Capítulo 51

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Han pasado casi tres semanas desde lo acontecido en el departamento de Jimin. En este tiempo he sentido que todo avanza demasiado rápido, a la vez que me quedo estancado. El nudo de emociones que no sabía cómo desatar acabó deshaciéndose por sí solo, desglosando los sentimientos de manera tal que comenzaran a manifestarse de manera progresiva, llevándome a experimentar en desmedida cuantía solamente la tristeza y desasosiego causados por la pérdida del primer amor, ese que tanto esperé y acabó en desastre.

Esa mañana, al abrir la puerta de mi casa y ser recibido por Tae y Jin, con sus sonrisas radiantes y sus rostros expectantes por buenas noticias, hizo que mis lágrimas se derramaran de nuevo. Estaba conmocionado. Demasiado conmocionado. Enseguida se dieron cuenta de que algo andaba mal y solo me abrazaron. Me sentía tan destruido y avergonzado que no quería siquiera confesar lo sucedido, haber sido engañado por tanto tiempo como un… Como lo que soy, un niño, me hacía sentir tan imbécil que el solo hecho de ponerlo en palabras frente a alguien más hacía que la vergüenza me consumiera.

Mi pecho dolía demasiado, no podía seguirme guardando todo, tenía que desprenderme de alguna manera de ese peso abrumador. Cada vez que abría mi boca, mi garganta se cerraba, incapaz de emitir sonido. Por más que deseaba, a pesar de todo, desahogarme, era como si mi corazón me implorase guardar silencio. Solo dos palabras lograron abandonar mis labios en medio de un tartamudeo.

—Me… Me dejó.

—¡¿Qué?! ¿De qué estás hablando? —La indignación y preocupación se escuchaban en partes iguales en la voz de Taehyung—. ¡¿Qué pasó?!

—Por favor… no quiero hablar de eso.

—¡Oh, no! Tienes que darme los motivos para echarle en su cara cuando lo golpee.

—Por favor… —volví a suplicar. Apoyé mi rostro en mis manos, con los codos en mis rodillas.

—Tae, detente. Acorralarlo nosotros no es la solución. —Hubo una pequeña pausa seguida de un suspiro—. Kook, no te preocupes. Si no te sientes listo para hablar de ello, lo comprendemos. Estamos aquí para ti sin importar qué.

Sentir la presión en mi hombro y tensión en su voz me hizo alzar la mirada por un segundo. La sonrisa de Seokjin era tensa y sus dedos, aunque no lo suficiente para causarme dolor, se aferraban con fuerza a mi carne; él estaba enojado, tanto como Taehyung, quizás más, pero actuó para darme algo de espacio. Se lo agradezco. Por qué no puedo yo enfadarme de ese modo, sin que mi enojo me lleve al llanto desenfrenado producto a la tristeza de perder su amor, que ni siquiera sé si tuve.

—Muchas gracias, chicos, no sé qué sería de mí sin ustedes.

—Para eso son los amigos, Kookie. —La mano de Tae se deslizó por mis cabellos.

—Yo… quiero estar solo.

—Lo siento, pero no podemos complacerte en eso —dijo Jin—. Si lo que sucede es que quieres llorar sin ser visto, te aclaro que es demasiado tarde para preocuparte por eso cuando se trata de nosotros; no nos iremos. Si lo que quieres es pensar a solas en lo sucedido, te dejaremos hacerlo, pero no ahora, tu mente podría llegar a conclusiones erróneas y aceleradas por querer tomar decisiones cuando las emociones a flor de piel no te dejan pensar con claridad.

—En resumen, Kook, piensa que solo somos almohadas silenciosas que vas a mojar con tus lágrimas, mocos y baba.

—Qué gran analogía, Taehyung.

—Gracias, Jin, todo un elogio viniendo de ti.

—No seas ridículo. Deberías buscar la palabra ironía en el diccionario —retó divertido y con altanería.

—Y tú no seas imbécil. Me robaré todos los espejos de tu casa —amenazó casi sonriendo triunfal.

—Oh, no te atreverías a privar a mis ojos de mi propia belleza.

—Si yo fuera tú, me agradecería por salvar a tus ojos de tan cruel tortura —devolvió con diversión.

Una risilla escapó de mis labios, inevitablemente, con su intercambio. Sabía que lo habían hecho para sacarme del silencio quejumbroso que me envolvía. Estar con ellos es divertido, liberador, pero no puedo sentirme totalmente feliz cuando cada segundo que pasa las imágenes vuelven irremediablemente a mí.

No sé qué tanto tiempo lloré ese día, pero fue suficiente para que despertara casi al anochecer con mis ojos y mi rostro tan hinchados que casi estaba irreconocible.

Tristeza. El dolor de la pérdida y la soledad fue todo lo que sentí los días siguientes. Ni siquiera me sentía con ganas de ir a la escuela. No tenía ganas de nada, realmente. Mi madre acarició mis cabellos en las largas noches de arrepentimiento y no hizo preguntas, pero podía notar como la decepción se dibujaba en sus expresiones. Ella vio en primer plano lo que Jimin hizo en mí en los últimos meses, nunca había estado tan feliz; pero tampoco tan devastado. Esto iba más allá de mis mini depresiones por encuentros fallidos de una noche, más allá de las esperanzas rotas de un niño soñador que no sabía lo que hacía, pero se le fue dada la oportunidad de ser libre e intentar amar sin temer a la soledad o el rechazo por fallar. Si se supone que todos mis desamores me deberían haber acostumbrado a la sensación de pérdida, a ser el idiota al que todos engañan, ¿por qué duele tanto?

—Mamá… ¿Qué hago para que deje de doler? —había dicho una noche, mientras asía mi pijama en un puño sobre mi corazón—. ¿Qué hago con tantas mentiras?

Ella solo lloró en silencio sin dejar de abrazarme y me susurró palabras de aliento al oído, para que no me desanimara, pero francamente estaba tan conmocionado aún que cada abrazo me hacía perderme por completo en el confort del contacto, sin dejarme procesar nada más.

Lo único que logró sacarme de mi caparazón de protección, mi propia habitación, fue mi padre; escucharlo a escondidas conversar con mi madre sobre cómo siempre había estado en desacuerdo con ella sobre mis salidas con hombres mayores, a pesar de aceptar mi sexualidad, fue duro. Sé que solo quiere lo mejor para mí, cualquier padre estaría en desacuerdo con que su hijo estuviera en medio de lo que se podría catalogar como un sin futuro.

Regresar a clases fue, en cierto modo, esclarecedor. El mundo seguía y las personas continuaban con su vida, todo estaba moviéndose irremediablemente mientras yo seguía estancado, con mis sentimientos arremolinándose en mi pecho, llenándolo de más sufrimiento. Las típicas crisis existenciales de los adolescentes, como las llaman los adultos, es lo que seguramente estoy atravesando. Sin embargo, por más que sea visto como una etapa más de la vida y una transición a la adultez, yo no puedo dejar de sentirlo como una odisea que me supera por completo.

Rindiéndome al peso extremo, más que obteniendo valor, acabé confesando a Tae lo sucedido. Necesitaba sacar todo lo que me agobiaba. Si bien hablar hizo la furia recorrer mis venas una vez más, me dejo enojarme y sentirme indignado más que dolido por instantes; me corroboró mi incapacidad de odiar a Jimin por encima de todo eso.

—¡Voy a matarlo! ¡Esta vez sí voy a hacerlo!

No contaba con tener que detener el ataque de rabia de Taehyung, o tal vez sí sabía que sucedería. Pero eso no cambia el hecho de no tener argumentos para decirle que no se sienta de esa manera, de la manera que debería sentirme yo y no puedo por culpa de este amor desmedido e irracional del que quisiera deshacerme, a la vez que deseo guardarlo en lo más profundo de mi ser.

Solo logré retrasar el juicio final de Jimin al decirle a mi mejor amigo que él no se encontraba en el país aún. Esa declaración ni siquiera sabía si era verdad, no tenía cómo sustentarla. No sabía nada del paradero de Jimin, ni siquiera qué estaba haciendo o cómo se estaba sintiendo. ¿Sentirá de alguna forma especial lo que vivimos juntos? ¿Mantendrá su postura de que todo fue un engaño? ¿Qué pensará sobre mí? ¿En su mente solo soy el niño imbécil al que engañó con su sensualidad y encantos desmedidos, o en algún lugar de su corazón habrá sitio para mí?

Dudas, dudas y más dudas. ¿De qué me sirve tenerlas si no las aclaro? La idea de contactar a Hoseok pasó por mi mente, pero es igual de vergonzoso o más que el contactar a Jimin, algo imposible dado que fui bloqueado de todas partes por él. Sin embargo, hablar con Hobi-hyung hace manar una vergüenza diferente. Ni siquiera sé si él sabía de las intenciones de Jimin conmigo o no, tampoco sé qué tan al tanto estaría de los pormenores de nuestra relación; a pesar de que ambos se notan muy cercanos.

—Tampoco es que pueda llamarlo y decirle: hola, hyung, ¿sabías que Jimin me engañó de la manera más horrible que existe y me hizo quedar como un tonto? ¿Sabes dónde puedo encontrarlo?

Si bien no dejo de preguntarme cómo estará, qué sentirá…o si querrá verme tanto como en el fondo yo deseo hacerlo, no me siento preparado para enfrentarlo. Ni a Jimin ni a nadie, realmente. Regresar de la escuela y encerrarme en mi habitación se ha vuelto mi nueva rutina. Incluso evito a Tae en clases, una explosión de sinceridad me hizo confesarle lo que pasó, pero eso solo ha hecho que me vuelva incapaz de mirar su rostro sin sentir que quiero desaparecer de la vergüenza.

En los últimos días he dejado de llorar. Puede que mis lágrimas se hayan agotado, no lo sé. Pero eso no cambia este vacío que va creciendo cada vez más.

Un par de toques en la puerta de mi habitación me hicieron salir de mis ya usuales momentos de auto recriminación.

—Kook, cariño. —Mi madre, con su dulce y excesivamente comprensivo tono de voz, me llamó—. Tienes visita.

Un suspiro frustrado y algo enojado dejó mis labios. Quizás es hora de que deje de hacerme el dormido o ignorar los toques y simplemente decir que no estoy de humor para hablar con nadie.

—Qué se vaya. No tengo ganas de ver a nadie.

—Jungkook, necesito hablar contigo. Ábreme, por favor.

Y escuchar esa voz fue suficiente para que la sangre en mis venas se congelara por completo.

¡Holiwis! Después de la COVID, ¡he regresado! Buajajaja xD. Todos en casa estamos bien y en camino a la recuperación. Muchísimas gracias a todas las personitas que se preocuparon por mí y me dejaron sus mensajes de apoyo. Los amo. 💜

Ahora bien... ¿Quién habrá llegado aquí? 🤔🤔🤔

💜 IMPORTANTE 💜

A PARTIR DE HOY HABRÁ ACTUALIZACIÓN DIARIA HASTA EL FINAL DEL FIC.

Sí, damas y caballeros, tal y como lo leen. Tenemos maratón hasta el final. Ya demasiado los he hecho esperar 😔. ¡Fighting, yo!

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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