El castaño jugaba con sus cabellos aburrido de esperar a su compañero de piso.

Golden se ofreció a comprar comida hace media hora y no vuelve.

"¿En dónde estás?" Se preguntaba el castaño de ojos azules aún jugando con sus cabellos despeinados.

Pensó que tal vez necesitaba una ducha para relajarse.

Pero descartó la idea rápidamente al ver como el rubio entraba a la habitación con la comida en sus manos.

—¿Demoré?—pregunta el de ojos grises algo preocupado al ver el rostro aburrido de Freddy.

—Mucho—contesta junto a un bostezo.

—Lo siento...—se disculpa Golden y saca un objeto que estaba en una bolsa a parte de la comida—Vi esto y quería verlo en ti...

Eran unas orejitas de oso que rápidamente Golden le había puesto en su cabeza.

Freddy sin entender que pasaba, lo miró tierno e hizo una sonrisa demasiado tierna que provocó un fuerte y notorio sonrojo de Golden.

Su cara ardía y un hilo de color carmesí salía de la nariz del rubio.

—¿G-Golden?

—¿S-si?

—Tu nariz...

El ojigris se sobresalta y se limpia la nariz rápidamente.

—¡Te ves demasiado lindo! ¡Lo admiro!

El castaño se sonroja y ríe un poco.

—Golden—dice entre risas—pareces un tomate.