Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 14

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JungKook se detuvo justo enfrente de una puerta enorme, la madera tallada en antiguos relieves y un pesado aldabón de hierro en forma de dragón. No había nadie alrededor; el silencio era abrumador y solo se oía el susurro del viento entre los árboles. Las estrellas brillaban en el cielo despejado, y la luna llena iluminaba el camino con una luz etérea.

— Oh, un castillo de vampiros — Soltó TaeHyung, con una voz cantarina y burlona.

JungKook todavía intentaba contenerse de saltar sobre TaeHyung, que era tan adorable y travieso a la vez. Sus pensamientos se debatían entre el deseo de protegerlo y la tentación de dejarse llevar por su ternura. Sacó su teléfono, escribió algo rápidamente, y pronto la puerta se abrió con un leve zumbido. Gracias a la tecnología y a NamJoon, que lo había programado para él. Entró en el patio empedrado y parqueó el auto en un espacio designado.

— ¡Casita! ¡No! ¡No! ¡Ayúda, abusara de mi! — TaeHyung comenzó a entrar en pánico y golpeó la ventana con los puños, sus ojos azules muy abiertos y brillando con una mezcla de miedo y confusión.

JungKook puso los ojos en blanco y abrió la puerta del auto, inclinándose para sacarlo.

— ¿Y quién lo hará? — Preguntó con una mezcla de exasperación y ternura, mientras lo sacaba del vehículo.

Las mejillas de TaeHyung estaban rojas, su aliento tenía el aroma dulzón del alcohol, y sus ojos, aunque turbios como los de un borracho, brillaban intensamente bajo la luz de la luna. JungKook casi se perdió en ellos.

— ¡B-Bunny! Lo hizo antes — Murmuró como un bebé haciendo pucheros, luego miró la cara de JungKook, sus facciones suavizándose por un momento — ¡Oh, Dios mío! ¡Eres tú! Maldito mentiroso — Señaló al azabache con un dedo tembloroso, mientras este lo arrastraba hacia la entrada. Luchaba por soltarse de su agarre, sus movimientos torpes y desesperados.

JungKook puso su dedo sobre el escáner biométrico, escribió su código y la puerta se abrió con un leve chasquido. Entró con TaeHyung, quien seguía murmurando palabras incoherentes mientras reía o hacía pucheros. La mansión estaba envuelta en una penumbra acogedora, con luces tenues y sombras que bailaban en las paredes.

Subieron las escaleras, el eco de sus pasos resonando en el vacío, y JungKook lo llevó a una habitación amplia y elegantemente decorada. Sin esfuerzo, levantó a TaeHyung y lo dejó caer sobre la cama, haciendo que rebotara en el colchón suave y mullido.

— ¡Ay! ¡Oh, es genial! — Se rió, comenzando a saltar en la superficie acolchonada, su cabello esponjoso moviéndose hacia arriba y hacia abajo con cada salto.

JungKook lo miró, una mezcla de diversión y frustración en su expresión. Recordó cómo se ponía TaeHyung cuando estaba borracho, pero esta vez parecía peor debido a las drogas. Apretó la mandíbula, recordando cómo le había desobedecido, y sintió una punzada de enojo.

— ¡Kookie, ven a saltar! Es gracioso — Seguía saltando sobre la cama, su risa resonando alegremente en la habitación.

— ¿Oh, en serio? ¿Por qué no saltas en mi pene entonces? — Dijo JungKook con un tono sarcástico, sus ojos fijos en TaeHyung. Este último se detuvo abruptamente, su rostro poniéndose rojo como un tomate.

— ¿T-tu pene tan bueno? — Inclinó la cabeza hacia un lado, con una expresión confundida y adorable. JungKook parpadeó un par de veces, sorprendido por la inocencia de la pregunta.

— ¿Lo olvidaste, bebé? — Preguntó sonriendo de manera provocadora.

— ¡Oww, no me llames así para hacerme sonrojar! — TaeHyung ahuecó sus mejillas con las manos y se agitó, su voz un adorable quejido.

JungKook se rió entre dientes y fue a buscar agua para que la bebiera.

Las drogas empezaban a hacer más efecto en él; su cuerpo se sentía más caliente, y su mente se nublaba con pensamientos confusos. Se quitó los pantalones negros ajustados con un gemido de alivio cuando el material se deslizó por sus ahora sensibles piernas. Se sentía excitado y un pensamiento sucio cruzó su mente, la única persona en su mente era JungKook haciéndole esas cosas sucias. Se mordió el labio inferior y se desabrochó la camisa, dejando solo dos botones.

Miró la cama en la que estaba parado y comenzó a saltar de nuevo, su risa mezclándose con el sonido de los resortes del colchón.

Pronto la puerta se abrió y JungKook entró, quedándose paralizado en su lugar. Sus ojos recorrieron el cuerpo de TaeHyung, solo en su camisa que ahora exponía la parte superior de su cuerpo y su bóxer hacia abajo. La visión de TaeHyung así, tan vulnerable y tentador, hizo que un ardor se extendiera por su pecho.

JungKook cerró los ojos tratando de controlarse, de no rasgar la ropa restante de TaeHyung y tomarlo allí mismo. Pensó que el menor no era él mismo en ese momento; se guardaría el castigo para más tarde, cuando estuviera completamente consciente.

— TaeHyung, agáchate — Lo fulminó con la mirada, su voz baja y amenazadora.

TaeHyung se detuvo, tropezando en la cama, y miró a JungKook con una expresión entristecida y confundida.

— ¿Por qué me hiciste eso? — Ahora tenía los ojos llorosos, brillando con lágrimas contenidas.

— ¿Hacerte qué? — Respondió JungKook, su voz suavizándose un poco, aunque aún cargada de frustración.

— ¡Secuestrarme! ¡Abusar de mi! ¡Y luego repetir el ciclo! — Exclamó, su voz quebrada por el dolor y la desesperación. Cada palabra que pronunciaba resonaba en el pequeño espacio, cargada de angustia.

— ¡Cállate! ¡Siempre dices que es un abuso! — Gritó JungKook, su voz llena de furia. Sus ojos se clavaron en TaeHyung, quien se estremeció al sentir la intensidad de la mirada del mayor.

El rubio retrocedió un paso, pero al observar detenidamente a JungKook, notó algo en su expresión que lo hizo detenerse. La dominancia y la fuerza que emanaban del azabache lo atrajeron de una manera que no podía comprender del todo. Con determinación, se acercó a él, quien lo miró con sorpresa y curiosidad.

Bajó la mirada y permitió que JungKook lo tomara en sus brazos. Sintió el calor del cuerpo del mayor, su respiración agitada y la firmeza de sus músculos. Con movimientos lentos, TaeHyung envolvió sus manos alrededor del cuello de JungKook y, para su sorpresa, también sus piernas alrededor de su cintura, sintiendo la dureza de sus músculos contra su propio cuerpo.

Se acurrucó en el cuello de JungKook, odiando el olor a tabaco y alcohol que emanaba de él, pero al mismo tiempo, encontrándolo extrañamente adictivo. Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras inhalaba profundamente. JungKook, aún sin comprender completamente las intenciones de TaeHyung, envolvió sus manos alrededor de su cintura, sintiendo la suavidad de su piel bajo la camiseta.

Pero pronto, mordió sus propios labios cuando TaeHyung mordisqueó su oreja, su punto débil. El mayor dejó escapar un suspiro entre dientes.

— TaeHyung, detén esto — Dijo, intentando mantener el control, tirando a TaeHyung sobre la cama con fuerza. Pero este no se detuvo. Con una mirada decidida, se arrastró hacia JungKook, agarrándolo por el cuello y tirándolo sobre él con sorprendente fuerza para su apariencia frágil.

JungKook sintió la dureza del miembro de TaeHyung cuando el más joven envolvió sus piernas alrededor de su cintura, impidiendo cualquier intento de escape. Lo atrajo hacia sí y unió sus labios con los de JungKook en un beso ardiente y desesperado. El mayor no perdió la oportunidad, sabiendo que TaeHyung no siempre correspondía a sus besos. Los labios de ambos se movieron en perfecta sincronía; TaeHyung con una mano en el hombro de JungKook y la otra en su cabello, enredando sus dedos en los mechones oscuros.

Las manos del mayor lo mantenían firmemente en su lugar, explorando cada rincón del cuerpo de TaeHyung. Una de sus manos se deslizó lentamente por la espalda del menor, arrancándole gemidos que resonaban en la habitación. TaeHyung no dejó de devorar a JungKook, sus lenguas entrelazándose en una danza salvaje. El azabache rompió el beso, un hilo de saliva los conectaba mientras ambos jadeaban por oxígeno, sus pechos subiendo y bajando con rapidez.

"Si no me detengo ahora, no podré hacerlo más tarde", pensó JungKook, alejándose con esfuerzo. Pero TaeHyung frunció el ceño, sus ojos azules brillando con deseo.

— J-JungKook, te deseo — Dijo en un tono seductor, su voz apenas un susurro.

— No me deseas, es solo el efecto de las drogas — Respondió, intentando quitar las manos de TaeHyung de su cuerpo. Su voz temblaba ligeramente, luchando por mantener el control.

— ¡Por favor tómame! ¡No puedo controlarlo, por favor! — Suplicó TaeHyung, sus ojos llenos de lágrimas y desesperación. Sentía un placer abrumador en su cuerpo que solo podría ser satisfecho con sexo.

— ¿Para cuando te despiertes mañana, digas que abuse de ti? ¡No, déjame! — Gritó JungKook, mirándolo con furia.

— No lo diré, JungKook, fóllame — Insistió TaeHyung, su voz cargada de urgencia y deseo. Y así, JungKook perdió el control y se rindió ante la desesperación de TaeHyung.

— ¡Oh, a la mierda! — Exclamó, lanzándose sobre TaeHyung de nuevo y quitándose la camisa con un movimiento brusco. El menor gimió, sin saber por qué le encantaba tanto. La visión del torso desnudo de JungKook, cubierto de tatuajes, lo dejó sin aliento.

El azabache, como una bestia salvaje, lo besó de nuevo, bajando por su mandíbula y cuello, dejando marcas rojas a su paso. TaeHyung amaba ese doloroso placer, gimió más fuerte, acercándolo con ambas manos en su cabello. El roce de los labios y la lengua de JungKook contra su piel lo hacía estremecerse de placer.

— Te encanta esto, ¿no? — Preguntó, sonriendo mientras succionaba la clavícula de TaeHyung, sus dientes rozando la piel sensible.

— S-sí, JungKook — Gimió, su voz apenas un susurro.

— Ese no es el nombre, bebé — Corrigió JungKook, mordiéndolo con más fuerza.

— Lo siento, papi — Dijo TaeHyung, satisfaciendo a JungKook, quien lamió la marca que había dejado y continuó bajando por su pecho, deteniéndose en cada pezón para lamer y morder suavemente, arrancándole gemidos de placer.

JungKook abrió el cajón junto a su cama y sacó unas esposas. TaeHyung lo miró con ojos brillantes y expectantes, sin poder creer lo que veía. "Vaya pervertido", pensó, su corazón latiendo con fuerza ante la anticipación de lo que estaba por venir.

— Pa-Papi no haga eso — Tartamudeó al escuchar el clic de las esposas en sus muñecas, el sonido metálico resonando en la habitación semioscura.

— Bebé, no le dices a papi qué hacer — Replicó JungKook con firmeza, dándole una palmada en el trasero. El golpe resonó en el aire y una marca roja comenzó a formarse en su piel. TaeHyung se mordió el labio inferior, intentando contener un gemido que finalmente escapó de su garganta.

Jeon, con su cabello azabache desordenado y su torso tatuado reluciendo bajo la luz tenue, sonrió con satisfacción. Se inclinó sobre Kim, su aliento caliente chocando contra la piel sensible de su pecho.

— Papi, por favor — Se quejó cuando la lengua caliente de JungKook se encontró con sus pezones erectos, provocando un escalofrío que recorrió su columna vertebral.

— ¿Por favor, qué? — Preguntó, mordisqueando uno de sus pezones mientras TaeHyung arqueaba la espalda en respuesta. Cada movimiento de la lengua enviaba ondas de placer que hacían que el menor perdiera la noción de sí mismo.

— ¡Ahg p-por favor f-fóllame! — Jadeó entre gemidos, sus manos aferrándose a las sábanas con desesperación.

JungKook sonrió y comenzó a quitarse la camisa lentamente, permitiendo que los ojos de TaeHyung se deleitaran al recorrer su musculoso cuerpo cubierto de tatuajes. Los músculos de su abdomen se movían bajo su piel cada vez que respiraba, y TaeHyung se mordió el labio, tragando saliva, su deseo creciendo con cada segundo.

El mayor se despojó del pantalón y del bóxer, dejando a TaeHyung boquiabierto. La visión de JungKook completamente desnudo, con sus tatuajes en el cuello y brazos resaltando bajo la luz, hizo que su corazón latiera con fuerza.

"Oh, mierda" pensó TaeHyung, conteniéndose de gemir al verlo desnudo, sintiendo una mezcla de admiración y deseo.

— TaeHyung, ¿qué quieres? — Preguntó JungKook, inclinando la cabeza con una sonrisa mientras sus ojos oscuros brillaban con una lujuria intensa.

— A ti — Se lamió los labios, sintiendo el sudor perlar su frente mientras un calor intenso se extendía por todo su cuerpo, aumentando la tensión en su abdomen.

— ¿Estás seguro? — Inquirió JungKook, observándolo con intensidad, sus ojos escrutadores buscando cualquier señal de duda en el rostro de TaeHyung.

— Sí, papi, te necesito — TaeHyung echó la cabeza hacia atrás sobre la almohada, sintiendo oleadas de placer desconocidas recorriendo su cuerpo. La anticipación era casi insoportable, y cada segundo que pasaba parecía estirarse eternamente.

JungKook se inclinó sobre él, sus labios encontrando los contrarios en un beso descuidado y apasionado. Las manos de JungKook recorrieron el cuerpo de TaeHyung, dejando un rastro de fuego dondequiera que tocaban. Apretó su erecto pene contra el de TaeHyung, quien movió sus caderas amando esa fricción.

— ¿Te dije que te movieras? — Gruñó JungKook, mordiendo el labio inferior de TaeHyung y tirando de él con fuerza suficiente para dejar una marca.

— No, l-lo siento, papi — Susurró TaeHyung, su voz temblorosa por la mezcla de placer y dolor.

— Buen chico — Sonrió, su voz siendo baja — Te daré una pequeña muestra de tu castigo para más tarde.

TaeHyung tragó saliva, pero asintió cuando los ojos oscuros de JungKook, llenos de lujuria, se encontraron con los suyos, llenos de lágrimas de anticipación.

Lo tomó de la mano y la colocó sobre su propio pene duro, largo y grueso. La sensación de la piel caliente y firme contra su mano hizo que TaeHyung gimiera involuntariamente.

— Acaricia — Ordenó, continuando con sus besos y sugilaciones por cada centímetro del cuerpo curvilíneo de TaeHyung.

Al llegar al pecho, besó una cicatriz en forma de "J", su lengua pasando suavemente sobre la piel marcada.

— Hazlo más rápido, bebé — Gruñó, enviando vibraciones a través del cuerpo de TaeHyung, intensificando su placer.

— ¡Papi, por favor! — Gimió, sus manos temblando mientras obedecía las órdenes de JungKook.

— ¿Qué? — Respondió JungKook, mirándolo con una intensidad feroz.

— Fóllame duro — Jadeó TaeHyung, su voz llena de desesperación.

Eso detuvo a JungKook por un momento. Rápidamente tomó el lubricante, pero TaeHyung se lo arrebató y lo tiró a un lado, su deseo superando cualquier consideración por el dolor.

— No tenemos tiempo — Dijo con urgencia.

— Dolerá — Advirtió JungKook, su voz baja y seria.

— ¡Fóllame duro! — Gritó, jalandolo para darle un beso lleno de pasión y necesidad.

— Deja de ser tan jodidamente sexy — Murmuró JungKook contra sus labios, abriendo las piernas de TaeHyung con una mezcla de suavidad y firmeza. TaeHyung se sonrojó intensamente, pero no dijo nada porque lo quería dentro de él, más que nada.

— ¡Papi, golpéame, por favor! ¡Destrozame! ¡Fóllame! — Gritó, gimoteando cuando JungKook frotó su pene contra su agujero rosa. La anticipación y el deseo lo estaban volviendo loco.

— Ahora te pasaste de la raya, bebé... porque voy a hacer que no puedas caminar durante semanas — Dijo JungKook, su voz un gruñido profundo lleno de promesas. Colocó su pene en la entrada de TaeHyung y empujó hacia adentro con fuerza y determinación — Joder, estás tan apretado — Gruñó, sus cejas frunciéndose mientras su flequillo se pegaba a su frente sudorosa, al igual que el de TaeHyung.

Los jadeos resonaban en la habitación, mezclándose con el sonido rítmico de la cama golpeando contra la pared. JungKook, con su expresión intensa y tatuajes visibles en el cuello y brazos, ignoró las palabras entrecortadas de TaeHyung para que parara y aumentó el ritmo de sus embestidas. Cada movimiento era preciso, cada contacto una promesa de placer compartido.

— No me des órdenes — Gruñó entre dientes, su voz ronca llenando el espacio caliente y cargado. Aun besando a TaeHyung con pasión desenfrenada, sus manos exploraban con determinación los contornos del cuerpo del menor.

TaeHyung, con los ojos brillando con deseo y placer, respondió con gemidos y susurros, incapaz de contener las sensaciones que lo envolvían. Sus cuerpos se movían en perfecta armonía, cada embestida de JungKook encontrando su punto más sensible, haciendo que TaeHyung se retorciera y arqueara hacia él en búsqueda de más.

— ¡Papi, justo ahi! — Exclamó TaeHyung, su voz mezclada con la excitación y el placer que solo JungKook podía provocarle. Los músculos de sus piernas temblaban bajo el esfuerzo de mantener el ritmo que JungKook marcaba con maestría.

El azabache sonrió con satisfacción, jadeando, y retiró brevemente su movimiento para luego embestir con renovada intensidad. Cada embate era un recordatorio de su dominio, de su habilidad para llevar a TaeHyung al límite y más allá.

— Quiero venirme — Jadeó TaeHyung, su voz apenas un susurro entrecortado por el placer que lo embargaba. Intentó tocar su propia erección, pero fue detenido por una palmada firme en su trasero, una señal clara de quién estaba al mando.

— No te toques — Ordenó con autoridad, su mano rodeando el cuello de TaeHyung mientras lo ahogaba levemente, aumentando el éxtasis del momento con cada gesto.

TaeHyung se aferró a las esposas que sostenían sus muñecas, sintiendo cómo el nudo en su abdomen se apretaba aún más mientras rodeaba con fuerza el miembro de JungKook. Los sonidos de sus cuerpos chocando y sus gemidos llenaban la habitación, envueltos en un éxtasis compartido que los consumía por completo.

— Joder — Susurró TaeHyung, sintiendo cómo el placer se intensificaba con cada embestida precisa de JungKook.

Pero pronto este sacó su pene provocando que el rubio gimiera sintiéndose vacío. En un movimiento rápido, los giró a ambos, quedando TaeHyung sobre él.

— Muéstrame cuánto me quieres.

TaeHyung asintió con la cabeza incluso si estaba cansado, tome el pene del mayor y lo deslizó en él de nuevo, gimiendo satisfecho al sentirse lleno de nuevo. Comenzó a saltar sobre JungKook, quien amaba esa vista pero no podía contenerse de mover sus caderas.

Sus uñas se clavaron en el pecho del mayor mientras movía sus caderas al ritmo que ambos habían establecido.

— Sigue moviéndote, bebé — Instó JungKook, su voz entrecortada por el placer — Grita mi nombre cuando llegues.

TaeHyung siguió moviéndose, sus piernas temblorosas esforzándose por alcanzar su clímax mientras el éxtasis se apoderaba de él. Cada segundo era un suspiro de anticipación, un momento suspendido en el tiempo donde solo existían ellos y el calor abrasador que los unía.

— ¡JungKook! — Gritó TaeHyung, su cuerpo temblando mientras la liberación final lo envolvía por completo, su esencia derramándose entre ellos y marcando el final de su pasión desenfrenada.

Exhaustos, se dejaron caer uno sobre el otro, respiraciones entrecortadas llenando el silencio de la habitación. TaeHyung se acurrucó contra el cuello de JungKook, una sonrisa jugando en sus labios mientras comenzaba a marcarlo con pequeños mordiscos y lamidas, una forma íntima de expresar su gratitud y cariño.

— TaeHyung, lo siento — Dijo JungKook de repente, rompiendo el silencio con sus palabras cargadas de sinceridad. TaeHyung levantó la mirada, sorprendido por la confesión sincera de su amante.

— Está bien — Respondió suavemente, sus ojos brillando con afecto mientras acariciaba la mejilla de JungKook con la mano libre.

TaeHyung tragó saliva, sintiendo un nudo en su garganta mientras reflexionaba sobre el momento compartido, sobre la intimidad cruda y el placer que solo JungKook podía brindarle.

— Eso estuvo increíble. Vamos por la segunda ronda — Murmuró JungKook, buscando desesperadamente recuperar su aliento mientras acariciaba con ternura el cabello de TaeHyung.


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