Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 13

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JungKook, vestido completamente de negro con una chaqueta de cuero ceñida y jeans ajustados, se encontraba en una sala VIP del club más exclusivo de la ciudad. La música retumbaba en sus oídos, y las luces estroboscópicas pintaban la atmósfera con destellos de neón. A pesar del bullicio, estaba centrado en la misión, escuchando atentamente la voz de NamJoon a través de su auricular.

— JK, prepárate, puedes salir de tu sala en cualquier momento — Dijo NamJoon con calma.

JungKook, con su habitual aspecto imponente, había aplicado un spray rojo en su cabello azabache para ocultar su identidad, creando un contraste llamativo y seductor.

— JK, estoy en la parte de atrás del club, avísame si me necesitas — Informó YoonGi desde su auto, donde el motor estaba en marcha, listo para cualquier contingencia.

— Entendido, Suga — Respondió JungKook, su voz baja pero firme, controlando su impaciencia mientras tomaba un sorbo de su cóctel, un whisky on the rocks.

Mientras tanto, YoonGi esperaba en su auto, sus dedos tamborileando en el volante, ansioso por cualquier acción que pudiera surgir o simplemente para llevar a JungKook de regreso a casa.

— Espero que hayas pirateado el sistema para eliminar las imágenes de CCTV — Dijo JungKook, su mirada recorriendo el club, observando cada detalle, cada persona.

— Sí lo hice — Confirmó Min, experto en tecnología, que había asegurado que ningún rastro de su operación quedara grabado.

De repente, la voz preocupada de HoSeok interrumpió la comunicación, llenando el ambiente de tensión.

— ¡Chicos, tenemos un problema! — Anunció con un tono que hizo que todos fruncieran el ceño — Su socio ha vuelto — Informó, con un nerviosismo palpable.

— ¿Qué carajos? ¿No se suponía que iba a venir el próximo mes? — Se quejó YoonGi, mientras JungKook intentaba recalcular su plan para eliminar a su objetivo.

— No es que vaya a venir aquí, ¿o sí? — Dijo Jeon, intentando mantener su tono casual mientras tomaba otro sorbo de su cóctel, observando la pista de baile llena de gente.

— ¡Oh, mierda! — Exclamó NamJoon — ¡Su socio va al club y él está en su auto ahora mismo!

— ¡Mierda! — Exclamaron al unísono.

JungKook murmuraba para sí mismo mientras fingía cantar la letra de la canción que sonaba.

— ¿Por qué diablos no ha a llegado? — Dijo, observando a su alrededor.

— JK, hay un guardaespaldas a tu izquierda mirándote desde hace treinta minutos, es mejor que coquetees o bailes — Le informó NamJoon, su voz firme pero calmada.

JungKook presionó su lengua contra su mejilla interior, su mirada se endureció. Se levantó con una sonrisa falsa y se dirigió a la pista de baile, moviéndose con una gracia natural entre la multitud. Se mantuvo alejado de las personas que estaban claramente drogadas, su actuación fue tan convincente que los guardaespaldas creyeron que estaba drogado.

En otra parte de la ciudad, TaeHyung se quejaba mientras JiMin lo arreglaba con una sonrisa de orgullo. Estaban en la acogedora casa Park, una vivienda decorada con tonos cálidos y modernos. Le habían dicho a SeokJin que harían un trabajo en grupo y pasarían la noche allí.

— JiMin-ah, no es mi estilo — Se lamentaba, mientras JiMin, con su cabello castaño cuidadosamente peinado, lo miraba con una sonrisa pícara.

— ¿De qué estás hablando? ¡Te ves sexy! — Respondió, mirándolo de arriba abajo con una mirada apreciativa.

TaeHyung llevaba una camisa ajustada de color negro y jeans desgastados, que contrastaban con su cabello rubio y ojos azules.

— Ahh, deja de llamarme sexy — Se sonrojó, golpeando suavemente el pecho de su amigo, tratando de ocultar su incomodidad.

— Bueno, tú eres sexy, los dos somos sexies y además nuestra ropa es bastante similar — Le guiñó un ojo — Vámonos ahora — Dijo JiMin, tirando de él y cerrando la puerta tras ellos.

TaeHyung se sentía inquieto desde que llegó a casa de JiMin esa tarde. Había algo en el aire que le hacía sentir una ligera incomodidad, como si algo fuera a suceder esa noche, su intuición le decía que algo no andaba bien.

De repente, rompiendo el silencio, su celular empezó a vibrar y emitir el sonido estridente de una llamada entrante. El nombre de su hermano parpadeó en la pantalla, acompañado del ícono de FaceTime. JiMin, al ver la expresión de preocupación en el rostro de TaeHyung, actuó con rapidez. Lo envolvió en un pañuelo y le puso una bata de baño y unas gafas, queriendo ocultar la vestimenta que portaba en ese instante.

Juntos tomaron la llamada.

— H-Hey, Hyung, ¿por qué llamaste? — Preguntó, intentando sonar casual.

Al otro lado de la línea, SeokJin masticaba una botana con tranquilidad, su voz reflejando una mezcla de preocupación y curiosidad.

— Solo asegurándome de que estás bien. ¿Acabas de darte un baño? — Inquirió, con una ligera mueca de satisfacción al saborear el bocado.

TaeHyung asintió rápidamente, el rubor de su cara ocultando su inquietud.

— ¡Sí! Comeremos algo y luego volveremos a estudiar — Respondió, deseando que su tono no revelara sus nervios.

SeokJin hizo una pausa, el crujido de la botana rompiendo el silencio antes de preguntar de nuevo:

— ¿Dónde están los otros chicos?

TaeHyung rió nerviosamente, sus ojos abriéndose de par en par al escuchar la bocina de un auto.

— Um... pronto estarán aquí — Contestó, tratando de mantener la calma mientras su mente corría a mil por hora.

— ¿Qué fue eso? — Preguntó SeokJin, la preocupación evidente en su voz. TaeHyung respiró hondo, buscando una excusa.

— ¡Turn up! Sí, es la nueva canción que JiMin puso — Dijo, forzando una risa nerviosa mientras sentía cómo el sudor se acumulaba en su frente — Necesito recordarle que tenemos que estudiar.

SeokJin, aunque algo desconfiado, decidió no indagar más.

— ¿Dónde está Jimin? — Llamó a su amigo con voz firme — ¡JIMIN!

Desde el otro lado de la habitación, se escuchó la voz de JiMin, resonando con entusiasmo:

— ¡Hyung! ¡Estaba en la ducha! Necesito prepararme antes de que lleguen los demás. ¡Adiós, buenas noches! Te quiero.

SeokJin sonrió, su preocupación desvaneciéndose un poco.

— Te quiero también. Buenas noches — Dijo TaeHyung, colgando la llamada.

— ¡Oh Dios! ¡Me dio un mini infarto cuando llamó! — Exclamó JiMin, arrojando un trozo de madera contrachapada azul en el asiento trasero de su auto. Había conseguido la madera de un carpintero, previendo que algún día la necesitaría.

TaeHyung se despojó de su bata, pañuelo y gafas, arrojándolos al asiento trasero junto a la madera.

— ¡Cállate! Soy tan mal mentiroso — Se lamentó, frotándose la frente para calmar el nerviosismo.

JiMin se rió, encendiendo el auto y poniendo música.

— Lo que sea... ¡Turn up! — Dijo en tono bromista.

TaeHyung bufó, tratando de ocultar su irritación.

— Jódete. Quién diría que realmente usaríamos esta táctica — Comentó, mientras el castaño asentía y comenzaba a conducir de nuevo.

En otro lugar, en un club nocturno vibrante y lleno de luces de neón, HoSeok observaba con atención.

— Chicos, su socio acaba de entrar — Informó, sus ojos fijos en la pantalla del monitor de seguridad.

JungKook, que estaba en la pista de baile, se dio la vuelta al escuchar el aviso. Su mirada se posó en un hombre que acababa de entrar, acompañado de dos guardaespaldas. El hombre era apuesto, con una mandíbula afilada y tatuajes en ambos brazos, vistiendo un traje impecable.

Después de treinta y cinco minutos de espera, decidió actuar. Fingiendo estar cansado, salió de la pista de baile, haciendo como si revisara sus zapatos.

— ¿Dónde carajo están? ¡Ya son más de treinta minutos, ya no tengo paciencia! Suga, necesito respaldo — Murmuró a través del micrófono oculto en su oreja.

La respuesta de YoonGi fue inmediata.

— Espera que desbloquee la puerta trasera. RM, indica el camino.

— Bien, primero tienes a ese guardaespaldas. Caminas recto, tomas a la derecha dos guardaespaldas más, luego derecho de nuevo y gira a la izquierda. Sala VIP con dos guardaespaldas.

JungKook asintió, adoptando una postura más relajada mientras simulaba estar borracho. YoonGi entró en escena, haciendo crujir su cuello para liberar la tensión.

Jeon le señaló discretamente el primer guardaespaldas, y Min asintió.

— Oye, te he estado mirando desde hace mucho tiempo y parece que tienes mucho botín. ¿Te importaría compartir algo? — Preguntó YoonGi, lamiéndose los labios con una sonrisa de satisfacción mientras acariciaba con el dedo el pecho del guardaespaldas.

El guardaespaldas parecía tentado, pero también vacilaba, su expresión reflejando la lucha interna entre la tentación y la profesionalidad.

La tensión en el aire era palpable, y cada segundo que pasaba sentía como si estuviera al borde de un precipicio.

— ¡Oh, vamos, todo el mundo está drogado aquí! —Exclamó Min, sus labios formando una sonrisa traviesa mientras guiñaba un ojo. Con un movimiento rápido, lo tomó por el cuello y lo arrastró hacia una esquina más privada del club.

El club vibraba con una energía frenética. Las luces de neón pintaban la atmósfera en tonos vibrantes de púrpura, verde y azul, mientras la música electrónica retumbaba en los altavoces, resonando en el pecho de cada persona. Entre la multitud, JiMin observaba la escena con una mezcla de fascinación y euforia. Los cuerpos sudorosos se entrelazaban en la pista de baile, reflejando una imagen de caos controlado. TaeHyung miró a su alrededor, un poco desorientado pero emocionado por la energía del lugar.

— ¡Este club está genial! — Gritó JiMin, moviéndose al ritmo de la música que hacía vibrar el suelo bajo sus pies.

— Minnie, ¿quién te habló de este club? — Preguntó, frunciendo el ceño mientras intentaba escuchar sobre el estruendo de la música.

— Algunos hombres cerca de nuestra universidad, los escuché — Respondió, elevando su voz para competir con la música estruendosa.

— ¿No comprobarán nuestra edad? — TaeHyung tuvo que alzar la voz aún más, sus ojos mostrando una mezcla de preocupación y curiosidad.

— ¡No, no es así! Si te ves como un adulto, ellos no lo hacen, ¡por eso vinimos aquí! — JiMin respondió, su cuerpo moviéndose con una fluidez natural mientras dejaba que la música lo envolviera.

Tiró de TaeHyung hacia la barra, abriéndose paso entre la multitud. El rubio se sonrojó al sentir las miradas de varias personas sobre él, incómodo pero emocionado por la atención. La barra era un hervidero de actividad, con el barman mezclando bebidas a una velocidad vertiginosa.

— ¡Oye! — Llamó JiMin al bartender, un joven apuesto con una expresión de aburrimiento profesional.

— ¿Qué van a tomar? — Preguntó, sus ojos recorriendo a los dos chicos.

— Queremos el vodka especial — Sonrió ampliamente, sus ojos brillando con anticipación.

El barman lo miró, evaluándolo con una mezcla de escepticismo y curiosidad.

— Pareces joven y bajito también, ¿estás seguro de que quieres el vodka especial? — Preguntó, su voz impregnada de duda.

Una sombra de molestia cruzó el rostro de JiMin, y sus ojos avellana se oscurecieron.

— ¿Por qué? ¿Querías un abuelo aquí? Si no estuviera seguro, no lo pediría. Y no soy bajo — Le espetó, fulminándolo con la mirada. TaeHyung rió entre dientes, disfrutando de la escena.

— Woow, hombre, cálmate — Dijo el bartender, levantando las manos en señal de paz mientras preparaba las bebidas.

En otra parte del club, en un rincón más oscuro, JungKook observaba con atención. Su cabello azabache caía en mechones sobre sus ojos negros, y los tatuajes en su cuello y brazos parecían cobrar vida bajo las luces intermitentes. Suspiró mientras veía a un hombre deslizarse por la pared, inconsciente.

— Idiota — Murmuró, su voz apenas audible sobre la música.

Caminó por el pasillo con pasos decididos, giró a la izquierda y sacó su ballesta, disparando flechas tranquilizadoras que derribaron a los hombres a su paso.

— En serio, ¿quién los hizo guardaespaldas? Idiotas — Sacudió la cabeza, sin expresión, y avanzó al escuchar un ruido fuerte. Una sonrisa de incredulidad cruzó su rostro cuando abrió la puerta — Bueno, no esperaba esto.

Por el lado de YoonGi, él se burlaba del hombre golpeado en el suelo. La habitación estaba impregnada del olor a sangre y sudor, y las paredes parecían cerrarse alrededor de ellos.

— ¡En serio, pensaste que podrías darle un botín a la persona más arrogante de la Tierra! ¡Maldita sea, no puedes porque no tienes! — Dijo, su voz cargada de desprecio mientras se lavaba las manos en un lavabo cercano.

Salió de la habitación, sin darse cuenta de que JiMin y TaeHyung estaban en la pista de baile, moviéndose con abandono. TaeHyung gritaba y reía, sus ojos brillando con una alegría desenfrenada. Habían tomado dos tragos del vodka especial, que contenía drogas potentes.

Caminó directamente, ignorando el caos a su alrededor, y sonrió al hombre que JungKook había derribado antes de llegar a la sala VIP.

— Pobres tipos.

— ¡Puedo verte! ¡Estúpido desalmado! — Gritó HoSeok observando todo desde una cámara de seguridad cercana.

— Cállate, idiota — Dijo YoonGi, señalando con el dedo medio a la cámara antes de entrar a la habitación, donde su rostro se endureció al ver la escena — ¿Qué mierda está pasando aquí? — Preguntó, sus ojos recorriendo la habitación con incredulidad. JungKook estaba metiendo polvo blanco en la boca de dos hombres desnudos. Gracias a Dios, los había cubierto con una manta.

— Eran compañeros sexuales y estaban en acción cuando entré — Respondió JungKook, dejando a los hombres tosiendo el polvo blanco — Drogas.

— ¿Y ahora qué estás haciendo? — Preguntó Min, apoyándose en la pared con pereza mientras JungKook sacaba su silenciador.

— Hacer que prueben su propia medicina y luego matarlos — Sonrió, apoyándose en los muebles justo enfrente de la cama, su mirada se desplazó hacia los hombres que, bajo los efectos de las drogas, comenzaban a reaccionar de manera errática, temblando y tratando de moverse en todas direcciones.

— RM, ¿por qué estás tan callado? ¿Estás vigilando a tu príncipe de nuevo? — Se rió YoonGi, cruzando los brazos y arqueando una ceja.

— ¡No lo estaba vigilando! Estaba viendo algo. Pensé que mis ojos jugaban conmigo — Respondió NamJoon, con la voz temblorosa.

— ¿Qué quieres decir? — Preguntó HoSeok, la curiosidad evidente en su voz mientras JungKook y YoonGi se miraban con confusión.

— Cuidado con la pista de baile, no creo que les guste lo que verán si estoy en lo cierto — Dijo NamJoon, tragando saliva.

— ¿Qué quieres decir? — Repitió JungKook, frunciendo el ceño.

— ¡Están en la pista de baile! ¿¡Se habrán drogado!? — Gritó HoSeok, los ojos muy abiertos.

— ¡Deja de gritar así! ¿Quiénes están en la pista de baile? — Preguntó YoonGi, visiblemente irritado.

— JiMin y TaeHyung — Respondió NamJoon.

Los hombres que lloraban se detuvieron repentinamente; JungKook solo les disparó entre ceja y ceja, sus movimientos rápidos y precisos. Su mandíbula se apretó y formó puños con sus manos. Pronto salió de la habitación, con YoonGi a su lado.

JungKook echaba humo, sus pensamientos giraban en torno a la desobediencia de TaeHyung. "Se atrevió a desobedecerme", pensó. Inhaló y exhaló pesadamente como una bestia, deteniéndose justo enfrente de la pista de baile.

JiMin y TaeHyung estaban rodeados de hombres que los tocaban por todas partes, mientras los ojos de ambos bailarines estaban caídos con una sonrisa torpe y ebria.

— Chicos, sé que están enojados, ¿pero ven a mi Jin allí? — NamJoon intentó interceder, su voz temblando.

— ¡Cierra la jodida boca, RM! — Escupió JungKook, sus ojos destellando con ira.

— Será mejor que salgan de allí porque viene la policía — Les informó HoSeok, con el teléfono aún en la mano tras realizar la llamada anónima a la comisaría.

JungKook miró hacia el techo, suspiró profundamente, ¿Qué estaba haciendo? Bueno, estaba tratando de no matar a todos los hombres alrededor de TaeHyung o lastimar al mismo justo en el lugar, pero... falló.

Se lanzó hacia un tambaleante TaeHyung, lanzando golpes a los hombres que lo rodeaban y arrastrándolo fuera de la pista de baile. YoonGi puso a JiMin sobre su hombro mientras este último golpeaba su espalda lloriqueando.

— Puerta trasera.

— Desbloqueada.

Ambos pares salieron de allí mientras HoSeok y NamJoon borraban la grabación de la cámara de seguridad, asegurándose de que no quedara rastro de su presencia.

YoonGi se acercó a su auto con JiMin, colocándolo cuidadosamente en el asiento trasero. Mientras tanto, JungKook caminaba hacia el auto de NamJoon, con TaeHyung tambaleante sobre su hombro. El moreno salió asustado por la mirada intensa del azabache.

— Hombre, no me digas que te llevarás mi auto.

— Dame las llaves o te mato — Fue todo lo que dijo JungKook, fulminándolo con la mirada.

— Está bien, tómalo — Dijo NamJoon rápidamente, entregando las llaves.

JungKook colocó al quejumbroso TaeHyung en el asiento del pasajero, asegurándose de que estuviera abrochado, antes de entrar él mismo al auto.

— JungKook, no seas demasiado duro con él, está bajo la influencia de las drogas — Dijo NamJoon, inclinándose al nivel de la ventana con preocupación en su voz.

JungKook simplemente arrancó, ignorándolo por completo.

— ¡Oh, Kookie! ¡Es extraño! — TaeHyung inclinó la cabeza hacia atrás mientras fruncía el ceño, sintiendo algo extraño en su cuerpo, el calor de las drogas invadiendo su sistema.

— TaeHyung, será mejor que te calles — Le advirtió, sus nudillos volviéndose blancos al aferrarse al volante, luchando por mantener la calma.

— ¿Eh? ¿No me llamaras bebé? Sé que eres Bunny, pensaste que era tonto pero descubrí que JungKook es B-Bunny — TaeHyung ahora estaba sudando profusamente, sus ojos intentaban abrirse más mientras se inquietaba en su asiento, el calor de las drogas haciendo que su piel ardiera.

La cabeza de JungKook se volvió hacia él cuando una sonrisa se formó en sus labios.

— Bebé, no te diste cuenta la última vez, pero tengo una cámara en mi habitación.


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