Capítulo 57

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Mi mirada está en el vaso de cocoa frente a mí. Jimin está sentado del otro lado de la pequeña mesa, observando al exterior por la ventana de cristal desde hace un rato, con su capuchino humeando, todavía sin ser probado. Estamos en una cafetería, pequeña y tranquila, un par de calles más abajo de la Academia. El local posee una barra, donde hay un cliente esperando un pedido para llevar, pero por lo demás está vacío a excepción del dependiente. Las mesas son de madera pulimentada, al igual que las sillas, cada una relativamente alejada de la otra para dar cierta privacidad a los clientes cuando hay más aglomeración. Sobre cada mesa descansan pequeños búcaros negros con diversas formas, con margaritas blancas y encajes de reina. La suave melodía de un piano se extiende por el local, complementando ese ambiente tranquilo y relajado que siento que necesitamos.

Cuando nos encontramos frente a la escuela tuve que tragarme mi grito de sorpresa. Quedé desconcertado, no pensé que estaría dispuesto a conversar conmigo tan pronto; tampoco sabía si yo me encontraba del todo listo. Él llevaba un pantalón de vestir color negro y una camisa blanca acompañada de un saco azul cerúleo; su cabello estaba algo desordenado pero igualmente hermoso. Estaba muy bien arreglado; sin embargo, la línea de su cuerpo y la forma de su cara me permitió ver que había perdido peso, las ojeras se notaban incluso por debajo de la fina capa de base que traía y sus facciones estaban tensas y agotadas. Y su rostro, ¡oh, Dios! ¿Cómo puede verse como si estuviese cargando con todos los arrepentimientos y pecados del universo sobre sí?

—¿Podrías acompañarme? Hay algo que... necesito decirte.

Que me preguntara eso en un hilo de voz, casi a punto de romperse, me hizo solo asentir en silencio y seguirlo todo el camino. Él iba con la mirada gacha todo el tiempo, arrastrando los pies y sin dirigirme la palabra o cruzar nuestras miradas. Es doloroso verlo así.

Y aquí estamos ahora, sentados frente a frente, con los ruidos urbanos como banda sonora que acompaña a nuestro prolongado silencio, solo roto minutos atrás para pedir nuestras órdenes. No he hecho más que esperar por sus palabras, cualesquiera que sean. No creo que sea a mí a quien corresponda terminar este silencio.

El sonido de la campanilla de la puerta cuando el hombre que estaba en la barra salió con sus cafés pareció sacarlo de su ensimismamiento.

—Jungkook, yo... —Tragué en seco—. Lo lamento mucho. Ni siquiera imaginas... cuánto lo siento. Espero que algún día puedas perdonarme. —Se inclinó tan profundamente que su cabeza casi chocó con la mesa.

Esto no era precisamente lo que esperaba. Cual si de una bomba de tiempo se tratase, exploté. Ni siquiera yo mismo comprendo por qué, de todas las posibles, esta es mi reacción.

—¿Eso es todo lo que tienes para decirme? —pregunté con ironía.

—Escucha, yo...

—¿Podrías al menos mirarme a los ojos? —espeté enojado, su mirada fija en el café hizo la ira hervir en mi interior por algún motivo que ahora mismo no me siento capaz de explicar—. ¿Por qué te disculpas? —Sigo escuchándome más molesto de lo que me gustaría.

—Por todo.

—¿Puedes decirme qué es "todo"? ¿Todo lo que me hiciste o todo lo que me ocultas?

—Yo...

—¿Tú, qué? ¿Crees que una disculpa soluciona todo? ¿Si rompes un plato y le pides perdón, eso hace que vuelva a quedar como antes? ¡¿Qué pasa contigo?!

Me siento demasiado indignado, más de lo que pensé que llegaría a estarlo. Creo que en algún punto hasta dudé poder enfadarme con él cuando lo viera otra vez, pero tenerlo frente a mí, solo pidiendo perdón en lugar de intentar siquiera aclarar lo sucedido, sin hacerme sentir que este encuentro podría valer la pena, es tan increíblemente molesto que me deja claro que sí puedo volver a llenarme de enojo.

—Estás mejor lejos de mí, te hago daño.

—¿Y se supone que esto cuenta como explicación? ¡Claro que me haces daño! ¿Cómo crees que me sentí después de que me trataras como la mierda después de hacer el amor conmigo? Pero, espera, fue solo sexo, ¿no? —Era mi lengua la que escupía veneno hoy.

—Supongo que me merezco esas palabras.

—Esas y muchas más que toda la sangre que se me ha subido a la cabeza no me deja pensar ahora. —No puedo echarme atrás, tengo que aprovechar esta ola inexplicable de valor traída por el rencor—. Jimin, ¿para qué me llamaste aquí? ¿Para disculparte solamente?

—Merecías una disculpa.

—No es que no quiera tus disculpas, porque obviamente me las debes, pero merezco más que eso. Merezco una explicación. Pensé que era lo que me darías, por eso vine.

Otra vez silencio. Esto es desesperante. Ya no voy a quedarme callado, esta podría ser mi única oportunidad de hablar con él. Quiero irme a Estados Unidos con las cosas claras entre nosotros. Si no quiere hablar, pues todo es cuestión insistir hasta que lo haga. Y sé bien por donde comenzar para lograr mi objetivo.

—Escuché tu conversación con Hobi-hyung. —Lo tomé por sorpresa, el desconcierto en su mirada es evidente.

—¿Qué?

—Quiero pensar que a él, siendo tu mejor amigo, no le mentirías, pero en todo este tiempo he logrado corroborar que eres un gran actor. Ya no sé qué pensar. No sé qué sientes por mí. No puedo discernir cuando mientes. No tengo idea de qué te sucede o por qué te comportas como lo haces.

Mi voz ha comenzado a bajar su volumen y he controlado la furia creciente, pero en ella no se percibe el sufrimiento ni la soledad. Mi tono está dominado por el temple inamovible y el resentimiento ecuánime de alguien que no se doblegará hasta lograr su objetivo. Sí, no voy a detenerme hasta decirle todo lo que tengo dentro desde que las dudas comenzaron a arremolinarse en mi interior.

—No puedo continuar así, Jimin, viviendo de teorías, expectativas y esperanzas. ¿Sabes lo que es tener que vivir todo el tiempo intentando descifrarte? Cada una de tus palabras y acciones no hace más que llenarme de dudas interminablemente y cada vez que trato de llegar a una respuesta por mí mismo acabo más lastimado. —Di un sorbo a mi cocoa—. Pero, ¿sabes qué? La solución era sencilla. Demasiado. Solo tenía que, tal y como ahora, intentar obtener las respuestas de ti.

»Aunque si hacerte hablar fuera tan sencillo, no habríamos llegado a esto en primer lugar. Todo esto me lastima, Jimin. Amarte se volvió demasiado doloroso y no quiero seguir así, no lo merezco. ¿Qué hice para tener que soportar todo esto?

»Cada día que pasa me siento más imbécil. ¿Sabes por qué? Porque a pesar de todo, por más que me lo proponga, no puedo odiarte. —Sonreí con demasiada amargura, el peso de la realidad de mis propias palabras es, como siempre, enorme.

—Perdóname, por favor. Discúlpame.

Verlo como un cervatillo perdido adelante de mí, sin saber qué hacer o decir, de algún modo hace que mi corazón se estremezca de dolor. A veces me odio a mí mismo por no poder dejar de amarlo. Pero debo mantenerme fuerte.

—No puedo. No puedo perdonarte. —Me miró con tanta desesperación que parecía que su mundo se derrumbaba. Pero el mío ya se derrumbó, por su culpa—. Tengo derecho a saber por qué arruinaste mi vida. Necesito poder comprender qué sucedió para poder seguir adelante.

Ha llegado el momento de salir de este cinturón de calma en el que se ha quedado estancado y sin viento el barco velero de nuestra relación. No puedo continuar a la deriva, tengo que retomar el timón en mi vida y conducirla hacia el futuro, con felicidad o sin ella. Con Jimin o sin él.

Es hora de obtener respuestas y solventar la mayor duda que me envuelve: la identidad de Yoongi.

¡Holiwis! Antes que nada, ¿listos para el remix de Butter? Por aquí les dejo las metas globales de la canción, aunque seguramente ya las saben 😎. ¡ARMY, stream!

Bueno, esto es todo por hoy. Mañana estaré algo ocupada así que no puedo asegurar que actualice, pero haré lo posible por no fallar, y más con cómo se acabó esto aquí. Así que, hasta que se demuestre lo contrario, el maratón continúa (7/?). 💜

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro