1

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Era lunes por la mañana y EunJi no había comenzado bien el día .... había perdido el autobús, llovía a cántaros y no tenía paraguas. Además tenía una enorme carrera en las medias que llevaba puestas.

Salió del ascensor y entró en su despacho, en el edificio de Colette, Inc., la casa de joyas conocida mundialmente.

Por lo general, un poco de lluvia o una media rota no la afectaban tanto , siempre tenía un aspecto cuidado que hacía que pasara
desapercibida. Pero aquella mañana tenía que hacer una presentación delante de
todos los altos cargos de la empresa.

EunJi temía hablar delante de un grupo, o
cualquier situación en la que tuviera que ser el centro de atención,estar empapada
de los pies a la cabeza solo empeoraba las cosas.

Trató de retocar un poco su melena rojiza, pero el pelo se le rizaba en todas las
direcciones. Se peinó hacia atrás y se hizo una coleta, tenía la tez pálida y algunas
pecas en la nariz, pero rara vez trataba de ocultarlas con maquillaje, es más, por lo
general no se maquillaba nunca.

Mirándose al espejo, se quitó las gafas y secó los cristales con un pañuelo de papel, le hubiera gustado llevar lentillas, pero nunca se había sentido cómoda con ellas y menos teniendo en cuenta que el trabajo de diseñar joyas requería mucha atención visual.

Además, no tenía a nadie especial a quien quisiera impresionar, llevaba una falda de flores que tapaba casi toda la carrera de sus medias. Pero el jersey, que normalmente le quedaba suelto y no resaltaba su figura estaba mojado y se le pegaba al cuerpo como si fuera una segunda piel.

Su madre le había dicho muchas veces que su físico era una bendición, pero ella no opinaba lo mismo,al contrario, se sentía acomplejada de tener mucho busto y de que por ello, los hombres se fijaran en ella.

EunJi hacía todo lo posible para ocultar su silueta,el broche que llevaba en el jersey tiraba de la lana, así que se lo quitó con cuidado. Lo observó durante un instante sujetándolo en la palma de la mano era una pieza especial.

Cualquiera se daría cuenta, pero para ella, que era diseñadora de joyas, era algo más evidente. Era uno de esos objetos que se podían encontrar en una tienda de artesanía o en un lugar que vendiera joyas antiguas.

La noche anterior, EunJi  había ido a tomar café a casa de Rose , su casera, y esta le había
dado el broche. Rose lo llevaba puesto y ella se había fijado en él; entonces,Rose se lo quitó y se lo ofreció insistiendo en que lo llevara durante una temporada.

—Rose, es precioso. Pero seguro que tú lo aprecias mucho… ¿y si lo pierdo? —
le había preguntado EunJi.

—No seas tonta, no lo perderás —había insistido Rose—. Toma, póntelo. A ver
cómo te queda.

EunJi  estaba de acuerdo en que le quedaba estupendamente. Aun así, no le
parecía bien aceptar esa pieza de joyería tan valiosa. Pero Rose no aceptó un «no»
como respuesta.

Tenía un diseño redondeado, era una base de varios metales en la que había incrustadas ámbar y otras piedras semipreciosas.

Al mirarla, el brillo de las diferentes piedras con distintas formas y colores era cautivador, casi mágico.
Cada vez que EunJi contemplaba el broche le entraba una extraña sensación, pero no
sabía por qué.

Guardó el broche en el bolsillo de la falda, y pensó que allí estaría seguro. Rose decía que el broche siempre le había dado suerte y Eunji esperaba que a ella también se la diera para la presentación que tenía que hacer ese día.

Siempre llevaba una bata larga y gris para proteger la ropa cuando estaba en el
trabajo, y de paso, le servía para ocultar su cuerpo.

La descolgó de detrás de la puerta
y se la puso. «Sin ella parecería que estoy en un concurso de camisetas mojadas», pensó, y se abrochó los botones.

Eunji sabía que no era una estupenda, como otras de las mujeres que había en la oficina. Ella era lo que los hombres llamaban una mujer normalucha; siempre había sido así y dudaba mucho de que aquello fuera a cambiar. Algunas mujeres nacían así. O lo tenían todo, o no. ¿No era eso lo que su madre le decía siempre de
manera sutil? Si ese día estaba un poco despeinada, no importaba.

Nadie se daría cuenta.


Eunji se sentó junto a la mesa de dibujo y trató de pensar en cosas más importantes. Dejó la taza de café sobre la mesa y sacó una carpeta que contenía los bocetos de una nueva colección de anillos de boda. Sacó los bocetos y los repartió porla mesa.

Era la colección que tenía que presentar a las once en punto y quería darle el toque final. Sus compañeros de trabajo decían que era una perfeccionista, pero EunJi pensaba que lo que provocaba verdadera impresión en una pieza eran los detalles.

Puesto que le resultaba tan difícil hablar en las reuniones, necesitaba acudir a ellas sintiendo que su trabajo estaba impecable.

Cuando revisó los bocetos se sintió satisfecha de su trabajo, estaba orgullosa de la Colección Para Siempre y deseosa de ver qué pensaban los demás.

La colección de anillos de boda había sido idea suya y tenía un diseño sencillo pero elegante.

Por un lado, le parecía irónico que le gustara tanto crear preciosos anillos de boda, cuando
creía improbable que algún día un hombre deslizara una alianza de oro en su dedo anular y pronunciara los votos de amor eterno.

Solo había tenido una relación romántica, durante el último año de estudios universitarios, y había sido un desastre
total.

Cuando diseñaba anillos de boda, o relicarios con forma de corazón, o cualquiera de los muchos objetos que se intercambiaban los enamorados, siempre sentía una ligera sensación de amargura.

Intentaba distanciarse y convencerse de que
era su trabajo y de que no debía ponerse sentimental.

Después se iba a casa, se ponía ropa de trabajo y se encaminaba al estudio. Sola, en aquel espacio vacío, encendía el soplete y descargaba toda la frustración y la soledad en las esculturas abstractas de metal que construía.

A veces le costaba creer que llevaba cuatro años trabajando en Colette. El tiempo había pasado muy deprisa. Era el primer trabajo que tenía desde que salió de la universidad, y aunque no esperaba quedarse tanto tiempo, ya la habían promocionado dos veces y nunca había pensado en buscar otra cosa, a pesar de que otras firmas de la competencia habían intentado contratarla.



Hola! Espero que les guste esta nueva adaptacion ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro