Cuando pensamos en el continente africano, generalmente se nos viene a la cabeza la imagen de un lugar salvaje con diversos animales conocidos como leones y elefantes, pero con gente pobre rodeada de varias enfermedades y niños desnutridos, lleno de violencia sin fin y tribalismo por todas partes, junto a una prolongada pobreza extrema acompañada de dictadores salvajes al mando que solo se interesan en ellos y sus subordinados y no en el pueblo.

Sin embargo, esto en el siglo XX está empezando a cambiar. Varios países africanos como Botsuana, Kenia, Tanzania, Ruanda, Etiopía, Ghana, etc., han empezado a registrar altas tasas de crecimiento económico e industrial, junto a un acelerado proceso de desarrollo, abriendo varias empresas extranjeras, principalmente europeas, varias sedes en África, acompañado de un gran reducimiento de la pobreza, aumentando la clase media y alta. Si bien Sudáfrica y Nigeria son las economías más potentes de África y sus consideradas potencias, por lo que conocen el continente, estás se han estancado en los últimos años. El primero por sus diversos problemas raciales entre negros y blancos tras el fin del Apartheid en 1994, y el segundo por violencia religiosa entre cristianos y musulmanes, sobretodo en el norte del país.

Kenia sin duda es la economía que mayor resalta tras las mencionadas potencias africanas. No solo por su economía diversificada en todos los sentidos, sino por sus recientes éxitos en educación, ciencia, tecnología y deporte, en que resalta atletas como Paul Tergat y David Rudisha con sus diversas medallas olímpicas, como ser un gran destino turístico en proceso por sus bellos paisajes. Su vecino, Tanzania, conocido mayormente por albergar el Valle del Serengueti, es otro país del que hablar, habiendo experimentando una gran reducción de la pobreza en los últimos años junto a un gran desarrollo industrial, además de estar diversificando su industria turística al hacer conocer más a la Isla de Zanzíbar.

Botsuana es uno más en la lista, siendo un país sin salida al mar no muy conocido, pero ambas cosas no han impedido que se esté desarrollando a pasos agigantados más que cualquier otro país del África Austral o del Sur, incluso más que Sudáfrica. Los que una vez fueron países sinónimos de guerra civil, genocidio, hambruna y ayuda humanitaria como Etiopía, con su sangriento conflicto armado en los 90, y Ruanda, con su triste y celebre genocidio étnico entre hutus y tutsis, son los que más adelante han sobresalido desde sus tragedias, y que tampoco poseen salidas marítimas, dando por superadas y como hechos del pasado sus tragedias, sobresaliendo en desarrollo tecnológico y robótico, que seguro para más de uno sonara algo de ciencia ficción o de fantasía en África, siendo de los economías que más sobresalen en general en el continente africano.

Un último ejemplo que pondré es Ghana. Este país a pesar de su pequeño tamaño que no llega ni a la mitad de Perú o Bolivia, sin duda ha demostrado aprovechar al máximo su posición geográfica para convertirse en un importante puerto estratégico, transportando miles y miles de mercancías al año a Europa y a sus países vecinos como a otros alrededor del mundo, además de estar en proceso de convertirse en un paraíso fiscal en pleno continente, para bien o para mal.

Los claros puntos débiles de África son su aún proteccionismo económico entre vecinos en algunos casos, junto la amplia pobreza que aún tiene en varios países como en los mencionados, sin contar las pandemias de Sida y otras enfermedades como el ébola y la malaria, como la falta de educación de calidad en muchas zonas rurales y de democracia en muchos países como algunos de los nombrados; la generalizada corrupción también es otro problema en muchos de estos países. Sin embargo, nadie dijo que el camino al desarrollo sería fácil. Recordemos que hace un siglo Asia era igual de pobre que África, y viéndola ahora cuesta creer que alguna vez China, Japón o Corea del Sur también tuvieron gente pobre, guerras, hambruna, enfermedades y dictaduras.

Es claro que África, y sobre todo los países mencionados, aún enfrentan muchos desafíos como los nombrados arriba, pero la historia nos ha demostrado que hasta el país más pobre como fue alguna vez Singapur, puede levantarse de la más absoluta pobreza y subdesarrollo para convertirse en todo un país desarrollado y con gran calidad de vida para sus habitantes. Sin duda, África esta en ese proceso.