Capítulo 30

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Holiwis. Otra vez llegué atrasada. Habrá un anuncio importante al final del capítulo.

Eran las 9:20 A.M. y no dejaba de dar toques con mi dedo índice sobre la mesa de la cafetería en la que me encontraba. He quedado de encontrarme con Jimin en 10 minutos y me siento ansioso. Después de despedirnos anteayer en su casa, nos llamamos un par de veces, me cercioré de que todo estaba bien y acordamos que nos veríamos hoy.

Nunca se lo dije, pero no tengo idea de qué hacer en una cita, no es como si hubiera tenido alguna con alguien que no sea él, hasta ahora, todo ha sido bastante informal para mí, por desgracia. Me dijo que era mi día, que planificara lo que quisiera; es más complicado de lo que pensé, mi vida es sumamente casera, no tengo un gran repertorio de salidas. Me gustan las emociones fuertes, sentir la adrenalina, pensé que el parque de diversiones sería una buena idea, sin embargo, quiero que Jimin se divierta tanto como yo, no creo que la montaña rusa sea lo suyo. La idea de ir de compras me rondó, pero soy más de comprar en línea, no sé sobre tiendas.

Posibilidades y planes atraviesan mi consciencia. Antes de darme cuenta, esos diez minutos se habían convertido en mi peor pesadilla. Las inseguridades me asolan y caigo en cuenta nuevamente en algo que había olvidado: Jimin casi dobla mi edad. Hasta ahora, siempre encontramos cosas en común, nos entendimos, pero, ¿qué más queda? Su mundo seguramente está lleno de musicales, fiestas, revistas, elegancia. ¿Qué soy yo? Solo un gamer friki que no sabe ni qué hacer para una cita.

—Hola, Kookie, ¿esperaste mucho? —Creo que mi mentalización duró demasiado, sin llegar a ninguna parte.

Ya no es como la primera vez que nos encontramos, no me preocupa estar vestido totalmente de negro, con un pullover, pantalón, unas sandalias y un gorro, Jimin no se sentirá avergonzado de mí por como luzca. Sin embargo, tal y como la primera vez, no puedo evitar quedarme embelesado por su conjunto. Él también usa algo mucho más casual, una camisa color azul oscuro y blanca, de rayas, con mangas largas, bastante holgada, con un short hasta las rodillas, gris, y sandalias de igual color, con una gorra también oscura. Es increíble cómo hasta el conjunto más sencillo se ve espectacular en él.

—Ho-hola, no te preocupes, acabo de llegar hace unos minutos.

—¿Ordenaste algo? Me quedé dormido y no pude desayunar. ¿Pedimos algo aquí, o comemos por el camino? —Mi mirada estaba perdida en el infinito—. Jungkook, ¿todo bien?

—¿Eh? Sí, sí, todo perfecto. No he pedido nada, comamos algo, yo también estoy hambriento.

Conversamos un poco de cómo logró terminar su trabajo a tiempo gracias a Hobi-hyung y cómo este lo estuvo vigilando con un periódico enrollado en sus manos, amenazándolo con golpearlo si se esforzaba de más. Su sonrisa es tan deslumbrante como siempre, me la contagia sin siquiera proponérselo. ¿Cómo puedo sentirme tan bien a su lado? A pesar de que la duda continúa rondando mi interior, no puedo evitar sentirme confortable con él.

—Y, dime, ¿a dónde vamos? —Me miró expectante.

—Eh… Ah. Bueno, había pensado en… En realidad… —Sostuve el aire por un instante. Mi falta de opciones no se había arreglado mágicamente—. Lo siento, no pude pensar en nada —admití.

—Oh, vaya… Ok, no hay problema, pensemos algo ahora. —Mi silencio y mi cabeza gacha lo hicieron sonreír enternecidamente—. Mmmmm, me gusta la idea de improvisar.

—¿Eh? —Me tomó de la mano.

—Jungkook-ah, es Seúl, algo debe haber para nosotros ahí fuera, vamos a encontrarlo.

Pagó la cuenta y, antes de poder procesar lo que había pasado, caminábamos sin rumbo por las calles.

—¿Dónde está tu auto?

—Lo dejé, pensé que sería bueno tener una salida casual, caminar, disfrutar la vista. —Sus pasos se detuvieron frente a un museo—. Mira, es una exposición medieval, ¿por qué no vamos a verla?

—Podemos verla por internet más tarde u otro día. —Me preocupaba perder tiempo de nuestro valioso día por mi culpa, por no haber planificado nada.

—No es lo mismo que verla en vivo, vamos. —Tiró de mí hacia dentro—. La mañana es joven, el día es joven. Comencemos por aquí, si el tiempo no nos alcanza hoy, todo es tan sencillo como seguir mañana, todavía queda verano por explotar. —Su sonrisa hizo que me dejara llevar.

¿Cómo pudo intuir lo que me mortificaba? Ahí está de nuevo el Jimin comprensivo, que me escolta y me apoya cuando lo necesito, de una manera tan sutil que es imperceptible. Ahí está el Jimin que toma la iniciativa cuando yo no sé cómo, que me proporciona esa comodidad inmensurable y me saca de mi zona de confort, que me llena de nuevas experiencias y me saca de mi caparazón. Ese es el hombre del que me enamoré, no me deja notar la diferencia de nuestra edad con situaciones incómodas, no se presiona por hacerme sentir bien, en lugar de eso, crea espacios especiales para los dos, para disfrutar ambos.

Experimenté un viaje en el tiempo, todo estaba lleno de armaduras, espadas y otras armas de época, retratos e implementos pertenecientes a caballeros, incluso nos tomamos una fotografía con las armaduras. Fue una experiencia novedosa, Jimin me saca de mi rutina y mi monotonía, me permite explorar lugares y sensaciones que jamás creí experimentar, siento que me complementa; que juntos nos volvemos uno.

Lo vi revisando su celular y me acerqué.

—¿Qué haces? —Me mostró la pantalla—. Pero, ¿cómo? ¿Cuándo?

Ahí estaban. Su galería estaba cargada de fotos, la última que aparecía era la que nos acabábamos de tomar, precedida por varias de mí durmiendo junto a él mientras nos hacía una selfie, y otras del festival escolar, algunas de los dos juntos, otras parecían haber sido tomadas desde la distancia. Había hasta videos cortos, como si se hubiese dedicado a grabarme furtivamente.

—Me encanta tomar fotos, guardar las memorias de los buenos momentos. La mayoría las tomé desde la distancia, o aproveché a las personas que hicieron los records del festival y les pedí que nos tomaran algunas. No sabía si te resultaría incómodo que estuviera fotografiándote todo el tiempo.

—¿Bromeas? Amo las fotos, aunque soy más de fotografiar a otros, jeje.

—No pensé que fuera así, nunca mostraste indicios de nada por el estilo hasta ahora.

—Sí, bueno, no lo hago porque las cámaras… —“Las cámaras son demasiado costosas”, no puedo decir eso, sé que insistiría en comprarme una, no quiero aprovecharme de él

—¿Las cámaras, qué?

—Eh… Es que como no suelo salir, no tengo mucho hábito de llevar cosas conmigo —justifiqué, rascando mi nuca.

Me miró poco convencido, pero, de inmediato, su rostro se adornó con una sonrisa.

—Pues, cuando la traigas, espero que me tomes un par al menos.

—Tranquilo, sé que serás mi modelo favorito… No me hagas decir lo obvio. —Me avergoncé un poco por mis palabras.

No mentí. Si tuviera una cámara, retratar cada una de las expresiones de Jimin sería lo primero que haría, esa se convertiría en mi colección más preciada. Sin embargo, mientras tanto, aunque sea a través de un celular, grabaremos en lo más profundo de nuestras retinas, una y otra vez, cada uno de los momentos que compartimos, cada una de estas piezas especiales de nuestras vidas.

¡Holiwis! Espero les haya gustado el capítulo. Habrá muchas sorpresas a lo largo de esta cita, pero tendrán que esperar un poco para poder leerlas.

La publicación de mis historias va a detenerse por algunas semanas, tal vez 3 o 4, debido a que tengo unos exámenes importantes y abarcadores próximamente. En cuanto salga de mis evaluaciones, volveré a publicar normalmente.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro