Cuando entraron al grandioso lugar, Jimin miró a su alrededor e investigó con sus pequeños ojos cada parte del bar. En el cielo no existían lugares de ese tipo, sólo había escuchado de algunos ángeles que habían experimentado venir cuando estuvieron en la tierra, así que para él,  un bar era simplemente un mito. Pero en ese momento, al verlo con sus propios ojos, no pudo evitar esconder la brillante sonrisa que se le armó. Todo era igual a como lo había imaginado, o incluso mejor aún. 

Yoongi le observó con impaciencia al ver que el joven era tan lento moviéndose, y rápidamente se le acercó para darle un empujón. Jimin le miró furioso.

—¡Oye!

—Camina, no me hagas pasar vergüenza.

—¿Pasar vergüenza? —repitió—. ¿Debo repetir que no pueden verme, hyung? ¿Cómo debo haber para que lo comprendas?

—Sólo haz silencio, pensarán que estoy loco.

Jimin se despeinó su cabello rosa con frustración y siguió a su humano hasta una mesa de dos personas, el amigo de Yoongi, Seokjin, la había elegido. No lo culpó, si después de todo, él no sabía de su existencia. Así que se paró a un costadito de ellos, sin emitir sonido alguno, sólo escuchando su conversación, haciendo contacto visual con su humano que cada tanto parecía tener ganas de reírse.

—¿Estás bien, Yoongi? —preguntó luego de unos minutos de tomar tragos en silencio.

—¿Qué? Sí, claro —respondió rápidamente—, estoy bien.

—¿Entonces qué es lo que parece causarte gracia? ¿O el alcohol ya está haciendo su efecto?

—No es nada —trató de buscar alguna excusa que pudiese salvarlo—, sólo me acordé de algo.

—Oh, ¿de qué?

Min mordió sus labios con exasperación. ¿Cuánto más quería indagar en el tema?

—Nada, ya no lo recuerdo.

—¿Tienes memoria a corto plazo? —se rió, llenando su vaso con Soju y luego tomándolo rápidamente—. Oye, ya que estamos aquí...

—¿Sí?

—Quería hablar de algo contigo.

—Habla entonces, hyung.

—Sólo quería saber cómo estaba yéndote en la vida, últimamente ya casi no hablamos o porque los dos estamos ocupados, o yo regreso a casa tarde y no tenemos ánimos de dirigirnos la palabra más que para preguntar si queremos pedir delivery. Así que, no lo sé... La verdad es que el que hayas limpiado tu habitación fue una excusa para hablar contigo. Para saber de ti, siendo específico.

—Ah, bueno... Supongo que está yéndome bien... —Se rascó su oreja, por la incomodidad que le daba lo que pudiese llegar a preguntar Seokjin teniendo al niño justo a su lado.

—¿Qué tal vas con tus canciones? ¿Alguien las está comprando?

—Ciertamente, no. Aunque no me importa —mintió—, mis canciones no son tan buenas después de todo.

—¿Qué estás diciendo? No me has permitido ver ninguna pero no tengo duda de que han de ser increíbles. Siempre me pareciste una persona con pensamientos muy profundos, no dudo que has de estar plasmándolos en tus canciones.

—Ése es el problema —replicó—, la gente de hoy en día prefiere hacer oídos sordos a los problemas que tienen cotidianamente, y de éso es lo que yo hablo en mis canciones. Pero los productores deducen que mis letras pueden no gustarle a nadie, justamente porque son cosas que la gente no quiere escuchar, por ende no la comprarían, entonces no se hace dinero y prefieren hacer canciones vacías de sentimientos antes de comprarme alguna letra a mí.

—Qué injusticia.

—Lo sé, pero no es como si pudiese hacer algo al respecto —bufó, tomando el líquido de su vaso en un trago—. Así es la vida, ¿cierto?

Jimin se había mantenido escuchando atentamente, pensando si quizá ése era el motivo por el que Yoongi había pedido ayuda. Dedujo que tal vez, le asustaba confesarle que sus canciones fracasaban en la industria de la música, y por eso es que había preferido mantenerlo en secreto. ¿Pero para qué rezaría, si cuando la ayuda está justo delante de él, la rechaza?

Los ojos del rubio se posaron en los de Jimin, viendo que éste parecía estar pensando en algo, lo que Yoongi prefirió ignorar y cambiar de tema.

—¿Y tú? —preguntó rápidamente—. ¿Qué tal van tus castings?

—¿Mis castings...? —dudó un segundo, bajando su cabeza—. Nada muy interesante... 

—¿No te han llamado?

—No —se frustró—, en cualquier momento me pondré a rezar para ver si hay algún cambio —se burló, sonriendo tristemente.

Jimin subió sus cejas rápidamente al escuchar aquel comentario y miró a Seokjin.

—¡Hazlo! ¡Reza! —exclamó, por más de que el muchacho no pudiese oírlo—. ¡Quizá Taehyungie sea tu espíritu protector! ¡Así él podrá bajar a la tierra conmigo!

—¿Qué estás diciendo? —frunció su ceño Yoongi, mordiéndose la lengua al recordar que Seokjin no podía oír a Jimin.

—Suena ridículo, ¿cierto? —contestó a su pregunta, creyendo que le hablaba a él—. Lo decía en broma, pero algún día seguro lo intente, cuando esté lleno de frustración. Nada puede confirmar que no exista algo allí arriba, ¿cierto?

—¡Sí existe, el jefe te enviará un espíritu protector y resolverás tus problemas! ¡Tienes que rezar, Seokjin!

Yoongi golpeó la mesa donde casualmente la mano de Jimin se encontraba, haciendo que éste la quitase y soltase un quejido de dolor.

—Mierda, no pensé que golpearía tan fuerte —murmuró.

—No, está bien, pídele disculpas a la pobre mesa —se rió Seokjin.

—Lo siento —se refirió a Jimin, mirándolo. Éste había fruncido su nariz y lo miraba con odio—. Iré al baño.

—Te espero aquí.

Yoongi observó fijamente a Jimin tratando de decirle con aquella mirada que viniese con él. Éste lo hizo, como un cachorrito asustado, y siguió sus pasos hasta uno de los baños. Min cerró la puerta del cubículo al meterse en éste, y la distancia que repentinamente tuvieron los dos no fue motivo para que el rubio se inhibiese. 

—¡Tienes que dejar de actuar así! —susurró en un grito. El pelirrosa sólo le miró de manera desafiante.

—Y tú tienes que lograr que Seokjin rece, convéncelo, haz algo. 

—¿Por qué debería hacerlo...?

—¡Por favor! Necesito saber si Taehyung es su espíritu protector. Quiero que él esté aquí conmigo, hyung.

—¿Quién rayos es Taehyung?

—¡Ya te hablé de él! Es mi mejor amigo en el cielo, los dos soñábamos con venir aquí pero sólo yo bajé a la tierra. Prometimos que la visitaríamos juntos, así que necesito que él esté aquí conmigo. 

—¿Y qué te hace pensar que puede llegar a ser el espíritu protector de Seokjin?

—No es seguro que lo sea, pero quiero corroborarlo. Quizá lo sea, y si lo es, seré la persona más feliz en esta tierra —sonrió ampliamente—, y Taehyungie también lo será.

—¿El tal Taehyung es tan insoportable como tú? Porque si es así, prefiero que no baje.

Los ojos de Jimin se oscurecieron ante aquel comentario, armándose de enojo y pisando el pie del contrario con muchísima fuerza. Yoongi soltó un grito ahogado, y rápidamente se tomó su pie, observando al pelirrosa como si estuviese loco.

—¡No te atrevas a hablar mal de Taehyungie frente a mí, ni mucho menos desees que él no baje a la tierra! Es nuestro deseo, siempre quisimos estar aquí, los dos. Respétalo.

—Y-Ya, no fue para tanto —tartamudeó por el dolor que le había causado—. Te ayudaré a que Seokjin rece, ¿de acuerdo? 

—¡Sí! ¡Gracias, hyung!

—Como sea, regresemos —le miró mal, abriendo la puerta del cubículo, e ignorando a los que le miraban de manera confundida al haberlo escuchado hablar solo. ¿Entonces Jimin necesitaba que Seokjin rezara...? ¿Cómo podía conseguir que lo hiciese?

No estaba del todo seguro, pero al parecer, el sujeto llamado Taehyungie era alguien importante para el pelirrosa, y no sabe por qué motivo, quería que estuviese con él.

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Perdón por desaparecerme Dx Estoy preparando una historia yoonmin nueva, va a ser la primera vez que la escriba completa antes de publicarla, así que estoy bastante metida con esa historia. Realmente estoy muy contenta con cómo me está quedando, así que espero que ustedes la disfruten también♥

Volviendo al asunto de ''Como todas las noches'', hay muchas cosas lindas y tiernas que están por venir, así que prepárense!!

¿Creen que el espíritu protector de Seokjin sea Taehyung? ¡Las estoy leyendo!

Gracias por leerme, nos vemos en el próximo capítulo (que espero no tardar tanto en escribir)♥

Un besito enorme, mua mua.

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