Golden ya se sentía mucho mejor, se había sanado y quiere creer que el beso en la frente que le dio el castaño hizo efecto en el y lo curo.

Ahora mismo irán al mall.

Pero hay un solo problema...
Para los demás, Golden sigue siendo un chico famoso y más conocido como The Golden Boy, la figura más conocida del país.

Y si lo reconocían lo llevarían de nuevo a su casa, con su abuelo y toda la pesadilla vendría de nuevo.

—¿Por qué usas lentes de sol?—pregunta curioso el castaño

—Hace calor...—miente por obvias razones. Si sale así obviamente lo reconocerían como The Golden Boy, el chico perdido.

—No ha salido ni el sol.

—No me gusta que me vean...

Freddy sabía que Golden no quería responder, y no quería incomodarlo ni hacerlo sentir mal, así que se calló.

—Solo vamos a salir a comprar cosas para la casa un rato...no es para tanto y además no creo que haya mucha gente.

—Está bien...

Cuando salen de su departamento se encuentran con una chica pelirroja y algo gordita quien se les acerca con una evidente sonrisa.

—Ustedes...¿son pareja?—Pregunta la chica con cierta emoción

Golden mira a Freddy temeroso por la respuesta.

—No...sólo somos compañeros de piso—responde Freddy.

—...

—¿Qué?

—Me acabas de dejar en la compañerosdepisozone

El castaño ríe y la chica que les pregunto había desaparecido mágicamente.

...

Ya en el mall, los chicos deciden separase y comprar lo que les gusta.

El rubio solo quería comprar un pastel para Freddy, nunca dejaba de pensar en el.

Así que primero fue a la pastelería más cercana a comprar un pastel de chocolate.

Hacer fila era aburrido, no sabía dónde mirar, ya que las chicas del lugar parecían reconocerlo.

Hasta que una de las chicas empuja a Golden sin querer haciendo caer los lentes de sol que tenía puesto para ocultar su identidad.

La misma chica que empujó a Golden levanta los lentes y se los entrega. Sus ojos se cruzan con los ojos grises del rubio y se da cuenta al instante quien es realmente.

—¿T-The Golden Boy? ¡Es The Golden Boy!

Todas las chicas de el lugar se levantaron de sus asientos para acercarse al rubio quien estaba asustado por las miradas inquietas que todas sus fans les daban.

—¡N-no! Me confunden...yo no soy el...—el rubio intenta excusarse pero es imposible, las chicas lo conocen perfectamente. Hasta se podría decir que están lo suficientemente obsesionadas con el para reconocerlo a la perfección.

Golden no puede más y se va corriendo del lugar, algunas de sus fans lo persiguen pero el logra perderse entre la gente.

—¿Golden?—una voz detrás de el lo llama

—¡Qué no soy el!—responde y se voltea.

Ups.

Es Freddy.

—¿No eres tú?—el castaño está más confundido que tú en un examen de matemáticas.

—¡Osito!—ese apodo hace sonrojar al menor—Lo siento, creí que eras otra persona.

—¿Quién sería?

El rubio se queda callado unos segundos, no sabe qué responder, estaría empezando a mentirle a su osito y no quería eso.

—Una vendedora, era muy desagradable.

—Oh,—suspira el castaño y mira al rubio sonriente, creyó su mentira, ¿por qué tendría que desconfiar de el?—bueno... ¿Nos vamos?

—Si, por favor.

Y así termina su día.
Fueron al mall a comprar cosas y no compraron nada.