Consigo despertar a Gerriot y juntos golpeamos la puerta para poder salir. Al ser más de uno y con nuestra fuerza sobrenatural, tardamos un poco, pero lo logramos. Avanzamos por la cripta, entonces visualizamos a Orión al final de uno de los caminos. Las ramas que estaban pegadas en las paredes se desprenden, es la magia de la bruja de mi madre.

—Yo... creo saber la razón de que estemos aquí —le digo a Gerriot.

—¿Cuál?

—Mamá quiere mi cuerpo, no hay duda.