pokémon para ayudar. Eso intenta, por lo que saca la Pokéball de Charizard y se dispone a liberarlo.

— Chari-

— ¡Sorpresa!

Las luces se encienden de repente, cegándolo por unos instantes. Al abrir nuevamente sus ojos, se topa con Sonia, su amiga de la infancia, quien mueve su mano en señal de saludo mientras mantiene escondida la otra. El moreno da unos pasos hacia atrás, intentando no mostrar el susto que experimentó con la vocecilla de la profesora.

— Parece que te asusté. — al final, no pudo esconderlo bien — Ya estaba por irme a mi casa, ¿sabes? Es muy tarde.

— Lo siento... ¡pero tampoco debiste asustarme!

— Perdón, ¡no pude evitarlo! — cierra la puerta para que el frío deje de pasar — Justo he terminado con tu SmartRotom, ¡ten más cuidado la próxima vez!

— Gracias, Sonia... y, ¿dónde está?

— ¿Tan rápido te quieres ir?

— ¡No, no! Es solo que, tú sabes, ha sido un día agotador.

— Parece que ni en tu mismo cumpleaños puedes relajarte, ¿me equivoco?

— Para nada.

Los dos compartieron unas cuantas risas luego de aquellas palabras.

— Bien, antes de dártelo, te pido unos minutos más.

— Claro, Sonia, ¿Qué pasó?

La chica volvió a acercarse al interruptor de luz y lo apagó, dejándolo perplejo.

— ¿Soni..?

— Feliz cumpleaños, a ti...~

Prende una vela, revelando que en su otra mano se hallaba un cupcake, simulando a un pastel. Ella, volviendo a acercarse, comienza a cantar la cancioncilla de feliz cumpleaños ante un Lionel embobado con el postre e impresionado de la melódica voz de Sonia haciendo de ambiente en la oscura habitación. A comparación de la otra celebración, esta fue más pequeña y tranquila. Miró a Sonia, quien se sonrojó al sentir los ojos ambarinos del joven sobre ella, y le sonrió agradecido por tal gesto.

Cuando ella terminó, extendió sus manos con el cupcake hacia el rostro de Lionel.

— ... ¡Tienes que pedir un deseo!

El pelimorado pensó en qué pedir. No se le ocurría algo con exactitud, pues logró cumplir muchas de las cosas que ansiaba desde pequeño, ¿quizá más entrenadores fuertes a los qué enfrentarse? No estaría mal... si es que ya no lo hubiese pedido hace una hora.

— Apúrate, Lionel, mis brazos se van a cansar.

Volvió a ver a Sonia, iluminada solo por la luz naranja del fuego. Notó sus facciones con mayor exactitud, notando las ojeras por las trasnochadas investigando. Además, su cabello estaba despeinado y los lentes que llevaba puestos resaltaban por estar chuecos en su rostro. Ella se veía muy cansada y, aún así, se tomó el tiempo de arreglar su SmartRotom y hacer esa pequeña sorpresa para él...

Tocó inconscientemente la mejilla de ella, logrando otra vez que la joven se sorprendiera. Aún así, le dedicó la más bella de sus sonrisas, cautivándolo más al seguir notando como ella hacía lo imposible por no dejar notar el cansancio que presentaba en su ser.

Ya sabe qué pedir.

Dejó de acariciar la mejilla de la chica y sopló la velita que se apagó al instante.

— ¡Bravo! — aplaudió la joven después de entregarle el cupcake — ¿Qué deseaste?

— Un día de descanso para ti. — sonrió. — eres increíble por mantenerte activa incluso si te encuentras muy cansada.

La profesora Pokémon se sorprendió ante tal gesto inesperado. Levemente sonrojada, apartó la vista del chico y movió sus cabellos en señal de nerviosismo antes de volver a prender la luz.

— ¡Se supone que el deseo debe ser para ti! — dijo, con Lionel asintiendo avergonzado. — Debiste desear un día libre para ti.

— Lo sé, pero creo que tú también necesitas de uno. Has estado muy ocupada desde que eres oficialmente la profesora Pokémon de la región, por lo que pensé que...

— Tú también estás muy ocupado. — recordó ella mientras aceptaba la parte del cupcake que él partió — Pero gracias por pensar en mí, Lionel. No puedo evitar trabajar, ¡me encanta! Aunque reconozco que a veces me excedo. Aun así, quería darte este pequeño presente, espero te haya gustado.

— Fue de los mejores, ¡en serio! Ignorando la parte del susto, claro. — los ojos iluminados de la chica lo alegraron — Oye... ¿y si salimos un día para despejarnos de todo? Así ambos podremos descansar y reponer energías para el día siguiente, ¿qué te parece?

— ¡Eso sería genial! — Antes de que Sonia continuase, un bostezo repentino por parte del moreno los sorprendió. Ella rio, terminando de comer su postre ante el sonrojado Lionel. — ¿Ves que tú también necesitas un descanso? Iré por tu SmartRotom, lo dejé en el piso de arriba, de paso podemos ver lugares a los que ir, así que ¡espérame!

Al irse ella, el ex campeón terminó el pedazo de cupcake que tenía en sus manos. Se sentó en el sofá aledaño a él, aún contento con la idea de pasear con su amiga y cansado al punto de sentir sus ojos más pesados. No podía dormirse aún, pues ansiaba quedarse un momento más al lado de Sonia y elegir lo que harían en su día libre. Miró a las escaleras, esperando verla, pero nuevamente el cansancio parecía ganarle y terminó echándose en todo el mueble. Antes de caer dormido, pensó en lo feliz que se sentía por la sorpresa de la pelinaranja, deseando más días así entre el trajín de su trabajo.

Incluso si solo fueran unos minutos como hoy, él estaría contento si Sonia está presente.

— Aquí lo tienes, Li... Vaya. — ella lo vio con ternura, comprendiendo el día agotador que debió haber tenido a pesar de ser su cumpleaños. Da un leve suspiro y recoge una manta que tenía cerca, para casos donde se amanecía con sus investigaciones, cubriendo a su amigo con ella. — Hubieras esperado hasta que eligiéramos el lugar, o hasta llegar a casa. — susurra, fingiendo enojo. — Ahora tendré que quedarme aquí contigo.

La pelinaranja mueve otro sofá que se encontraba en la habitación y la junta a la del pelimorado. Se recuesta y, extendiendo la manta, se acurruca al lado de Lionel, dándole un fugaz beso en la mejilla.

— Feliz cumpleaños, Lionel. — concluye ella, sonriendo ante la leve sonrisa que se formó en los labios del ex campeón.


No saben la nula imaginación que tuve hasta ayer para hacer este día xD encima con la universidad, todo fue un lío. Por suerte, ya está, justo ahora tenía tiempito libre así que iré publicando los días que me faltan.

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