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.ೃ 💐 Pancita .𓄼

Tres meses habían pasado y el embarazo de Doyoung iba bastante bien, según las propias palabras del doctor, el comportamiento antes agresivo y arisco del conejito ahora había sido reemplazado por uno más cálido y cariñoso, se pegaba a Jaehyun cada vez que podía y no se alejaba hasta obtener algunos mimos y abrazos, eso sí, aún no dejaba que nadie tocara su vientre, era muy protector con esa área de su cuerpo.

Un cambio significativo seria el tamaño de su estómago y el aumento de su consumo de comida, antes comía poco gracias a las náuseas, ahora solo comía sin parar, su comida favorita eran los pastelitos de avena que el tigre solía comprarle cada tarde y que ahora consumía al menos tres veces al día.

Jaehyun estaba un poco preocupado con respecto a esto por lo que consultó con el doctor, este le dijo que era perfectamente normal y que intentara cumplir sus caprichos, pero le aviso que no podía consumir demasiada sal o azúcar, el castaño había optado por hacer estos pastelitos él mismo y no agregarle mucha azúcar, en lugar de eso uso un poco de miel para endulzarlas.

Su plan había tenido éxito y a su bebé le habían gustado mucho por lo que dejó de comprarlos y siempre había una gran cantidad de estos para que el conejo pudiera comerlos cuando quisiera. Doyoung al ver esto no pudo evitar felicitar a su tigre.

En estos tres meses ambos habían discutido el nombre de la criatura, aunque no estaban claros cuantos serían ya que los conejos eran muy fértiles. De hecho, Doyoung había preguntado por qué podía dar a luz siendo hombre y el doctor le pudo contestar luego de una breve duda.

— Una cierta cantidad de conejos machos nacen con esta característica, ya sea por la alta fertilidad de sus padres o por uno de sus antepasados, no está claro, pero es posible, mi hipótesis es que desde el comienzo estas personas existían, pero eran pocas, hay constancia de otras especies herbívoras que cuando son machos se puede dar esta capacidad. —contestó con lentitud para que entendieran sus palabras—, no son muchos, pero si los hay, traté a uno en el pasado, gracias a eso sé lo que puedo ayudarte. —agregó.

Ambos entendieron y aceptaron esas razones, probablemente nunca sabrían por qué exactamente existían esta clase de animales, pero estaba bien, tampoco les importaba mucho, eran felices después de todo, adoraban poder formar su propia familia. El hombre también agregó que estos casos solo se daban en herbívoros por lo que era poco probable que existiera algún carnívoro macho con esta capacidad.

Antes de irse el pelinegro recordó algo y decidió cuestionárselo al médico también, para salir de dudas. Quería saber por qué su trasero mojaba cuando estaba muy excitado.

— Tal vez sea por tu fertilidad, tu cuerpo se prepara para aceptar la semilla en tu interior y producir un hijo, al mismo tiempo hace más fácil la penetración, es más placentera y mucho menos dolorosa. —La voz del doctor era dudosa, tal vez no estaba muy seguro, Jaehyun se sorprendió, no sabía de esto, puede que esta fuera la razón por la que siempre el interior de su bebé era tan mojado. Su rostro seguía siendo serio, pero sus pensamientos habían viajado hacia otro plano diferente.

— ¿Esto siempre sucederá? —El hombre con parte del cabello canoso, asintió un poco avergonzado.

— Lo más probable es que sí, ya que tu cuerpo es así. —Las orejitas del conejito se estremecieron al igual que su esponjosa colita gris, hizo un puchero asintiendo, su mano acariciando su estómago hinchado.

— Gracias, doctor. —Hizo una ligera reverencia antes de tomar a su tigre del brazo e irse, el castaño le dio una reverencia al hombre antes de correr detrás de su lindo conejo.

Ambos caminaron tomados de la mano por un pequeño sendero para salir del conjunto de casas viejas del lugar, aquí vivía mayormente la gente mayor y algunos doctores herbarios, cosa muy poco útil para un embarazo. Doyoung detalló el lugar por milésima vez antes de seguir avanzando, su oreja peluda tembló al sentir el cálido aliento de Jaehyun chocar contra ella.

— No sabía que te pasaba eso, amor, ya sé porque siempre es delicioso estar en tu interior, siempre tan húmedo. —El pelinegro se sonrojó con violencia, apretó el puño al escuchar la risa del castaño, frunció el ceño y le pegó un fuerte golpe al tigre en la nuca, Jaehyun sintió dolor un emitió un quejido.

— ¡Animal! —exclamó ofendido ante las burlas maliciosas de su pareja, sus mejillas gorditas se encontraban rojas como tomates al igual que su cuello descubierto, sintió su corazón latir rápido en cuanto obscenas imágenes llenaron su mente. Jaehyun bufó.

— Los dos somos animales, literal y metafóricamente. —aclaró. Doyoung gruñó enojado y su ceño se frunció.

Otro fuerte golpe se escuchó en las angostas calles seguido del sonido de una fuerte cachetada, junto a eso se escuchó un quejido y un gruñido.

— ¡Maldito vulgar! —gritó enojado antes de caminar solo por las calles, sus brazos cruzados y sus pasos fuertes y rápidos, alejándose del tigre.

Jaehyun se sobó el cachete, aunque era mucho más fuerte que su bebé, si que le dolía un poco, al ver como el pelinegro se alejaba cada vez más, el castaño corrió hacia su amado e intentó convencerlo, también se disculpó por su indiscreción. Luego de un rato de ruegos, ambos se fueron en paz a casa.


Ya se encontraba anocheciendo y mientras Jaehyun preparaba una cena simple y ligera, Doyoung se encontraba dándose un baño con menta, supuestamente el aroma y la planta en si ayudaban mucho al cuerpo, es por esto que el doctor les recomendó utilizarla.

El pelinegro suspiró gustoso por la temperatura idónea del agua, la misma brillaba a causa de la lámpara de aceite sobre el techo, el rico y refrescante aroma de la menta inundó sus fosas nasales, relajándolo por completo.

Doyoung lavó sus orejas y colita minuciosamente al igual que todo su cuerpo, sonrió feliz, tenía ganas de comer nuevamente esos deliciosos y fragantes pastelitos de avena.

El conejito pasó su mano por su vientre de tres meses, el mismo no era extremadamente grande, pero si acorde a la fecha de embarazo. Frunció el ceño al sentir algo extraño en su pancita, sintió su nariz agriarse y sus ojos arder ante sus repentinas ganas de llorar, se levantó bruscamente del agua, salpicando el suelo en el proceso.

— No, no, no. —murmuró constantemente, su voz un poco ronca y quebrada por las lágrimas que ahora recorrían sus mejillas.

Jaehyun sintió el llanto ruidoso de su conejito, se alertó enseguida pensando que había ocurrido algo malo con el cachorro, sus orejas se movieron intentando captar algún peligro, apagó la estufa antes de salir corriendo hacia el baño, su ceño se frunció.

— ¿Qué sucede? —exclamó alarmado. Doyoung sintió la llegada de su tigre e intentó ocultarse, pero pensó que tal vez él tenía una solución a su problema por lo que se volteó y su estómago abultado quedó al descubierto.

Jaehyun no tuvo tiempo de admirar la desnudez de su amado antes de fijarse en la pancita hinchada de su bebé, su mano izquierda se paseaba por ella mientras su mano derecha intentaba secar las constantes lágrimas que brotaban de sus ojos estrellados.

— J-Jae... —El mencionado tomó una toalla y cubrió el cuerpecito de su conejito pelinegro, lo secó con rapidez y dio palmaditas en su espalda.

— ¿Qué sucede? —preguntó. Doyoung hizo un puchero que el castaño no pudo evitar besar con cariño.

— Mira mi estómago, es f-feo. —Su voz era baja y quebrada. Jaehyun miró su vientre y notó pequeñas estrías en el lugar, sabía que probablemente pasaría esto gracias a que de manera ocasional veía a su pelinegro rascando el lugar.

Sin embargo, Jaehyun no creía que fuera feo, de hecho le parecía hermoso, después de todo era evidencia de que su amante cargaba sus cachorros en su interior, cosa que le encantaba y encendía en igual medida, aunque lo segundo era irrelevante.

— No eres feo. —afirmó—. Eres hermoso, amor, el ser más hermoso que conozco, esas marcas son evidencia de nuestro amor y de que cargas con mis, no, nuestros cachorros en tu interior. —Sus labios besaron cada pequeña marca blanca en su estirada piel del vientre, sus ojos brillaban con amor y adoración, sus besos eran suaves y delicados, amorosos, parecía ser como un devoto religioso.

El pelinegro dudó, su colita tembló de emoción, pero él siguió dudando. Aún así, sorbió por la nariz y preguntó.

— ¿Lo dices en serio? —cuestionó con voz dudosa, finalmente había dejado de llorar, su nariz seguía roja, pero eso solo le daba un aire tierno y lindo.

— Sí, bebé, eres perfecto. —insistió. Su voz era cálida, muy tranquilizadora.

Doyoung dejó de dudar, sonrió con suavidad y asintió, abrazó el gran y fuerte cuerpo del mayor, su cuerpo humedeció la ropa del castaño, Jaehyun correspondió el abrazo de su pequeño y olió su aroma ahora un poco lechoso.

— Entonces demuéstramelo. —Su voz era baja y seductora, bastante hipnótica para un hombre en abstinencia como Jung Jaehyun, que lleva tres meses sin probar nada más allá de besos calientes y su fiel mano derecha.

Se relamió los labios con deseo, asintió lentamente, Doyoung fijó su vista en la gran cosa que chocaba contra su muslo y sonrió seductor. Se quitó la toalla y la dejó caer al suelo, exponiendo su blanco y delicado cuerpo desnudo.

Y entonces la cena se fue al demonio.

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