Los gemelos Stan fueron llevados y arrojados a una celda cualquiera junto con los otros dos, Ford intentaba resistirse para poder ir por Dipper, tenia miedo de lo que ese psicópata pudiera hacerle a su sobrino seguramente lo utilizaría para que el le diera la clave de las celdas donde tenia a sus hermanos, Ford estaba en una gran lucha interna dejar que dañaran a su sobrino y que esos malditos delincuentes no salieran o salvar a Dipper y que ellos escaparan para hacer otro genocidio en cualquier parte del mundo, los demas reos no importaban para ellos tenia un plan de respaldo 

-Tío Ford que sucede?- pregunto Mabel un tanto asustada por lo que asaba 

-Un motín, pero no te preocupes calabacita todo estará bien-

-Como puedes decir eso cuando Stan esta inconsciente y por lo que se ve con todos sus huesos quebrados y ni que decir tu condición apenas y puedes respirar- dijo muy molesto el señor Pains abrazando mas a Mabel a su cuerpo, la celda se quedo en silencia y Ford intento arrastrarse hacia su hermano para ver el estado en el que se encontraba pero la puerta de la celda fue abierta nuevamente dejando ver a la chica peli rosa de antes junto con otro hombre que el gemelo reconoció como el doctor de la prisión. 

-Alcaide vengo a curarlo a usted y su hermano-

-Por que?- 

-No preguntes viejo, deberías agradecer que Bill esta de ánimos y te mando al doctor- el doctor comenzó a curar las heridas superficiales de ambos e intentar colocar los huesos rotos en su lugar, con tan grandes heridas no podía hacer mucho mas que mantenerlos estables y aliviar el dolor que los gemelos, justo cuando termino de ayudar a Ford una persona se asomo en las rejas de la celda

-Hola seis dedos, que tal- 

-Maldito desgraciado donde esta mi sobrino?

-Oh, verdaderamente no esperaba esa reacción por lo menos no de ti, eso demuestra que tan importante es- dijo y su risa psicópata se hizo presente 

-Que le has hecho?-

-Bueno en este momento no puede ni siquiera levantarse, pero no te preocupes el lo disfruto tanto como yo, debo decir señor que su hijo es malditamente delicioso-

-Cerdo asqueroso como te atreves- 

-Le propongo un trato de que usted y su hija tengan comida el tiempo que permanezcan aquí a cambio de que su hijo permanezco a mi lado todo este tiempo-

-Que pasa si me niego?-

-No comerán, y dejare que mis hombres hagan lo que quieran con usted y con su hija, usted decida-

-Es mi hijo-

-No le estoy pidiendo que lo mate pero no creo que quiera ver como su hija es violada por mas de uno- el señor Pains se sentía acorralado, tal vez no era el mejor padre y tampoco aceptaba el hecho de que su hijo fuera gay pero lo amaba era su hijo, en cambio si no aceptaba no solo el sufriría sino también Mabel

-Júrame que no lo lastimaras- dijo viendo el suelo sintiéndose impotente 

-Lo juro- y su sonrisa se ensancho mas