25

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Para cuando se había hecho el mediodía, Yoongi y Jimin se despidieron de Namjoon y le pidieron que le deseara suerte a Seokjin de su parte. Les hubiese encantado quedarse, pero no esperaban que aquel rodaje durara tanto, llegado al punto en el que Yoongi ya tenía que ingresar a trabajar en la cafetería, aún más porque aquel lugar los sábados por la tarde era muy concurrido.

Cuando llegaron a esta, Jimin se sorprendió de no ver a Taehyung. Vio que Yoongi también se sorprendió del hecho de que Hoseok no estuviese trabajando, y no tardó en preguntarle a uno de sus compañeros.

—¿Jung no ha venido hoy?

—Se pidió el día libre —contestó él, excesivamente concentrado en realizar cinco órdenes de café diferentes—. Necesitamos manos, Yoongi, así que si puedes ponerte a trabajar urgente...

—Voy, voy —se apuró, yendo a cambiarse. Jimin miró a su alrededor y efectivamente se sorprendió de ver la cafetería tan llena de gente. Se imaginó que los sábados tenía una gran cantidad de personas, pero no pensó que eran tantas. Su humano rápidamente regresó y se puso a trabajar, Jimin, ya acostumbrado a verlo trabajar con los cafés, decidió no molestarlo, puesto que con tanta gente, Yoongi no tardó en estresarse. 

Ni siquiera podía detenerse a contar cuántos cafés había hecho porque en un instante ya tenía que hacer otros tres más, y así estuvo por unas eternas dos horas de trabajar sin parar. Al verlo tan cansado, quiso acercarse a él y darle ánimos, pero cuando escuchó una voz conocida tuvo que detenerse.

—Seulgi —sonrió él, pareciendo cambiar toda su energía negativa que tenía antes, limpiándola por completo y ahora sólo observando a esa chica de pelo oscuro que sonreía de costado.

—Cafetero... —contestó ella—. ¿Acaso tendrá lugar para otro café más? Muero de ganas de un café —preguntó. Yoongi la miró, asintiendo rápidamente.

—Serán dos. Yo muero por un descanso.

Seulgi se rió. —Sí, se te nota agotado. ¿Pero puedes detenerte?

—Vernon —llamó Yoongi—. ¿Podrías cubrirme unos minutos? Necesito sentarme al menos un poco.

El otro sonrió, asintiendo con la cabeza. —Va, ¡pero no tanto, por favor! Yo igual necesito descansar.

Y así, repentinamente Yoongi y Seulgi estuvieron sentados en una mesa de la cafetería. Jimin los miraba de lejos, sin saber si acercarse o no, pero cuando Yoongi lo buscó con la mirada y le hizo señales de que se acercase, lo hizo tímidamente.

—¿Dónde estabas, algodón? Creí que te habías marchado —le preguntó. Jimin miró el suelo, avergonzado.

—Lo siento, hyung... Es que estabas tan ocupado que no quise molestarte —respondió, mirando a Seulgi y dándose cuenta de que faltaba su espíritu—. ¿Y Jungkook...?

—¡Maldita sea, humana horrenda! —entró gritando un pelirrojo a la cafetería, por suerte, sólo siendo oído por cuatro de los presentes—. ¡Te he dicho mil veces que dejes de hacer eso!

Yoongi observó la escena curioso, mirando a Seulgi. —¿Qué le hiciste ahora?

—Cuando no se da cuenta, me bajo una parada antes en el subterráneo y le dejo solo allí. De cierta forma, siempre termina descubriendo dónde estoy, ¡pero vuelve hecho una furia, míralo! Es muy gracioso.

—¡¿Y a ti te da gracia?! —se quejó su espíritu, mirándola con odio—. No mereces que sea tu espíritu. Mala humana.

—Pero si a ti también te divierte, Jungkook —suspiró—. Además, gracias a eso has podido ubicarte en la ciudad, e incluso si te pierdes, sabrás cómo volver. En realidad te hice un favor —le sonrió. Jungkook le sacó la lengua, aún furioso. Jimin y Yoongi observaron la escena con diversión.

—Tú abandonas a tu espíritu a propósito y mi espíritu se pierde a propósito —se rió Yoongi—. Me ha causado más de un dolor de cabeza porque no sé dónde está. 

Jimin sonrió. —¡Estás exagerando! Además, las veces que me perdí fueron por una buena causa. 

—¿Ah sí, algodón? —le preguntó burlonamente—. Y aquella vez que...

—¡Cállate, no lo digas! —lo detuvo, Yoongi lo miró riéndose y haciéndole una caricia en el cabello. 

—Permítanme volver un diálogo atrás —interrumpió Jungkook—. ¿Algodón? ¿Así le dices por su color de cabello?

—Sí, creí que era lindo...

—¡Lo es! Yo también quiero uno, Seulgi. ¡Ponme uno! —Seulgi lo miró, luego miró su cabello y una sonrisa malvada se formó en su rostro. Jungkook abrió sus ojos alertado, tapándose los oídos—. ¡Mejor no quiero!

—Qué aguafiestas... Mi apodo no era tan terrible... Además, es casi igual de insoportable que tú.

—No querías ponerme lo que yo creo que querías ponerme, ¿no?

—¿Qué? No creo que sea tan malo llamarte menstr-...

—¡Cállate! ¡No quiero saberlo! ¡De verdad no quiero saberlo!

Seulgi estalló en carcajadas, viendo cómo Yoongi se la quedaba mirando con una sonrisa.

—¿Tú siempre tienes la costumbre de quedarte mirando a la gente así?

Yoongi pareció sonrojarse repentinamente, mirando hacia otro lado. —Debo volver a trabajar, ¿qué te parece si hablamos luego, Seulgi?

—De acuerdo, te escribiré. Que termines bien tu día de trabajo —lo saludó, encaminándose a la puerta.

—¡Cambiaste de tema! —lo burló Jimin, viendo cómo su humano también se levantaba del asiento y regresaba a la caja.

—Cállate, algodón —respondió avergonzado. 

Así el día llegó a su fin, y rápidamente estuvieron en el departamento nuevamente, cuando regresaron y hasta cenaron sin que Seokjin y Namjoon aparezcan comenzaron a preguntarse.

—¿Es normal que tarde tanto?

—No lo sé, hace mucho que no tiene algo así... Ya no recuerdo cómo son estas cosas... Supongo que debe ser normal... ¿O quizá debería llamarlo?

—De cualquier forma, está con Namjoon. No puede pasarle nada malo... —Jimin se detuvo un segundo, mirando a la pared en silencio y dándose cuenta de algo—. Espera... Está con Namjoon, ¿cierto? 

—¿A qué te refieres? ¿Qué es esa pregunta? Por supuesto que está con él, ¿no?

—Yo... Sólo... Nada, debo estar haciéndome una idea equivocada. Ya regresarán. Los dos.

—¿Por qué dices "los dos"? Claro que regresarán los dos juntos, Jimin... —Yoongi ya estaba preocupado, aunque trataba de esconderlo. Jimin por su parte, cuanto más tarde se hacía, más se aceleraba su corazón. Realmente deseaba que Namjoon estuviese con Seokjin todavía, pero a este punto, ya ni siquiera estaba seguro de que fuese así.

Se hizo la medianoche y los dos en el salón ya no decían una sola palabra, sólo miraban la puerta de entrada como zombies con los nervios invadiéndoles el cuerpo y un gran nudo en la garganta. No fue hasta que dieron las doce y media de la noche, que la puerta de entrada finalmente se abrió y por ésta, la luz del comedor iluminó a un triste Seokjin.

↔↔↔

Hasta acá el capítulo de hoy! PERDÓN SOY LO PEOR YA LO SÉ NO ME MATEN AJKDFA:( bueno nos veremos en el próximo capítulo, los quiero como siempre <333

lean riomaggiore o hay tabla T_T

↔↔↔

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro