Entiendo la razón de querer olvidar, mi mente bloqueó todo por culpa del dolor, pero lo empeoró. Si hubiera sabido quizás todo hubiera sido diferente.

La solución nunca es olvidar, ahora lo comprendo, aunque ya es tarde.

Me visto con lo que encuentro, preparo las tumbas y luego salgo al bosque. Todo es tan silencioso en estos instantes, puedo llorar.

Una luz se ilumina en el suelo, así que alzo la vista. Una sonrisa triste se forma en mi rostro, pero también es una de alivio. La conexión con la luna sigue latente, es una tranquilidad entera, constantemente se encuentra conmigo.

Aunque esté en mi peor momento, de algo siempre estoy segura, la luna siempre está ahí, trayéndome paz.

Fin.