Jennie's confession

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cuando le conté a Jisoo, ese mismo día, de lo que había dicho Lisa y su estúpida ley del hielo, claro que mi mejor amiga sólo se pudo reír de mí.

—Jendeukie ~~ —me sacudió para que le preste atención, a lo que sólo rodé los ojos—. La pequeña Lis es toda una manipuladora.

Yo asiento, totalmente de acuerdo.

—Tendrás que ir y decirle~ —canturreó, y la ignoro mientras cargo un par de libros y camino hasta su sección—. ¡Dilo, dilo, dilo, dilo!

—Lalisa Manoban, te amo.

—¡Pero no me lo digas a mí, idiota! —me golpea y no puedo evitar reír—. Díselo a ella.

—Sí, Soo —habló, con una sonrisa estúpida en el rostro—. Estoy esperando el momento.

—Te encanta hacer esperar a los demás —sólo le dedicó una mirada enojada porque sé que si la golpeo, me lo devolverá más fuerte.

Hablo con Lisa más seguido y bastante, pero ella no dice ni una sola palabra, asiente, niega y sonríe, hasta llega a reír, pero la ley del hielo que me aplaca es contundente.

—Al menos no te ignora —dice Jisoo cuando le cuento—. La ley del hielo original implica que hagas como que no existes y no te habla, al menos reconoce tu presencia.

—Gracias por tan lindas palabras —es lo único que respondo.

Pero por más que estamos bien en esa extraña relación de mudismo, simplemente no puedo decirlo, esas dos palabras no surgen estando con ella o son interrumpidas por algo más, y lejos de estar triste, Lisa parece decepcionada, pero está feliz de alguna forma, a mi lado, se le nota en sus ojos y en su sonrisa, o en su rubor.

Apenas pasan dos días, o tres, ya no sé correctamente, y veo a Jisoo en la entrada de mi casa, estoy en uno de esos días donde no quiero salir de mi soledad y prefiero ahogarme en la oscuridad de mi cuarto.

—Vas a ir y se lo dices —comienza, mientras busca ropa en mi armario, que conoce perfectamente—. Te vistes bien, te arreglas ese pelo feo que tienes.... El poco que te queda, y le dices que la amas de una vez por todas.

—Soo...

—Ni que Soo, ni que Jisoo, ni que tres vergas, Jennie Kim —me interrumpe—. Lisa no va a esperar por siempre.

Yo no respondo.

—¿Tengo que desvestirte yo misma? —pregunta, con irritación, y le hago una seña para que salga del cuarto.

Al terminar de arreglarme no puedo evitar sentirme incómoda con el estúpido vestido, y Jisoo me lleva en su auto hasta dónde está Lisa, me palmea el hombro y el trasero, me dice unas últimas bruscas palabras de ánimo antes de dar unos pasos atrás y hacerme sentir completamente solo frente a una batalla.

Al ver la puerta me preparo mentalmente para aumentar mi grado de valentía una última vez, tomo una bocanada de aire y entro con rapidez.

Es momento de terminar con todo esto.

Mis tacos bajos hacen eco en esa habitación. Me desabotono los primeros botones del abrigo para estar un poco más cómoda.

Lisa está ahí, es la única, ahora, toda esa sala es para nosotras dos, y el pandita, que está a su lado.

—L-Lisa... —mis palabras suenan contadas por los nervios entre otras emociones, mientras me acerco a ella—. Lo siento, ya no lo soporto, a la mierda el lindo momento... ¿Me dejas decirte todo lo que siento ahora, bebé? Hace días que no me hablas, no te va a costar aguantar unos minutos. Es un poco largo, pero... En serio tengo mucho para decirte.

Me inclinó hacia ella, mi mano duda en tocar su mejilla y tardó unos segundos en acomodarla finalmente en esta, dejando caricias con mi pulgar.

—Te amo —confieso—. Te amo tanto, tantísimo, te amo desde el primer día, te amo desde esa cita... O quizás te amo desde antes, es lo más probable.

>> Soy una idiota, lo sé, tu también lo sabes... Pero soy aún más idiota por creer que no te amaba, que no te quería, que no me gustabas... Y-y nunca te lo aclaré... No te odio, nunca lo hice, no podría odiarte, mierda. ¿Qué podría odiar de ti? ¿Lo malditamente perfecta que eres, quizás?

>> Me gustas, Lisa, desde hace muchísimo tiempo... Y estos días, estas semanas que pasamos juntas en serio me hicieron enamorarme de ti cómo nunca en mi vida.

>> Son las mejores porque tú eres la mejor. ¿Lo sabes?

Le sonrío, aunque por dentro no sé cómo sentirme.

—Eres hermosa, eres la mejor persona que conozco, eres la chica más perfecta que podría haber en toda la tierra. ¿Cómo no me iba a enamorar de ti, joder?

>> Te amo. ¿Te lo puedo decir más veces? Te amo, te amo, te amo...

>> Perdón por tardar tanto en decirlo, bebé, perdón por hacerte pensar que no estaba enamorada, perdón por ser tan lenta y darme cuenta después de lo perdida que estaba por ti... Pero te diste cuenta que estaba enamorada de tí antes de que yo misma lo aceptara, ¿no?

>> Pero te amo ahora, te amo desde hace bastante, pero ya lo dije... Ya puedes terminar esa estúpida ley del hielo —me encojo de hombros—. Aunque ya lo sabías, ahora puedo decir que yo también lo sé, y te lo diré todos los días. ¿Sí, bebé?

La miro un momento y las lágrimas no tardan en fluir, las estuve acumulando todo mí discurso, me acerco a ella y dejó un beso suave en su frente, acariciando su cabello.

—Perdón por no decirlo cuando aún te quedaba tiempo, bebé.

No puedo aguantar mucho más, me separo de ella y bajo la tapa del ataúd, escondiendo por completo su cuerpo dentro de este.

FIN

Antes de que se me de sangren, queda un extra, y gracias a que el autor tiene un poco de piedad, un final alternativo, espérenlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro