Capitulo 4

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Ignacio G.

—Sal de esta casa ya mismo.

—¿Quieres espacio para llorar a solas?, eso me dice tu voz, estas a punto de llorar eres tan frágil que con un par de palabras te rompes.

—¡QUE SALGAS DE ESTA PUTA CASA!— grite fuerte dándole un golpe al sillón.

—Eres chistoso sigamos hablando— se rio levantándose del sillón, se acercó un poco más a mí— te molesta que digiera la verdad, que te recuerde tu estúpida situación, como viniste llorando a rogarle por ayuda, eres más patético de lo que imaginaba.

Sin pensarlo dos veces me acerqué a él y le di un fuerte golpe en el rostro, había inclina un poco el rostro por el golpe y tenía el labio partido, antes de que pudiera reaccionar por lo que hice, él me dio un golpe en el rostro haciendo caer al suelo, me dio una patada en el estómago y en la espalda, me dio otra en la pierna derecha, duele como el infierno, el ardor es insoportable, pero si me atreve a levantarme estoy seguro de que me iría peor.

—¿Qué carajos?, Alexis— esa era la voz de Alison, gracias Dios por mandarla— lárgate de aquí— sentí como ponía su mano en mi mejía— Alexis, lárgate.

—Cuídate princesa— con eso último salió de la casa.

—¿Puedes levantarte? — puso una mano detrás de mi espalda intentándome ayudar a parar.

—Si— me ayudo a sentarme en el sillón— no te preocupes no fue nada.

—Como que no fue nada, mira lo que te hizo, ese imbécil no cambia, llamaré a Isaac él debe de saber lo que hizo, también como se atreve a entrar aquí sabiendo que él se lo prohibió.

—¿Por qué se lo prohibió? — pregunté acostándome.

—Alexis es un completo hijo de puta, nunca entendí si tuvieron alguna disputa o algo, simplemente le dijo eso delante de todos, tampoco quise preguntar nada, espérame aquí buscaré el botiquín.

—¿Tienen botiquín?

—Si, en el instituto nos enseñaron que siempre debe de ver uno en casa, después me di cuenta de que era muy necesario por mi hermano, así que le pedí dinero para hacer uno.

Se levantó del suelo y la escuché abriendo unas gavetas, después abrió el refrigerador y regreso conmigo.

—Cuando lo vio dijo que había exagerado comprando— abrió una caja que estaba como decorada, estaba dividida en pequeños cuadrados en el interior, pude ver, botes de alcohol, gasas, vendas, pastillas, curitas, pinzas, tijeras entre otras cosas, pero hubo una pastilla que llamaron mi atención— ¿Qué son?

—No sé, Nayeli una vez que vino las dejo allí, dijo que por ningún motivo tomara una, que eran solo para él.

Me puso un poco de alcohol en el labio y la mejía, me quite la camisa y me aplico un poco y después hielo, el dolor disminuido, cuantas veces abra venido Isaac así, cuantas veces ella tuvo que curarlo, cuantas veces no habrá venido a dormir y ella sin saber dónde está.

—¿Qué sucede? — levante la vista y él estaba parado en la puerta.

—Na...

—Alexis estuvo aquí, cuando vine Ignacio estaba en el suelo y él le estaba dando una patada en la pierna, mira como lo dejo, tiene rojo del golpe en el abdomen y la espalda, hasta le reventó el labio— Alison estaba muy enojada y su expresión y tono la delataban.

—¿Qué fue lo que sucedió? — pregunto.

—Acabo de expl...

—No te estoy preguntando a ti, le pregunté a él, que le dijiste para que hiciera esto, no solo vino y te golpeo.

—No es mi culpa— mencioné.

—Bien, no es la culpa de nadie, dejemos así— con eso último camino hacia al cuarto dejándonos solos en la sala.

—No.

Me levante y agarre la camisa de los brazos de Alison y camine hacia el cuarto, estaba buscando algo en una gaveta, lo metió a una mochila que tenía en la cama.

—¿No te importa lo que me hizo?

—Estas con vida, agradece eso.

—Ese hijo de puta entro en tu casa como suya, dijo un motón de mierda, me dio una paliza y dices que no es culpa de nadie.

—Si, no es culpa de nadie, no jodas con eso.

—EN LA PUERTA—grito ella desde la sala.

—Mientras no este puedes dormir en la cama, solo no traigas a nadie, ve a comprar las cosas para el Instituto, puedes usar una de las mochilas que hay, si te alcanza compra una nueva como quieras.

—¿Cuándo vuelves?

—Recuerdas lo que hablamos, nunca preguntes.

—Solo quiero saber, no hay nada de malo, ¿volverás pronto?

—¿Qué hablaste con Alexis?

—Nada.

—Entonces te golpeó solo porque sí.

—Aja.

Vi como movió un poco la cama y saco un arma de allí, la reviso y se la guardo en el pantalón en la parte de atrás, se bajó la camisa para ocultársela, agarro la mochila y se la puso en la espalda.

—¿Qué vas a hacer? ¿Volverás pronto? — esas dos preguntas salieron de mi boca, antes de que pensara en lo que había dicho, esa es de las primeras cosas que me dijo, que nunca pregunte donde esta o que hace.

—¿El almuerzo está listo? — pregunto evitando las dos preguntas que acabo de hacer, lo agradezco porque no sé dé donde salieron.

—Si, si te da tiempo serviré para que comas antes de irte.

—Bien.

Salí de allí y vi a tres de ellos en la puerta esperando, pase de largo de ellos y calenté la comida, ya que ya está fría, serví la comida en tres platos, los lleve a la mesa y los acomodo, serví el fresco que había comprado y deje todo.

—Llego en unos minutos— los tres se fueron y él se sentó en la mesa.

Comimos en completo silencio, Alison está enojada por la actitud tan despreocupada sobre lo sucedido, Isaac creo que se siente incómodo por las preguntas que le hice, pensé que estaría más enojado, pero no, dejaré de lado lo que quiera que él signifique para mí. Me concentraré en estudiar e irme de aquí, no seré siempre bienvenido, tampoco aguantaré estas mierdas de ellos, lo poco que le importo, claro no soy ella no debo de importarle, no soy nadie para él.

—Ignacio...

Si le digo lo que él dijo claro que se enojaría, pero sería conmigo no con él, quizás esos estúpidos rumores comenzaron porque estoy aquí, nunca nadie se atrevería a hablar de el de esa manera si no fuera por mí, sabrán que soy, él les abra dicho a ellos, comenzarían a molestarme como lo hacían ellos, las cosas puede que se vuelvan a repartir, ya no es seguro que me quede con ellos, él no me protegerá él dejara que ellos me maten, aunque será menos do...

— Ignacio— alguien me movió fuertemente del hombro— despierta.

— Q-qu-que— mire a mi alrededor y ella estaba a la par mía algo ¿asustada?, él solo me observaba en silencio, mire así abajo y mi mano estaba sangrando, estaba presionando mucho el tenedor de las puntas.

—Suéltalo— me sujeto la mano haciendo que lo soltara, estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta de lo que estaba sucediendo a mi alrededor.

Tenía su mirada encima, pero no decía nada, seguía comiendo como si nada hubiera sucedido, ella regresó con el botiquín, con algodón con alcohol comenzó a limpiarme la herida con calma y cuidado, después me puso un poco de crema y me puso una gaza con cuidado, él seguía comiendo.

—Te amo, ten cuidado y cierra todo con llave— le dio un beso en la frente y agarro la mochila, salió sin despedirse de mí, me levanté corriendo de la silla, alcanzándolo cuando estaba cerrando la otra puerta.

—Yo no existo o que mierda.

—¿De qué hablas? — pregunto dándose la vuelta.

—Haces como que no existo, pero a la vez si existo, que mierda es eso.

—¿Qué quieres en realidad?

—Que no me ignores, eso quiero, que no me trates como basura, si te molesta me puedo ir, puedo buscar otro lugar donde quedarme.

—¿Tienes una crisis existencial o qué?, en ningún momento te dije que te fueras, que esperas que te trate como ella, te beso y me despido como ella, eso quieres.

—No, no busco que me trates así, solo que no me trates como basura, ese hombre entro en casa y me golpeó y a ti no te importa.

—¿Es por eso tu enojo? — suspiro como cansado de la conversación— hablaré con el sobre eso, no volverá a suceder, puedes estar tranquilo— se acercó a mí y me acaricio la cabeza revolviéndome el cabello— vuelvo en una semana.

—Muy bien serian todos los libros.

—Sí.

—Muy bien, serian el libro de Lenguaje, Ciencias, francés, inglés, Sociales, Matemáticas— se alejó por unos momentos y regreso con los seis libros— solo debes de pagar por el libro de Ingles y Francés que no los entrega el ministerio de educación, serian treinta y cinco dólares.

Le entregue el dinero y ella me los entrego con una factura, después de eso decidí ir a una librería que está en el mercado, camine hasta la parada y espero algún bus o microbús de todos modos cualquiera pasa por allí, espere poco hasta que un microbús venía, después de un rato llegue, camine hasta alguna librería y compre lo que necesitaba, compre los cuadernos y un par de marcadores.

Espere el bus de nuevo para ir a casa con lo que compre, esta vez tardo una hora en pasar, pero llegue a casa antes de que ella, Alexis cuando me veía solo reía o me volteaba a ver sin expresión alguna, quizás él habló con él antes de irse, ya tres días desde que se fue.

Mañana comienzo clases con normalidad.

—Podrías prestarme tu computadora un rato.

—Si la contraseña es 190519.

Me adentre al cuarto y me senté en la cama, encendí la computadora y cree una nueva cuenta de Facebook, Instagram y Twitter evite poner alguna foto de perfil así que descargue cualquiera que encontré en su computadora, busque el perfil de Isaac, me costó un poco, pero me apareció, hace poco había subido una foto de un paisaje, quizás por donde esta pudo tener esa vista.

Busque el perfil de mis amigos y les mande una solicitud, pero después les mande un mensaje directo, ya que no podrían saber que soy yo.

Román: "Mierda por fin apareces"

Román: "Te encuentras bien, ¿Dónde estás?"

Hugo: "¿Dónde estás?, tu madre parecía loca, pero ahora es como si nunca viera tenido un hijo"

No conteste sus mensajes los deje en visto, no sé cómo debería de explicarles lo que ha sucedido y donde estoy, tan importante es papá que le importa más que yo, aunque claro yo no soy su hijo, no compartimos sangre ni somos nada, simplemente soy el hijo del hombre con el que se casó.

Creo que sobre pienso mucho las cosas por momentos, pero siempre ha sido así, cerré las cuentas y deje la computadora de lado, es más cómodo dormir en la cama que en el suelo y eso que no duermo exactamente en él.

Hoy tendría que volver según mis cuentas, hace cuatro días comencé a ir al Instituto una rutina diferente, pero me mantiene en más movimiento y menos aburrido, me toco en la sección A y ella está en la B, nuestros horarios son casi los mismos, entramos a las siete de la mañana y salimos a las tres y media, hay un día que salimos a las cuatro y media por un taller que es obligación.

Pensé que me costaría más acoplarme, pero no fue así, me llevo bien con la mayoría de ellos, me hice amigo de Benjamín y Juan el primer día que llegue, ahora entiendo por qué dicen que no cualquiera puede asistir aquí, las tareas son pesadas, pero tampoco a matarte, si buscas una beca en nombre de la familia Monaghan si puede sentirse una mierda estudiar aquí,

—¿Vienes con nosotros? — pregunto Benjamín sentado en el suelo.

—¿A dónde?

—Iremos a jugar fútbol un rato a la cancha municipal, ¿vienes?

—No puedo hoy, tengo algo importante que hacer en casa, tengo que irme— me despedí de ellos y espere en la salida a Alison.

Caminamos juntos hasta la parada de bus, llegamos a casa y ella hace algo que comer o por veces no comemos nada, comemos en el Instituto, una galleta y una gaseosa o algún sándwich. Si traemos trabajos los hacemos juntos, no importa la sección por veces nos dejan casi las mismas tareas o por veces él cambia algunas cosas o detalles para que no se puedan copiar entre todos.

El cumpleaños de la señorita Aurora se acerca así que ese día solo iremos en la mañana, hacen como una fiesta representativa ante ella y después somos libres, agradezco eso porque nos dieron más tiempo para organizar la exposición que el profesor de lenguaje pidió, quien mierda pide una exposición de un día para otro sabiendo que ese día salimos a las cuatro y media de la tarde.

—Puedes dormir en su cama hoy como despedida.

—¿No vendrá ya?

—Cuando es así viene hasta en la noche o por la madrugada, o hasta el siguiente día en la tarde, no es seguro que venga ya, así que despídete.

—Tengo una duda hace unos días, pero no sabía cómo preguntarte sin incomodar.

—Claro dime, si no es nada sobre lo que hace él, todo bien.

—¿Lograron encontrar al asesino de su hermano?, ¿él era el mayor?

—¿Quién te lo dijo?

—Eso no importa, ¿por qué no me hablaste de eso?.

—Después de su muerte no hablamos casi de él, te equivocas era el mellizo de Isaac menor por cinco minutos.

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