Capítulo 56

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Todavía me encontraba intentando asimilar la primera oración que dijo el profesor, a pesar de que ya se encontraba explicándome las ventajas que podría traer para mí aceptar esa beca.

Sé que hay limitaciones que tengo como pasante, tanto laborales como curriculares. Obviamente, no podría llegar a tener las mismas oportunidades que alguien que ha estado gran parte de su vida formándose en esta academia y de quien un sinnúmero de profesores pueden dar referencias sobre sus desempeños. La única manera de igualar mis oportunidades es ser excepcional. Puede que me digan reiteradamente que soy talentoso, pero de seguro se refieren a que tengo potencial respecto a otros novatos, no podría compararme con alguien que posea una formación extendida en estas instituciones.

Estados Unidos eliminaría todas las dudas y trabas que mi falta de experiencia pondría a mi currículum. En lugar de recibir solo una base aquí, para después estudiar por mí mismo y entrar para ponerme al día el próximo curso, estaría recibiendo un intensivo durante casi cinco meses bajo una tutela estricta y profesional; además de que, si me desempeño de manera lo suficientemente satisfactoria, conseguiría una carta de recomendación que sentaría las bases para mi carrera universitaria. Además, sería libre de costo; solo necesitaría el autorizo de mis padres.

—Espero comprenda que se le está ofreciendo una oportunidad única y casi sin precedentes.

—Sí, señor. Y agradezco enormemente este gran ofrecimiento.

—No hay nada que agradecer. Puede que le estemos abriendo una puerta, pero solo es porque su toque fue lo suficientemente estremecedor como para ameritar que nos pusiéramos de pie. Supongo que aceptará, ¿verdad?

—Créame que no tengo intención de desaprovechar la oportunidad, pero necesito hablar con mis padres sobre este asunto.

—Por supuesto. No le pedimos que responda ahora mismo. El inicio de su mini curso de becado sería el quince de octubre. De ir, tendría que salir de aquí el día trece para instalarse y poner al día lo que necesitará allá.

—Ya entiendo —dije, algo taciturno, con la fecha trece de octubre dando vueltas en mi cabeza. El cumpleaños de Jimin.

—Sin embargo, hay cosas que nosotros debemos preparar con antelación para su aceptación allá. Tiene tres días para hablar con sus familiares y darnos respuesta. Si no acepta, simplemente comenzará la pasantía el lunes en nuestra universidad.

Después de recibir los números telefónicos para contactar a los profesores y terminar lo que quedaba pendiente con el jurado, hice una reverencia respetuosa y me dispuse a salir del teatro. Solo había avanzado algunas filas de asientos cuando una silueta de colocó delante de mí.

—¡Vaya, Kook! Sí que diste una presentación increíble. Me erizaste la piel. ¡Muchas y merecidas felicitaciones, te mereces eso y más! —La hermosa sonrisa de Hobi-hyung me recibió con calidez.

—Hyung... Gracias —sonreí temblorosamente y lo abracé.

Mis movimientos de descoordinaron y me deshice en sollozos y lágrimas silenciosas, protegido por la oscuridad del auditorio. Creo que necesitaba unos brazos que me contuviera más de lo que pensaba.

Nos separamos y nuestras miradas conectaron por un segundo. Lo observé con la ansiedad destellando en mis írides, muriendo por preguntarle si había conseguido traerlo, sin encontrar las palabras para hacerlo. Recorrí con la vista el oscuro salón nerviosamente, tratando de encontrar por mí mismo la silueta de Jimin, esperando verla aún en el lugar, sin pensar demasiado en qué haría después de estar frente a frente.

—Él no está aquí... —Nuestros ojos volvieron a conectarse rápidamente. La decepción me invadió—. Al menos, ya no. —Y eso bastó para que la esperanza volviera a arder en mi interior.

—¿Quieres decir que...?

—Sí. Te escuchó. De inicio a fin.

—¿Crees que... le llegaría mi mensaje? ¿Entendería mis sentimientos?

—Eso es algo que no podría contestarte yo con certeza. Pero no fue indiferente, al menos así lo vi yo.

—Solo saber que estuvo aquí es suficiente para mí. Gracias, hyung.

—No me agradezcas, hacer cosas por los amigos es algo totalmente normal. Además, me ayudaste mucho cuando Jimin estuvo pasando por un momento difícil con su salud; te lo debía.

Conversamos un par de minutos camino a la salida del teatro y por el pasillo. Me habló un poco de lo acontecido en su viaje a Japón, así como de las evaluaciones pendientes a preparar para sus estudiantes. Nos despedimos y me dirigí a la salida con sentimientos encontrados.

«Me escuchó».

Podría decir que cumplí mi cometido, pero, con esta última noticia, siento que falta algo. Quiero ir a Estados Unidos, aprender, aprovechar cada puerta que se está abriendo delante de mí; pero siento que no es correcto irme sin haber aclarado todo con Jimin. Por mí parte, haber transmitido todo lo que quería me hace sentir tan tranquilo que me veo incluso capaz de hablar con él. Desde un inicio, no hubo odio, solo un resentimiento agudo que no pudo pasar a nada más. Mis recuerdos a su lado y todo lo que vivimos juntos impidieron que sucediera. Si fueron o no una mentira, es algo que solo él me puede aclarar; sin embargo, aunque todo fuese una falacia, en su momento me trajo más felicidad de la que jamás había creído merecer.

Todo depende de Jimin ahora. De todos modos, no tengo manera de comunicarme con él. Pero tampoco voy a quedarme de brazos cruzados, paralizado, esperando por algo que podría convertirse tanto en un futuro certero como en una quimera. Sin su amor, sin el nosotros que pensé podríamos forjar, me siento vacío. Pero debo vivir con ello, tal y como decidí. Si estar sin su amor me mata, el amor a mí mismo debe sostenerme para no caer. Esa es la única forma que he encontrado para seguir adelante. Aprendí a amarlo, a la vez que aprendí a amarme.

En medio de una nueva ola de emoción, llamé a mi madre. Se alegró tanto como yo por mi logro y por la gran oportunidad que se me había brindado. Creo que puedo hasta afirmar que derramó una que otra lágrima. De seguro está orgullosa de mí, y tranquila de que pueda alcanzar mi sueño. A pesar de la euforia, me dejó claro que necesitaba hablar con los profesores para que les explicaran con exactitud cómo sería todo. La entiendo, no puede mandar a su único hijo a Estados Unidos sin saber a qué tendrá que enfrentarse o con qué apoyo contará. Sin embargo, teniendo en cuenta las condiciones que me fueron explicadas, de seguro aceptará.

Guardé el celular en mi bolsillo, entre una conversación y otra ya estaba casi en la entrada principal. Miré hacia atrás, dando un pesado suspiro y paseando mi mirada por última vez por los alrededores, con la esperanza de encontrar a Jimin y tener alguna señal de lo que podría llegar a suceder con nosotros. No estaba por ninguna parte. Para bien o para mal, parece que es todo por hoy. No tengo arrepentimientos, pase lo que pase, porque logré que escuchara mi mensaje.

«Me voy a Estados Unidos».

—Hola, Jungkook.

Nomás hice atravesar la salida y, del otro lado del muro, me interceptó la voz del protagonista de mis sueños y esperanzas, temores y pesadillas.

—Jimin... —Tragué en seco.

Si existe algo llamado preparación para el corazón, el mundo nunca me deja obtenerla.

¡Holiwis! He vuelto, buajajaja xD. Me imprimí velocidad y pude terminar otro capítulo hoy. No se preocupen, que mañana voy a publicar también sin falta. El maratón sigue (6/?).

¿Tienen algún momento o capítulo favorito en este fic?

Perdón por estar haciendo tantas preguntas en estos días 😅, es que nos estamos acercando al final de la historia y me estoy poniendo sentimental. 🥺🥺🥺

Sé que somos poquitos pero saber que sacan algo de tiempo de su día a día para leerme me hace muy feliz, más aún con la gran cantidad de contratiempos que he tenido con las actualizaciones 😔. Los quiero un montón. 💜

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro