Capítulo 9

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¡Holiwis! De regreso antes de lo previsto.

Primero que nada. ¿Alguien sigue vivo después de la presentación de los chicos en los Melon? Porque yo estoy que la emoción se me sale por los poros.

Cuando volví a caer en cuenta de que Suga no estaba allí, no pude evitar dejar un par de lágrimas (no me acostumbro a su ausencia)..., lo extrañé mucho en cada presentación; pero todo sea por su recuperación pronta y satisfactoria.

La intro con Black Swan estuvo increíble, y cuando vi ese magnífico baile protagonizado por el jikook, el grito shipper lo pegué al cielo. ON me sacó un millón de suspiros con esos looks sensuales y agresivos. El intermedio en el que sale ARMY dándoles sus buenos deseos y sus imágenes formaron el cuadro de ellos... OMG, sentí esa conexión especial. Cuando pensaba que me recuperaría emocionalmente con Life Goes On y su ritmo más calmado, me demostraron que siempre se puede morir otra vez. ¡Qué decir de Dynamite! Mi propio cerebro explotó como dinamita. Cuando JK disparó al principio, mi corazón fue atravesado. Cuando vi el traje maravilloso de Hobi con ese cuello en corte V y ese color majestuoso quedé con la boca abierta...

¿Las aburrí? Lo lamento si es así, pero aún no digo nada del Dance Break, Y TENGO QUE HABLAR DEL DANCE BREAK... Esto es malo, la emoción me ha robado las palabras. Demasiado genial para ser real; pero, esperen un momento, ¡SON REALES! No vi venir esa coreo y fue de las sorpresas más gratas de la noche, literalmente, quedé anonadada y mega emocionada.

Ahora mismo estoy atravesando una etapa difícil, y creo que BTS se ha convertido en el motivo del regreso de la pasión a mi vida, porque cada uno de sus conceptos y mensajes calan profundo en mi alma; porque sus voces resuenan en mis oídos y mi corazón; porque saber que tan bellas personas están ahí para todos y nos brindan su apoyo en momentos complicados y nos sacan una sonrisa cuando nuestro día es gris, me recuerda que hay esperanza.

Se merecen el mundo y mucho más. Gracias, Kim Namjon. Gracias, Kim Seokjin. Gracias, Min Yoongi. Gracias, Jung Hoseok. Gracias, Park Jimin. Gracias, Kim Taehyung. Gracias, Jeon Jungkook. ¡GRACIAS, BTS!

Ahora sí, después de mi divagación magistral XD, pero necesaria, vamos con el capítulo.

Y ahí estaba yo, viviendo la situación irreal más real que me pudo haber sucedido: el hombre que me gusta disculpándose por excitarme. ¡Qué gran día! Tenía que cerrar este tema.

—No te disculpes —susurré avergonzado—. No es tu culpa. Tenías que seducirme y, créeme, lo conseguiste. —Bajé la cabeza para ocultar mi sonrojo, que cada vez se hacía más notorio.

—En serio debo... Cada vez que comienzo a bailar me olvido de todo; no pienso en las consecuencias de mis actos, solo me dejo llevar.

—Está bien, está bien. Acepto tu disculpa, ahora solo déjame hacer algo con esto y te alcanzo.

—Tranquilo, te daré tu espacio. —Se acercó a mi rostro—. Si quieres puedes pensar en mí, al parecer te ayuda. —Su voz ronca y sensual me encendió hasta los huesos. Señaló mis pantalones y sonrió coqueto.

—¡Largo de aquí! —Lo empujé fuera del baño y me volví a encerrar—. Maldito seas, Park Jimin... Si dices eso con esa voz, no ayudas nada —musité.

—Te esperaré en el comedor, está al final de este pasillo, doblando a la derecha —me dijo desde fuera.

—¡Ya, lo que sea, acaba de irte!

Solo escuché sus pasos alejarse con una risilla traviesa.

—Deja de provocarme. Deja de... jugar conmigo —susurré con pesar.

Me dolía poner en palabras la idea que había atravesado mi mente desde hacía ya un tiempo al analizar sus coqueteos sin sentido. Siempre era igual. Sus palabras, actos y expresiones me descolocaban. La disyuntiva de si le intereso secretamente o solo me toma el pelo me desespera. El desasosiego de estar casi seguro de que es la segunda opción me consume.

Sentí vibrar mi celular en mi bolsillo y di un largo suspiro antes de contestar.

—Hola, galletita de mi corazón, ¿qué tal el día con tu Romeo? —Kim Taehyung, siempre tan oportuno.

—¿Quién es Romeo?

—¡Oh! Tal vez deba llamarlo Jimeo para que entiendas.

—No recuerdo haber cambiado mi nombre a Kooklieta ni nada parecido.

—No te hagas el desentendido. Sé muy bien que hoy tienes una cita con él en la academia de tus sueños.

—¿Quién te ha dicho el día?

—No subestimes mis contactos... —Al ver que no le respondí, decidió terminar lo que empezó—. Me pareció raro que te reportaras enfermo hoy. Para descubrir tu plan maestro solo bastaron un par de llamadas y atar cabos. Pero, no desvíes el tema. ¡Cuéntame!

—¿Qué quieres que te diga? ¿Qué estoy encerrado en un baño tratando de bajar la erección que causó ese hombre en mí por hacerme casi un striptease con ropa frente a todo un teatro?

—Cuén-ta-me —reiteró acentuando cada sílaba.

Hice un resumen de lo ocurrido desde mi llegada a la escuela hasta mi bochornosa situación actual.

—¡¿Qué?!

—Estoy tan sorprendido como tú, pero súmale a eso un par de grados más de temperatura corporal. ¡Diablos, Tae! Ese hombre es la tentación con ropa.

—Y tú mueres por quitársela.

—¡Tae!

—¿Acaso miento?

—...Ese no es el punto.

—Ni siquiera me lo niegas. Entonces, según tú, ¿cuál es el punto?

—Que... creo que, está jugando conmigo. —La decepción en mi voz fue inocultable.

—¡Maldición, Kook!... Por eso te dije que no lo idealizaras; que te alejaras de él si no creías poder controlarte y ser solo su amigo.

—Lo sé, pero creo que no es precisamente eso.

—Y qué sería. —No podía ver su rostro, pero imaginaba una de sus cejas alzadas por mi comentario tan ambivalente.

—Creo que, como le dije que aceptaría ser su amigo, piensa que ya tomé mi interés por él a broma y él hace lo mismo.

—Santo cielo. Jeon Jungkook, ¿te estás escuchando? Ni en una película barata darían una justificación tan mala para algo. ¿Por qué quieres seguir engañándote?

—Hace un mes me dijiste que teníamos cosas en común y me diste el visto bueno. Eres mi amigo, deberías apoyarme.

—Eso hago. Hace un mes no me dijiste que hizo que se te parara y lo tomó a broma.

—¡Las cosas no fueron tan así!

—Eres más terco que una mula, Jeon... Solo hay una solución: confiésate. Que te rechace y tú lo apartas de tu vida para siempre. No creo que seguir fingiéndote su amigo sea la respuesta.

—No me finjo su amigo. Quiero serlo, realmente..., lo soy.

—Y yo soy Blanca Nieves... Te lo pondré más claro que el agua. ¿Qué somos tú y yo?

—Somos amigos, obvio. ¿A qué viene la pregunta?

—Déjame terminar. —Suspiró—. ¿Alguna vez has querido besar mi boca o tener sexo conmigo?

—¡¿Qué?! ¡No! Qué est...

—¿Alguna vez te has excitado pensando en mí? —me interrumpió.

—¡Claro que no! Soy gay, pero somos amigos. Nunca podría... —No completé mi frase. Mis propias palabras me dieron la respuesta a mis interrogantes.

—Ahí está tu respuesta. Quieres ser algo más, por eso no pueden ser amigos. No cuando te lo comes con la mirada y él finge no darse cuenta. No cuando te ilusiona y te seduce y actúa como si nada hubiese pasado. Sé que tienes miedo; que estás inseguro. Comprendo todo eso. ¿Quién crees que estuvo a tu lado cada vez que contabas tus romances fallidos? Llenar mi hombro con tus lágrimas, mocos y baba una vez más no me matará. Pase lo que pase, te esperaré en casa con tus snacks favoritos y una buena película. ¡Fighting!

—Recordar lo de los mocos y la baba estaba de más.

—Tú solo sigue la corriente, no mates la escena.

—Fighting —repetí con tono apagado y colgué—. Qué fácil haces parecer todo... Pero, lo peor es que tienes razón. Al menos tendré un buen hombro para llorar —monologué y sonreí amargamente.

Era la primera vez que confesarme me causaba tanto temor. Más que confesarme, temía escuchar la respuesta. Era la primera vez que me había sentido valorado. Era la primera vez que mis conversaciones con un hombre adulto eran sobre algo más que posiciones en el sexo. Era la primera vez que había podido compartir tan abiertamente mi pasión por las artes con alguien más. Por primera vez alguien no se burló de mí por recoger la basura que dejaban los demás; me valoró por quien soy y me apoyó en mis momentos de inseguridad.

Solo esta vez deseaba que funcionase. Solo esta vez temía demasiado al fracaso. Solo por esta vez deseaba, más que nunca antes, ser correspondido. ¿Por qué el amor tenía que ser tan complicado?... Por qué, a pesar de todos mis miedos, quiero pensar en la posibilidad de que muy en su interior yo le importo. ¿Por qué he tenido que enamorarme tanto? ¿Por qué amar duele tanto? ¿Por qué este dolor resulta tan adictivo que quiero experimentarlo?

Quiero vencer mi miedo. Voy a hacerlo. Tal vez gane todo; tal vez pierda todo. Sin embargo, Tae tiene razón, es momento de tomar una decisión. No puedo continuar muriendo por dentro. No puedo seguir aferrándome a la incertidumbre y la esperanza ciega. Tengo que tomar las riendas de mi destino y asumir las consecuencias.

—Es hora de reafirmarte lo que siento, Park Jimin. No huiré. Ya no más.

La actualización llegó antes de lo previsto. Mi mente ha quedado seca, pero ver esa presentación me inspiró de sobremanera y quería publicar lo antes posible. Esto es todo por esta semana.

Chao chan 😘

Hasta el próximo lunes.

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