Capítulo 60

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¡Holiwis! Por fin ha llegado el tan esperado capítulo final. Sigo en modo nostalgia 😭😭😭, le tengo mucho cariño a esta historia. Espero les guste. 💜

Hoy este fic viene estrenando portada y separador. Los hice yo misma, y mis ediciones son una desgracia, pero fueron hechos con mucho amor.

Tengo los dedos nerviosos, hasta di «publicar» antes de tiempo (dos veces 😐) 🤣🤣🤣. Bueno, hasta aquí mi mini divagación. Disfruten el capítulo.

Hay una frase que dice: “Conócete a ti mismo, conoce el mundo. Vuélvete fuerte”. Creo que los sucesos de los últimos meses han sido eso para mí. Mi pasantía está a punto de terminar y haberla hecho en Estados Unidos ha sido lo más acertado que pude haber decidido. La grandeza del mundo debe ser conocida, hay tanto talento y potencial que te hace sentir un pez que había estado todo el tiempo en un estanque, sin haber mandado en el inmenso océano. Ser testigo en vivo de lo que son capaces estas personas, me permitió ver que tengo mucho por recorrer, pero también pude percatarme de algo más; el desempeño de Jimin está a la altura de los mejores del mundo.

«Jimin». Mi mente no deja de recordar ese nombre constantemente.

Al inicio, mis nervios se multiplicaron con solo llegar. No solo era un novato en un ambiente totalmente diferente y muy profesional, era un extranjero invadiendo un espacio que mis nuevos compañeros podrían pensar que no merecía. Sin embargo, para mi fortuna, ese no fue el caso. Fui recibido con gran jovialidad y los brazos abiertos, me ayudaron a integrarme y me enseñaron todo lo que necesitaba saber. Más adelante descubrí que el hecho de venir con una recomendación de Park Jimin era motivo de buena apreciación. Aparentemente su nombre es muy reconocido y respetado.

«Jimin».

Cada minuto de cada día ha sido agotador, pero lo suficientemente productivo como para que nada más importe. La manera en que mis pasos se han vuelto mucho más compactos y precisos, el cómo mi voz se ha estabilizado y he logrado alcanzar correctamente notas que antes me eran imposibles, el incremento considerable de mi presencia en escena, la prolijidad del resultado final de lo que hago; todo es una prueba de que ha sido un tiempo fructífero y un recordatorio de que los esfuerzos dan resultados. Hubo días en los que pensé que vomitaría las entrañas por tanto trabajo, otros en los que pensé rendirme y volver a Corea, a mi zona de confort. Cuánto me alegro de haber enterrado esos deslices de debilidades y haber sido perseverante. Cuánto me alegro de poder estar aquí de pie, hoy, con el pecho hinchado de orgullo por haber cumplido mis metas y poder labrar mi futuro con mis propias manos. Si Jimin viera todo lo que he conseguido, se sentiría orgulloso de mí.

«Jimin».

Todo hubiese sido utópico si mi mente no hubiese acabado demasiado presa de Jimin. El paso del tiempo me hizo recordar cuánto lo extraño; cuánto deseo sus besos, sus caricias, sus mimos y sus palabras dulces; cómo me hubiese gustado contarle mi día a día y los avances que conseguía con el entrenamiento. Hasta me sorprendí pensando más de una vez si estaría cuidando su salud, si estaría comiendo apropiadamente, ¿estaría sobrecargándose de trabajo para mantener su mente ocupada? Desde las preocupaciones más triviales hasta las más descabelladas hipótesis me asolaron.

Y es que, después de meditarlo por todo este tiempo y sentir el creciente vacío en mi corazón, he podido darme cuenta de que mi amor no ha hecho más que crecer, que deseo que esté a mi lado. Lo he perdonado. ¿Qué sentido tiene seguir sufriendo si la oportunidad de un nuevo comienzo existe? Sí, no es tan simple como retomar la relación desde donde la dejamos; pero podríamos volver a comenzar de cero, construir una relación basada en la confianza mutua y en sentimientos imperecederos... Se escucha todo muy bien si lo pienso así. ¿Qué me hace pensar que todo será así de fácil? En estos meses no hemos hecho contacto de ningún tipo, porque a pesar de intercambiar un par de mensajes antes de mi partida, si yo fui quien terminó la relación, no sentí correcto escribirle. Me quedé esperando un nuevo mensaje suyo; jamás llegó. ¿Por qué pienso que Jimin podría querer empezar de nuevo? Y, aunque lo deseara, ¿de qué me serviría si sus intenciones no son las correctas? ¿Qué si no ha logrado superar su pasado?

«¿Y qué gano yo mortificándome solo con todo esto? Ya en su momento sabré qué sucederá».

El día de mi evaluación final ha llegado. Constituye el momento en el que pongo de manifiesto lo aprendido y saco a relucir todo cuanto puedo. De mi desempeño dependerá si expiden o no la carta de recomendación, además dará pauta a un cierre de todas las evaluaciones que enviarán a los profesores de la Academia de Artes de Seúl.

Me examino en las distintas modalidades. Pongo mi corazón en cada movimiento de mi cuerpo y cada nota musical que emite mi voz. Si mi futuro depende de este instante, que cada gota de esfuerzo acumulada hasta ahora se derrame en resultados para alcanzar mi meta. Los aplausos e interminables felicitaciones y ovaciones en cada modalidad me dan a entender que he hecho un buen trabajo. Yo solo escucho todo, obnubilado. Me siento eufórico, autorrealizado, satisfecho, emocionado; cada una de las múltiples emociones se junta en una nube de felicidad sobre la que floto. Es una sensación increíble.

Hago una reverencia y me despido cuando todo está listo. Mañana vuelo de regreso a Corea. Extraño a mamá, a papá, a Tae y a Jin; echo de menos hasta mi rutina aburrida de cada día, hasta mi cama. Sonrío levemente ante mis pensamientos y me dirijo a la salida, pero gran sorpresa me llevo al levantar la vista.

—Hola, Jungkook.

—Hola...

De todas las cosas inesperadas que me podrían suceder, tener a Park Jimin frente a mí justo ahora se acaba de llevar el premio mayor.

—¿Podrías acompañarme? Hay algo que... necesito decirte.

«¿Qué es esto, un deja vu?».

Yo solo asentí y lo seguí, incapaz de pronunciar palabra siquiera para preguntarle qué hace aquí después de tanto tiempo sin contactar, y más porque de seguro sabe que mañana regreso. Esta vez fuimos hasta un banco situado debajo de un árbol, en un sitio tranquilo y alejado del centro del campus. Estoy nervioso. Demasiado nervioso. No esperaba esto ni por asomo. Creí tener claro que el mundo nunca me ofrece la oportunidad de preparar mi corazón para lo que viene, pero en el momento en que sucede siempre quedo desarmado.

—¿Qué tal estos meses?

—¿Eh? Ahhh, bien. Todo ha estado bien —contesté nervioso.

—No tienes que ponerte nervioso. En todo caso, yo debería estarlo. —¿Por qué se ve demasiado tranquilo como para creer eso?

—Bueno, si tú lo dices…

Esto es raro, no logro identificar qué se propone. Es inquietante. Quiero al menos seguirle la corriente, pero me siento tan confundido que me está resultando complejo.

—Muchas felicidades. Tu presentación ha sido magnífica. —Sonrió genuinamente. Sus facciones se ven tan tranquilas y su expresión es tan serena que quisiera asumir que algo cambió para bien en él durante este distanciamiento.

—Gracias. Que tú lo digas significa mucho.

—¡¿Cómo no decirlo?! Tu esfuerzo y tus logros merecen todo el reconocimiento del mundo. Me hubiera encantado verte crecer poco a poco hasta convertirte en esto, pero que vinieras aquí ha sido lo mejor... Estoy tan orgulloso de ti.

Todo mi cuerpo comenzó a temblar al escuchar sus palabras y las lágrimas no tardaron en derramarse sin control por mis mejillas. «¿Cómo puede, después de tanto tiempo, decir exactamente las palabras que más deseaba escuchar de él?».

—¿Qué pasa? ¿He dicho algo que te enoje? —Negué con la cabeza—. ¿Es porque... vine aquí? —Volví a negar.

—No sabes lo feliz que me hace... que estés aquí. Pero, no sé qué pensar... ¿Por qué has venido?

—Porque quiero hacer las cosas bien esta vez... Jungkook, sé que no estuvimos en contacto y que tengo culpa de ello, pero en estos meses sucedió mucho. Comprendí lo que realmente me hace bien y enfrenté lo que tanto había negado admitir.

»Yo... he estado viendo a un psicólogo. En el pasado me di cuenta de que Yoongi necesitaba ayuda e intenté brindársela por mí mismo, de la manera equivocada. Esta vez pude percatarme de que yo era quien necesitaba ayuda, así que la traté de buscar en el lugar correcto. Y solo puedo agradecerte por haber sido quien me hiciera darme cuenta de qué tan mal estaba.

»No puedo decir que estoy del todo bien ya, pero voy por buen camino; mi psicólogo me lo dice mucho. Quizás sea egoísta de mi parte, pero quiero pedirte una segunda oportunidad. Este tiempo separados no he hecho más que extrañarte y a medida que he ido comprendiéndome, he podido ver dónde estaban mis errores.

»Te sigo amando más que a mi vida, Kook. Pero es tal y como me dijiste: “no he muerto”. Y no moriré. ¿Cómo podría amarte y recuperarte si lo hago?

La seguridad en sus palabras y cómo me mira a los ojos con sinceridad y devoción, cual si fuera lo más valioso de su existencia, me deja ver que esta vez lo mueven los sentimientos correctos. Lo mueve su amor por mí. Quiere amarme bien.

—¿Me perdonas, Jungkook?

Mis sentimientos se desbordan por un segundo. No puedo dejarlos dentro de mí por más tiempo. No es necesario hacerlo.

—Sí, Jimin, te perdono. En realidad, ya te había perdonado. El tiempo sanó las heridas, y no solo las mías, según veo. Me alegro mucho por ti —le sonreí.

Lo veo ponerse nervioso y tocar todos sus bolsillos con las manos temblorosas. Parece encontrar lo que busca en el bolsillo interior de su chaqueta y lo saca. En sus manos descansa una pequeña cajita de terciopelo rojo. Cuando la abre frente a mí puedo ver un par de anillos de un hermoso color plateado que hace relieve en el borde y, en su centro, formando un surco, una línea blanca adorna uno y una negra el otro; por dentro, tienen grabado en una hermosa y delicada cursiva la frase “I love you”.

«No me lo puedo creer... Son estos».

No me cabe duda, son los mismos anillos que vi en la joyería en nuestra cita, los que no pude comprar con el dinero que ganamos en el programa de variedades. Pero, ¿cómo...? Cruzar mi mirada con la suya me da todas las respuestas. Él lo sabía. Siempre lo supo.

—Sé que no debería usar anillos para esto, pero... Jeon Jungkook, ¿te gustaría ser mi novio?

«¿Espera que lo rechace después de esto?».

—Sí, Jimin. Seamos novios. Esta vez sí es nuestro tiempo.

Nuestros rostros se acercaron tímidamente y compartimos un beso tierno y suave, marcando, oficialmente, un nuevo comienzo.

El amor es complicado, la vida me lo ha demostrado. Siempre me sentí condenado por quedar irremediablemente prendado de hombres mayores que yo. Una parte de mí, desde su subconsciente, asimilaba que solo me utilizaban y que mis sentimientos jamás serían correspondidos. Sin embargo, la vida me ha demostrado algo más; sí puedo ser feliz aunque ame a alguien que casi dobla mi edad, puedo ser amado por quien soy. Aprendí que hay dificultades más grandes en una relación que la diferencia etaria. Viví en carne propia circunstancias que hacen ver mis preocupaciones pasadas como una ínfima trivialidad. Si pude superar un muro como este que se puso en mi camino, ¿qué podría interponerse entre mi felicidad y yo?

Ya nada puede detenerme. He alcanzado mis sueños, labrado mi futuro y encontrado el amor. Ahora solo me queda seguir viviendo sin arrepentimientos y con la frente en alto, orgulloso de mis cicatrices y aceptando mis errores. Porque todos ellos llevaron a este gran acierto. Todos forjaron el camino a mi felicidad, al amor... A Jimin.

Hay muchas cosas que quisiera decir ahora mismo, pero realmente no sé cómo organizarlas. Me siento como el JK de esta historia 🤣🤣🤣.

Todavía queda el epílogo, así que dejaré mi discurso nostálgico para allá. No lo he escrito aún (esta locura de escribir diariamente y publicar no la voy a volver a hacer en la vida xD). Hoy sigo en modo morido y mañana estoy de guardia en el hospital, así que no sé bien qué día lo publicaré, pero será en esta semana sin falta.

Muchas gracias a todos los que han llegado hasta aquí, espero que me tengan una última gota de paciencia. LOS AMO 💜. Muchas gracias también a quienes participaron en la pequeña dinámica, aunque las opiniones van tan parejas que no sé cuál de las dos historias es la que más quieren leer; me hace feliz que les hayan gustado tanto las dos ideas.

A pesar de todo estoy feliz, ayer pude ver el live de Mimi (lloré con cada canción, amo a ese pollito con la vida) y en un par de horas podré decir que JK y yo tenemos la misma edad, pues soy un par de meses mayor (dato random: ayer volví a llorar cuando comenté su post en weverse, estos chicos me tienen en modo sensible). Seguro para el cumple de Nam vuelvo a llorar. 😭🤧

Bueno, realmente no sé qué más decir 😅. Además de que seguro no quieren seguir leyendo mis divagaciones extremas. 🤣🤣🤣

Nos leemos en el epílogo.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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