Capítulo 27

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El calor en mis mejillas se eleva cada vez más con cada beso y caricia de Jimin en mis dedos, sus palabras siempre son las que más me gustaría escuchar. Es todo un protagonista de película romántica en potencia.

—No digas esa clase de cosas, no sabré cómo responderte...Es vergonzoso que veas tantas facetas mías que me esfuerzo por ocultar.

—¿Facetas vergonzosas? ¿Hablas en serio? ¿Entonces qué pasa conmigo? ¿Crees que ando llorando en los brazos de todo el mundo contándoles mi pasado?

—Bueno, eso... —Tiene un punto, lo admito.

—A tu lado siento que vuelvo a ser un niño, alguien que no teme por las apariencias. No siento la necesidad de aparentar ese adulto maduro y sereno que siempre debe actuar con profesionalismo o siguiendo estereotipos. A tu lado solo soy yo, eso para mí es especial.

»No creo que conocer nuevas facetas del otro sea vergonzoso, es una señal de que nos vamos conociendo y la confianza va creciendo. ¿No sabes cocinar? Yo tampoco. Cuando vivamos juntos, prepararemos la cena cada día y mejoraremos, será divertido ir creciendo.

—¿Qué acabas de decir? —Una sonrisa amplia que deja ver todos mis dientes ha aparecido en mi rostro.

Lo veo abrir y cerrar su boca, intentando, inútilmente, articular palabra, parece que apenas ahora acaba de darse cuenta de lo que ha dicho. El carmín se eleva por sus mejillas y llega hasta sus orejas.

—Eh..., ah... Todo a su tiempo, todo a su tiempo. —Las cucharadas de sopa se dirigieron a su boca una tras otra sin dejar casi intervalo para respirar. Terminó su ración velozmente y se puso de pie—. Estuvo delicioso. Voy a fregar, no puedo permitir que mi invitado siga haciendo todo el trabajo. Cuando termines, me alcanzas tu plato también. —Huyó.

Una risilla traviesa se escapó de mis labios y me dirigí a su lado en el fregadero, sostuve el plato en sus manos antes de que lo mojara y lo pasé a las mías.

—Llevas muchos días sin alimentarte bien, con amor no se llenará tu estómago. ¿No acabas de decir que las facetas vergonzosas son para conocernos mejor? No tienes que apenarte, tus palabras me han hecho muy feliz.

Dibujó una sonrisa llena de ternura y se recompuso de su desorden de emociones.

—¿Qué te parece si le damos un poco más de cocción a todo, lo sazonamos y le agregamos algo de sal?

—¿Preguntas que si me gustaría tener un adelanto de momentos matrimoniales? Será un placer transformar ese caldo. Enciende el fuego, ahora regreso. —Lo besé de imprevisto y corrí a la mesa a buscar la olla.

No dejamos de intercambiar sonrisas al cocinar. Como buen par de inexpertos, volvimos a pedir ayuda al mejor amigo del hombre, después del perro: Google. Fue sumamente divertido, el espacio a nuestro alrededor parecía un mundo de ensoñación, si esta era la vida de una pareja de recién casados, creo que puedo añorar que llegue este momento con Jimin a mi lado.

—Ahora hay que cortar las especias para sofreírlas y profundizar el sabor. —Tomó el cuchillo en sus manos mientras leía las instrucciones desde la tableta.

—Ven, yo lo haré. —Zafé el cuchillo de sus manos y me le coloqué delante.

—Jungkook, volverás a cortarte, dame eso.

—Ambos somos inexpertos, con que yo tenga cortes en mis dedos es más que suficiente. —Mi tono de voz le debe haber demostrado que no voy a ceder.

—De acuerdo, pero déjame ayudarte, tengo buen pulso. —Pegó su cuerpo con el mío pasó sus brazos a mi alrededor hasta sostenerme las manos.

«¡¿Tienes idea de en qué posición estamos?!». Aunque mi descontrol estuvo a punto de hablar por mí, la idea se quedó como un pensamiento.

—¿No crees que así me será más difícil concentrarme en cortar? —Esta manera de decirlo era menos obvia, pero igual de clara.

—Tú confía en mí.

—Si tú lo dices... —Tragué saliva—. Pero, no te será difícil ver desde ahí —bromeé con obviedad respecto a su estatura, mi tono burlón era notorio.

—Ah, ¿sí? —Besó el lateral de mi cuello. Me ericé de la cabeza a los pies—. Mis labios alcanzan por encima de tu hombro, ¿por qué mis ojos no lo harían?

«¿Qué me hizo pensar que podría superar la capacidad seductora de este hombre?».

Terminamos de preparar los condimentos y concluimos la sopa conmigo a punto de perder la cabeza en silencio por tanta cercanía, fundamentalmente, porque no parecía ser yo el único afectado. El galopar de los latidos de Jimin se trasmitía por mi espalda y sentía un bulto crecer cada vez más con cada roce de mi trasero con su pantalón cuando ultimábamos detalles.

—Y-ya está —tartamudeé, esperando a que se separara, controlando el temblor de mis manos y mi respiración.

—Tienes que reconocer mi pulso firme.

—Ahora mismo, más que tu pulso, hay algo también firme que reconozco, pegado a mis nalgas. —Me volteé y comencé a devorar sus labios. A la mierda el control.

—Jungkook, por favor... Voltearemos la sopa, nos quemaremos... Mmmm —replicó entre gemidos, ahogados parcialmente por mis besos.

—Esto es lo que me quema. —Tiré de él por su cintura y uní más nuestros cuerpos, hasta el punto de que nuestras erecciones rozaran por encima de la ropa.

—¡Oh! —gimió y mordió mi labio inferior y tiró de él—. Kook, no pongas a prueba mi autocontrol.

—Ambos queremos esto, tu cuerpo también está siendo honesto.

—Se enfriará la sopa. —Rodé los ojos.

—Esa es la peor justificación de la historia. —Uní nuestros labios una vez más y mi lengua recorrió cada rincón de su boca, estimulando sus sentidos—. No voy a permitir que me causes otra erección que tenga que bajar por mí mismo. —Recordé mi vergonzosa aventura en el baño de la academia—. No te dejaré escapar.

Mi lengua lo invadió una vez más, las succiones eran cada vez más frenéticas y los gemidos más sonoros. La temperatura estaba subiendo indudablemente. Nos tocábamos con lujuria y el brillo del deseo se notaba a leguas en cada uno de nuestros contactos visuales, cuando nos separábamos para recuperar el aliento.

—Podemos volver a calentar la sopa si se enfría. —Sonreí coqueto y mordí su oreja.

—¡A la mierda todo! —se resignó.

Apagó el fogón. Me alzó en sus brazos, sosteniéndome por mis nalgas y me alejó un par de metros. Pegó mi espalda a la pared de la cocina, yo enredé mis piernas alrededor de su cintura para no caer y me dispuse a disfrutar. La posición no era muy cómoda, pero ninguno de los dos tenía paciencia suficiente para ir a ningún otro lado.

Bueno, al parecer se viene algo de lemonada para la próxima semana, jeje. No puedo decirles con exactitud que día actualizaré, dependerá de cómo avance mi horario esta semana, si sobrevivo a todas las evaluaciones XD. Pero, regresaré sin falta a traerles su salseo, no lo duden.

Chao chan 😘.

Hasta la próxima actualización.

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