Capítulo Único

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Sinopsis

Cristian tras la muerte de su esposa e hijo, decide alejarse de todo para poder superar este doloroso momento de su vida.

Ana viaja a una isla olvidada por la civilización en compañía de su padre, quien es biólogo marino, lamentablemente el viaje termina en tragedia.

Cristian y Ana tendrán que luchar por superarlos dolorosos momentos de sus vidas y eso los llevará a unir sus vidas yencontrar nuevamente el amor.


https://youtu.be/JcamjK-uNa4

Cristian POV

El dolor me embarga, la mujer que me había hecho el hombre más feliz del mundo ha muerto y con ella el fruto de nuestro amor, nuestro hijo.

Me hinco al pie de su tumba para descargar mi dolor, las únicas personas que aún están aquí acompañándome, son mi familia, Taylor, Gail, Ross, Luke y Andrea, mis más fieles empleados. Ellos son los únicos que me han acompañado en estos momentos.

-Cristian, cariño. Es hora de dejarlos ir, sus almas merecen descansar – Grace se aferra a mi en una dolorosa suplica para que me levante.

Dolorosamente tengo que aceptar que mi madre tiene razón, debo de dejarlos ir por el bien de sus almas. Taylor y Elliot me ayudan a levantarme, mamá y Mia me toman cada una de un brazo para caminar junto a mi hacia la salida.

Al llegar al lugar que le llamaba hogar, veo sobre la chimenea las fotos de nuestra boda, tomo una de ellas y la llevo conmigo al cuarto de invitados al que de ahora en adelante será mi habitación de ahora en adelante ya que no podré habitar la nuestra por los recuerdos que se guardan en esa habitación.

Me abrazo a la fotografía, quedándome dormido, viajo en las nubes de la conciencia y la inconciencia, siento que el colchón baja con el peso de un cuerpo, alguien acaricia mi cabello, estoy tan cansado que mis parpados pesan y no puedo despertarme.

<<Por fin eres libre. Haré lo posible para conquistarte y serás mío, como debió haber sido>>

¿Quién me estará hablando? Lucho contra el sueño y por fin logro abrir un poco los ojos mi vista es nublada, parpadeo para aclarar mi visión, me levanto de golpe al encontrarme a Elena sentada junto a mí.

- ¿QUIÉN MIERDA TE DEJO ENTRAR? – Grito fúrico.

-Lo siento. No he podido llegar a tiempo. He venido a consolarte, Cristian- Explicando y tratando de pasar su mano por mi cabello, por lo que aparto su mano de un golpe causándole dolor, me importa una mierda lo que sienta. Debe estar brincando de alegría sé que odiaba a mi esposa, por no aceptar sus avances y aceptar a Susana como mi esposa.

- ¡LÁRGATE! No eres bienvenida en esta casa, Elena. Siempre has anhelado ocupar el lugar de Susana, eres bella por fuera. Más eres un cascarón vacío, Jamás me fijaría en una mujer como tú –

- ¡TAYLOR! ¡LUKE! - Grito a mi seguridad, alguien tendrá que pagar por esto.

-Señor... ¿Qué suce... -La primera en aparecer es Gail, quien se sorprende al ver a Elena en la habitación.

-Sácala, Gail. Sácala de mi habitación y de la propiedad- Pido furioso. Sawyer y Taylor aparecen segundos después.

-Ayuden a Gail a sacar a esta mujer de aquí – Les grito a ambos, esos dos deberán de darme una explicación convincente.

-Los tres regresan minutos después –

-Me pueden decir, ¿Quién dejó entrar a Elena? – Los miro a los tres.

-Yo estaba en el cuarto de lavado, no la vi entrar, señor Grey. De lo contrario de la puerta no hubiese pasado – Confirma Gail, sé que Elena se agano a pulso su odio por hablar mal de Susana.

-Sawyer y yo estábamos viendo los videos del accidente, se supone que Smith estaba a cargo de la puerta principal, él sabía que no debía dejar pasar a nadie que no fuera de la familia Grey. Ya que Ross, Andrea, Welch o Barney se comunicarían conmigo si deseaban hablar con usted – Explica Taylor y me extraña que estén viendo los videos de la carretera nuevamente.

- ¡Despídelo! Asegúrate que lo liquiden de una vez para no tener nada que ver con él y síguelo, nunca me ha brindado confianza- Exijo.

-Y a todo esto, ¿Por qué estaban viendo los videos de la carretera? – Pregunto intrigado

-Barney, descubrió una anomalía en los videos, parece que fueron editados. Más al volverlos a pedir a la policía de caminos los originales no aparecieron – Me responde Luke

-En algún lugar deben estar, dele que no deje de buscarlo hasta que lo encuentre, nada desaparece de la web, todo deja rastros- Inquiero.

-Lo haremos señor. Ahora nos retiramos – Ambos se retiran dejándome sólo nuevamente y los recuerdos regresan a mi mente.

[...]

Un mes ha pasado desde la muerte de Susana y mi hijo. Barney no ha encontrado el video y me estoy desesperando. Mi familia me ha estado visitando y me han hecho visitarlos también, mi hermana Mia se ha convertido en mi sombra, ella ha venido con comida y me ha hecho comer y se lo agradezco, aunque hay momentos en que deseara estar solo.

Elliot por su trabajo, así como mamá y papá no puede venir tan seguido, pero constantemente me llaman para hacerse sentir. Los abuelos me llaman una vez por semana ya que se les dificulta estar viajando y lo pareció. El abuelo me ha dicho que la vida me ha puesto una prueba muy dura para probarme y si logro pasar esta prueba puede que el destino me compensé con lo que perdí una vez. Lo pongo en duda. Dudo que haya otra mujer igual a Susana, ella era dulce, compasiva y sobre todo no era apegada a lo material. Una noche de nieve le dio su cárdigan a una mujer indigente que se moría de frio, alegando que ella tenía demasiados y la mujer ninguna. Sonrío ante el recuerdo.

Un escándalo en el piso me saca de los tristes recuerdos que me hunden en las tinieblas del dolor. Salgo a la puerta para encontrarme a Andrea forcejeando con una fúrica Elena.

- ¿Qué mierda haces aquí Elena? ¿Acaso no te quedó claro que no eres bienvenida? – La miro con odio, es lo único que me hace sentir su presencia.

- ¡Lárguese señora!, no es bienvenida ni aquí ni a ninguna propiedad del señor Grey, váyase o llamaré a la policía- Le gruñe Andrea.

-Cristian, Cristian. Déjame ayudarte a pasar este duro momento – Me pide la muy descarada.

-Para ello tengo a mi familia y a las personas que siempre han estado ahí para mí. ¡Andrea, llama a la policía! Asegúrate que le monten cargos por invasión a la propiedad privada – Le ordeno a Andrea lo último y regreso a mi oficina.

Las semanas transcurren y los asedios de Elena no cesan, esto me esta cansando y sumado el no encontrar el dichoso vídeo me están convirtiendo en una bomba de tiempo. Analizo todo lo sucedido, semanas antes de la desgracia estaba planeando tomarme unas largas vacaciones, por lo que decido retomar el plan.

El auto cruza el gran portón de hierro de la mansión de mis padres, me han invitado para celebrar de manera reducida y sin mucho glamur el cumpleaños de Mia, no iba a permitir no celebrarlo, es mi hermanita y no le haría esta a ella. En la puerta me está esperando mi madre.

-Me alegra verte hijo- Mi madre me recibe con un fuerte abrazo y dos besos uno en cada mejilla.

-Jamás me permitiría perderme el cumpleaños de Mia mamá. Ella se merece lo mejor de mi parte- Le expreso a ella mi amor por mi hermana pequeña, que no me ha dejado desde ese día.

La cena es amena y tranquila, mi hermana se ve feliz pero triste, ella había creado un estrecho laso con mi esposa, se habían vuelto cómplices en todas las ocurrencias de mi hermana. Llamo la atención de todos haciendo sonar mi copa.

-Felicidades Mia, te deseo lo mejor en tu vida y gracias por no dejarme caer, hermanita- Ella deja escapar sus lágrimas.

-Es... es mi... mi deber, hermanito- Dice entre sollozos.

-Unos meses atrás estábamos planeando irnos de vacaciones, no obstante, por mi manía compulsiva al trabajo no lo hicimos. Así que he tomado la decisión de retomar esa idea, no sé ¿Dónde? Ni ¿Cuándo? Ni por ¿Cuánto tiempo? Sin embargo, esta decidido- Les afirmo mi decisión.

-Tienes que avisarme con tiempo, Cristian, para dejar todo listo en la constructora ...- Detengo a Elliot esto lo haré solo.

-Lo siento Elliot, este viaje debo hacerlo solo, es la manera que pienso en que deben hacerse las cosas para poder sanar. Dejaré todo organizado –

- ¿Estás seguro de hacer esto Cristian? – Pregunta papá con la preocupación tatuada en su rostro.

-Si papá, dejaré a Ross a cargo, quiero que tu seas el presidente interino de Gray, Inc., y Elliot el vicepresidente, Andrea será tu secretaria y Olivia de Elliot. Sólo estarán en los días de junta, los otros días a menos que surja una emergencia será Ross quien estará a cargo – Explico.

-Cristian eso suena a despedida- Me reprocha mi hermana.

-No, no lo es, sólo que no sé cuanto me llevará mi travesía, ya que me iré en el The Grace, saben que me gusta navegar- Eso me lo saque del bolsillo y no es mala idea y está decidido.

Dos semanas después estoy zarpando, tuve que golpear a Taylor y dejarlo inconsciente para que me dejara venir solo. Le deje un plan de navegación para que se quedará tranquilo la idea es navegar hasta Hawái, luego de ahí a las otras islas del archipiélago para luego bajar a las islas Galápagos para luego subir de regreso.

Llego a Hawái, ahí me abasto de combustible y de provisiones. Fondeo mi yate frente a la costa Honolulu, veo una y otra vez los hermosos atardeceres y los amaneceres que me brindan mi ubicación, desearía que Susana estuviese conmigo apreciando dolo que yo estoy haciendo en estos momentos. Paso una semana en esta ubicación, mis padres me han llamado por la radio y les he tranquilizado diciéndoles que estoy bien, les miento porque en esta soledad es cuando más extraño a la mujer que me hizo feliz por un corto tiempo.

Fondeo el barco en Kaho'olawe, hablo con Luke y le cuento las maravillas que he visto, mi familia sigue con el alma en vilo, mi madre me contó que la abuela me envió un mensaje "VUELVE, CRISTIAN", considero que la edad le está afectando de sobremanera.

Mientras duermo por la noche un golpe en el casco llama mi atención, me quedé dormido en el deck trasero del barco, hago a levantarme, pero es demasiado tarde un hombre con aspecto de pirata me golpea la cabeza dejándome inconsciente.

Despierto, con un dolor tremendo en mi cabeza estoy en uno de los camarotes, siento que vamos en movimiento, parece que el mar esta agitado o atravesamos alguna tormenta, la pregunta es ¿Quién lleva el barco? Mas las voces al otro lado de la puerta llaman mi atención.

-Le dije al maldito de Jack que tomáramos otra ruta que rodeáramos la tormenta y no me escucho, con suerte y salimos de esta y tras de eso el dueño del barco es uno de los hombres más ricos del mundo – Dice la voz.

-Hemos pasado peores tormentas, Jack es uno de los mejores capitanes y respecto a nuestro pasajero, Jack ha decidido sacarle provecho, mientras no nos vea, podremos pedir rescate por él y dejarlo en alguna de las islas de Tuvalu- Dice la voz dos.

- ¿Cómo lo alimentaremos? -Pregunta preocupado la voz uno.

-Le vendé la cabeza y los ojos, el maldito de Moses se excedió con el golpe – No me había dado cuenta del vendaje en mi cabeza, sonrío, estos idiotas no saben que al alterar el plan de navegación programado en la computadora del barco esta envía una alarma al cuarto de control de Taylor y si por muy remota sea la casualidad que conozcan ese secreto al desconectarla también.

-Voy a traerle comida, bueno si a eso se le puede llamar comida frutas, pan y cereales, eso no es comida. Por suerte encontré unas buenas cañas de pescar a las que pienso sacarle el jugo- Habla voz dos.

Cuando dejan de hablar esa mi señal para hacerme el inconsciente. A los minutos escucho que la puerta se abre.

-Oye principito, aquí esta tu comida- El hijo de puta me patea para que me levante.

- ¡Maldito hijo de perra! – Le grito.

-Sabía que estabas despierto, No te sueltes la venda de lo contrario tendré que matarte, te voy a soltar las manos para que comas, si me atacas mueres, hay uno de mis compañeros apuntándote – El hombre me suelta las manos y mis hombros protestan por la posición en que estaban.

Por los siguientes días mi rutina no varía, los hombres discuten por cualquier cosa, al que nunca he escuchado es al tal Jack, en total he contado a cinco hombres seis con el tal Jack, por sus pisadas y por la apariencia del tipo que me golpeo son el doble de mi masa corporal y yo mido uno noventa; si pretendo escapar debo ser más inteligente que ellos, no puedo hacer una tontería o equivocarme, en algún momento tendrán que cargar combustible, si mis cálculos no fallan para mañana a esta hora tendrán que hacerlo.

Mis cálculos no fallan, por la mañana estamos atracando en algún lugar del Océano Atlántico. Todo está un poco silencioso, de pronto mi puerta es abierta de improvisto, el hombre busca por la habitación en busca de algo.

- ¿Dónde estarán? ¿Dónde estarán? - Me quedo inmóvil en la esquina más alejada de la habitación. El hombre habla por sí mismo. Miro a través de la venda, es un hombre joven lleno de tatuajes tribales, como los habitantes de las islas de Micronesia. De pronto me doy cuenta de lo que buscaba mi billetera. Volteo hacia otro lado para que no se de cuenta que lo he visto. Sale de la misma manera que entro, ruego a todos los santos para que use la tarjeta y así me localicen.

Poco tiempo después oigo movimientos en el barco, escucho al chico que se llevo mi billetera, junto a otro hombre.

-Benja, si Jack se entera que usaste el plástico nos va a matar a ambos- s va a matar a ambos- s va a matar a ambos- s va a matar a ambos-

-Calla, Kalú. El no lo sabrá si tu no abres la boca. Le diremos que encontramos efectivo y de ahí compramos las botellas de Whiskey – El tal Benja se cree muy listo.

- ¿En qué gastaste el efectivo? – Pregunta Kalú.

-En diversión idiota- Se ríe el chico.

-Al menos debiste haberme invitado- Reclama el otro.

Horas después todo es un caos, al parecer el tal Jack se entero en del uso de mi tarjeta y por fin escucho su voz.

- ¡ERES UN ESTÚPIDO!, EL FBI Y LA INTERPOL YA NOS DEBEN ESTAR BUSCANDO, POR QUE CREES QUE LA TARJETA NO ESTABA BLOQUEADA, PARA DAR CON SU DUEÑO, NOS HA TRATADO DE RASTREAR POR ESO HE ESTADO ROREANDO ISLAS- Grita el que creo es Jack por que nunca había escuchado su voz y ahora me alegro de que me estén buscando.

-Lo siento Jack, no era mi intención sólo quería un poco de diversión- Dice el chico Benja.

-Lo siento muchacho, yo no admito errores- Le dice Jack.

- ¡BUM! ¡BUM! – Le ha disparado.

-Eso va para todos, el estúpido muchacho altero mis planes si la familia de Grey se nos acerca tendremos que deshacernos de él. Arruinando la posibilidad de obtener una multimillonaria suma, la que nos permitiría vivir tranquilos por mucho tiempo. Les había enviado un mensaje a los padres de nuestro pasajero. Pero ahora que saben donde encontrarnos y que alguien nos delate lo más probable es que si tengamos que hacerlo –

- ¿Lo vas a matar Jack? – Pregunta uno de ellos.

-Por ahora no. Kalú, tira el cuerpo de Benja- Ordena Jack.

-Si, capitán- Contesta el otro chico.

- ¡BUM! ¡BUM! – Otro disparo.

-Lo dije. No admito errores –

El barco esta tranquilo parece que han anclado, los oigo hablar de sus saqueos y atracos a otros barcos y de como mataron a sus tripulantes después de violar a las mujeres. Malditos bastardos. Por lo que noto todos se han embriagado, después de todos usaron el Whiskey, salgo de la habitación con mucho cuidado, al llegar a la cubierta me encuentro con los hombres inconscientes por el alcohol. Llego al timo y me encuentro con el hombre que me golpeo.

-Me preguntaba ¿cuánto tardarías en salir? - Me dice el hombre que me golpeo.

-Toma- Me entrega una bolsa.

- ¿Y esto? - Pregunto enarcando una ceja.

-Ahí hay una carta de navegación, una brújula un cuchillo, machete y una caña de pescar. Eso te servirá para sobrevivir. Como referencia estuvimos en Nahlap, con la marea si te marchas ya, podrás llegar en tres o cuatro días a Guam te encontrarás el atolón de las Islas Murciélago, ahí podrás encontrar comida y agua- Me da instrucciones.

- ¿Por qué me ayudas? – Inquiero.

-No soy asesino, si bien Jack ha matado, yo no he participado de ellos, aunque para la ley es lo mismo. Y por lo que entendí mañana te matará. Aunque todavía piensa que tu familia le dará el dinero que les pidió- Mi sangre se hela por la revelación.

-Sabes que debo golpearte, de lo contrario sabrá que me ayudaste-

-Si lo sé, así que hazlo rápido- El hombre me da la espalda.

Tomo uno de los remos del dingi y lo golpeo fuerte el hombre se desploma, aprovechó el para dañar el timón, me llevo los binoculares, suelto el ancla pongo el motor rumbo al sentido contrario a mi ruta. Cuando se despierten ni sabrán donde están, con suerte para cuando tengan una idea a donde he ido ya este muy lejos.

Por suerte el dinghy que tiene el The Grace, posee un motor muy fuerte espero que este bien cargado de gasolina, me parece que nunca lo usaron, así que debe estar lleno.

Con el remo navego hasta solo ver al The Grace como pequeño velero, Por suerte la noche esta clara, no hay ni una sola nube. En el viaje recuerdo a mi familia, durante este tiempo no he tenido tiempo de pensar en nada, ni en nadie, agradezco que fui firme con Elliot y Taylor para que no me acompañaran el tal Jack los hubiese matado a ambos.

Dos días después y tratando de ahorrar gasolina llegue a la mitad del camino, para mi desgracia la radio del dinghy no funcionaba por lo que no podía escuchar y hablar con nadie.

Amarre el bote a una palmera, busque un río y para mi buena suerte me encontré una caída de agua, aproveche para llenar los contenedores que tenía en el bote con el preciado líquido, de pronto el cielo empezó a oscurecerse y el viento aumento su velocidad en señal de que se acercaba una tormenta.

Recorrí la isla hasta que encontré una cueva bastante escondida donde podría protegerme de la tormenta y de mis captores, si lograban dar con la dirección que tomé, decidí acostarme en un risco acolchado de algas ya secas, tome los suministros y los metí en un pequeño agujero que se veía bastante seco. Tome las mantas que había en el bote cortesía del tipo que me ayudo y me dispuse a descansar mientras la tormenta pasaba.

No se cuánto tiempo dormí, pero el cansancio me domino pese al lugar tan reducido en el que estaba, al despertar todavía la tormenta seguía con menor intensidad, más mi moral cayo al suelo cuando vi el dinghy aplastado por una piedra, mis posibilidades para llegar a Guam se anularon de inmediato, sólo espero que Barney haya rastreado mi tarjeta y dado con los tipos.

Tuve que hacerme a la idea de que este sería mi hogar por tiempo indefinido, al menos pude rescatar las herramientas que llevaba en el bote, decido hacer un reconocimiento del islote, no es grande pero tampoco es pequeño, siempre estoy pendiente del horizonte por si el tal Jack decide venir a buscarme. En uno de los costados logro encontrar otra cueva, en ella encuentro rastros humanos, al parecer la isla es visitada por personas, el asunto es ¿qué clase de personas vienen a esta isla?

[...]

Anastasia POV

Hoy es mi día de graduación, para mi mala suerte, mi padre fue enviado por el Instituto Smithsoniano a realizar un estudio a las Islas Galápagos y eso fue hace seis meses y no regresa hasta dentro de tres meses, Ray es un especialista en reptiles, más su pación son las tortugas, yo he decidido seguirle los pasos para sí estar más tiempo con él, aunque mi especialidad es las aves marinas, sin embargo, he llevado una maestría en quelonios como mi padre.

-Llego a la graduación, para variar sola, ya que mi novio José decidió ir con sus padres.

En el gran salón los estudiantes que van llegando se acomodan en sus sillas, encuentro la mía y tomo asiento, esto es tan vacío sin alguien que te acompañe para disfrutarlo. Kate me saluda a unos metros de mi y yo le devuelvo el gesto, mi mejor amiga se gradúa en periodismo por insistencia de sus padres y así seguir la línea familiar, esa era la labor de Ethan su hermano, lo que no contaban lo padres de ellos era que él tenía sus propios planes y se fue a Francia a especializarse en medicina.

Al fin la aburrida graduación termina, busco a José y lo encuentro con sus padres, ambos me felicitan por mi doctorado en biología marina.

- ¿Irás a la fiesta José? – Pregunto porque no lo veo muy animado y quisiera pasar la noche con él.

-No, no iré me quedaré en casa-

-Pero hijo digis...- La señora Rodríguez es interrumpida por su hijo.

-Dije que no iré- Responde molesto José.

-Bien Ana, nos hablamos mañana- Y se marcha junto a sus padres.

Me dirijo a mi departamento y me cambio la ropa por la de dormir, es en estos momentos en los que extraño a mi madre, ella siempre tenía tiempo para mí, pese a sus proyectos.

Me estoy quedando dormida cuando alguien golpea la puerta principal del apartamento. Por la mirilla de la puerta corroboro que es Kate quien toca la puerta.

- ¿Qué quieres Kate? – Le pregunto adormilada.

-Pues ¿qué crees que voy a venir? A llevarte a la puñetera fiesta, ¿de que vale el esfuerzo por graduarte si lo celebras tus logros?, vamos que te voy a llevar a vestirte- Me arrastra a mi habitación hurga entre mi ropa.

- ¡Aquí esta! Sabía que lo habías guardado en algún lado-

Cuarenta y cinco minutos más tarde estábamos en la fiesta donde algunos ya sufrían los estragos del alcohol. Trato de disfrutar la fiesta la primera hora que paso ahí Kate ha bailado con casi todos los chicos sin pareja o al menos eso es lo que dicen y ya esta achispada, yo por el contrario me conservo sobria; alguien debe de conducir.

Algunos chicos me invitan a bailar y trato de disfrutar, más mi conciencia no me permite ya que mi novio esta en su casa tal vez durmiendo y yo en esta fiesta. Kate se pierde de mi vista por un rato y eso es señal de que ya debemos irnos usualmente cuando ella se pierde es porque encontró con quien pasar la noche, más no puedo irme sin decirle, abro una, abro otra puerta y nada, hasta que llego a una puerta donde escucho unos sonidos, abro la puerta y la imagen que esta frente a mí me asquea, veo como uno de los chicos del equipo de futbol americano, embiste furiosa mente a José por su trasero y lo mejor de todo este lo disfruta, alguien me toma del brazo y me jala llevándome a la salida.

-Lo siento Ana. No era la forma en que quería que te enteraras. Te busque por todas partes para irnos, hasta que alguien te vio y me dijo donde encontrarte-

- ¿Tu sabias de los gustos de José? – Logro preguntar saliéndome del shock.

-No, lo sospechaba ante la negativa de él a formalizar una relación contigo. Lo confirme hasta hace un rato. Lo siento Ana – Mi amiga me abraza y nos dirigimos a mi departamento.

****

Dos semanas después de mandar a José a la mierda por mentiroso, estoy entrando en las oficinas del director de investigación del Instituto Smithsoniano. Al parecer quieren trabajar conmigo y mi padre cuando vuelva.

-Buen día señor director- Saludo al hombre frente a mí.

-Es un gusto conocerla señorita Steele. Su padre es muy conocido en el ámbito científico en este museo-

El hombre me explica que es lo que el instituto desea que mi padre y yo estudiemos una especie de ave marina que habita sólo en esa zona y una subespecie de tortugas verdes que desovan en esas islas, resulta que el lugar de estudio no está claro, más si esta claro la región donde haremos el estudio las Islas Murciélago en la Micronesia.

Una semana después, estoy reuniéndome con mi padre; estoy contenta por trabajar con él en este proyecto tan importante.

-Hija, me alegra verte. Disculpa que no estuviera en tu graduación- Papá se disculpa.

-Lo entiendo, papá. No te preocupes. Las cosas salieron mejor de lo que esperaba- Le dije despreocupada.

- ¡Así! ¿Me contarás que fue eso que hizo mejor tu noche? – Preguntó curioso papá.

-Ya no estoy con José papá y no quiero hablar de ello- Zanjo el tema.

-Ok. Entiendo. Pero me alegra que hayas terminado esa relación, ese chico no era para ti, Annie-

-Bueno, comencemos a trabajar en el viaje tenemos que coordinar todo y el director quiere que empecemos a trabajar ya-

-Si, de hecho, voy a contactar a un capitán que conoce el área de estudio, me lo recomendó un conocido de National Geographic-

-Te dejo eso a ti, me ganas en experiencia, me encargaré del papeleo. Por cierto, papá, hoy saldré con Kate. Será mi ultima salida con ella antes de nuestro viaje-

-Tranquila, Annie, eres joven y tienes que disfrutar la juventud. Sólo cuídate-

Mientras disfrutábamos de la noche, Kate me contaba, su primer trabajo en el canal de su padre. Cristian Grey uno de los empresarios más jóvenes del mundo y más ricos de la tierra había desaparecido junto a su yate entre Hawái y las islas de la Micronesia, al parecer un grupo de piratas lo ataco en su travesía espiritual y habían solicitado un rescate. Al parecer el recate no se pago porque lograron con una posible ubicación de una de las tarjetas de crédito del empresario, más llegar a la isla no encontraron al joven y de eso ya hace más de medio año.

-Es una lástima la desaparición del joven Grey, Kate. Lo siento por su familia-

-Si, Ana, dicen que su hermana menor esta inconsolable, al parecer hay una excelente relación entre ellos y su hermano mayor está desesperado buscándolo junto al personal de seguridad del empresario, paralelamente junto al FBI y la INTERPOL-

-Ojalá lo encuentre con vida- Inquiero triste, sé que es perder a un familiar.

-Muchas personas dudan de encontrarlo con vida, fueron piratas quienes lo atacaron, imagínate que ni el yate han podido encontrar y es uno grande-

Seguimos disfrutando de la noche como siempre Kate encontró con quien ligar y aunque a mí también me salió alguien, no fue de mi interés.

****

El viaje había iniciado en Los Ángeles donde residíamos, de ahí volamos a Hawái, de aquí volamos a la base aérea del ejército en la isla de Guam, de ahí en hidroavión a los Estados Federados de Micronesia aquí pasaríamos dos días contratando varios guías ya que los lugareños son muy reconocidos por sus conocimientos del comportamiento de las mareas en estos mares, mi padre no está tranquilo al ser yo mujer y estar rodeada de hombres, bueno tendría que conformarse. Sin embargo, no se me pasaba desapercibido las miradas de los hombres; gracias a la providencia en la universidad había llevado talleres de defensa personal y de sobrevivencia, así que eso me brindaba algo de seguridad.

- ¿Ya sabes a quien contrataremos en Micronesia para que nos lleve a las islas? - Le pregunto a mi padre.

-Si mi amigo de la NatGio me dijo que preguntara por el capitán Jack Hyde. Él dice que este capitán se conoce cada isla, islote y atolón de estos mares como la palama de su mano -Afirma mi padre.

-Espero que sea así. Ya que estamos a tiempo con el tiempo de los supuestos avistamientos de esas tortugas en las Islas Murciélago-

-Annie, veras que llegamos a tiempo, tu no te preocupes que esa será mi labor –

Después de contratar sólo dos guías, los cuales fueron los únicos que me inspiraron confianza e interactúe con sus familias. Gente muy pobre que necesitaba el dinero para poder vivir, los chicos ambos hermanos, se han comportado conmigo como un par de hermanos me han ayudado a comprar suministros indispensables y a alejar a los hombres que quieren pasarse de listos conmigo.

-Annie, ¿Cómo es la universidad? – Pregunta Lui, el menor de los hermanos.

-Muy interesante, aprendes muchas cosas – Le digo sin dar mayor explicación.

-Nosotros si acaso fuimos a la primaria, aprendimos tu idioma por los soldados de tu ejercito que viven aquí- Confirma Kart el mayor de los dos.

-Más sí somos felices – Inquiere Lui.

Al subir al hidroavión veo la emoción en los ojos de los chicos, el pago por sus servicios se los dejamos a su madre, así lo pidieron ellos, vuelo fue extenuante para los tres ya que Ray estaba acostumbrado a ello.

Al llegar a Micronesia me sorprendo a ver que es una isla bastante grande y hermosa, el tiempo no da ya para conocer, Ray nos mando a descansar mientras contactaba al capitán Hyde. Nos hospedamos en el La iap Resort ubicado en una de las pequeñas islas, por la noche cuando decidimos que era la hora de la cena, Ray y atenía todo listo con el tal capitán saldríamos al amanecer hacia nuestro destino. Sin embargo, una sensación de malestar se instalo en mi pecho, me sentí nerviosa.

El sol apenas rayaba en el cielo cuando partimos hacia el muelle, cuando llegamos al lugar, mis nervios se dispararon al ver a los ocho hombres que estaban en el barco, más el que me dio más miedo fue el que se presentó como el capitán Hyde, al darme la mano mi cuerpo se estremeció de miedo, los tatuajes en sus hombres no me generaban miedo ya que había tenido compañeros con su piel tintada, lo que me daba miedo son sus ojos y su sonrisa, había oscuridad en sus ojos y su sonrisa es siniestra.

-Señorita Annie, ese hombre no me da confianza – Comenta Kart.

-Tranquilo que a mí tampoco –

-Sabe señorita, no sé si será él o no. En los muelles del puerto principal de nuestra isla, algunos capitanes han hablado de un tal Jack que se dedica a la piratería y que tiene que ver con la desaparición de un hombre con mucho dinero – Cuenta Lui.

- ¿Cristian Grey, el millonario? - Pregunto al chico.

-Bueno, no sé si será él o no, pero, eso es lo que oí- Las palabras de los chicos lejos de darme tranquilidad sólo me generaron más temores y desconfianza.

Una semana después todo estaba más que tenso había decidido no salir del camarote, para evitar las miradas y comentarios de la tripulación, también porque el bamboleo del barco me estaba afectando, pasaba mareada y con ganas de vomitar, los chicos se turnaban por las noches para cuidarme, ya que la primera uno había abierto la puerta sin tocar, ahora le poníamos seguro.

-Padre, ¿Cuándo llegaremos? A este paso nos vamos a atrasar- Le reprochaba a mi padre sin quitarle los ojos al capitán quien estaba sentado a la mesa con él.

-Señorita Steele esto es cuestión de hombres- Aguijoneo el capitán.

-Padre- Insistí.

-Hija déjame arreglarlo con el capitán, ve al camarote- Vi en los ojos de mi padre preocupación, por lo que terminé cediendo a su petición.

La siguiente semana fue lo mismo nada que llegábamos, había hablado con los chicos y me había dicho que por la ubicación de las islas donde debíamos llegar debimos hacerlo hace unos días.

-Señorita Annie, Señorita Annie- La voz de Lui me despertó.

- ¿Qué está pasando Lui? -

-Mire no quiero preocuparla, pero creo que estamos navegando en círculos y eso es tondo porque nos quedaremos sin combustible- Dice Kart.

- ¿Por qué lo dices? - Pregunto preocupada.

-Mire hemos navegado en canoa y conocemos de mareas. Debimos haber llegado hace cuatro días -

-Yo oí decirle al señor Ray, que querían más dinero-

- ¡Dios, santo! –

-Creo que el señor Rey contrató al pirata – Asevera Kart.

Nuestras sospechas se confirman tres días después al llegar a un grupo de islas.

- ¡SALGAN! - Nos grita un hombre. Pero al tratar de salir me tropiezo, cayendo al suelo, debajo de la cama me encuentro con un pasaporte y para confirmar mis miedos al abrirlo compruebo que es el de Cristian Grey. El hombre me jala del brazo lo que provoca que el pasaporte se me caiga de la mano, el hombre lo toma y sonríe.

-Nunca debiste haber visto esto- Nos llevan a los tres a la cubierta del barco, donde para mi pánico extremo me encuentro a mi padre golpeado, muy golpeado. El hombre entrega el documento al capitán, él lo mira y niega.

[...]

Cristian POV

Casi un año llevo en esta isla sólo, al parecer esta isla esta fuera de las rutas comerciales, ni aviones, ni helicópteros, ¡NADA! He estado al borde de la locura, sin embargo, lucho para permanecer cuerdo, tengo la fe de que algún día pueda irme, he fabricado balsas, que me han permitido moverme entre islas, para no ser detectado por el hijo de puta de Hyde, en el fondo debe presentir que aún vivo. Los he visto venir a esta zona en tres oportunidades, el haber construido este refugio en este pico aplanado me permite tener una vista en cualquier dirección, es pequeño pero cómodo por suerte no ha hecho mucho viento.

De seguro todavía tiene la esperanza de cobrar el rescate, lo que si no me explico es porque aun sigue navegando el The Grece, que por cierto le ha cambiado el nombre, por el The Voyager. Mi dieta va de mariscos y algunas frutas que he logrado conseguir, el agua nunca falta, aunque al principio me costó que mi estomago la soportara. Varias veces al día subo a mi puesto de vigía a mirar si por casualidad me encuentro algún barco o a los piratas. Esta es la segunda de la mañana, la subida me permite estar en forma.

Tomo lo binoculares, empezando mi rutina. Para mi mala suerte diviso mi velero, me sorprende que valla a atracar a la parte más alejada de la isla, eso llama mi atención, es un cambio extraño, el tipo que me ayudó en las otras ocasiones me dejo suministros de ropa que me han permitido no pasar frio por las noches. Todavía me sigue extrañando que me ayude, si la mejor ayuda que podría darme es que le diga a mi familia donde encontrarme.

Corro a campo traviesa por la selva de la isla por suerte no he encontrado serpientes en estas islas, solo insectos muy molestos. Al escuchar el sonido del mar comienzo a caminar, para no hacer ruido y llamar la atención de las vistas no deseadas. Me embadurno con barro y me escondo detrás de unos matorrales para escuchar a los hombres.

-Vamos Steele tan difícil se te hace pedirle al museo para el que trabajas más dinero-

-No es difícil, ya me han depositado todo el dinero que tenían presupuestado para la investigación –

-Has un mejor esfuerzo o tendremos que vender a tu hija a algún prostíbulo de Indonesia. Por tu hija y su virtud me darán una fortuna- Se ríe el tal Hyde. Desde aquí puedo ver como han golpeado al hombre y a la chica no tanto; dos chicos más jóvenes son retenidos por los esbirros de Hyde.

-Dejen a la señorita Annie- Grita uno de los chicos.

-Lo siento, fueron enfáticos no habrá más dinero. Si quieren tomen mis tarjetas y las de mi hija saque todo el dinero de las cuentas, pero déjenos ir- Ruega el hombre.

-Lo siento Steele no es negociable, por medio de las tarjetas nos rastrearan, así lo hicieron los familiares del dueño del barco – Señala mi velero.

-Si, Cristian Grey – Afirma la joven que es muy hermosa para ser real.

-Lo siento si es así, ya no me sirven y conocen nuestros rostros- El hombre saca un arma.

- ¡BUM! - Y le dispara al hombre en la cabeza, el disparo es tan fuerte que salpica a la chica quien se lanza a tomar a su padre entre sus delgados brazos.

- ¡NO! ¡PAPÁ! ¡ASESINOS, MALDITOS ASESINOS! – Le grita a Hyde.

- ¡BUM! – Otro disparo suena y ahora es la chica quien se desploma sobre el cadáver de su padre.

- ¡Señor Ray! ¡Señorita Annie! – Gritan lo chicos.

-A estos los venderemos en el mercado de esclavos de Indonesia. Algo nos darán-

- ¿Por qué mataste a la chica? Nos hubiesen dado mucho dinero por ella- Dice el hombre que me salvo.

-Iba a ser un problema entre todos ustedes queriéndosela follar y te daría la oportunidad de que la dejaras escapar como lo hiciste con Grey. Algo me dice que tu le ayudaste a escapar- Me sorprende lo acertado de su teoría, me sorprende que no le haya matado.

Mis pensamientos me distrajeron, cuando me percato el barco ya esta zarpando hacia ¿quién sabe dónde? Rodeo la playa me acerco por detrás y la escena es dantesca. Algo llama la atención y es un quejido proveniente de la chica. Me cercioro de que el barco este lo suficientemente lejos y la muevo con cuidado. Tiene un disparo que le atravesó de lado a lado, por el sangrado puedo suponer que no comprometió ningún órgano.

La tomo entre mis brazos y la llevo a mi cueva principal, esta está detrás de una cascada es lo suficientemente profunda para que haya zonas muy secas y frescas, el problema con esta es que por el ruido de la cascada no se escucha nada que no sea la caída del agua.

Enciendo un fuego para hervir agua, mientras limpio la herida con antiséptico, lo que le provoca otro quejido.

-Tranquila, Annie. Te voy a curar lo prometo- Si porque por su padre no puedo hacer nada. El pobre hombre quedará así, era ella o enterrar el cuerpo.

Los días pasan, casi no he podido pescar ya que eso implicaría dejarla sola, ha estado desvariando entre la conciencia y la conciencia. La pobre llama a su padre en sueños, lo más probable es que reviva en sus pesadillas la muerte de su padre.

Por suerte, al cuarto día la joven se despierta de su inconciencia asustada a los segundos me doy cuenta porque, la tengo abrazada por detrás, recuerdo que por la madrugada temblaba de frio por lo que la acobije con mi cuerpo.

-Tranquila no voy a hacerte daño, te he salvado del disparo de Hyde, si forcejeas te abrirás la herida, no tengo conque cocerla por lo que puse una de mis camisas amarrada con lianas – Ella entiende lo que le digo al palpar la zona con su mano.

-M...mi padre- Dice entre sollozos.

-Lo siento no había nada que hacer con él. A ti casi te dejo ahí hasta que te quejaste- Le digo la verdad.

- ¿Qui...quién eres? – Pregunta nuevamente.

-Me llamo Cristian. Logre escapar de ellos, una tormenta me sorprendió de camino a Guam, mi bote fue aplastado por una piedra en la cueva en que me escondía. No soy muy bueno construyendo balsas, no duran mucho- Le confieso.

-Eres Cristian Grey, el millonario, las autoridades te dan por muerto, pero tu familia no ha perdido las esperanzas- Me cuenta y mi corazón se llena de alegría al saber que mi familia me busca.

-Mira, estas débil y yo con hambre, iré a ver que pesco- Ella me agarra de los brazos y se aferra a mí.

-No, me dejes- Me ruega asiéndose con más fuerza en mis brazos.

-Entiendo que tengas miedo. Aquí en esta isla humanos, sólo tu y yo, te llevaría conmigo, más por ahora no te lo recomiendo, traeré bastante comida para no salir tan a menudo-

Los días pasan, Anastasia es su verdadero nombre me ha ido contando de apoco ¿Cómo fue que llagaron a la situación que la tiene en la isla? También me cuenta que se enteró de mi desaparición por su amiga periodista, la que le toco entrevistar a Elliot, que se encontró mi pasaporte en mi camarote, fue ahí que se entero que ellos eran los causantes de mi desaparición.

-Dime Anastasia, ¿Qué venias a estudiar a esta isla? – Pregunto curioso mientras desayunamos. Mis días han sido mejores desde que la tengo a ella aquí, preocuparme por su salud me mantiene ocupado ya no pienso tanto en Susana y en mi bebe, pienso que es hora de irlos dejando ir. A Ana como me ha pedido que la llame le he contado la razón de mi viaje, lo entendió, pero me acuso de loco.

-Cristian, ¿Crees que pueda salir de la cueva? La herida está casi cerrada – Me ruega.

-Sólo si me dejas cargarte. Por fuera puede verse bien, por dentro es otra historia – Le advierto.

-Puedo caminar, Grey- Ella se sonroja y se ve hermosa con ese color en sus mejillas.

-Ok, haremos algo esta cascada es el inicio de un río que va al mar, tengo una balsa, podríamos irnos en ella, la amarramos en la playa mientras yo pesco, tu toma un poco de sol, ¿Qué opinas? – Es lo mejor que se me pudo ocurrir.

-Acepto, pero yo camino hasta la balsa- Ella me mira, sin embargo, la tomo de improvisto, para caminar con ella entre mis brazos, están delgada que no me cuesta cargarla.

-Bájame, Cristian. Por favor –

-Tranquila preciosa que ya casi llegamos- Ella grita cuando el agua fría de la cascada la golpea desde arriba.

- ¡E...e...estaaaá muy fría-

-Pronto te acostumbrarás-

Nuestro viaje en balsa resulta divertido, ella mira cada cosa con detenimiento, como grabándoselo que ve en su memoria –

Reconozco que Anastasia es una chica bella, muy bella. Al llegar al mar, nos damos cuenta de que la playa relativamente es muy tranquila hay un cocotero que está torcido, facilitando el tomar los cocos para tomar agua, antes de irme de pesca dejo una fogata encendida, para comer lo que traiga y unos cuantos cocos abiertos para que sacie su sed.

Dos horas después salgo con dos langostas, algunos camarones y tres cangrejos, los últimos quedaran para la cena en la cueva.

Regreso a la playa y ella esta dormida me permito apreciarla. Tiene un cuerpo de infarto, por suerte esos animales no la violaron.

-Vas a mirarme todo el día o preparamos esas langostas antes de que dejen de estar frescas- La condenada no estaba dormida por lo que me ha descubierto mirándola.

-Lo siento buscaré unas ramas para pinchar las langostas y asarlas- Digo mientras meto los cangrejos y los camarones en los cocos vacíos.

-Esta langosta estaba de muerte- Me dice sobándose el estómago, supongo de satisfacción.

-Buenos, es sólo comida Ana. Ahora desharía haberme comido las hamburguesas y las pizzas que mi hermano tanto ama. Como vez el menú no es tan variado- Ella me mira y se le cristalizan los ojos.

-Lo siento Ana, si te ofendí. Es que llevo tanto tiempo aquí que desearía una de esas grasientas hamburguesas-

-No, no pasa nada. Sólo recordé los fines de semana de pizza y hamburguesas que viví de niña con mis padres-

Regresemos a la cueva, te encargo los cocos – Le señalo los que contienen nuestra cena.

A dos mese de haber llegado Ana, nos atrevemos a ir al lado de la isla donde descansa el cuerpo de su padre, bueno lo que queda de su cuerpo, parece que la vida marina de la isla a hecho el trabajo de la naturaleza. Tomamos los restos del cuerpo de Raymond Steele y lo sepultamos, rezamos por su alma y finalmente le prometemos que, si algún día salimos de esta isla, le daremos santa sepultura en nuestro país.

Para Ana es difícil la situación de regresar sólo tendría a su amiga Kate y de ahí nadie más, a diferencia mía que tengo una familia bastante amplia esperándome.

-No te preocupes, Ana mi familia podrá adoptarte, mi madre es una excelente mujer, mi hermana es un huracán, mi hermano es un... no importa, papá es muy serio pero un buen padre y los abuelos son una maravilla-

-Gracias, Cristian eres un hombre maravilloso – Me da un beso en la mejilla y al rosarme mi cuerpo siente una descarga eléctrica que recorre todo mi cuerpo y hace que mi miembro se ponga duro. ¿Qué mierda es esto? Ni cuando me he masturbado viéndola dormir me he puesto tan duro como ahora.

-Será lo justo después de lo que hemos vivido. Ya vengo – Me escabullo fuera de la cueva y comienzo a masturbarme, si sigo así pronto la estaré empotrando en las paredes de esta cueva. Minutos después de venirme regreso a la cueva, miro a Anastasia y ella está mirando hacia otro lado, cara esta roja, ese tono se esparce por sus orejas y luego baja a su cuello, perdiéndose debajo de la camiseta, sus pezones se marcan a través de la tela, me ha visto, masturbarme. La voy a poner a prueba.

-Ana, ¿Puedes mirarme a la cara? – Ella niega ferozmente, deja escapar una risita y eso es la confirmación de mi teoría.

-Ana, ¿Me has seguido verdad? – Se pone más roja ante mi siguiente pregunta, más no responde.

-Sabías que es de muy mala educación espiar a los demás- Ella afirma con la cabeza sin mirarme.

-Ana, mírame, por favor- Tomo su rostro entre mis manos, tiene los ojos cerrados.

-Tengo vergüenza Cristian. Sólo tenía un poco de curiosidad. No te que en algunas ocasiones cuando salías de esa manera regresabas agitado y me dio curiosidad de Saber cual es la causa. Los siento no volverá a pasar-

-Eso es normal Ana, tu lo haces cuando yo no te miro o te dejo sola al ir a pescar-

-Yo, yo nunca he hecho eso. Tocarme y no se ¿dónde hacerlo y cómo? -

-Eso me resulta imposible, todas las chicas de tu edad lo hacen y sobre todo sexo-

-Yo nunca he tenido sexo Cristian, cuando estaba decidida a hacerlo con mi novio me enteré de que era gay- Se pone más roja se puede decir. Y el que sea virgen es una novedad para sus veinticinco años.

-No te voy a mentir Anastasia. Lo de haya afuera lo provocaste tú, no quiero aprovecharme de la situación, pero eres, hermosa. Cuando llegaste jamás hubiese pensado en que te haría esta pregunta, más el deseo que siento por ti se ha incrementado cada vez más...- Mis palabras se atoran en mi garganta no quiero a alejarla de mí.

-Yo...yo también te deseo y no sé si algún día regresaremos a casa, pero si quiero perder mi virtud contigo, Cristian. Hazme el amor Cristian-

- ¿Estás segura? – Trato de confirmar porque al comenzar no podré detenerme, aunque me lo pida.

-Si, cien por ciento segura- Me confirma viéndome a los ojos y sus ojos celestes se han tornado de un azul oscuro, un azul tormentoso. La levanto para llevarla la que de ahora en adelante será nuestra cama. Le quito la ropa, en otras palabras, mi camiseta.

Le doy un beso, en sus labios, me saben a gloria, muerdo el lóbulo de su oreja, voy dejando un camino de besos por su cuello hasta llegar a sus pechos la recuesto en la cama, sus pezones están tan duros como gemas, les doy la debida atención y ella comienza a gemir, causando que me ponga más duro. Cuando me he saciado de ellos voy dejando un reguero de beso a lo largo de su torso, Ana se arquea tratando de encontrar el alivio que su sexo le pide.

-Tranquila, Ana, pronto tendrás lo que tu cuerpo tanto está pidiendo- Después de esas palabras abro sus piernas encontrándome su intimida la cual esta cubierta de un poco de bello, eso no es problema para mí. Asalto su nudo de placer sin darle tregua. Ana gime, grita de placer cuando alcanza su primer orgasmo.

- ¿Preparada para lo que viene? - Pregunte por regla.

-Si...si- Apenas si pudo contestar la niña golosa.

-Quiero advertirte que te dolerá un poco pero cuando pase no querrás que pare- Le confieso.

-Bien continua- Apuro a Ana.

Me acomodé bien entre sus piernas, puse su pierna derecha sobre mi cadera para tener más acceso a su entrada. Me apoyé con la mano izquierda en el suelo y con la derecha guíe mi miembro en su entrada, estaba tan duro que no necesité sostenerlo, por lo que apoye amabas manos en el suelo, Ana subió su otra pierna en mi cadera. La miré al rostro, tenía los ojos cerrados, quería que me mirara.

-Abre tus hermosos ojos, quiero verlos cuando seas completamente mía- Así lo hizo, más algo estrujo mi corazón cuando de ellos vi salir lágrimas.

-Dime Ana, ¿qué pasa? – Le pregunto deteniéndome.

-Me duele mucho, Cristian para por favor... - Me suplica, reconozco que soy muy ancho para ella. Sin embargo, la vagina es un musculo y pronto se irá acostumbrando.

-Nena, ya pasará, respira y relájate para que tu vagina se amolde a mí, por favor. Ana déjame entrar,...- La enviste de golpe y ahogo su grito con mis labios, me quedo quieto, la miro a los ojos, los cuales están anegados de lágrimas, las limpio con mis pulgares, para luego besar sus lindos ojos.

-Respira cariño, hazlo conmigo- Empiezo a hacer técnicas de respiración para que ella me siga. Se me hace difícil estarme quieto quiero moverme, pero sería un animal si lo hago, la dejaría incapaz de hacerlo nuevamente por algunos días.

-El dolor esta bajando, siento una presión- Lo dice mientras hace las respiraciones.

-Pronto te amoldaras a mi- Comienzo a moverme despacio, ella toma un ritmo sincronizado con mi pelvis para recibirme e incrementar su placer, la beso para beberme sus gritos, cuando necesitamos aire la suelto, para excitarme más, cuando ruega por más y que no pare.

- ¡Más! ¡No pares! ¡Si! Cristian, siento que voy a romperme-

-Lo haremos juntos nena- Cinco envistes más y nos venimos juntos. Ana queda fuera de juego después de este orgasmo.

Nos quedamos dormidos ella recostando su espalada a mi pecho, en posición de cuchara.

En la madrugada Ana despierta, pidiendo un segundo asalto de sexo, esta vez, sólo levanto su pierna izquierda y me introduzco en ella despacio, me empuño completamente dentro de ella, después de sucumbir al estasis nos quedamos dormidos con mi miembro dentro de ella.

Por la mañana, sigo dentro de ella mi miembro parece tener vida propia porque en segundos esta duro nuevamente. La insto a sentarse sobre mí, obedientemente lo hace quedando completamente empotrada, le explico como moverse y rápidamente capta como hacerlo, tanto como si no fuese la primera vez, tomo sus senos para estimularla más y así es como alcanzamos el tan ansiado orgasmo.

Encajando los últimos acontecimientos que nos han sobrevenido, le doy un nuevo sentido a mi vida, tengo que aceptar que Anastasia en una buena mujer, tengo que darle un lugar, se ha entregado a mi sin pedir o exigir nada, si regresamos algún día debo de darle el lugar que se merece, tal vez no casarnos, pero si apoyarla para que siga trabajando de manera que no se exponga más.

Los siguientes meses pasan normales, nos hemos estado moviendo entre las islas, Ana me a ayudado a construir balsas más resistentes ya que hemos divisado en varias ocasiones mi velero. Un día por estar de lujuriosos, casi nos encuentran, se que han visitado el lado de la isla donde dejaron a Raymond y a Ana, saben que estamos en algún lado ya que encontraron la tuba de Ray.

Lo que me preocupa es el cambio del clima, se que pronto regresaran las tormentas debemos encontrar otra isla para escondernos, una que tenga agua y una cueva que nos sirva de hogar.

-Ana, levántate, debemos ir a explorar otra isla. Jack va a regresar por nosotros-

-Cristian tengo mucho sueño y no me he sentido muy bien –

-Te dije que dejaras de comer tanto mango – Lo mas seguro es que te dio una indigestión.

-Bien me levantaré, pero antes quiero que me hagas el amor. Siii-

-Te prometo todo el sexo que quieras, pero debemos irnos, tengo un mal presentimiento –

-Ok, nos vamos – Recogimos todas las cosas que tenemos, eso incluye una hielera que dejo la marea en la playa un día de estos. Las mantas y la poca ropa que teníamos la metimos en la hielera. Ya en la playa aprovechamos la corriente se bajante para que nos llevara. En los meses que Ana ha estado conmigo hemos visitado la mayoría de las islas, hasta ahora no a habido una que cumpla con nuestras necesidades.

Nuestra buena suerte no era eterna, sabía que en algún momento pasaría, a lo lejos divisamos un barco y si mi sexto sentido no me engañaba es el The Grace, empezamos a remar con los remos improvisados que teníamos, por la gracias logramos llegar a un islote pequeño, pero con agua. Lo bordeamos hasta que encontramos una cueva en la que podríamos escondernos por un tiempo, al menos por el tiempo que Jack dejara de rondar estas islas, aunque éramos conscientes que estaba la probabilidad que nos encontrara.

Los siguientes días Ana se había distanciado de mí, no quería dormir conmigo y muchas veces la encontraba llorando, le daba su espacio, la entendía por qué no era fácil lo que estábamos pasando, había estado estudiando las cartas de navegación cualquier isla habitada en estos mares serían muy difíciles de llegar sin que Jack nos encontrara.

Mi paciencia con Ana llego a un límite cuando le pedí que mantuviera el fuego encendido y lo dejo apagar.

- ¡ANA! Te pedí que no dejaras apagar el fuego. Ahora tendrás que comer pescado crudo- Ella me mira y rompe en llanto.

-Lo siento, no debí gritarte. He estado tan irritado por todo lo que hemos asado, que esto me supero. ¿Qué pasa? Últimamente pareces Magdalena, pasas llorando todo el día-

-Es que, es que – Tartamudea, la insto a calmarse sentándola sobre mi regazo.

-Es que no he tenido mi periodo desde que empezamos ha tener sexo y estoy muy, pero muy asustada. No creo ser capaz de enfrentar esta situación Cristian. Ni sé que somos, porque nunca le homos puesto nombre- Me lo dice de carrerilla. Analizo todo lo que me dijo y caigo en cuenta que lo homos hecho infinidades de veces sin control y todas mis venidas han terminado dentro de ella. Cierro los ojos en señal de aceptación a sus palabras.

-No tenemos que ponerle nombre a esto Anastasia, somos una mujer y un hombre que se entregaron a la pasión, sin medir las consecuencias. Actuaremos como personas responsables y asumiremos lo que debamos asumir – La abrazo para darle seguridad, no estoy seguro de amar a esta mujer, pero la criatura que se forma dentro de ella es parte de mí, no he olvidado a la mujer que tanto amé y al hijo que perdí con ella.

Ella se separa de mi toma una manta de entre la ropa y se acurruca en el lado opuesto al que hemos compartido desde que estamos en este lugar. Definitivamente no eran las palabras que ella esperaba. Le doy su espacio, enciendo nuevamente la fogata. Cocino los peces sirviéndole a Ana el más grande, de ahora en adelante no deberá brincarse ni una sola comida.

Me duermo sintiendo el frio de la noche, pero un frio más intenso asola mi alma, al no sentirla a ella a mi lado, me había acostumbrado al calor del cuerpo de Ana a mi lado. La miro con disimulo viéndola temblar de frio, al parecer esta igual que yo. La dejo ser.

Le sueño me embarga y caigo en un sopor, que no sé si duermo o estoy soñando.

<<Cristian, déjanos ir. Aquí somos felices, Samuel ha encontrado a otros niños para jugar. Él quiere que seas feliz con su hermanita. Sabes Ana es una maravillosa mujer, ella merece que la ames. Ella siempre ha sido partí. Te amo. Prométenos que serás feliz con ellas. Ana necesitará de tu ayuda. Adiós>>

-Susana, Susana no te vayas – Grito desesperadamente.

<< Se feliz con ellas. Ana ya te ama. Pero no encuentra las palabras para decírtelo>>

Se ha ido. Ha dicho que Anastasia me ama. ¿Será cierto? ¿Cómo saberlo? si he herido sus sentimientos. Me despierto sudoroso y agitado. Susana ha dicho que Ana siempre ha sido para mí. Será que mi esposa he hijo tenían que morir para que Ana llegara a mi vida.

Busco a la nombrada por toda la cueva y no la encuentro la manta que uso para cubrirse anoche no está, Tengo que ir a buscarla, no sea haga una tontería con lo emocional que esta puede hacer lo impensable.

Camino hasta la playa y no la encuentro por ningún lugar, sigo caminando, bordeando la playa hasta que diviso un bulto en un arrecife, las olas lo mueven de un lado a otro. El miedo se apodera de mi cuerpo y corro desesperado.

- ¡ANA! ¡ANASTASIA! –

Camino, no por el arrecife sin importar el dolor en mis pies, hasta que logro llegar a su lado. La levanto con mucho cuidado. Sus brazos están arañados, así como sus piernas, al parecer la marea la arrastro por el arrecife de coral.

En la playa la reviso, hasta que doy con la causante de su inconciencia, una espina de algún pez venenoso incrustada en su pie. Se la quito de un tiro provocándole a Anastasia un quejido de dolor.

-Vamos, nena. No puedes hacerme esto. No puedes dejarme solo ya no quiero estar así. Perdóname fui un tonto. Yo sé que me amas, alguien me lo dijo y sabes soy el más grande de los idiotas por no verlo, yo también te amos y ¿Sabes qué? Se que nuestro bebe será una niña, una niña igual a ti. Se fuerte, así cono sobreviviste al dispar. No lo hagas por mi hazlo por nuestra hija- La acuesto en nuestra improvisada cama para limpiar la herida. Le envuelvo el pie con una de mis camisas la lleno de besos, me acurruco junto a ella para sí envolverla entre mis brazos.

Los siguientes días Ana delira del dolor y de la fiebre, más no he dejado de rezar y hablarle. Al quinto día la fiebre ha cesado, mas ella no quiere volver en sí.

- ¿Por qué no despiertas? Quiero volver a ver esos hermosos ojos tuyos que me hechizan – Beso sus parpados.

-Porque estoy cansada, Cristian. ¿Qué te hizo cambiar de opinión con respecto a lo nuestro? – Habla sin abrir los ojos.

Le cuento todo el sueño, que dándose asombrada, que tenía que hablarme una persona fallecida y ella a punto de morir para darme cuenta de mis sentimientos.

-Por ahora nos quedaremos así. Más déjame informarte que no seré tu juguete sexual. No habrá más sexo hasta que tu estes claro con lo que sientes. No voy a vivir a la sombra de una persona fallecida y si te sientes obligado a mantenernos cuando salgamos de aquí, desde ahora te libero de esa responsabilidad, puedo trabajar y velar por mi y el bebe. Ahora dormiré –

Ella se voltea dándome la espalda para acostarse en posición fetal un brazo le sirve de almohada y la otra mano descansa en su vientre, que ahora que me fijo está un poco abultado. Está herida en sus sentimientos. Me acuesto tras ella, aunque sé que se molestará, su cuerpo buscará mi contacto y como era de esperar su cuerpo se relaja al sentir el mío, una de mis manos viaja sobre la que esta posada en su vientre.

-La beba también es mía, Ana y no voy a permitir que se vayan de mi lado. Soy un idiota, pero un idiota que desea hacer una vida con ustedes – Beso su cabeza y me quedo dormido con ella en mis brazos.

[...]

Taylor POV

Me siento el hombre más inútil del mundo Cristin Grey mi jefe y mi amigo, lleva más de un año desaparecido y peor aún no hemos podido encontrar a los hombres que conducían el camión que ocasiono la muerte de Susana y el bebe. El camión fue declarado como robado del área de parque de la empresa a la que pertenecía. El señor Grey esta a poco de despedirme por no lograr dar con los asesinos de su nuera y nieto y mas por no encontrar a Cristina.

-Taylor, lo he encontrado. He encontrado a los asesinos de la señora Susana- Barney interrumpe en la oficina de seguridad.

- ¿Dónde los has encontrado? -

-En un hotel de mala muerte. Ya le he informado a Luke y a Ryan que van en camino para vigilarlos mientras tu llegas-

-Dile a Reynols y Chan que me acompañen. No le avises todavía a Elliot, hasta que los tengamos seguros – Salgo de la oficina para dirigirme al parqueo del sótano, ahí me encuentro con los muchachos, en silencio salimos hacia la dirección que nos dio Barney. En las afueras del edificio, nos encontramos con Luke y Ryan.

-No han salido- Informa Luke al verme.

-Bueno subamos, antes que sepan que vamos tras ellos- Y así lo hacemos. En el tercer piso nos detenemos en una de las puertas. Toco la puerta, nadie contesta.

Le doy una patada a la puerta, y vemos como los hombres tratan de escapar, pero somos más y más rápidos lográndolos atrapar

-Al fin nos encontramos- Les digo a ambos.

- ¿Quiénes son? ¿Qué quieren de nosotros? – Pregunta uno de ellos.

-Bueno esas preguntas ustedes ya la saben, porque se han estado escondiendo durante mucho tiempo. Más no hay crimen perfecto logramos dar con el video del accidente de la señora Grey- Dice Luke.

-Ahora, ¿Queremos saber quién les pago, para matar a Susana y al bebe? – Los hombres se miran entre ellos.

-No sabíamos que estaba embarazada, la mujer que nos contrató nos pidió que la sacáramos del camino para asustarla y le dejáramos una nota –

- ¿Mujer? – Pregunto.

-Llamaré a Elliot – Informa Luke. Media hora después el mencionado hace acto de presencia.

-Así que estos son los asesinos de mi cuñada y sobrino –

-No queríamos hacerlo – Tiembla uno de ellos.

- ¡Malditos idiotas! Todo era posible. Ahora díganme ¿Cómo se llama la mujer que los contrató? –

-No lo sabemos- Elliot saca una foto de Elena.

- ¿Es ella? - Pregunta mientras sostiene la fotografía.

-Si se parece a ella, pero con cabello negro – Responde uno.

-Esta- Elliot saca otra foto.

-Si, ella- Dicen ambos.

-Siempre lo sospeché, pero nunca imaginé que llegara a tanto- Dice Elliot para sí mismo.

- ¿Qué nos harán? – Pregunta uno de ellos.

-Mi hermano sufrió por la pérdida de su esposa a tal punto que se alejó de nosotros y ahora unos piratas lo han secuestrado y no sabemos si lo han matado. ¿Saben que significa para nosotros esas pérdidas? Imagino que no. Sólo les intereso el dinero que les podían pagar ya me confirmaron lo que sospechaba. Chicos son todos suyos –

-Elliot te veo en la oficina de Welch – Él asiente y se marcha.

-Chicos, les doy unos minutos con ellos antes de avisarle al FBI – Les doy quince minutos y hago la llamada anónima.

Al llegar a la oficina Welch y Barney me tienen otra noticia, más reveladora que la anterior.

- ¿Qué hay? -Pregunto sin ceremonias.

-La Interpol, aviso al FBI en el consulado nuestro en Indonesia de dos chicos de la Isla de Guam. Ellos aseguran haber sido contratados por Raymond y Anastasia Steele, investigadores de Smithsoniano, ellos contrataron los servicios de un barco, el capitán se llama Jack Hyde. Los jóvenes aseguran Taylor, que viajaban en el The Grace, ahí encontraron el pasaporte de Cristian –

- ¿Cómo sabían eso los chicos? – Pregunto para hacerme el panorama.

-Bueno, resulta que esos hombres son piratas, le sacaron todo el dinero que pudieron a científicos, a no poder obtener más los mataron. Al parecer la chica se dio cuanta muy tarde quienes eran los hombres. Los mataron y a esos chicos los vendieron como esclavos. Ellos quieren llevarnos a la isla donde los mataron, dicen que el tal Jack va constantemente a esa isla en busca de Cristian, creen que aun vive- No espero ni una palabra más.

-Preparen todo, iremos a buscar a Cristian. Barney tu encárgate de Elena, pon al tanto a Carrick de todo y por último avisa al FBI y a la Interpol-

Cristian vamos por ti, espero con todo mi corazón que hayas sobrevivido, de lo contrario no podría ver a los Grey a la cara.

[...]

Cristian POV

Nuestra beba va creciendo, ella se mueve al escuchar mi voz, mi relación con Ana ha ido mejorando con los meses, por suerte llevamos casi seis meses de no saber de cierto pirata que nos busca y eso me preocupa, para mi es más seguro verlo, porque sé lo que debo hacer, pero la expectativa me tiene al borde de la locura.

Según nuestros cálculos nuestra hija podría nacer en cualquier momento y ese es el miedo que tengo que ellos aparezcan en ese momento vulnerable. Como deseo que nos encuentren y así poderle evitar a Ana traer al mundo a nuestra hija en estas condiciones. Miro al mar con los binoculares.

Un sonido muy fuerte irrumpe en la tranquilidad de la playa, mis alarmas se encienden.

-Ana, ve a la cueva y no salgas, hasta que yo vaya por ti –

- ¿Qué fue ese ruido, Cristian? - Me ira con terror.

-No lo sé. Pero no quiero arriesgarme. Vete-

Cuando Ana a desaparecido de mi vista, consigo ver el origen del sonido es un avión del ejercito de Estados Unido, le hago sellas para que me ven. El avión no se detiene, más mis esperanzas vuelven cuando veo el avión devolverse, baja la velocidad y altura; para segundos después de una compuerta abierta sale un hombre en para caídas. Sólo espero que sea ayuda.

Minutos después el hombre sale del agua con su paracaídas y una maleta. Mi guardia sigue arriba, el hombre se quita el casco y mis lágrimas afloran al ver a mi fiel amigo Taylor me lanzo a abrazarlo.

- ¡MIERDA, CRISTIAN! Creí que nunca te encontraría. Tu padre está a punto de matarme –

-Ca...Carrick nunca haría eso – Le digo sollozando.

-Pues tendrás que preguntarle. Pronto vendrá el barco a rescatarnos- Taylor saca un arma de la bolsa del paracaídas.

- ¿Por qué el arma? – Pregunto preocupado.

-Los piratas están del otro lado de la isla, tengo a uno de los chicos infiltrado, nos envía información en tiempo real, así que mueve tu culo, Grey- Me jala del brazo para hacerme caminar hacia la balsa.

-Taylor no estoy solo- El se frena en el acto.

- ¿Qué has dicho? –

- ¡Mierda Taylor sígueme! - Mi fiel amigo me sigue.

- ¡Ana! ¡Ana! - La llamo.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! – Los gritos de Ana me hacen correr con Taylor tras de mí.

Entro en la cueva y la encuentro en posición de dar a luz, la tomo de la mano.

-Rompí fuente cuando llegué y seguida empezaron las contracciones- Me dice agitada. A mi espalda escucho a Taylor gritar instrucciones a no sé a quién.

-Veo que no perdiste el tiempo, Grey- Me dice riendo.

-Calla idiota y no la mires, de lo contrario tendré que sacarte los ojos- Le digo furioso.

-Pues muy a tu pesar tendré que mirar, la creatura esta por nacer y tengo que ayudarla o tu sabes que hacer, de todos modos, la ayuda ya esta en camino- Muy a mi pesar Jason tiene razón no sé una mierda de partos.

-Señorita, soy Jason, el guardaespaldas de ese idiota. Haga lo que yo le diga -El imbécil me señala como si hubiera más personas aquí. Ella ríe.

-Mucho gusto Jason, soy Ana y si es un idiota –

-Bueno Ana, cuando sientas una contracción pujas, ¿Entendido? – Ella asiente con la cabeza.

Quito a Jason de entre las piernas de Ana, yo seré quien reciba a mi hija, no él.

-Siempre posesivo-

-Siempre-

Mucho rato después el llanto de mi hija irrumpe en la cueva.

-Te lo dije, nena. Que sería una niña – La beso en los labios para luego entregarle a nuestra hija.

-Cuídala, iré por unas mantas-

Para cuando estoy terminando de envolver a Ana en la manta, un grupo de hombres con trajes del ejercito vienen con una camilla.

-Señor Grey nos llevaremos a la señora y al bebe. Estarán en buenas manos. No se preocupe- El se lleva a mi mujer y a mi niña.

-Vamos Cristian tenemos que irnos- Taylor me apremia.

En el gran barco donde nos rescatan, somos atendidos por médicos, me informan que Anastasia esta siendo atendida por una doctora, así como a mi niña.

-Señor Grey ¿Cómo se llama la niña? –

-No habíamos pensado en ello- Respondo con sinceridad.

Mas calmados, Taylor me pone al tanto de los acontecimientos, Jack está pidiendo un trato para entregar a Elena, me niego en el acto.

- ¡Jamás! No traten con esa basura. Él mato a Raymond Steele y casi mata a Ana, me niego a concederle nada a semejante hombre, Elena mostrará su cara en cuanto sepa que me han encontrado-

-Si tal vez si le montamos una trampa, a los medios nos se les ha mencionado su implicación en todo esto- Informa Taylor.

-Que papá coordine una rueda de prensa informando mi aparición – Así la pondremos sobre aviso de mi pronta llegada.

De camino a Guam, nos acomodan en un camarote privado ahí nos ponemos de acuerdo con el nombre de nuestra hija, Phoebe Rose Grey-Steele. Me acuesto con ellas para descansar, nuestra glotona hija, despierta cada dos horas por cambio de pañal y por comida. El personal médico tuvo que brindarnos gasas para usar de pañal para mi hija, me comprometí en pagar por todo lo que nos han dado, le pedí a Taylor y a los demás chicos no informar a mi familia de los nuevos miembros de la familia que fuera una sorpresa.

En Guam encontramos a los chicos que viajaban con Ana, ellos se alegran de encontrarla vivía. Ellos le prometen a Anastasia ir por los restos de Ray y devolverlos a casa, yo intervine en el acto, le describí a los chicos donde estaban los restos de Ray, ellos prometieron buscarlos. Recomendado por la marina contratamos un avión para que llevara a los chicos.

-Gracias, Cristian por mandar a traer los restos de mi padre – Beso su frente.

-No, es mi deber como mi futura esposa. No podría estar tranquilo sabiendo que dejamos los restos de tu padre en esa desolada isla.

Cuando tenemos los restos de Raymond es la señal para regresar a casa.

-Taylor, pídele a Gail que preparen mi piso de soltero para nuestra estancia, el cuarto de al lado con las comodidades para Phoebe y que Andrea busque a una buena pediatra y ginecóloga, quiero que las revisen cuando lleguemos. A mi familia les dices que quiero descansar, que les visitare apenas lo haga-

-Crees que tu familia esperará a que vayas a verlos después de pasar este suplicio – Él sonríe.

-No, no lo harán. Solo quiero contarles sin que abrumen a Anastasia-

Al despedirme y agradecer al comandante general de las fuerzas armadas por la ayuda que nos brindaron, le prometo hacer una fuerte donación a la Asociación de Veteranos del ejército. El hombre lo agradeció de antemano.

-Cristian ¿A dónde vamos? – Ana mira a través de la ventana del auto mientras llegamos a mi pent-house.

-A la que será nuestro hogar de ahora en adelante – Beso sus labios. Taylor y Luke nos miran por el retrovisor.

-Yo tengo un apartamento o dos con el de Ray- Dice con los ojos llorosos.

- ¿Qué harás con ellos? es tu decisión, más yo jamás las dejaré ir, ese será nuestro hogar mientras busco una casa decente para criar a nuestra princesa- Le sonrió.

- ¿Qué pensara tu familia? - Rebate.

-Las amaran como yo lo hago- Besos sus labios con devoción para que deje de pensar.

-Cristian hemos llegado. Gail dice que las doctoras están esperando- Me informa Taylor mientras nos abre la puerta para salir. Al llegar soy sorprendido por una llorosa Gail, que al percatarse de mi acompañante me suelta y besa a Anastasia.

-Bienvenidas, soy Gail, la ama de llaves del señor Grey. Cuente conmigo para cualquier cosa. ¿Puedo cargar a la princesa? – Ana le sonríe y le entrega a la niña, mi princesa se remueve en sus brazos, pero no llora.

-Es, es hermosa-

- ¿Las doctoras? – Le pregunto a Gail.

-En la habitación principal- Responde sin dejar de ver a mi hija.

-Vamos nena que quiero que las revise alguien de mi confianza-

Mientras observo como las revisan y extraen sangre para realizarles estudios a ambas, para la pediatra mi hija esta baja de peso, aduciendo las circunstancias de su gestación pero que con la prueba de sangre descartará cualquier complicación. Al saber de Ana, la doctora la revisa, sin embargo, aconseja ir al consultorio donde tiene su equipo, somos interrumpidos por Ryan.

-Señor, su familia esta aquí al saber que no iría a la mansión se dirigieron hacia aquí y en este momento todos vienen subiendo incluso sus abuelos –

-Tranquilo. Era esperar que no se aguantaran el esperar. Vamos a esperar la tromba de preguntas –

Al abrirse el elevador todos salen, mi hermana es la primera en correr hacia mi luego todos los demás.

-Has vuelto, mi niño- Susurra mamá.

- Vamos a la sala – Les invito.

- ¿Por qué no querías vernos hijo? -Me reprocha el abuelo.

-Sólo quería descansar un poco para retomar la tarea de cazar a Elena –

-Si los muchachos nos han informado. Barney la ha rastreado- Inquiere mi padre.

-Si, lo sé ya me han puesto al tanto de todo -Las doctoras aparecen en mi campo de visión.

-Permiso, debo atender unos asuntos- Me dirijo a las doctoras. Ambas acordaron en enviarme los resultados de las muestras de sangre y la firme recomendación de ir al hospital y abrir el expediente médico.

-Cristian, ¿Qué hacía la doctora Greene y la doctora Robinson aquí? - Exige mi madre al parecer las conoce.

- ¿Recuerdan a Anastasia Steele? -

-Si, la desafortunada chica que mataron los piratas junto a su padre – Habla Elliot.

-Bueno, ella no esta muerta. Yo le salve la vida y bueno...- Los miro a todos.

-Una cosa llego a la otra y ahora somos padres de una hermosa princesa. Es por eso por lo que las doctoras estaban aquí...- Mía salta dando brincos. Todos se miran entre sí.

-Para Mia, Anastasia esta cansada y la niña esta muy pequeña...- Veo a Ana salir de la habitación con mi princesa en brazos y dando gritos que inundan el lugar.

-Siento, interrumpir la reunión. Cristian creo que nuestra hija quiere estar en los brazos de su padre- Ana se sonroja. Mamá es la primera en levantarse y tomar a mi hija.

-No, no cariño no interrumpes. ¡Hola, Princesa! Soy la abuela Grace – Ana se queda en shock por la efusividad de mamá.

Me levanto para ir por ella, para luego sentarla a mi lado, la abrazo para darle seguridad y le soy un beso en la cien.

- ¡Guau, Cristian! No perdiste el tiempo hermanito – El idiota de Elliot se burla y Ana se estremece. Ana se levanta del asiento para dirigirse a la habitación y salir más de ahí.

-Eres un idiota Elliot. No es momento de tus bromas- Mia le reprocha y sale en busca de Ana, yo hago a seguirla, mas mi abuela me detiene.

-Tranquilo, mi niño. Mia la tranquilizará –

-Hemos pasado, por tanto, abuela –

-Lo importante es que ya están a salvo- Me trata de tranquilizar.

-No del todo Adele. Todavía hay una serpiente suelta la que orquestó todo esto- Espeta Carrick.

-Si, Elena esta por ahí en espera de una oportunidad de lanzar su veneno-

Por la noche y después de la cena familiar y que la princesa pasara por todos los brazos de la familia, nos fuimos a dormir.

A mitad de la noche Phoebe llora por su cambio de pañal y su comida, me levanto para tomarla en mis brazos.

-Cuando lo escuche no imaginé que fuera cierto, creí que era una broma de mal gusto – La voz de Elena suena en mi habitación, Ana se levanta de golpe corriendo hacia mí.

- ¿Cómo subiste? – Le reprocho.

- ¿Quién es esta mujer, Cristian? –

-No es obvio estúpida- Le grita Ana. Espero que Taylor haya escuchado el grito de Ana. La estúpida de Elena dejo la puerta abierta.

-Que estúpida he sido, yo sufriendo por ti. Por que tu estuvieras bien y pagando para que te buscarán- Sonrío con ironía.

-Tu pagaste para que mataran a Susana y a mi hijo. Nunca me has buscado porque me quieras. Lo más que hacías con Jack era buscarme para sacarle dinero a mi familia. Jack canto como un canario tu plan, Elena – Le revelo la información que nos dio Jack.

- ¡Es mentira!, el me estafó, me dijo por meses saber dónde estabas. Nunca me dijo que no estabas sólo – Sonrío sin ganas.

- ¿Por qué no le dijiste a mi familia? Ellos me hubiesen buscado. Lo que deseabas era mi dinero, siempre fue dinero. Al quitar a Susana del camino, creíste que correría a tus brazos. Pero te equivocas, yo jamás me casaría contigo. M causas asco- Ella trata de acercarse, más es detenida por Reynolds, Luke le quita el arma, para ser esposada por Taylor.

-Tu padre la reconoció al salir del edificio, sabía que intentaría llegar a ti de alguna manera. Lo siento señorita Steele. Espero que este sea el último sobresalto – Taylor escusa su actuar.

***

-Tranquilo hijo, ya vendrá tu chica- Me tranquiliza el abuelo.

- ¿Por qué tardan tanto? - Pregunto nervioso.

-Porque así son las mujeres- La marcha nupcial suena en el patio en señal de que mi mujer ya viene de camino, la veo entrar con su hermoso vertido del brazo del mi padre, Mia trae nuestra princesa quien mueve sus extremidades demostrando lo feliz que es, mi pequeña tiene ya seis meses. Meses que Anastasia ocupó para cerrar todos lo capítulos de su vida y yo también cerré los míos.

La bueno de todo esto es que Kate, a miga periodista de Ana, logró atrapar a la bragueta suelta de Elliot, ella se alegró mucho el saber que su mejor amiga estaba viva y con una hija, le dolió la muerte de Raymond, no obstante, ha sido el apoyo incondicional de mi casi esposa.

-Al fin llegaste-

-Si, a tu hija le dio hambre y no quería formula, así que imagínate lo que debí hacer- Le sonrío, mi hija es digna de su padre, al parecer heredó mi genio.

El padre inicia la ceremonia, yo me pierdo en lo ojos de Ana, hasta que el padre nos pide recitar nuestros votos y ponernos nuestros anillos.

-Los declaro marido y mujer. Puedes besar a tu esposa Cristian- Comenta el cura.

Así lo hago para luego unir nuestras frentes.

-Un día dejé de creer en el amor, porque creí que la vida me lo había quitado todo. Pero fue la misma vida la que me hizo creer en él nuevamente – Vuelvo a besarla.

-Cristian, sigue creyendo en el amor- Ella busca mis labios para besarme.

Fin.

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