Unidos por tu indiferencia (plus)

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Prefacio

La tardanza en la elaboración de esta crítica se debe a varias razones, siendo la principal la necesidad de dedicar tiempo al análisis exhaustivo. ¿Por qué este retraso? Pues, para emitir una evaluación justa, resultaba imprescindible sumergirse en otras obras literarias y cinematográficas del mismo género, con el fin de discernir el enfoque más adecuado para esta reseña.

Dicho proceso involucró una profunda inmersión en mi propia colección de libros, tales como Eleanor & Park y Fangirl. Asimismo, exploré un amplio abanico de obras de fantasía y ciencia ficción con un enfoque central en el romance. En estos casos, la revisión abarcó títulos como El Aliento de los Dioses, El Nombre del Viento, Cuentos de Bereth, Muerte de la Luz, Vencer al Dragón y Trono de Cristal (también se retomaron romances dentro de series como La Rueda del Tiempo y El Archivo de las Tormentas).

Además de la lectura, se realizó un estudio de resúmenes y se prestaron especial atención a aspectos destacados de obras como Bajo la misma estrella, Con amor, Simón, Las estrellas y la negrura, Llamadme por vuestro nombre, El Color Púrpura y Rojo, Blanco y Sangre Azul. Todo esto con el propósito de comprender a fondo el funcionamiento de estas historias de romance, cuya dinámica difiere sustancialmente de las relaciones en la vida cotidiana.

Esta exhaustiva preparación previa fue fundamental para poder abordar todos los aspectos que se mencionarán a continuación en la crítica, con el objetivo de brindar una perspectiva completa y contribuir de manera constructiva al trabajo de la autora. Sin más preámbulos, procedamos.

Sinopsis

Milán Wayne Escamilla es un chico de dieciocho años simpático, amigable y con una actitud muy positiva.

Cierto día, mientras mira por el balcón de su habitación nota cómo un camión de mudanza arriba a la casa de al lado. Quien ha llegado a habitarla se trata de Katashi Koyama, un joven japonés de diecinueve años antipático, con una mirada tan fría e indiferente que, si fuera una katana, ya se habría desecho de todo aquel que se ponga en su camino. O al menos eso piensa Milán, apenas sus miradas se unen y posteriormente de la sonrisa amistosa que le regala, solo recibe la mueca oscura, seca y dura del japonés.

A pesar de eso, la curiosidad nace en Milán, por lo que, decidido, intentará conocer qué secretos guarda y si también muy en su interior Katashi sigue siendo tan duro y frío como una piedra.

Al igual que la ves pasada que hice esta crítica, diré que tienes una sinopsis sólida que representa una premisa intrigante, ya que, a diferencia de varios de los libros que mencioné anteriormente, esta se centra en la relación entre Milán y Katashi y en la posibilidad de explorar una evolución de estos personajes a lo largo de la trama.

La trama

Unidos por tu indiferencia comparte notables similitudes con dos novelas ampliamente reconocidas en la literatura juvenil contemporánea: Bajo la misma estrella de John Green y Con amor, Simón de Becky Albertalli. Estas conexiones se basan en varios aspectos clave que enriquecen la trama y los temas de la obra.

Primero, al igual que Bajo la misma estrella, Unidos por tu indiferencia explora una relación romántica que nace entre dos protagonistas inicialmente opuestos. La atracción que surge entre Milán y Katashi, dos almas con personalidades divergentes, refleja de manera impactante el tipo de tensión emocional y química que John Green presenta en su obra. La dinámica entre los personajes en ambas historias provoca una evolución emocional a medida que enfrentan desafíos y obstáculos en su relación.

En segundo lugar, Unidos por tu indiferencia comparte con Con amor, Simón la temática del autodescubrimiento y la búsqueda de aceptación en el contexto de la adolescencia. Ambas novelas se centran en personajes jóvenes que luchan por comprender sus propios sentimientos y desean ser aceptados por quienes son y por sus seres queridos. La exploración de la identidad y las relaciones personales en estas obras arroja luz sobre la importancia de la autenticidad y la aceptación en la vida de los protagonistas.

A pesar de estas similitudes, es esencial destacar que Unidos por tu indiferencia posee su propia voz y estilo narrativo distintivo. La trama, los personajes y los momentos emocionales están intrincadamente tejidos en una narrativa única, que aborda de manera original las alegrías del amor y la autenticidad en la juventud.

Me gustaría poder ahondar más en la trama, explicar varios detalles, como estos desafíos que las parejas deben cumplir para poder estar juntos, esta exploración de identidad que promete la sinopsis, incluso la importación de la autenticidad y la aceptación en la vida de los personajes. Esta evolución emocional. Sin embargo, no puedo. La verdad es simple, la trama Unidos por tu indiferencia no cuenta con ninguno de esos elementos que hacen que una historia sea eso, una historia.

Volveré al punto que suelo explicar, el que te he repetido en diferentes ocasiones, incluso. Las historias se basan en conflictos. Es lo esencial en cualquier historia. Es lo que hace que una historia sea historia. Es lo que da unidad a los elementos de la trama, los personajes y la ambientación. Y vuelvo a aclarar, un conflicto no es «Una pelea» «una discusión», entre otros aspectos así. ¿Qué es el conflicto? Un algo que no deja que un personaje cumpla sus objetivos.

Bajo la misma estrella, de John Green: el conflicto principal es la enfermedad terminal que sufren los protagonistas y cómo afecta a su relación amorosa. También hay conflictos secundarios, como el viaje a Ámsterdam para conocer al autor favorito de la chica o la relación con sus padres y amigos.

Con amor, Simon, de Becky Albertalli: el conflicto principal es la identidad sexual del protagonista y su miedo a salir del armario. También hay conflictos secundarios, como el chantaje de un compañero que amenaza con revelar su secreto o la búsqueda del misterioso chico con el que se escribe por correo electrónico.

Las estrellas y la negrura entre ellas, de Junauda Petrus: el conflicto principal es la represión y el racismo que sufren las protagonistas por ser mujeres negras y lesbianas. También hay conflictos secundarios, como la distancia geográfica que las separa o las creencias religiosas de sus familias.

Rojo, Blanco y Sangre Azul, de Casey McQuiston: Los dos personajes tienen que enfrentarse a la presión mediática y política que supone ser figuras públicas y representantes de sus países. El miedo a salir del armario y afrontar las consecuencias de su orientación sexual. Las diferencias culturales y personales que existen entre ellos. Los secretos y traiciones que amenazan con separarlos.

Entonces, Unidos por tu indiferencia es una historia que no cuenta con conflicto. Y, ¿Qué es una historia sin conflictos? esta historia sencillamente no cuenta con conflictos, todo solo sucede. ¿Qué pasa cuando no hay nada? Una historia sin conflicto es muy aburrida y poco interesante, ya que no habría ningún reto, obstáculo o dilema que los personajes tuvieran que superar. El conflicto es lo que genera la tensión, el drama, el suspense y la emoción en una historia. Sin conflicto, no hay cambio ni evolución en los personajes ni en la trama. Sería como ver una escena estática que solo se dilata indefinidamente, girando solo en sí misma.

¿Por qué no hay conflicto en esta historia? Bueno, para eso debo tocar los siguientes puntos.

La promesa

Como he señalado antes, en cada historia, se plantean múltiples promesas a lo largo de la narración, algunas de manera deliberada y otras de manera inadvertida. La destreza de un escritor radica en su habilidad para cumplir con estas promesas.

Comencemos por abordar la promesa principal de la trama: el romance. Esta promesa es fundamental, ya que es lo que engancha a los lectores. Quieren saber si los personajes centrales finalmente estarán juntos, experimentarán un amor que los conmueva y les haga soñar. Buscan una historia que los haga conectar con los personajes, comprender sus luchas y emociones, y reflexionar sobre conceptos como el amor, la lealtad y la felicidad. Además, desean que la narración los transporte a diferentes mundos, épocas o realidades, y que les provoque una gama de emociones, desde risas y lágrimas hasta suspiros de satisfacción al final.

La clave para lograr esto reside en el conflicto. Ahora, pasemos a la segunda promesa: la «Dinámica de Opuestos». Al presentar esta promesa, se nos anticipa que la trama involucrará a dos personajes con objetivos y personalidades que en apariencia son opuestos y que, a medida que avanza la historia, se verán forzados a interactuar de alguna manera. Esta interacción entre los dos personajes debería reflejar el conflicto inherente a este arquetipo, donde el protagonista busca comprender, cambiar o conectar de alguna manera con el antagonista a lo largo de la narración.

Sin embargo, en Unidos por tu indiferencia, los personajes carecen de objetivos concretos más allá de acercarse el uno al otro. Esto incumple la promesa inicial de la Dinámica de Opuestos. Necesito que todos los que alguna vez han leído esta historia me digan: ¿Qué quiere Milán? ¿Qué quiere Katashi? Y que esa respuesta no sea estar con el otro. ¿Milán quiere ser buen hijo? ¿Por qué? ¿Quiere acaso solo ser buena persona? ¿Por qué? No se me ocurre nada más concreto que quiera Milán. ¿Y Katashi? Es buen estudiante, por lo que vemos. ¿Es por alguna razón? No parece, a Katashi no parece interesarle su futuro respecto al estudio. Quiere mucho a su nutria, ¿su objetivo en la vida es cuidar de ella de la mejor manera? No creo, pero entonces, ¿Cuáles son sus objetivos?

¿Qué desean realmente Milán y Katashi? ¿Cuáles son sus motivaciones, aparte de estar juntos? La falta de objetivos sólidos les resta profundidad y autenticidad. Y vuelvo al punto que he mencionado antes. Los humanos somos polifacéticos. Entonces, siempre tenemos diferentes motivaciones y diferentes objetivos, por lo cual todo el tiempo tenemos un objetivo en mente. No tener más de una sola motivación es carecer de humanismo.

Por lo tanto, no se sienten reales.

Este problema no solo afecta la autenticidad de los personajes, sino también constituye un incumplimiento de una de las promesas de la narración. Además, se había prometido que Katashi sería un personaje «frío», pero su comportamiento a lo largo de la historia no refleja esta descripción. Si el autor busca evitar los clichés, sería más apropiado describir a Katashi como introvertido, retraído y con dificultades para socializar en lugar de «frío». No cumplir con esta promesa puede hacer que los lectores se sientan decepcionados y desconectados de la historia.

Mencionaré que hace Con amor, Simon, en la Dinámica de Opuestos y sus personajes. El arquetipo se refiere a la relación entre dos personajes que tienen personalidades, gustos o estilos de vida muy diferentes, pero que se atraen y complementan. En este caso, los personajes son Simon, un chico gay que aún no ha salido del armario y que se enamora de un misterioso compañero de clase a través de unos correos electrónicos, y Blue, el seudónimo del chico con el que se escribe.

Los objetivos o las motivaciones de los personajes son:

Simon: su objetivo es descubrir la identidad de Blue y conocerlo en persona. Su motivación es el amor que siente por él y la curiosidad que le genera. También tiene el objetivo de aceptar su sexualidad y salir del armario cuando esté listo. Su motivación es ser fiel a sí mismo y a sus sentimientos.

Blue: su objetivo es mantener su anonimato y su privacidad. Su motivación es el miedo al rechazo y al juicio de los demás. También tiene el objetivo de abrirse más a Simon y confiar en él. Su motivación es el amor que siente por él y la conexión que comparten.

Blue, en este caso, representa a Katashi. Y, como podrás apreciar, su primer objetivo no es abrirse a Simon, para nada. Es mantener su anonimato, tiene miedo, demás.

A su vez, eso genera conflicto. Y la historia avanza. Que, hablando de avance, es hora de ir al siguiente apartado.

El progreso

La promesa y la recompensa, en conjunto, representan el avance en la narración de un libro. Este avance se considera el progreso, el sendero que trazamos para que el lector, a lo largo de su travesía por el libro, comprenda lo que está sucediendo, por qué sucede y siga interesado en la historia. El progreso es lo que mantiene al lector avanzando y pensando: «Me encanta esta historia», sin abandonarla a mitad del camino. Incluso si la trama, la ambientación o los personajes son excepcionales, si el progreso se ve obstaculizado, todo lo demás pierde relevancia.

Entonces, esta parte nuevamente es difícil visualizarla. Nuevamente quiero que todo aquel que lea esto se haga una pregunta: ¿Cuál es el progreso dentro de una historia de romance?

Podría dividirse en tres aspectos. Presentación, desarrollo y climax.

En la presentación: se introduce a los personajes principales, el escenario y el conflicto que impide o dificulta su relación amorosa. Por ejemplo, pueden ser de clases sociales diferentes, tener parejas previas, estar en bandos opuestos, etc. En este caso, podría ser la llegada de Katashi al vecindario.

Desarrollo: se narra cómo los personajes se conocen, se atraen, se enfrentan a los obstáculos y evolucionan sus sentimientos. Puede haber momentos de acercamiento y alejamiento, de tensión y de pasión, de duda y de certeza.

Clímax: se produce el punto culminante de la historia, donde los personajes deben tomar una decisión definitiva sobre su amor. Puede haber una confesión, una ruptura, una reconciliación, un sacrificio, etc.

El progreso de una historia de romance se siente como una montaña rusa de emociones, donde el lector experimenta la alegría, la tristeza, la angustia, la esperanza y el amor de los personajes. El lector se identifica con los personajes, sus conflictos y sus emociones. El lector se involucra en la historia y desea saber cómo terminará.

Una trama de romance suele terminar cuando los personajes principales resuelven el conflicto que les impedía estar juntos y se declaran su amor mutuo. Esto puede ocurrir de diferentes formas, dependiendo del tipo de final que elija el autor o la autora. Por ejemplo, puede ser un final feliz, donde los personajes se casan o se comprometen; un final trágico, donde los personajes se separan por la muerte o el destino; un final abierto, donde los personajes se quedan en una situación incierta o ambigua; o un final circular, donde los personajes vuelven al punto de partida de la historia.

Bajo la misma estrella, de John Green: es un final trágico, donde uno de los personajes muere a causa del cáncer y el otro le rinde homenaje con una carta.

Con amor, Simon, de Becky Albertalli: es un final feliz, donde los personajes se besan en una noria y empiezan una relación.

Las estrellas y la negrura entre ellas, de Junauda Petrus: es un final abierto, donde los personajes se reencuentran después de un tiempo separados y no se sabe si seguirán juntos o no.

Orgullo y prejuicio, de Jane Austen: es un final circular, donde los personajes se casan después de superar los obstáculos que les ponía la sociedad y sus propios prejuicios.

Ahora, examinemos el caso de Unidos por tu indiferencia. En el capítulo 7, los personajes principales se besan, un momento que, a pesar de su supuesta belleza, resulta inicialmente desconcertante. En tan solo una semana, uno de los personajes es invitado al cuarto del otro y le roba un beso mientras duerme, lo que podría considerarse claramente acosador. El narrador, sin embargo, no aborda esta situación como un problema, y exploraré este tema con mayor profundidad en un momento. Luego, en el capítulo 8, Katashi besa a Milán bajo una excusa poco convincente. Pero, ¿qué sucede después de esto?

La trama se convierte en una serie de rutinas repetitivas. En cada capítulo, los personajes pasan tiempo juntos o separados, realizando actividades cotidianas como Katashi jugando con una nutria o comprando comida, mientras Milán asiste a clases (aunque rara vez se mencionan), cocina, etc. Si bien las tramas rutinarias no son necesariamente malas, son poco comunes en la literatura y generalmente se utilizan para establecer objetivos concretos que finalmente conducen al objetivo central de la historia, como el desarrollo de una relación romántica.

Sin embargo, en esta historia, faltan objetivos relevantes en la mayoría de los capítulos, y cuando aparecen, no apuntan a un propósito claro. La relación entre Milán y Katashi se resuelve en el capítulo nueve, lo que deja más de la mitad del libro en una rutina que no avanza hacia nada. ¿Y qué sucede cuando la trama carece de conflicto? Aburre.

Finalmente, al acercarnos al final de la historia, aparecen dos conflictos. La trama por fin avanza. El primero involucra a un amigo de Milán, quien siembra dudas e inseguridades en Milán. Aunque esto podría ser un giro emocionante, tiene sus problemas. Lenny no tiene razones sólidas para despreciar a Katashi, y sus prejuicios parecen basarse únicamente en estereotipos xenofóbicos sobre los japoneses. Esto plantea una cuestión delicada: la xenofobia. A pesar de que podría argumentarse que Lenny no es xenófobo, sus pensamientos y argumentos giran en torno a la nacionalidad de Katashi y su supuesta actitud fría y grosera, a pesar de que no hemos visto a Katashi comportarse de esta manera. Esto plantea dudas sobre la xenofobia de Lenny. Sin embargo, este conflicto que promete algo de emoción apenas dura un capítulo y se siente forzado, lo que hace que la trama se estanque aún más.

El segundo conflicto se relaciona con lo perfecta que ha sido la historia durante tanto tiempo. Todo parece funcionar perfectamente, y esto alcanza lo irreal. Las cosas siempre salen bien, lo que contribuye a la sensación de que la historia no avanza hacia ningún lugar. Incluso la homosexualidad es aceptada con naturalidad en este mundo, lo que debería ser una fuente de conflicto, así sea interno, pero se pasa por alto. En una cena con los padres, Katashi y Milán muestran un comportamiento más propio de una pareja que de amigos, lo cual resulta evidente, pero los padres nunca lo cuestionan. Por lo mismo, porque pareciera que el narrador busca a toda costa evitar el más mínimo conflicto para así mantener un ambiente sumamente bello entre dos hombres que no paran de quererse, fijo en conservar un ambiente de idealismo que fácilmente desconecta al lector.

Sin embargo, hay un momento en el que un niño plantea preguntas sobre la normalidad de esta relación. Aunque esto podría haber generado un conflicto interesante y realista, se olvida por completo, ya que el libro llega a su fin sin un desenlace adecuado. Llegado a este punto, como lector, es difícil no pensar que la historia realmente terminó en el capítulo 8.

Vayamos con un ejemplo, en este caso Amar en Paris, de Lisa Jenkins.

La autora establece un romance entre dos personajes de manera más gradual y respetuosa. Los protagonistas, Sarah y Jean, se conocen en un ambiente parisino encantador, donde sus vidas se cruzan de manera inesperada. A lo largo de los primeros capítulos, construyen una amistad sólida, compartiendo intereses y experiencias antes de explorar cualquier romance. Este enfoque permite que los lectores se conecten con los personajes y comprendan la base de su relación.

Además, Jenkins introduce conflictos de manera más orgánica y convincente en la trama. En un momento crucial, Sarah descubre un secreto sobre el pasado de Jean que amenaza su relación. Esto crea tensión y emoción, ya que los personajes deben enfrentar sus sentimientos y resolver los problemas juntos. Este conflicto aporta profundidad a la historia y mantiene a los lectores interesados en el destino de la pareja.

En Amar en París, la autora también aborda temas sensibles con sensibilidad y realismo. No se pasan por alto las diferencias culturales o los desafíos que enfrenta la pareja, lo que agrega complejidad a la trama y permite a los lectores reflexionar sobre las cuestiones que enfrentan.

La recompensa

La recompensa, en su esencia, radica en si el autor cumple o no sus promesas. El modelo clásico de las historias implica desvelar al lector que la trama se encuentra en decadencia, mostrar cómo la vida del personaje se desmorona, narrar sus intentos por alcanzar la meta y sus subsiguientes fracasos. Llegado el último acto, los protagonistas encuentran una nueva chispa, información revitalizadora, una pista fugaz o una fuerza renovada que finalmente conduce a un desenlace favorable.

Es útil abordar una historia a través de la lente metafórica que Brandon Sanderson planteó una vez: "Le prometes a tu hijo que le comprarás un coche de juguete. Él espera hasta la mañana de Navidad, desenvuelve el paquete y encuentra el coche. En eso no radica inconveniente alguno". A menudo, las personas tienen la noción de que las narraciones deben estar llenas de giros intrigantes, pero la verdad es que la carencia de estos no constituye un problema. Olvidan que, por ejemplo, Star Wars carece de giros significativos en número, pero lo que sí tiene es un giro de expansión. Este radica en la promesa del coche de juguete y, luego de la espera, sorprende al receptor con un coche real.

En Unidos por tu indiferencia, solo hubo una promesa en términos de trama: Katashi y Milán podrían estar juntos. Sin embargo, después de unos pocos capítulos, esa promesa se convirtió en algo inevitable debido a la falta casi absoluta de cualquier tipo de obstáculos: el lector sabe que van a estar juntos, sintiendo que la historia ya le fue revelada en su totalidad apenas empezando.

La historia, en su inicio, se centra en recalcar la rutina de los personajes, particularmente sus interacciones con sus mascotas, en lugar de profundizar en sus personalidades, emociones y las razones detrás de su interés o atracción mutua. Es decir, no se establece una base sólida para que quieran ser pareja; simplemente se da por sentado.

La promesa de que Katashi es misterioso y frío no se cumple. Aunque se le presenta así al lector, sus acciones y pensamientos a lo largo de la historia no respaldan esta suposición. Además, dado que gran parte de la historia se cuenta desde su punto de vista, los lectores llegan a conocerlo bastante bien, lo que disipa cualquier misterio.

Además, se busca mantener el ambiente en una línea constante y supuestamente atractiva, similar a lo que se encuentra en series de ese estilo, sin entender que, en una serie visual, muchos elementos visuales y escénicos pueden contribuir a la conexión entre los personajes, otorgando magia entre ellos así las escenas aparenten ser simples. Sin embargo, en la narrativa, se requieren escenas y eventos más sólidos para que los personajes se conecten de manera significativa. Un ejemplo de esto es la planta llamada Momo, que se le regala a Milán poco después de conocerlo, sin ninguna base sólida para este gesto. Esto apresura la relación sin permitir el crecimiento y la madurez necesarios.

Esto conduce a un avance excesivo en el interés de ambos protagonistas. En tan solo una semana, se producen contactos labiales intensos y un beso apasionado entre Katashi y Milán, lo que resulta en una confianza poco creíble dada la falta de comunicación y desarrollo de la relación.

En resumen, la narrativa carece de eventos emocionantes y, a partir del capítulo 8, parece que la historia ya ha terminado, dejando al lector con una sensación de recompensa insatisfactoria. La promesa inicial de un "coche de juguete" se cumple de manera desorganizada y decepcionante, en lugar del desenlace satisfactorio que se prometió.

En Con amor, Simon, la promesa principal es que Simon, un adolescente que guarda su homosexualidad en secreto, encontrará la forma de expresar su verdadera identidad y vivir una vida auténtica. La historia se centra en la experiencia personal y emocional de Simon, su lucha interna y cómo decide revelar su orientación sexual a sus seres queridos. Esta trama se desarrolla de manera gradual y auténtica, lo que permite a los lectores conectarse profundamente con el personaje principal.

A lo largo de la novela, Simon se enfrenta a desafíos emocionales y obstáculos en su camino hacia la autenticidad. La recompensa llega cuando finalmente tiene el coraje de revelar su secreto y experimenta la aceptación y el apoyo de sus amigos y familiares. Este momento es poderoso y emocional, y cumple con la promesa de la historia de que Simon encontrará la forma de ser él mismo y vivir una vida auténtica.

En Con amor, Simon, la recompensa no es un giro sorprendente, sino una revelación emocional que resuena profundamente con los lectores y cumple con la promesa de la historia de una manera conmovedora y satisfactoria. Esta novela es un excelente ejemplo de cómo una narrativa puede ofrecer una recompensa poderosa y significativa al cumplir con las promesas establecidas a lo largo de la trama.

Arquetipos

Como mencioné previamente, la trama de la historia se basa principalmente en el arquetipo conocido como la «Dinámica de Opuestos». Sin embargo, esta no es la única trama que compone la historia, ya que, en la mayoría de los casos, un libro está formado por varias tramas interconectadas. Si bien algunas de estas tramas pueden no ser evidentes de inmediato, es esencial comprender que la trama central, que se destaca por encima de todas las demás, es el romance entre los personajes Milán y Katashi.

Es fundamental tener en cuenta esto ya que, al desarrollar la idea principal y las tramas secundarias en la narrativa, debemos considerar los arquetipos subyacentes que dan forma a la historia y entender por qué nos resultan interesantes. Puede parecer que basarse en arquetipos es innecesario, y algunos podrían verlos como clichés que deben evitarse a toda costa en busca de la originalidad. Sin embargo, es crucial recordar que los arquetipos existen por una razón. Todas las historias han sido contadas en alguna forma u otra, y buscar una originalidad absoluta puede resultar en una narrativa que se siente extraña o inaccesible para el lector.

Las historias funcionan con base en arquetipos, y no es raro que se combinen varios de ellos en una narración. Reflexionar sobre por qué estos arquetipos nos atraen nos proporciona una comprensión más profunda de cómo funcionan las tramas en las historias y cómo podemos utilizarlos de manera efectiva en nuestra propia escritura.

Sin embargo, Unidos por tu indiferencia adolece de la falta de diversidad en cuanto a ideas y arquetipos. A pesar de que se pueden identificar varias ideas en juego, ninguna de ellas parece tener una dirección clara. Por ejemplo, las escenas con la nutría ocupan un tiempo desproporcionado en la historia, presentándolas como algo adorable e importante, cuando en realidad solo forman parte de la rutina de los personajes, y las rutinas deben evitarse en la narrativa, ya que tienden a aburrir al lector.

El conflicto de los celos entre Lenny y Katashi, que encaja en el arquetipo del «Triángulo amoroso» y podría considerarse un «Amigo celoso», está poco desarrollado y carece de una base sólida en la historia para que el lector lo acepte como un elemento arquetípico de la trama. Se basa en argumentos autoimpuestos por la narrativa y no se explora en profundidad.

Finalmente, el arquetipo del «Coming Out» de una pareja gay, que explora los desafíos y emociones de las personas LGBTQ+ al revelar su orientación sexual o identidad de género, es una idea que se plantea, pero nunca se desarrolla en la historia, especialmente en el penúltimo capítulo. Esto sugiere que, en el contexto de la historia, la homosexualidad es algo normal y aceptado por la familia de Milán y Katashi.

En resumen, Unidos por tu indiferencia se centra en un solo arquetipo y una única idea a lo largo de su narrativa, lo que limita la diversidad y la profundidad de las tramas, dejando muchas oportunidades sin explorar en la historia.

Un ejemplo de un libro de romance juvenil que utiliza arquetipos clave y una idea bien desarrollada es Bajo la misma estrella de John Green. En esta novela, se emplean varios arquetipos que contribuyen a la trama y al desarrollo de los personajes de una manera significativa.

Trágico Romance: Uno de los arquetipos centrales en esta historia es el del «Trágico Romance». Los protagonistas, Hazel Grace y Augustus, enfrentan desafíos de salud significativos que les unen en una relación especial. Ambos luchan contra el cáncer, lo que les otorga una perspectiva única sobre la vida y la muerte. Este arquetipo se utiliza para explorar el amor en circunstancias difíciles y cómo la tragedia puede dar forma a las relaciones.

El Viaje del Héroe: Otra característica clave en la novela es el «Viaje del Héroe». A medida que los personajes enfrentan sus propios desafíos y luchan contra la enfermedad, se embarcan en un viaje de autodescubrimiento. A lo largo de la historia, ambos personajes crecen y cambian, lo que es un elemento fundamental del desarrollo de la trama y de su relación.

El Primer Amor: La idea principal que impulsa la historia es el «Primer Amor». El romance entre Hazel y Augustus es apasionado e intenso, y su amor florece a pesar de las dificultades que enfrentan. Este arquetipo se explora a profundidad, mostrando cómo el primer amor puede ser inolvidable y transformador, especialmente en la adolescencia.

La razón por la que estos arquetipos funcionan tan bien en Bajo la misma estrella es que John Green los utiliza de manera magistral para crear una historia conmovedora y auténtica. La novela no solo se centra en el romance, sino que también aborda temas universales como la vida, la muerte y la búsqueda de significado. Esto la convierte en una obra que resuena con los lectores jóvenes y adultos por igual, ya que toca fibras emocionales profundas y ofrece una mirada sincera a las complejidades del amor y la pérdida en un contexto inusual.

Estructura

Unidos por tu indiferencia utiliza una estructura de trama lineal y cronológica. La historia sigue la relación de Milán y Katashi y su rutina.

Punto deVista

Manejar el punto de vista en tercera persona omnisciente de narrador múltiple es una técnica narrativa en la que el narrador se convierte en un observador objetivo que posee un conocimiento profundo de los pensamientos, emociones y experiencias internas de varios personajes en la historia. A diferencia del punto de vista en tercera persona limitada, donde el narrador se restringe a los pensamientos y percepciones de un solo personaje, el narrador omnisciente de narrador múltiple tiene un conocimiento completo y accesible de múltiples personajes en la trama.

Esta técnica brinda a los lectores la oportunidad de obtener información detallada sobre distintos personajes, sus motivaciones y perspectivas, enriqueciendo así la comprensión tanto de la historia como de los personajes. El narrador omnisciente de narrador múltiple tiene la capacidad de cambiar de un personaje a otro dentro de un mismo capítulo o sección de la narrativa, lo que proporciona una visión completa de la trama desde múltiples puntos de vista.

La historia se destaca no solo por su escritura excepcional, que incluye una amplia variedad de descripciones memorables, sino también por el uso experto del narrador múltiple. Esto permite a los lectores sumergirse en la trama sin perderse ningún detalle, haciendo que la lectura sea placentera y ágil. Unidos por tu indiferencia es un libro muy bien escrito que se puede devorar en una sola tarde.

Mundo

El mundo se enfoca principalmente en el vecindario, con especial atención en la casa y el patio de Katashi y Milán. Este entorno parece ser idílico y perfecto, pero, como suele suceder, esto puede tener sus pros y contras. La perfección en una obra como esta puede resultar tanto en momentos hermosos como en desastres inesperados.

Mi principal inquietud radica en el hecho de que todo parece funcionar a la perfección para los personajes, como mencioné anteriormente y, como explicaré más adelante, esto se relaciona principalmente con la naturalidad con la que se aborda la homosexualidad en la narrativa, como algo común y hermoso. Esto sería ideal si no hubieras expresado previamente que no consideras esto como normal. Aquí radica el conflicto, ya que en tu mundo ficticio se presenta la aceptación de la homosexualidad, incluso por parte de los padres. Por lo tanto, podría ser necesario revisar la construcción de este mundo para que sea más coherente con la percepción de la homosexualidad que deseas transmitir.

En la actualidad, en cambio, y en la manera que llevas esto, puede provocar que muchos lectores no se sientan identificados con el facilismo y el exceso de naturalidad existente entre estos personajes y su resolución en cuanto al homosexualismo. Es evidente que aún no llegamos a esa realidad donde una orientación sexual diversa ni siquiera se cuestiona, así sea en el corazón del personaje, golpeándolo de una forma u otra, ya sea para bien o para mal. Opacar esta realidad es recurrir aún más al idealismo y a un mundo que no se siente el nuestro. Por otro lado, el lector puede tener preconceptos sobre la cultura japonesa, asimilando que Katashi debería chocar contra diversas estructuras al verse a sí mismo sintiendo atracción por otro hombre. No obstante, el narrador, una vez más, prefiere obviar cualquier tipo de observación que pudiese resultar en algún conflicto.

Personajes

Milán es un joven lleno de alegría, con una inclinación natural a expresarse de manera efusiva y un corazón puro como un ángel, capaz de ver la bondad en el mundo que lo rodea. Por otro lado, Katashi es más reservado y tranquilo, pero su corazón es igual de suave, y siempre busca oportunidades para comunicar sus deseos con una sonrisa.

Milán y Katashi, dos seres que irradian una innegable belleza en todos los aspectos de sus vidas, personifican un mundo en el que todos desearíamos sumergirnos. Sus vidas están tejidas con hilos de serenidad y carecen de complicaciones, creando un entorno que inspira a quienes los rodean. Cada capítulo de sus existencias parece estar impregnado de una suavidad que solo se encuentra en los sueños más apacibles.

En este mundo idílico, el camino del aprendizaje se despliega ante ellos de forma tranquila y sin obstáculos. Cada materia se presenta como un libro de conocimientos que se desenvuelve con gracia a medida que avanzan, y los desafíos académicos se convierten en oportunidades para crecer y prosperar, en lugar de causar angustia.

Sus relaciones con sus padres se asemejan a un vínculo de ensueño, donde la comprensión y la complicidad florecen de forma natural. La armonía y el afecto que comparten con sus padres reflejan la unidad que impregna su hogar, creando un ambiente familiar en el que la paz y la comprensión son las bases que sostienen su hogar.

Sin embargo, es en la relación entre Milán y Katashi donde la belleza alcanza su apogeo. Su conexión es un oasis de pureza, un primer amor que parece haber sido esculpido por los dioses mismos, ansiosos de una realidad idílica. En su compañía, todo se torna exquisito y perfecto. Cada gesto, cada palabra, cada mirada, son homenajes al amor en su estado más puro. Admiran y respetan la esencia del otro de una manera que solo se puede describir como celestial.

Y ese es el problema que es perfecto. Y nadie es perfecto.

Los personajes, especialmente en una novela de romance, no pueden ser perfectos porque eso los haría poco creíbles, interesantes y humanos. Un personaje perfecto que todo le salga bien, que no haya un conflicto que lo detenga en sus objetivos, sería muy aburrido y predecible para el lector. El lector no podría identificarse con él ni sentir empatía por sus problemas. Además, un personaje perfecto no tendría ningún arco de transformación ni evolución a lo largo de la historia. Sería un personaje plano y estático, sin ninguna profundidad ni complejidad.

Un escritor no puede crear a un personaje perfecto porque eso iría en contra de las reglas básicas de la narrativa. Una historia necesita tener un conflicto, una tensión, un reto o un dilema que los personajes tengan que superar.

En Bajo la misma estrella, de John Green, los personajes principales son Hazel y Augustus, dos adolescentes con cáncer que se enamoran. Si ellos fueran perfectos, no tendrían que lidiar con el dolor, el miedo y la incertidumbre que les provoca su enfermedad. No tendrían que enfrentarse a la realidad de su mortalidad y a la posibilidad de perderse el uno al otro. No tendrían que buscar un sentido a sus vidas y a su amor. Su historia sería menos conmovedora, menos realista y menos humana.

En Con amor, Simon, de Becky Albertalli, el personaje principal es Simon, un chico gay que aún no ha salido del armario y que se enamora de un misterioso compañero de clase a través de unos correos electrónicos. Si él fuera perfecto, no tendría que ocultar su identidad sexual ni temer al rechazo o al juicio de los demás. No tendría que lidiar con el chantaje de un compañero que amenaza con revelar su secreto ni con las complicaciones que eso le genera. No tendría que aprender a aceptarse a sí mismo y a confiar en los demás. Su historia sería menos divertida, menos tierna y menos inspiradora.

En Las estrellas y la negrura entre ellas, de Junauda Petrus, los personajes principales son Audre y Mabel, dos chicas afroamericanas y lesbianas que se conocen en Trinidad y Tobago. Si ellas fueran perfectas, no tendrían que sufrir la represión y el racismo que les impone la sociedad por ser mujeres negras y queer. No tendrían que enfrentarse a las creencias religiosas de sus familias ni a la distancia geográfica que las separa. No tendrían que explorar su identidad, su cultura y su espiritualidad. Su historia sería menos profunda, menos bella y menos liberadora.

¿Comprendes por qué Milán y Katashi no pueden ser perfectos? Así que, cuando lees que todo lo hacen bien o que todo les sale perfectamente, te agotas, te saturas y terminas aburriéndote. Por suerte, aparece Lenny, el único personaje que no está exento de imperfecciones, y aunque sus defectos son impuestos por la narrativa, se siente más humano. Los capítulos en los que interactúa con su grupo de amigos se convierten en una narración genuina y auténtica.

Epílogo

Comenzaré pidiendo disculpas por la franqueza y la contundencia de mis palabras. No obstante, consideré que no había otra manera de transmitir mis observaciones de manera que la autora las comprendiera plenamente. En el pasado, tanto Johan como yo compartimos críticas similares en momentos diferentes, lamentablemente, estas sugerencias fueron pasadas por alto. A pesar de que muchas otras personas han expresado preocupaciones similares, sus opiniones han sido ignoradas o incluso rechazadas. Parece que solo se toman en cuenta las críticas que elogian la historia, pero estas también pueden volverse monótonas con el tiempo.

Mi objetivo con esta crítica extensa es proporcionar argumentos sólidos respaldados por ejemplos concretos. Esto te permitirá, si decides debatir sobre algún aspecto, analizar detenidamente el contenido antes de emitir un juicio y considerar en qué puntos podemos tener razón y en cuáles no. Es importante recordar que una crítica, incluso si es objetiva, no debería ser el único criterio para corregir una historia. Como escritora, debes decidir qué consejos aceptar y cuáles no.

Quiero enfatizar que no buscamos hacer una crítica destructiva. Nuestra intención, la de Johan y la mía, es ayudarte a comprender mejor cómo funcionan las historias y cómo puedes mejorar. Tienes dos personajes encantadores y una historia que podría conmover a muchos y servir como un ejemplo positivo para personas homosexuales que buscan aceptarse. Sin embargo, es necesario realizar ajustes y mejorar la ejecución. Lo digo con conocimiento de causa, ya que sé lo doloroso que puede ser recibir una crítica negativa y cómo puede afectar la moral. Pero también sé que, con esfuerzo y determinación, puedes superar estos obstáculos.

La razón de este grupo es fomentar la mejora constante de todos los involucrados, ya que nadie es perfecto. Johan y yo llevamos más de 4 años trabajando en el mismo libro y todavía no nos sentimos completamente satisfechos, siempre buscamos oportunidades para mejorar y refinar nuestra obra.

Espero que esta crítica te sea de utilidad para tu desarrollo como escritora.

Cualquier duda, comentario o amenaza, nos puedes escribir.

Un abrazo. 

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