"Tienes un nuevo mensaje"

Vio en su pantalla mientras las gotas de la lluvia seguían cayendo sin parar.

—Cierto...Jungkook.

Entró al chat y pudo ver el mensaje del pelinegro.

"Ven esta noche, tengo un buen whisky que podríamos compartir"

Jimin miró el mensaje sin expresión alguna, pues sabía que "eso" debía parar después de la conversación con su padre.

—Una noche nada más.

Sus labios temblaron al pensarlo.

—Una noche...

Respondió el mensaje de texto con un "Voy en camino" y guardó su celular.

Estaba empapado, pero ni siquiera se había detenido a pensar en eso, simplemente pensó en disfrutar probablemente la última noche que tenga con ese hombre.

Por un lado era lo mejor, no debía pasar mucho mas tiempo de lo debido con el, después iba a ser difícil dejarlo ir.

Aunque mentalmente, por alguna razón, ya le estaba costando.

[...]

Había llegado a aquel edificio, su rostro era un desastre al igual que su ropa pero sinceramente no le prestó atención.

Mientras subía en el ascensor pudo ver sus manos ensangrentadas y suspiró, debió pasar por una farmacia antes de haber ido.

—Duele.

Susurró antes de suspirar y salir del ascensor que ya había llegado al piso en donde vivía Jungkook.

Tocó el timbre y a los segundos la puerta fue abierta mostrando a un Jungkook sonriente.

—Estaba pensando en...

Jungkook se detuvo en seco al verlo en ese estado, realmente estaba sorprendido y a la vez estaba preocupado.

Más la segunda que la primera.

—Jimin...

Murmuró antes de acercarse lentamente y levantarle la barbilla lentamente.

—¿Qué te sucedió?

Jimin absorbió la nariz levemente antes se suspirar y hacer una sonrisa.

—Estaba lloviendo y no tenía paraguas.

Vio como sus ojos estaban rojos, al igual que partes de su camisa, y surgió una especie de preocupación al suponer que estaba herido.

—Pasa.

Dijo haciendo que entre antes de cerrar la puerta tras ellos.

—¿Te lastimaste?

Jimin lo miró curioso.

—¿Por qué lo dice?

—Tu camisa esta algo...manchada.

Jimin bajó la mirada y era verdad, habían pequeños rastros de sangre, probablemente había limpiado sus manos en su camisa por error.

—Oh eso.

Levantó sus manos hechas puño.

—Me lastimé un poco mis manos.

Jungkook frunció el ceño y se acercó con rapidez al rubio.

—Deja verlas.

Levantó una de sus manos y pudo ver los raspones que yacían en la palma de sus manos.

—¿Qué...te sucedió?

Preguntó antes de levantar otra de sus manos y ver que estaba igual de heridas.

—Me caí.

Se encogió de hombros.

—Date una ducha y ponte ropa seca, buscaré unas gasas y alcohol.

Jimin vió como se dirigía a uno de los cajones de la cocina y él simplemente suspiro antes de dirigirse a la ducha de la habitación de Jungkook.

[...]

Con unas cuantas prendas cómodas que Jungkook tenía en su closet, salió a la sala de estar y vió a Jungkook abriendo unas bolsitas de gasas sentado en el sillón.

—Ven, Jimin, no quieres que eso se infecte.

Jimin se acercó y se sentó a su lado, y pudo sentir como Jungkook atraía su mano derecha.

La secó cuidadosamente con la gasa estéril que recién había abierto con mucho cuidado.

Aplicó alcohol en la herida para prevenir infecciones, haciendo salir unos cuantos quejidos de Jimin, pues le ardía un poco.

Luego, colocó una capa delgada de ungüento antibiótico en la herida y cubrió la herida con una gasa y un vendaje adhesivo.

—Ten más cuidado.

Musitó repitiendo el mismo procedimiento en la otra mano.

—Gracias, koo.

Jungkook levantó la mirada y sonrió levemente.

Ese apodo era nuevo, pero le gustaba.

—Desde ahora dime así, suena bien.

Movió un mechon del rubio cabello que se encontraba en su frente detrás de las orejas, para así depositar un pequeño beso en la comisura de sus esponjosos labios.

—Claro...

Musitó al recordar que esa sería una de las últimas veces que estarían así de juntos, por el bien de ambos.

—Listo, trata de no apoyarte mucho.

Habló mientras recogía las bolsitas de plástico vacías para desecharlas.

—Te invité para beber un poco, pero creo que mejor tomamos un café caliente, ¿qué te parece?

Dijo meintras revisaba una de sus estanterías de la cocina.

—Me parece bien.

Jungkook sonrió y asintió.

—Entonces haré un poco.

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